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Despachos desde Libia: Los Ejércitos del Este, por Jon Lee Anderson

Jon Lee Anderson continúa en el frente de batalla en Libia, que se ha desplazado hasta Ras Lanuf, una ciudad cercana a Sirt, uno de los bastiones importantes de Khadafi.

Por Jon Lee Anderson | 6 de marzo, 2011

Foto: Marco Longari/AFP/Getty Images

Durante los últimos días, el frente de batalla se ha desplazado rápidamente desde Bhengazi, la ciudad oriental ubicada en la costa que ha sido el epicentro de las revueltas contra Khadafi desde hace tres semanas, hacia Trípoli, la capital. Desde mediados de semana, cuando los llamados rebeldes de la “Libia libre”, basados en Benghazi, repelieron el ataque de las tropas de Khadafi contra dos pueblos petroleros ubicados en su frontera occidental –Brega y Ras Lanuf-  el frente de batalla se ha acercado a la ciudad costera de Sirt. Sirt se encuentra justo en el punto medio entre  Bhengazi y Trípoli, y, después de la capital, es el último bastión de Khadafi.

Hoy fui a Ras Lanuf, el pueblo costero donde se encuentra la principal refinería de petróleo del país. Al igual que Brega, otro enclave industrial que visité el pasado miércoles durante los combates, Ras Lanuf es un pueblo dominado por la industria petrolera, con varios conjuntos residenciales impersonales  y su propia pista de aterrizaje, hospitales y escuelas. Entre estos dos pueblos, no hay nada excepto desierto, camellos y las ocasionales alcabalas establecidas por el “ejército” emergente de oriente, un grupo de hombres, civiles, la mayoría en sus veintes y armados. Casi ninguno tiene experiencia de combate. Son gatillos-alegres y frecuentemente disparan, entusiasmados, sus armas al aire. Se mueven en camionetas y pickups que han acondicionado al estilo Somalí, con armas pesadas y, en algunos casos, baterías anti-aéreas saqueadas de los depósitos militares.

(Ayer en Bhengazhi, uno de esos depósitos fue el escenario de una tragedia cuando aparentemente rebeldes inexperimentados ocasionaron una explosión accidental. Murieron docenas de personas a causa del estallido. En Ajdabia, mientras tanto, Peter Bouckaert, un representante de Human Rights Watch, advertía que había encontrado un arsenal de misiles anti-aéreos portátiles SA-7,  de origen ruso, así como una gran cantidad de otras armas y municiones guardadas en depósitos inseguros, bajo el control de las fuerzas rebeldes).

Durante la mayor parte de la tarde del sábado, conduje varias veces entre Brega y Ras Lanuf con un par de compañeros  tratando de entender la lógica de la situación, o al menos para encontrar a alguien que  pudiera contarnos lo que estaba pasando en el nuevo y caótico “frente de batalla”, pero no lo logramos . Las comunicaciones son difíciles y solo pudimos comunicarnos por mensajería de texto con otros colegas, quienes al igual que nosotros, conducían alrededor del frente. Hay mucha adrenalina en las alcabalas de los rebeldes, mucho ruido y con combatientes disparando sus armas aleatoriamente y en cualquier dirección, mucho peligro. En una de estas alcabalas, tres jóvenes nos retuvieron hasta que transmitieron con éxito una fotografía desde uno de sus teléfonos, por bluetooh, a uno de los nuestros. La foto mostraba a un ser humano acostado, picado en pedazos. Ellos se comportaron como si el hecho de que nosotros tuviéramos la foto certificaba la ocurrencia de la atrocidad. En otra de las alcabalas, un mayor del Ejército, vestido de civil y que intentaba ejercer alguna clase de autoridad, nos dijo que estaba preocupado porque los combates se estaban moviendo hacia las afuera de Ras Lanuf  y las fuerzas de Khadafi se estaban reagrupando para un contra-ataque, de acuerdo con la información de inteligencia que manejaba. Ellos pudieran regresar por el desierto y aislarnos por nuestra retaguardia, nos dijo. Comenzó  a dar órdenes a los hombres a que se estaban fuera de sus vehículos, y, cuando terminó, un aire de urgencia se apoderó del ambiente y se produjo un éxodo. Nos unimos a la caravana, que como muchas de las actividades en el frente, implicaba conducir a una velocidad peligrosamente alta.

Cuando nos detuvimos en una alcabala, un hombre con barba comenzó a gritar que la oposición había derribado varios jets de combate en Ras Lanuf. “Tumbaron tres”, gritó emocionado. Otro hombre dijo que fueron “cuatro”. Todos los jóvenes empezaron a pronunciar consignas triunfalistas, gritando “Allahu akbar!”. El combatiente barbudo comenzó a manipular con torpeza su AK-47, intentando disparar para celebrar, pero casi pierde el control del arma. Afortunadamente, dejó de jalar el gatillo justo cuando se acercaron algunos de sus compañeros a mostrarle como debía hacerlo. (Por si acaso, nosotros nos habíamos agachados en el carro para quedar fuera de la línea de fuego).

Una hora después, ya en el ocaso, regresamos a Ras Lanuf, frente a la refinería. Un combatiente, fumador compulsivo, nos guío un cuarto de milla a través de un camino en el desierto que nos permitió encontrar el avión –el número, en definitiva, era uno-. Nos contó que la aeronave –un MiG, supuestamente, aunque algunos habían dicho que podía ser un Sukhoi- había estado volando por la zona todo el día, pero todavía no había bombardeado cuando hizo un vuelo a baja altura y todos los hombres aprovecharon  para abrir fuego. Increíblemente, uno de ellos atinó el disparo en el punto correcto. El avión se estrelló, explotando y desintegrándose en miles de pedazos que quedaron esparcidos por el desierto. Sus dos pilotos murieron. Uno era de Sudán, de acuerdo con un pasaporte encontrado en el sitio del accidente; el otro era libio, según sus documentos.

