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Cosas de la traducción

Hace más de diez años traduje uno de los últimos poemas publicados por Ian Hamilton. “Biografía”, se llama. Es muy breve, como todo Hamilton y en el original dice así:

BIOGRAPHY

Who turned the page? When I went out
Last night his Life was left Wide-open,
Half-way through, in lamplight on my desk:
The Middle Years.
Now look at him. Who turned the page?

La concisión se cuenta entre los atributos más envidiados de Hamilton. Y estos, los poemas breves y concisos, son, precisamente, los que deben ser evitados al emprender la poco grata tarea de traducir la obra de algún poeta. Una sana advertencia que desoí cuando intenté poner “Biografía” en castellano. Esto fue lo que hice:

BIOGRAFIA

¿Quién pasó la página? Anoche,
cuando salí, su vida estaba abierta de par en par,
a medio camino, a la luz de mi escritorio:
la madurez.
Ahora véanlo.
¿Quién pasó la página?

Mi primer error fue no prestar debida atención a los sustantivos con mayúsculas, “Life” y “Middle Years”. Si bien es cierto que han debido estar en cursivas, tratándose de Hamilton la ambigüedad es lo más seguro. Y la ambigüedad es la esencia de la poesía, de la cual este poema del británico es una buena ilustración. “Life” es “vida”, con o sin mayúsculas, es cierto. Y “Middle Years” es eso, la mitad de la vida, el “mezzo camin di nostra vita”. El cual, de una manera un tanto subjetiva, se corresponde con eso que llamamos “madurez”. De modo que, por lo menos hasta hoy, me sentía, si no feliz, al menos satisfecho con mi intención de presentar la poesía de Hamilton en Venezuela. Los problemas comenzaron cuado repasé las notas a los Collected Poems que me trajo Constanza ayer. En sus comentarios, Allan Jenkins, nos aclara que cuando Hamilton escribió “Life” en su poema, se refería a la monumental biografía de Henry James en cinco tomos escrita por Leon Edel, cuyo tercer volumen fue titulado Henry James: The Middle Years. Pero esto no es todo. Dice Jenkins que, en 1893, James publicó un relato en el cual un anciano novelista, convencido de que ha llegado muy tarde a la madurez artística, pide una segunda oportunidad, una segunda vida creadora. Después de leer todo esto, he trabajado en una nueva versión de “Biografía” para incluirla en mis Voces Ajenas. De Mallarmé a Hofmann:

BIOGRAFIA

¿Quién pasó la página? Anoche,
cuando salí, su Biografía estaba abierta
en la mitad, a la luz de la lámpara
sobre mi escritorio: Años de Madurez.
Ahora mírenlo, ¿quién pasó la página?

La pregunta es, ¿hasta qué punto son necesarias las informaciones que proporciona Jenkins para disfrutar el texto de Hamilton? En Sixty Poems, el libro de Hamilton donde apareció el texto, no aparecen las notas. No obstante, de los sesenta poemas , este fue uno de los que más me atrajo. Me gustó desde la primera expresión: “¿Quién pasó la página?” Me identifiqué de inmediato con esta expresión del fugit irreparabile tempo de los latinos. Creía, y sigo creyendo, que Hamilton se refiere a la vida, la existencia, y no a una biografía en particular. O mejor, sí se refiere a la vida, pero era la suya, que es la de todos. Lo demás es alegoría, que es hablar de “otra” cosa. Se trata de un triunfo de la ambigüedad. Al final, “Biography” se refiere a la angustia que padece el creador ante la finitud de los años y lo dilatado del arte. Después de décadas dedicado al oficio, uno se siente como el personaje de James, anhelando una segunda vida creadora. Es lo menos que necesitamos para escribir algo permanente. Cuando creemos que hemos alcanzado el dominio de la forma, nos damos cuenta de que no estamos mucho más allá de donde comenzamos. Así, seguimos de tropiezo en tropiezo. Mi versión del texto de Hamilton es apenas una muestra. Que, en su gloria, el poeta nos beneficie con su tolerancia, una práctica que en su corta vida , al parecer, no fue muy frecuentada.