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Mahmud Abbas, a quienes sus partidarios llaman Abu-Mazen (“el padre de Mazen”, por uno de sus hijos que falleció de un ataque cardíaco), posee la apariencia de un profesor jubilado -el cabello cano, los lentes gruesos, el porte alicaído- pese a la energía que se desprende de su mirada y el leve sarcasmo de su sonrisa. Con sus trajes perfectamente cortados y su estilo impasible ofrece un contraste absoluto con Yasser Arafat, su legendario compañero de batallas, a quien sucedió como presidente de la Autoridad Palestina en 2005.
Pese a su pasado radical -su tesis de grado en el Instituto de Estudios Orientales de la Academia Soviética de Ciencias se tituló El otro lado: la relación secreta entre el nazismo y el sionismo 1933-1945-, su nombramiento recibió el beneplácito de Estados Unidos e incluso de Israel: entonces se le veía como un líder endeble y moderado al cual era posible apaciguar. En efecto, Abbas no dudó en condenar la violencia y llamó al fin de la Segunda Intifada. Su disposición al diálogo provocó el rechazo de grupos radicales, en especial de Hamás, quienes no han dudado en boicotear todas de sus iniciativas.
Pese a ello, Abbas jamás ha dejado de sentarse en la mesa de negociación y, pese al acoso que sufre su gobierno, nunca ha dejado de condenar los ataques lanzados contra Israel desde suelo palestino. Aun así, los acuerdos no han avanzado un ápice, debido entre otras cosas a la repentina muerte cerebral de Ariel Sharon y a la incorporación de la extrema derecha al gobierno de Benjamin Netanyahu. Pese a las advertencias de Barack Obama y otros líderes, éste no ha querido detener la construcción de nuevas colonias judías en Cisjordania, uno de los pasos indispensables para avanzar en el proceso de paz.
Acorralado entre Israel y Hamás, y a punto de dejar el poder a los 76 años -es presidente en funciones-, Abbas estaba a punto de convertirse en un cadáver político. De pronto, las revueltas en el norte de África trastocaron drásticamente la percepción de los pueblos árabes en el resto del mundo: en vez de dóciles rehenes de sus tiranos o carne de cañón de los islamistas, los jóvenes de Túnez, Egipto o Libia demostraron una envidiable vitalidad democrática. Y, si bien aún no es posible aquilatar el resultado final de la primavera árabe -que en realidad incluye ya al verano-, ya no resulta tan fácil invocar el peligro terrorista o el fanatismo musulmán para excusar a Israel por la represión que ejerce en los territorios ocupados.
Hasta hace poco, Israel lucía como la única democracia en Medio Oriente -una democracia peculiar, reservada en plenitud sólo a los ciudadanos judíos-, pero ahora se halla rodeada por estados que, al menos hasta el momento, buscan implantar regímenes más libres e incluyentes. Abbas ha sabido leer este cambio de ambiente y, decidido a escapar del fracaso y la ignominia, se lanzó a buscar el reconocimiento de Palestina como un estado de pleno derecho en Naciones Unidas sin tomar en cuenta la oposición israelí.
Su gesto, que ha recibido la simpatía de unas más de un centenar de países, ha sido bruscamente desestimado por Estados Unidos, que ya ha hecho público su eventual veto en el Consejo de Seguridad. Consciente de ello, Abbas no ha querido abortar su iniciativa en una muestra de tozudez que acaso sea la prueba de que a veces sólo las iniciativas arriesgadas (como la decisión de Sharon de evacuar Gaza) pueden remover la parálisis política de la zona.
Israel no quiere que Palestina se convierta en estado de pleno derecho, y ni siquiera en estado observador ante la ONU, pues ello lo obligaría a cumplir las leyes internacionales de guerra, y sus soldados -y políticos- podrían verse acusados ante el Tribunal de La Haya. La posición de Obama es más compleja: su veto lo llevaría a alienarse de los pueblos árabes que ha apoyado durante las revueltas, pero, a unos meses de su posible reelección, no puede perder el apoyo de la comunidad judía. De allí el galimatías que lo ha llevado a afirmar, en su triste discurso ante la ONU, que la elección de Palestina como estado no es un buen paso para lograr que Palestina se convierta en un estado.
