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Adentro del Mayo español, por Karina Sainz Borgo

Unos 25.000 ciudadanos han tomado una de las plazas más céntricas de Madrid, y 50 ciudades más en España, para manifestar su descontento frente a políticos, banqueros y estructuras de poder..

Por Karina Sainz Borgo | 24 de mayo, 2011

Foto: Karina Sainz Borgo

Madrid.- Desde hace ocho días, unos 25.000 ciudadanos han tomado una de las plazas más céntricas de Madrid, y 50 ciudades más en España, para manifestar su descontento frente a políticos, banqueros, funcionarios y estructuras de poder. “No nos representan”, dicen. ¿Revolución o cansancio? En el estornudo del hartazgo ciudadano que domina el panorama internacional, Sol es una estación más.

A sus 19 años, José lo lleva muy claro. “La política es una distracción más”. Una como cualquier otra, como el consumo, la publicidad, el fútbol, el dinero, la moda. Su enumeración de metralleta se hace cada vez más y más intensa. “Es el sistema, el sistema, por eso estoy aquí, para cambiar el sistema”. Después de escuchar a José resulta irresistible preguntarse: Si el sistema existió siempre, ¿por qué manifestarse ahora y no antes? “Porque este es el momento del cambio. Es ahora, ¡ahora!”. Las palabras de José, uno de los 25.000 manifestantes que desde el 15 de mayo permanecen en acampada de protesta en la madrileña Plaza del Sol, apuntan a una diana inevitable. En abril de 2011, España alcanzó un índice de desempleo de 4,9 millones de personas, el doble de la media europea. Si a eso se suma el agresivo paquete de ajustes sociales puesto en marcha hace un año por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, las escuetas palabras de José demuestran algo: Sol no puede taparse con un dedo.

En el kilómetro cero de Madrid ocurre de todo. Desde la periferia hasta el centro de la protesta es posible desandar los pasos apretados de una sociedad que se ha topado con una verdad demoledora: el Estado de Bienestar tiene agujeros enormes. En Sol acampan los jóvenes militantes y radicales, los antiglobalización, los anarquistas, los perro-flauta, sí. Es verdad. Pero también los jóvenes profesionales que se ven obligados a sobrevivir con trabajos precarios, los pensionados a quienes han congelado la pensión, trabajadores con más de 22 meses en paro, jóvenes ni-ni (ni estudian ni trabajan), funcionarios a quienes la administración redujo su sueldo, prejubilados en edad aún productiva a quienes han echado a la calle durante las muchísimas reducciones de personal que ejecutan las empresas desde hace más de un año. Democracia Real YA, como se ha denominado el movimiento asambleario que comenzó en Madrid y se extendió a más de 50 ciudades en toda España, recoge un malestar colectivo que tiene su mayor expresión en un hartazgo general ante los líderes políticos.

Quienes asisten a Sol no se sienten representados por los partidos tradicionales. Eso a una semana de las elecciones suponía una bomba de tiempo para el Gobierno, que optó por no desalojar la protesta, aunque eso implicara desacatar la medida emitida por la Junta Electoral.  Sin embargo, desalojados o no, el desafecto hacia los líderes políticos siguió siendo el mismo. Y lo que es peor. Quienes manifiestan en Sol, los indignados, como les llaman, sienten  que alguien les debe algo: la banca, los medios, los empresarios, los sindicatos. Y así lo expresan al ritmo de consignas como “Botín, cabrón, trabajas de peón” o  “Bote, bote, banquero el que no bote”.

Para Jorge, operador de audio prejubilado de Radio Televisión Española, esta es la primera vez en España que se observa una respuesta de este tipo. ¿Acaso la manifestación contra la participación del Gobierno de Aznar en la guerra de Irak, en 2004, no fue algo parecido? “En absoluto”, responde Jorge mientras intenta hacerse escuchar por encima de un megáfono que anuncia que a las seis habrá una asamblea para discutir las propuestas para un manifiesto colectivo. “En España hemos estado 40 años con el mismo hombre. Y otros cuarenta años con otros dos. Ha tenido que pasar todo este tiempo para enterarnos que tenemos que movernos”.