Vi los restos de los pilotos. Ambos habían sido decapitados, presumiblemente por la explosión o por el impacto al estrellarse, pero sus cuerpos, aun vestidos con sus trajes verdes de vuelo, estaban intactos. El rostro de uno de los hombres se había desprendido parcialmente de la cabeza, y reposaba, con su nariz  y su labio superior con bigotes, como una máscara desechada en el desierto.

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Publicado en el New Yorker y, en español, en Prodavinci, con autorización de Jon Lee Anderson.

Jon Lee Anderson 

Comentarios (8)

Boris Muñoz
6 de marzo, 2011

Como en cada texto suyo, por breve que sea e independientemente de la presión con que haya sido escrito, JLA hace gala de su don de cronista al ofrecernos una visión minuciosa y llena de detalles reveladores imposible de encontrar en las agencias de noticias y la mayoría de los grandes periódicos. Qué bueno poder leerlo en Prodavinci

Raúl Cazal
6 de marzo, 2011

“Los analistas internacionales no parecen entender muy bien lo que sucede en Libia. Un ejemplo: el número de muertos, que el primer día calculaban en 10.000, ha venido disminuyendo en lugar de aumentar con el paso del tiempo: ahora va en solo 600. Lo cual cuadra mal con las versiones, o los rumores, de que las tropas leales a Gadafi, o sus mercenarios, han bombardeado ciudades desde el aire y han usado artillería pesada en los combates contra los rebeldes. Y tampoco se sabe muy bien quiénes son los rebeldes, ni quién los dirige, si es que los dirige alguien: comités populares espontáneos, oficiales del Ejército que han cambiado de bando, jefes tribales tradicionales. O la misteriosa Al Qaeda de Osama Bin Laden, como afirmó el propio coronel Gadafi en una entrevista con la BBC.”

Lo anterior es del articulista colombiano Antonio Caballero, de su última entrega para Semana.

Lo que muestra Jon Lee, con la claridad del cronista, es que en Libia hay una guerra civil. Los “opositores” no son unos idílicos manifestantes. Detrás de esta guerra hay muchos intereses de países foráneos, visto el apoyo militar que han tenido los rebeldes, a juzgar por estos “Despachos desde Libia”.

Alexandre Daniel Buvat Irazábal
6 de marzo, 2011

Que interesante y que gran impacto tendría si algún “maestro” de la comunicación y con tanta o mas audacia que Jhon Lee A, pudiera reseñar reuniones en la CIA, o en Mossad, o en el Pentágono, o en las cúpulas de la Uni´n Europea , en fin en los sitios donde realmente se generan los conflictos y luego se trata de encauzar resultados, no frecuentemente con exito rápido, a su favor Mientras tanto sigamos esos envios que reseñan un grupu de cándidos y manipulados jóvenes tomando las armas y sin dirigentes visibles ni programas para eventuales tomas del poder, luchando contra otras fuerzas seguramente mejor entrenadas y que si no contaran con apoyos internacionales de cierto peso o valor estratégico, ya hubieran huido como corresponde a los que se afirma sean solo mercenarios. Seguiremos esa saga narrativa y dejemos el análisis y la especulación para cada quien, pero eso si, expresenla que asi es como es útil

José luis
7 de marzo, 2011

Impecable la información, y de acuerdo a serias investigaciones que tengo (…) el rumbo de lo que ocurre en libia es incierto. digo esto, porque todavía no se asoma una cabeza visible,que sea el lider que represente la antitesis del coronel Kadafi. En realidad esto es preocupante y si esto se mantiene y continua asi y no se toman decisiones radicales Kadafi va a salir airoso de esta revuelta civil. Indudablemente que ese asunto debe resolverlo el pueblo libio con los sacrificios que en toda guerra ocurre me refiero a las victimas inocentes.Empero,la situación no es muy cómoda para los rebeldes….! y ojalá todo se resuelva lo más rápido posible para bienestar de su colectivo.

Maripili Salas
8 de marzo, 2011

Señor Alexander, con todo respeto,sería muy interesante leer sus comentarios si estuviera en el lugar de Jon lee Anderson haciendo el reportaje, total; ahí no se genera ningún conflicto.

Alexandre Daniel Buvat Irazábal
8 de marzo, 2011

Señora Mariply, ni tengo vocación ni mi sentido de la audacia, me inducirían a ir de reportero a narrar ciertos acontecimientos, sólo lo que vea y donde al parecer no arriesgue tanto. Pero obviamente lo que comunican personas como el Sr Lee, son narraciones muy útiles, parecen ciertas y permiten hacernos conjeturas como las que yo expreso. Por lo demás mi comentario se orienta a la investigación , de las causas y los procesos en y posteriores a los conflictos, cuyos actores inmediatos, los pueblos y sus dirigentes y los gobiernos de turno son lo mas visible y lo que reseñan los sres como Lee a quien hay que respetar agradecer y hasta admirar.

DanielChalbaud lange
20 de marzo, 2011

Felicitaciones. Por amplitud y veracidad de noticias prefiero esperar los informes de Jon Lee Anderson que las cientos de veces repetidas imágenes, entrevistas y traducciones de CNN. Tubazos que reenvió.

DanielChalbaud lange
20 de marzo, 2011

Reitero mi felicitación a Prodavinci por la amplitud y veracidad de las noticias recibidas en los informes de Jon Lee Anderson,verdadero periodista en la frontera.

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