Artículo publicado en El Mundo (España), escrito por Leticia Blanco. Un extracto a continuación:
Con el fallecimiento de Esther Tusquets, se va una de las pioneras de la edición en España. Una mujer que, en pleno franquismo y en un momento en el que muchas libertades femeninas básicas todavía quedaban por conquistar, levantó su propia editorial sin miedo a la mentalidad de la época. Esther Tusquets no sólo destacó en los 60 por ser mujer y editora, sino por ir forjando, con el paso de los años, un catálogo, el de Lumen, en el que brillan con voz propia figuras de la literatura universal femenina como Virginia Woolf, Margaret Atwood o Susan Sontag.
Junto a Beatriz de Moura (quien se casó con su hermano, Óscar, y también construyó desde cero otra editorial, Tusquets), Esther Tusquets fue y será siempre una de las grandes mujeres protagonistas de laedición española.
Uno de los primeros libros que editó Silvia Querini al heredar las riendas de Lumen fue Mujercitas, el clásico de Louisa May Alcott. Un gesto que agradó a Esther Tusquets, que le envío una nota cómplice, “simpática y con mucho cariño”, la primera de muchas otras a lo largo de estos años en los que “alentaba y aplaudía dentro de un orden lo que editábamos desde Lumen”, comenta Querini .
“Siempre he trabajado pensando en que me hubiera gustado que el nuevo Lumen le agradara”, confiesa Querini. Además de su labor al frente del catálogo, para la responsable hoy de Tusquets, la fallecida editora “era una espléndida escritora, de un tono muy robusto”. “La verdad es que todavía no consigo decir ‘era’… La apreciaba mucho. Es un día muy, muy triste”, explica Querini, para quien Tusquets fue un “referente” indiscutible “porque su catálogo lo fue”.
Esther Tusquets también ha sido importante para otras editoras que, pese a pertenecer a otras generaciones más jóvenes, la han considerado como una pionera. “Indudablemente es un referente”, afirma Valeria Bergalli de la Editorial Minúscula. “En su caso, era doblemente apreciada, por su labor como editora y como escritora. Creo que era consciente de que vivió una época decisiva y que debía contarlo. Vivió una infancia marcada por la guerra y la dictadura, una época de grandes cambios sociales y económicos, y también personales, porque las relaciones entre las personas cambiaron. Quiso dejar constancia de su punto de vista. Creo que a ella la guió la sensación de estar viviendo periodos decisivos”, comenta Bergalli.
Para la editora de Minúscula, algunos de los libros autobiográficos de Tusquets han contribuido a dar a conocer “la intrahistoria” de la edición y del mundo de las letras catalanas de las últimas décadas. Según Bergalli, “el hecho de ser mujer a ella la marcó en su vida. Como editora y como escritora. Sus personajes y la voz narradora en su obra son mayormente femeninos. A ellos dedicaba muchas de sus reflexiones. Pero no en términos negativos, porque el ser mujer nunca la limitó. La suya fue una plena vivencia”, destaca.
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