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Vives, con talento y sentimiento

carlos_vivesLunes de Patricia

Por Patricia Lara

La diferencia entre Clásicos de la Provincia I y II es que ahora tengo quince años más de experiencia-, dice Carlos Vives al referirse a éste, su mejor disco, el cual ha vendido más de 200.000 copias en tan sólo un mes.

-Cuando saqué Clásicos de la Provincia I hubo gente furiosa porque yo estaba dañando el vallenato-, agrega este juglar de inteligencia aguda y carisma arrollador, que empata una idea con otra y no para de hablar. Y explica que, influenciado por el rock nacional de la época, el cual había encontrado un pasadizo entre los blues y la cumbia, aplicó esos patrones a la música de los maestros vallenatos distintos de Escalona, con dos fines: demostrar que el gran Rafael no estaba solo y proponer un sonido que hiciera del rock algo folclórico y permitiera introducirle batería y guitarra eléctrica a los viejos cantos de maestros como Emiliano Zuleta, Juancho Polo Valencia, Adolfo Pacheco, Leandro Díaz o Alejo Durán, entre otros.

En ese primer disco, Carlos puso, pues, a prueba esos patrones que siguió desarrollando en sus propias composiciones y en sus siguientes producciones. Pero en el segundo Clásicos de la Provincia, su maestría llega hasta tal punto que esos patrones, que ahora son mucho más complejos, se adaptan perfectamente a los clásicos vallenatos, los mejoran y vuelven su sonido más universal, sin que usted sienta que las viejas melodías se alejan un milímetro de su perspectiva original.

-Yo tenía tantas deudas con el sonido, que saldarlas me da mucha alegría-, dice Carlos Vives, quien agrega que nunca los compositores le han objetado sus arreglos, pues saben que siente gran respeto por ellos. Al contrario, se ponen felices cada vez que él saca un disco con sus canciones, porque así éstas no sólo se difunden masivamente, sino que por fin se les retribuye económicamente su trabajo y sobreviven por un tiempo de mejor manera. Es el caso de Rafael Valencia, autor de La Caja Negra, quien ha sufrido desplazamiento y penuria y con este disco recibió anticipo de derechos de autor.

Pero el camino tampoco ha sido siempre fácil para Vives que, ¡quién lo creyera!, se quedó sin contratos dado que Sonolux, la disquera con la que siempre trabajó, quebró. Entonces él, quien seguro le heredó a su madre el instinto negociante de los paisas, logró que le restituyeran los derechos de su música y creó Gaira Producciones. Y cuando estaba a punto de terminar este disco, a raíz de que el éxito lo buscó para que tocara en la celebración de sus 60 años de vida, surgió la idea de que ese pulpo de los supermercados lo comercializara exclusivamente y distribuyera una colección de toda su obra, de modo que esos CD ahora se exhiben, no en los recintos limitados de los almacenes de discos, sino junto a los comestibles y las revistas, y se venden a rodos y a menos de la mitad del precio.

-Es que los hijos traen cosas nuevas y buenas-, dice Carlos con una sonrisa que le sale del alma.

Se refiere a que eso ocurrió cuando nació Helena, quien se llama como su abuela paterna y hoy tiene año y medio. Sí, Helena, esa cachaquita que lo tiene loco y a la que él le dedica, en Clásicos de la Provincia II, La Bogotana de Rafael Sánchez, vallenato que, como todo lo que hace Carlos Vives, músico empírico que dice que el teatro lo rescató de la timidez, interpreta con todo el talento y con todo el corazón.

Fuente: El País de Cali