A medida que uno recorre la protesta desde su periferia hacia el centro, comienza a darse cuenta de que los manifestantes transfieren sus esfuerzos no ya al debate y la discusión, sino al duro ejercicio del acuerdo. Una democracia, por muy utópica que sea, tiene sus complicaciones. Los manifestantes de Democracia Real, apostados en unas carpas centrales en el centro de la Puerta del Sol, han creado un sistema de organización dividido en distintas comisiones: una dedicada a los asuntos de Comunicación; una comisión Legal encargada  de trabajar sobre las cuestiones jurídicas, entre ellas la puesta en libertad de los detenidos tras la manifestación del domingo así como un grupo de Extensión, en quien se delegó todo lo relativo a Transportes, Universidad, Formación, Imagen o INEM, y que tienen como principal tarea llevar “a la calle” la movilización.

Otros dos grupos se encargan del mantenimiento del campamento: el de la alimentación, que recibe la comida y bebida que las personas donan voluntariamente a los acampados, y el encargado de infraestructuras, es decir, la limpieza, cuerdas, generador de corriente y lonas o carpas; todo apuntado en una lista que indica el índice de prioridad. Esta carpa, ubicada a los pies de la estatua ecuestre de Carlos III, deja ver esa democracia naive en la que un chico anuncia por un parlante que por hoy no se necesita más agua ni ropa, mientras otro, de la  comisión  interna y orden, convence, a gritos, a un puñado de sujetos para que se bajen cuanto antes de los andamios de los almacenes. “No queremos dar motivos para que nos saquen de aquí”. Pero las ideas, ¿dónde y quiénes cocinan las ideas de una plaza indignada?

Fabio Gándara, abogado en paro, de 26 años, es una de las cabezas visibles del movimiento Democracia Real YA.  De una semana para acá, está permanente ocupado, cuando  hasta hace poco menos de ocho días ningún periodista daba nada por él ni sus compañeros –sólo tres medios fueron a la rueda de prensa para convocar a la manifestación-.  Para referirse a la consistencia de un movimiento que luce tan ciudadano como informe, Gándara insiste en un mensaje que ha dicho ya, varias veces: “Somos gente normal, somos nuevos en esto de las manifestaciones. Funcionamos con financiación propia, donaciones, la gente viene a dejarnos cosas. Todo esto es algo ciudadano. Mira las asambleas. Todo lo que hemos pedido en el manifiesto ha sido producto de esas reuniones, todas espontáneas. Hemos usado el twitter, el boca a boca. Aquí el único líder es la gente”.

A ocho días de la primera concentración, y luego de celebrarse unas elecciones municipales y autonómicas en las que el Partido Popular, de tendencia conservadora, barrió a la izquierda, los manifestantes continúan en la plaza. Permanecerán allí una semana más. O eso dicen.  Sostienen las mismas reivindicaciones: “la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas”. En un mismo folio estos manifestantes piden, desde la eliminación de “los privilegios políticos”, la reforma de la Ley Electoral, pasando por la reducción del gasto militar, el control de las entidades bancarias hasta el boicot a la famosa Ley Sinde -que prohíbe las descargas digitales- y la profusión de una democracia participativa plagada de referendos. ¿Quiénes son? ¿Qué quieren? Es difícil identificar caras en una multitud en la que se mezclan chicos con acné político y apaleados ciudadanos de una clase media cada vez más acorralada en el cuadrilátero de la crisis y el desguace del Estado del Bienestar del primer mundo. El verdadero problema de la Puerta de Sol no son sus líderes, la preparación o no de quienes han empujado esta acampada del oprobio y el indignado. El verdadero drama son las interrogantes que coloca sobre la mesa. Preguntas que permanecen aún sin respuesta.

Karina Sainz Borgo 

Comentarios (7)

María Eugenia
24 de mayo, 2011

“Manifiesto de los acampados en la Puerta del Sol DEMOCRACIA REAL ¡YA!