Abbas ha sabido mover sus fichas: aunque a la larga sólo se reconozca a Palestina como estado observador, gracias al apoyo mayoritario con que cuenta en la Asamblea General de Naciones Unidas, ha conseguido que la opinión pública global esté de su lado. Su apuesta por la vía pacífica y multilateral, ha puesto a Estados Unidos contra las cuerdas y ha exhibido la división que impera en la política exterior de la Unión Europea. En este contexto, sería una vergüenza que México, cada vez más dócil ante las imposiciones estadounidenses, terminase por abstenerse en la votación.
Israel tendrá que acostumbrarse a este cambio de paradigma: a partir de ahora tendrá que negociar con un estado que, al menos en el ámbito de la legalidad internacional -pues en términos económicos y militares aún mantiene el control sobre sus adversarios- se encuentra en condiciones de igualdad. Pese a la agresividad retórica de Netanyahu, a la larga no le quedará más remedio que barajar las concesiones que tendrá que realizar para que sus tropas -o él mismo- no terminen indiciados en La Haya. Más allá del resultado final de su apuesta, por una ocasión -acaso la última-, el profesor Abbas ha ganado la partida.
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30 de septiembre, 2011
roberto dante
Lanús, Argentina, 30 09 2011
¿HACIA UNA VICTORIA MORAL?
Pregunto: ¿De qué sirven las victorias morales de la diplomacia? También me lo pregunto cuando pienso en las Islas Malvinas ocupadas por el viejísimo colonialismo de Gran Bretaña. Y me contesto: “mientras nos mantenemos en el estéril mundo de las palabras le hacemos el juego al enemigo; él es el dueño de lo enciclopédico, de las parábolas y de las metáforas. Para nosotros, sólo nos queda el durísimo pero gratificante campo de la acción”.
Sería humillante mantenerse en silencio ante la pregunta de nuestros hijos: “¿Papá, qué hiciste durante la guerra por la liberación?”
En el texto siguiente intento incorporar en el debate sobre ¿Que tipo de Estado es justo para Los Palestinos?, las dudas que deben reemplazar a certezas inducidas por la propaganda imperial. Creo que sería revelador para aquellos que les cuesta diferenciar entre los “judíos críticos” y los sionistas judíos”.
(*)POR UN ESTADO PALESTINO A LA MEDIDA DE LA SOBREVIVENCIA DEL SIONISMO
(*) Sobre el Comunicado conjunto de partidos israelíes y palestinos apoyando al movimiento 14J y pidiendo el fin de la ocupación – kaosenlared, 07 09 2011
roberto dante Lanús, Argentina
Para los “ciudadanos árabes e israelíes funcionales al sistema” que circulan por el ciberespacio intentando convencer por medio de una dialéctica sionista ( sionismo al que casi nunca nombran en el comunicado) a tantos ciudadanos del mundo desorientados, nada mejor que las precisas palabras de José STEINSLEGER: “Desde la creación de la entidad ilegal llamada Israel, el debate en torno a Palestina (regímenes árabes incluidos) ha excluido, sistemáticamente, el rol del sionismo reduciéndolo a un mero conflicto entre árabes y judíos”.
En el caso de los indignados israelíes nuestro apoyo debería estar condicionado a su compromiso para apoyar la creación de Estado Único Laico, donde convivan las comunidades palestinas, judías y cristianas. Hablar de “fronteras antes de 1967” es darle entidad legal a un Israel concebido artificialmente. Esto lo sabe el sionismo. No lo expresan en público; pero es su “deseo secreto”, salvo en fundamentalistas como Netanyahu, “ciegos” hasta para ver aquello que les quieren regalar.
La filósofa e investigadora política alemana Hanna ARENDT (de origen judío), hizo un aporte imprescindible a la historia universal de la infamia en “Eichmann en Jerusalén: un reporte sobre la banalidad del mal” (1963). Libró que fuera censurado en Israel por casi 40 años. En él desarrolla desde un punto de vista nefasto para el sionismo ideas centrales como: “Eichmann presentaba una casi total incapacidad de mirar algo desde la perspectiva de otra persona”. (…) “Ante todo era incapaz de salir de sí mismo”.
