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¡Comenzó la Berlinale!

Ha comenzado la Berlinale que este año celebra su sexagésimo aniversario. Será una ideal oportunidad para celebrarse a sí misma, lo que suena peor de lo que es, porque lo que se celebrará será el cine que ha pasado por el festival desde 1951 hasta el 2010, desde Miss Julie hasta La teta asustada, pasando por Ikiru, La notte, À bout de soufle, La ley del deseo, Fresas y Chocolates y Magnolia, entre tantas otras. Una de las mejores noticias este año es el nombre del presidente del jurado, el señor Werner Herzog, un cineasta que podrá gustar más o gustar menos, pero nadie puede poner en duda su compromiso con el cine: director, productor, actor y guionista, con más de cincuenta producciones (largometrajes, cortometrajes y documentales) y un puñado de libros, es un hombre al que le sobran las credenciales para dirigir cualquier festival e inspirar confianza.

A lo largo de la próxima semana, haré lo posible por compartir con ustedes algunas experiencias que cubran al menos una parte del enorme espectro del festival.

Este año serán proyectadas más de cuatroscientas películas del mundo entero de las cuáles veinte formarán parte de la competición oficial. El problema con los festivales de cine, y paradójicamente, una de sus grandes virtudes, es que de estos cuatroscientos títulos, muy pocos nos dicen algo. ¿Cómo escoger las películas que queremos ver? ¿Tiene sentido tratar de crear un criterio basado en las cuatro oraciones con las que algunas películas (no todas) son presentadas en el programa? Todos los que año tras año visitan el festival están de acuerdo en que es una lotería. Yo opto por centrarme en la sección RETROSPECTIVA que cada año desempolva a grandes clásicos y los pone una vez más a nuestro alcance. El año pasado celebraron las películas rodadas en 70mm, lo que me dio el chance de ver Baraka y 2001: Odisea en el espacio por primera vez en la gran pantalla. Hace dos años el homenaje fue a Luis Buñuel y hace tres al cine a los años veinte, con enfoque especial en Lubitsch, una oportunidad única para los amantes del cine mudo de ver los grandes clásicos con música en vivo, películas que de lo contarrio sólo pueden verse muy de vez en cuando en la cinemateca y muchas veces sin música, lo que es una blasfemia, si me preguntan a mí.

Este año la RETROSPECTIVA promete igualmente ser muy interesante y un tiro al suelo para los que no tenemos ni el tiempo ni los fondos para ver todo lo que nos ofrecen. El programa incluye una selección de las películas que se dieron a conocer en el festival desde 1951 hasta 2009. Clasícos como los mencionados en el primer párrafo, y muchos más, serán proyectados una vez más con la intención de ver si el efecto que causaron entonces sigue estando vigente. ¿Qué opinarán los espectadores que conocen al Pedro Almodovar de Volver de La ley del deseo? ¿Entenderá el público actual el revuelo que causó À bout de souffle en el ’59? ¿Irá alguien a ver Ikiru, una indiscutible obra maestra? El caso de Polanski es interesante ya que tiene películas tanto en la sección de Retrospectiva (Repulsión) como en la competición oficial (The Ghostwriter), lo que hará posible un análisis de la evolución de un cineasta venido bastante a menos. Sin embargo, aunque no podía ser de otra manera, tengo que acusar una gran decepción al no ver en el programa a Las fresas salvajes, ganadora del oso de oro en el ’58 y probablemente una de las mejores películas que se han hecho en los últimos sesenta años.

El evento más pintoso de la categoría, y probablemente uno de los más importantes del festival, es la proyección, por primera vez, de la nueva versión restaurada de Metropolis. Durante decadas se pensó que cientos de metros de película se habían perdido para siempre. Cuando se estrenó, en Berlín en 1927, en una versión de 4189 metros (más o menos dos horas y media), la película pasó desapercibida. Fue por eso que la UFA decidió cortarla, quitándole casi mil metros (unos 25 minutos), antes del estreno nacional en 1928. El recorte no ayudó y la película fue un fracaso descomunal que estuvo muy cerca de quebrar a la UFA. Lang tendría que producir sus próximas dos películas él mismo. En los años siguientes Fritz Lang haría un paso genial al cine hablado con clásicos como M Eine Stadt sucht einen Mörder (M Una ciudad busca a un asesino) y Das Testament des Dr. Mabuses (El testamento del Dr. Mabuse). En 1933 la segunda sería prohibida por ser vista por algunos como una representación del nazismo y Fritz Lang emigraría el mismo año. No alcanzaría en Hollywood el nivel de sus producciones alemanas. Los años siguientes, como sabemos todos, serían los más negros de la historia de Alemania y los veinticinco minutos de la Metropolis original se darían por desaparecidos.

En el 2008, sesenta años después de su estreno nacional, se encontraron en un archivo en Buenos Aires en forma de un viejo negativo de 16mm, los desaparecidos 25 minutos. Durante los últimos dos años un equipo de restauradores se encargó de reparar la cinta y siguiendo el guión original de Lang se armó la versión del director. Es esa versión la que será transmitida esta noche en première mundial acompañada por la Rundfunk-Sinfonieorchester de Berlín bajo la batuta de Frank Strobel en el Friedrichstadtpalast. Esa función es sólo para invitados especiales. Al perraje nos dejan morir en el frío. No es ni metáfora ni exageración. Los que queramos disfrutar de la première y no seamos estrellas reconocidas (desgraciadamente The Macuto Collective, proyecto cinematográfico del que formo parte, no ha sido considerado suficientementemente importante como para que sus miembros fueran invitados) tendremos que asistir a la retransmisión en vivo que se proyectará en una inmensa pantalla en la puerta de Brandenburgo. Este invierno ha sido inclemente. Para esta noche anuncian siete grados bajo cero y la nieve tiene dos días cayendo, la versión que conozco de Metropolis tiene la virtud de nunca hacerse larga, pero ese efecto es psicológico, no sé si la genialidad de Fritz Lang sea capaz de evitar que se me congelen los pies. En todo caso, creo que vale la pena probarlo.