Nadie os obligó a ser políticos. Ninguno de nosotros os pidió que sirvierais al país. Fue vuestra decisión, libre y soberana, así que no vamos a bajar el listón de nuestra exigencia, al contrario, vamos a incrementarlo como nunca antes lo habíamos hecho y vamos a convertir nuestra determinación en el motor de una revolución pacífica que no podréis ni soñar en detener. Nosotros sustentamos la nación con nuestro trabajo y sostenemos al estado con nuestros impuestos. Nosotros parimos los hijos, los educamos para que continúen manteniendo la nación cuando les llegue el turno y los alojamos en nuestras casas más tiempo del necesario para su vuelo. Y vosotros no habéis hecho vuestra parte del trabajo. Ahora no tenemos pan para alimentar a muchos de los nuestros. Ahora una generación entera mejor preparada que ninguna otra antes está agonizando sin futuro. Por vuestra culpa. Ahora lo sabemos: con vuestra hambre de prebendas y vuestra medrosa intemperancia habéis vendido nuestro país y nos habéis vendido a nosotros. Lo peor es que también queréis que paguemos la factura de vuestras pavorosas componendas. Nosotros cuidamos de los ancianos, mantenemos el ritmo económico del país y hacemos que el progreso sea una realidad para todos inventando internet, descubriendo los principios activos de los medicamentos, aportando ayuda para paliar cualquier desgracia colectiva, viajando a lugares remotos para llevar consuelo o conocimientos, creando los puestos de trabajo y limpiando el chapapote mental con que vuestra negligencia nos roba vidas, haciendas y esperanzas. Somos nosotros los que morimos por vuestras decisiones, demasiadas veces equivocadas: y es que nosotros ponemos los muertos en los accidentes, en los atentados, en las guerras y en las catástrofes. Vosotros solo nos miráis desde arriba, insaciables, pidiendo más y más y más. Ahora, cuando las cosas van mal, así sea individual o colectivamente, seguimos siendo nosotros los que apechugamos para salir del hoyo que vosotros cavasteis. Y de paso os sacamos también a vosotros, ingratos, que encima sonreís y os ponéis la medallita que solo es de la masa, de la gente, de la muchedumbre. De la ciudadanía. Nuestra. Y ya hemos llegado al final de nuestro aguante. Hasta hoy os hemos pedido poco, muy poco. Solamente que no metierais mano en la caja, que no anduvieseis a la gresca por una silla apenas unos centímetros más alta que la otra, que conocierais y respetarais la Constitución , que entendierais nuestras necesidades como sociedad, que fuerais demócratas en el más estricto sentido de la palabra y que protegierais a los más frágiles de entre nosotros. Los servidores públicos sois vosotros y estáis a nuestra disposición, pero lo olvidasteis hace décadas y vendisteis muy barato nuestras vidas, nuestras haciendas, nuestras esperanzas. Os pedimos muchas veces que nos respetarais como a iguales, que dejarais de perder el tiempo en nimias controversias sobre el tamaño de vuestros egos, enormes por demás. Os gritamos que fuerais más constructivos, capaces y tolerantes, que no dierais tan mal ejemplo a todos los que os hemos estado mirando, atónitos. Ha llegado el momento de recordaros algo muy importante: este país es nuestro, no vuestro. Y os lo vamos a hacer saber con cuanta determinación y esfuerzos sean necesarios. Ha llegado el momento. Vamos a recuperar nuestras vidas, nuestras haciendas y, por encima de todo, nuestras esperanzas y nunca más volveréis a robárnoslas. Ha llegado el momento. Somos más y cada uno de nosotros vale más que todos vosotros juntos porque a nosotros nos mueve la confianza en el nuevo tiempo al que pertenecemos y no vuestro miedo a perder un tiempo que ya murió. Ha llegado el momento. Vamos a recuperar la sociedad de una nación a la que queremos más que vosotros, con más sensatez y mejores capacidades. Una sociedad que sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cuándo lo quiere; una sociedad segura de sí y que sabe bien lo que no quiere: a vosotros. Ha llegado el momento de abrir la caja de Pandora: y ahora solo resta que os vayáis y dejéis el campo libre para que podamos hacer las cosas bien, con la participación de todos y con la hermosa bandera de la Democracia Real izada en nuestros pabellones. No lo pongáis difícil empecinados en vuestra arrogancia. Idos a casa, politiquillos. Idos ahora cuando todavía os cabe el honor de la retirada silenciosa. Después no habrá tiempo y será muy doloroso. Señores políticos arrogantes y olvidadizos del pueblo. Cambiad o estáis despedidos. Sin 45 días de indemnización por año. Ni prestación de paro.”