Pienso que Hanna ARENDT llegó a intuir que esta semblanza de Eichmann caracterizaba al sionista promedio. Muy lejos del desarrollo de los espejismos en los que se sustenta la internacional sionista.
Por lo anterior, es una redundancia expresar que comparto en su totalidad la postura del “Movimiento de Juventud Palestina que se opone firmemente a la propuesta del reconocimiento de un Estado Palestino con fronteras del 67”. Suena reiterativo, pero es valioso remarcarlo frente a tantos sordos-ciegos-mudos que sobreviven en el solipsismo.
30 de septiembre, 2011
Sr Roberto Dante: Lo felicito por la dialéctica ordenación de sus múltiples bellas expresiones. Pero, en facil y en cortito…qué hacemos con el Estado de Israel? EL ESTADO DE ISRAEL ES EL HOGAR NACIONAL DEL PUEBLO JUDÍO.Ud que menciona “creaciones artificiales”, No fue fabricada Jordania y la “Dinastía Hashemita” por el Imperio Británico, precisamente para albergar a los palestinos? Ahora el Rey de Jordania dice que “Jordania es Jordania y los Palestinos son Palestinos” Qué profundidad de conceptos! Va Ud que tener que darle una mano en Dialéctica, por favor!. Mi evidencia final: Con un AMPLIO mapa de Oriente Medio (que , al menos, abarque a TODOS los países árabes Y al Estado de Israel) es honesto que sea Israel quien tenga que aportar una feta de su exiguo territorio para los palestinos? Los Arabes han USADO a esos pobres pájaros sin nido para arrojárselos a Israel por la cabeza, como quien le arroja un gato rabioso. Y DEJO CONSTANCIA que apoyo la creación del famoso Estado Palestino, que me opongo al presente régimen de extrema derecha que ha accedido al poder mediante ardides legales pero moralmente deshonestos, propios del anacrónico sistema electoral vigente en el Estado de Israel. Le recuerdo que el Pueblo de Israel, que SOLO QUIERE LA PAZ porque ama a sus hijos, votó mayoritariamente por la Sra Tzipi Livni, NO por Bibi Netanyahu, ni por Liberman, ni por los payasos ultra-ortodoxos, que se confabularon contra la auténtica voluntad del Pueblo de Israel, expresada en las urnas. No sé si me explico…no sé si me entiende…
30 de septiembre, 2011
El rey Hussein, enfermo de cáncer, y su hermano el príncipe Hassan siempre han hechos esfuerzos para mediar en las negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina.y luego el príncipe Abdalá continúo las políticas pacifistas de su padre en el conflicto árabe-israel.
1 de octubre, 2011
“Probablemente todo eso puede ser verdad”, como bien expresara Serrat en “Entre esos tipos y yo hay algo personal…” pero NO TIENE NADA QUE VER con lo que expresé. Como no entiendo qué tendrá que ver que tenga cáncer, caspa o que coma Spaghetti al pesto los martes al atardecer. Dije, y repito, se quedaron con el territorio que el Imperio Británico unilateralmente dispuso en la repartija para los Palestinos y los dejaron “pagando”, sin el pan y sin las tortas (o sin la chiva y sin el mecate) para afirmar “luminosamente” que “Jordania es Jordania y los Palestinos son los Palestinos”, cosa que no se entendería a qué viene, si no reflejara la cola de paja de quien exclama “Y a mí…por qué me miran?” PORQUE TE LO ROBASTE…ATORRANTE! (con cáncer o con caspa)
4 de octubre, 2011
roberto dante
Lanús, Argentina, 04 10 2011
Hannah L Migliavacca demuestra en sus textos una verdad establecida históricamente desde que el sionismo es lo que es: Como en el juego del “bueno y el malo” que se muestra en los pésimos policiales literarios o filmados; el sionismo sobrevive por la complementariedad de estas dos patas que se retroalimentan. El “sionista malo”, hace el trabajo sucio: las fuerzas armadas y El Mossad israelíes, matan, torturan y ocupan; los colonos: ocupan y expulsan a los sobrevivientes de los territorios que les pertenecen. Pero, esto no sería suficiente sin el trabajo propagandístico, de los “sionistas buenos”, los que, como Ud, se separan (como si tuvieran lepra) de los “Netanyahus” y de los