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Naciones frente a espejos deformantes

Semejanzas y diferencias entre Argentina y Venezuela

Por Gustavo Valle | 27 de enero, 2010

Soy hijo de padre boliviano y madre nicaragüense. Nací, crecí y me formé en Caracas, y vivo ahora en Buenos Aires. Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Argentina harían de mí un candidato para El manual del perfecto idiota latinoamericano. Gracias a mi expediente genealógico yo podría ser un soldado de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, o una especie de campeón revolucionario peso welter. Sin embargo, el destino me ha deparado cosas menos divertidas. Entre ellas, establecer las dramáticas semejanzas entre los actuales gobiernos de Venezuela y Argentina:

– Ambos comparten los primeros puestos de los países con mayor inflación del mundo, sólo superados por la República Democrática del Congo, lugar donde Joseph Conrad imaginó El corazón de las tinieblas.

– Ambos comparten ideologías que, por más que uno intente estudiar, discutir y dilucidar, nunca alcanza a comprender: el peronismo, y el socialismo del siglo XXI.

– Sus ideas descansan sobre la palabra y la acción de próceres independentistas del siglo XIX. Estos útiles Lázaros son resucitados sin tomar en cuenta las consignas extemporáneas ni las dramáticas anacronías.

– Ambos predican la integración de las naciones latinoamericanas antes que impedir la desintegración de sus propias naciones.

– Piensan que quien cuestiona la política exterior norteamericana está en la obligación de simpatizar con la política exterior de ellos.

– Alimentan jugosos negocios con Estados Unidos mientras se pelean a diario con Estados Unidos.

– Cuentan con líderes de oposición que han demostrado ser tan eficaces, sólidos y confiables como lo son ellos mismos.

– Comparten una creciente población opositora dentro de sus propias filas. El efecto “caballo de Troya” se está gestando a gran velocidad.

– Asumen el asistencialismo no como la etapa de un proceso de crecimiento, sino como el proceso mismo.

– Adoran todo tipo de efemérides, ceremonias y conmemoraciones, y ambos piensan celebrar el bicentenario de sus independencias con algo que han denominado “Fondo del Bicentenario”.

– Comparten una severa crisis energética. Los cortes de luz en Argentina son muy comunes sobre todo en verano. En Venezuela son muy comunes sobre todo.

– A juicio de ambos gobiernos las reservas internacionales deben dirigirse a planes sociales o pago de la deuda, y no a algo tan irrelevante como mantener la estabilidad de la moneda.

– Rechazan la autonomía de sus Bancos Centrales, y predican el descentralismo con más centralismo.

– Comparten una urticante alergia a las ruedas de prensa, a menos que estas sean con periodistas extranjeros.

– Los une la idolatría hacia figuras heroicas como Ernesto Che Guevara, y comparten el egregio maletín de Guido Antonini Willson.

– Y ahora, con la mega devaluación venezolana, el valor nominal de sus monedas se acerca de manera significativa. ¡Vamos a ver quién gana la carrera!

La lista de diferencias es mucho más breve, pero no por ello menos alarmante:

– Argentina vende leche, queso, carne, sal, galletas, cuero, maquinaria agrícola, automóviles, insumos para la industria, música, literatura y muchos otros productos y servicios a Venezuela, mientras Venezuela sólo vende… Petróleo a bajo precio, o compra papeles de la deuda argentina.

Sin embargo, más allá de estas semejanzas y diferencias, existe algo que ambas naciones comparten y que se está convirtiendo en una inigualable herramienta de integración y conocimiento regional. Hablo del canal de cable Sun Channel, tourism television. A pesar de sus demasiados anglicismos, sus presentadoras asiliconadas y la promoción de un turismo con frecuencia elitista, viendo este canal he aprendido más de las idiosincrasias, costumbres, historias y virtudes de Iquique en Chile, de la selva del Beni en Bolivia y las playas de Guatemala, que con muchos de los discursos altisonantes y patrioteros que he escuchado en mi vida. Porque el primer paso para la integración no es lanzar una proclama heroica, sino conocernos, simplemente conocernos, aun cuando sea de manera turística. ATBA: Alianza Turística para los Pueblos de Nuestra América.

¡Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Argentina: venceremos!

Gustavo Valle Autor de los libros "Materia de otro mundo" (2003), "Ciudad imaginaria" (2006), "La paradoja de Itaca" (2005), "Bajo tierra" (2009) y "El país del escritor" (2013). Ganó la III Bienal de Novela Adriano González León y el Premio de la Crítica.

Comentarios (7)

Daniel
22 de enero, 2010

Muy bien dicho. Te sumo unas diferencias. En la Argentina le dan más valor a su peso que en Venezuela a nuestro Bolívar. Otra que está muy relacionada con la anterior: en Venezuela somos más consumistas que la mayor parte de los argentinos. Es lamentable tirarle a nuestro país porque así posiblemente nos debilitamos, al menos de que luego decidamos hacer algo al respecto, así que sumo una diferencia que podría verse en lo positivo. En Venezuela muchos choferes de bus, cajeras de supermercados, etc., tienen Blackberry. En Argentina sólo unos pocos privilegiados. Esto podría significar que estamos más cerca de la tecnología y de valorar a la comunicación. ¡Roguemos que las conversaciones que por allí se sostienen sean sustanciales!

Omaira
22 de enero, 2010

Impecable. Para ambos países la “realidad” es que la población está interconectada y golobalizada-lo cual en principio democratiza la información. ¿Qué hacemos los ciudadanos con ello? Eso es tema de otro artículo

Felix
22 de enero, 2010

Daniel, el Blackberry en nosotros es más que amor por la tecnología , un disvalor; puedes estar seguro (basta con hacer una observación empírica común y corriente), para que notes que casi en un 100 % las notas y mensajes son absolutamente falaces e insulsas. Es un símbolo de estatus ridículo e inoperante. Lamentable, porque su uso está destinado a personas que documentan y necesitan recibir documentos civiles, mercantiles, de mercadeo, académicos y, general , cosas serias y necesarias, urgentes. Para eso , sí sirve.

Fernando
22 de enero, 2010

Muy buena nota

Cristina
26 de enero, 2010

Excelente artículo y estupendo resumen de ambos grupos. Puedo agregar que las dos naciones pierden el norte ante lo que consideran más importante que discursos políticos o aumento de la cesta básica: el deporte. En Argentina, el fútbol; en Venezuela, el béisbol. En los dos países hay un alto nivel de racismo y, pese a haber vivido dictaduras militares, muchos de sus pobladores aún apuestan por la vía castrense para remediar tanto caos…

gustavo valle
27 de enero, 2010

Lectores y amigos, muchas gracias por su lectura y comentarios.

Sol
28 de enero, 2010

Hola Gustavo

Interesante artículo, casualmente una amiga de la blogósfera me hacía la pregunta sobre las semejanzas entre el peronismo, el chavismo y la dificultad de que nuestros países opten por alternativas políticas más potables. Creo que no existe una respuesta sencilla, pero será que en nuestros genes el fantasma del “gendarme necesario” establece estas situaciones como un destino inevitable? ciclíco? Saludos

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