[me lo acaba de enviar un amigo español pero no es de él ni me dice quién lo escribió, sólo que le llegó por e-mail]

gisela kozak
24 de mayo, 2011

El gran problema de estos antisistema es que no ofrecen alternativas viables. Estoy de acuerdo con “la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas”, pero dudo mucho que la vía para lograrlo sea “una democracia plesbicitaria cragada de referendos”. No habría tiempo para vivir, trabajar, estudiar…Me huele a radicalismo europeo universitario. La democracia es trabajo, profundización, organización. ¿Por qué esperan que el estado les garantice todo? El estado mientras màs concede, màs empobrece a la sociedad y màs esclaviza a los individuos.Necesitan trabajo y estudio, no plesbicitos. Requieren una economía abundante en puestos de trabajo que puedan sustentar una seguridad social adecuada…Pero no dicen nada acerca de cómo lo lograrán. Por eso los remedios (chavismo en Venezuela, por ejemplo) son peores que la enfermedad, porque colocan el acento en el “DAME”, no el “HAGO”

ALEXANDRE DANIEL BUVAT
24 de mayo, 2011

Es sólo un pequeño ejercicio de imaginación que puede permitir inferir conclusiones. imeginemos 10, 20 30 grupos de personas en cada ciudad en cada pueblo, tomando unas copas pues no hay que perder la alegría, pero que a fuerza de estar sin trabajo y con menores ingresos, y peor aún perdiendo toda esperanza o expectativa de mejorar, pasan de la queja cotidiana a la crítica y asi se irritan ante unos banqueros que inventaron unos valores falsos, quebraron a miles de personas, los dejaron sin viviendas y con la obligación de seguir pagando cuotas e intereses por algo que ya no poseen ni usan y encima de eso, los gobiernos crean mas impuestos y rebajan las ayudas sociales para “rescatar a los bancos” y a esos culpables no les pasa nada.. Imaginemos solo que por esa razón, que ninguna teoría económica ni ninguna ética del progreso capitalista puede explicar para esas gentes, se reunan a diario miles de personas en España, en Grecia, en Turquía, en Egipto, en Irlanda, en Italia, en Estados unidos ..y pare de contar Sólo por esa razón y es solo una de tantas, la caldera social va tomando presión, ayudada por la tecnología que transformada en redes sociales y en adminículos casi indispensables ( o sea un gran mercado) también harán mas ricos a unos pocos para así seguir con los circulos viciosos en espiral de frustraciones e indignación que serian como un tornado social que obligaría a las reconstrucciones de modelos, teorias, decisiones, políticas y formas de gobernabilidad… es de suponer que habrá otros Mayos y probablemente menos pacíficos que los de ESpaña y no sólo en el norte y es de esperar que luego haya un lapso de cambios consecuentes

Ruben
24 de mayo, 2011

En España el HAGO está condicionado por dos partidos, PP y PSOE y una ley electoral que secuestra una mal llamada democracia donde a cualquier otro partido diferente le cuesta 7 veces más lograr un escaño por la maquiavélica distribución de las circunscripciones. Hipotecas, carros nuevos, créditos para todo…no hay trabajo y los políticos siguen discutiendo los infames “pactos”, eso es sencillamente insostenible, la bomba estallará, hace mucho tiempo no veía indigentes en España, para información de mucho opinadores ahora los hay bien arruinados y psicóticos.

La KSB
25 de mayo, 2011

El problema, o lo más complicado de todo esto, es que ocurre en un momento en el que, por primera vez en años, una sociedad acomodada, se da cuenta de que se le cae encima el Estado de Bienestar. El gran logro de mediados del siglo XX para acá se hace trizas.La acampada es una expresión de eso. No sé si la polarización PP y PSOE por sí misma hubiera llevado a la gente a la calle, aquí hay de por medio una de las crisis económicas más profundas que ha vivido España en su historia democrática.

llamosas
27 de mayo, 2011

Leo, escucho, indago, y todavía no me he topado con una declaración, posición o manifiesto, que use las expresiones “producir mas”, “trabajar mas”, “mejorar la productividad”, “menos tiempo para la siesta”, “menos vacaciones de verano”, nada de nada…. Quieren continuar igual, y por eso quieren “nuevos políticos”. La culpa siempre es de los demás… El perfecto caldo de cultivo para demagogos, anarquistas y comunistas trasnochados!!! Suerte con eso, España!!

Ruben
30 de mayo, 2011

“Producir más” “trabajar más” “productividad” y 20 por ciento de la población está en el paro(SIN TRABAJO) y los que tienen tercerizados e infravalorados trabajando y produciendo en un ramo que no es el suyo para lo cual no estudió. !Que brillante! genial de verdad…seamos más objetivos menos fanáticos al mirar la realidad de los países, suerte universo! suerte Venezuela!

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