fundamentalistas religiosos; pero son dos facetas de un mismo proyecto: expandirse territorialmente y desacreditar las culturas ajenas al pueblo elegido por Dios. Aunque respeto la libertad de cultos, no tengo dudas sobre que las religiones son el opio de los pueblos; pero, para el sionismo, es una gran herramienta para agrupar y separar a los “suyos” del resto de los humanos. No puedo dejar de mencionar la habilidad con que manejan la divulgación de la “idea de pueblo perseguido” (Lo cual es verídico si lo unimos a los negros, asiáticos –amarillos-, pueblos originarios americanos, armenios, gitanos, y sigue la lista…), pero ustedes solo publicitan sobre si mismo. No les interesa desenmascarar una historia oficial, sino crear una “nueva historia oficial” que les de sustento ideológico para la desmesura sionista. Un ejemplo de esta divulgación (mas precisamente este reiterativo machacar) lo tenemos en la casi incalculable cantidad de films estadounidenses que tratan el tema del aniquilamiento de los judios en la Alemania nazi. Este procedimiento hitleriano está indudablemente probado históricamente, y fue de una deshumanización impiadosa, como toda persecución xenófoba a través de la línea del pasado y presente histórico ejecutada sobre cualquier comunidad cultural. Pero la multiplicación geométrica de estos films sobre la temática mencionada crea el espejismo ideológico de que los judios fueron los perseguidos emblemáticos de toda la humanidad.
Nada es casual. Es básicamente causal. En este caso podemos ver como la publicidad sionista retomó las enseñanzas del más grande investigador sobre el uso de la publicidad, el innombrable Joseph Goebbels (Ministro de Propaganda del régimen nazi) ¿Encontramos una terrible contradicción? No, sólo es una revelación de porque podemos hablar de los sionistas como los nuevos nazis desde la derrota del hitlerismo en Alemania. A la publicidad, sumemos los procedimientos alejados de toda garantía legal del El Mossad israeli. Sus métodos (como los nazis) basados en la persecución, secuestro, tortura y asesinato son muy conocidos. Para no extenderme cito como bibliografía (especialmente sugerida para todo ciudadano ajeno al sionismo, pero ingenuo receptor de su publicidad) a Gordon Thomas, entre otros, su libró “La Licencia para matar del Mossad”).
Es necesario, para evitar interpretaciones equívocas, distinguir entre los sionistas judíos y los “judios críticos” (*) que no confunden su origen o religión con una inexistente nación. Estoy hablando de argentinos judíos o españoles judíos o australianos judios, etc, etc. Etc…. Finalmente, elijo uno de los tantos desaciertos en los dichos de Hannah L Migliavacca. Nos trata de inducir a falsas conclusiones sustentadas en (Cito): “Con un AMPLIO mapa de Oriente Medio…” (…) “es honesto que sea Israel quien tenga que aportar una feta de su exiguo territorio para los palestinos?”. FALSO: Ver “Crónicas de Palestina – Línea del Tiempo – en MILENIO.com. .Fuente: Agencia Central de Inteligencia de EE.UU.”. Allí podrán ver que en 1947 los futuros israelíes solo ocupaban el 7 % del territorio palestino. En 2011 es conocida la casi inversión de este porcentaje. ¿Y el expansionismo de los asentamientos de colonos sionistas? Continúa día a día.
Dejo una mínima lista de judíos críticos que se oponen al mantenimiento del Estado de Israel y trabajan para lograr un Estado Único palestino-judeo-cristiano.
(*) Rabino YISRAEL DOVID WEISS (Conferencista). HAJO G. MEYER (Sobreviviente de los campos de concentración nazis). Rabino JEREMY MILGROM, cofundador de Rabinos por la Paz. ILAN PAPPÉ, historiador israelí, profesor de Historia en la Universidad de Exeter (Reino Unido).
Encontrarán sólo algunas reflexiones de aquellos judíos que muy difícilmente veremos en los Medios Oligopólicos de Comunicación Internacionales. Ya cansados de “La Historia Oficial”, es sanador separar las falsedades que ensucian las verdades simples.