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Entrevista a Douglas North, premio nobel de economía

north-1993Douglas North, Premio Nobel de economía, estuvo en Venezuela hace en el año 1995  y fue entrevistado por Francisco Monaldi Marturet sobre temas relacionados con la economía venezolana en Stanford University durante el año 1998. A continuación publicamos la entrevista realizada por Francisco.

Meses después de su visita a Venezuela en 1995 el gobierno de Caldera implementó un cambio sustancial en su política económica. Justamente se aplicaron las medidas macroeconómicas que Ud. consideraba pre-condición para una reforma estructural. También se implementaron dos importantes cambios estructurales: la reforma al régimen de prestaciones sociales y la privatización de Sidor. ¿Qué opina de lo que se ha hecho y qué faltaría por hacer?

Las reformas que se han realizado son positivas, pero en una situación como la de Venezuela se necesitan cambios mucho más profundos. Se debe cambiar sustancialmente el marco institucional, de forma que los incentivos apunten a que la gente sea productiva y creativa. En tu país es particularmente importante incrementar el ingreso de los grupos más desfavorecidos como parte de ese proceso de reforma estructural. Creo que no habrá estabilidad en Latinoamérica hasta que, no sólo la población en general mejore su nivel de vida, sino que se beneficien los más pobres y se reduzcan las enormes disparidades de ingreso entre ricos y pobres.

¿Qué propuestas hizo Ud. al gobierno venezolano en ese sentido?

Al Presidente Caldera le propuse fundamentalmente tres puntos: Primero, cambiar la estructura de los mercados para garantizar más efectivamente los derechos de propiedad y generar incentivos hacia la actividad productiva. En segundo lugar, la necesidad de reformar el sistema judicial de modo que permita hacer cumplir los contratos a bajo costo. Estas dos reformas están íntimamente relacionadas y no se puede lograr una sin la otra. Afortunadamente sabemos cómo estructurar mercados eficientemente, tanto en general como en el caso de mercados específicos. El más difícil de estructurar es el mercado financiero, como lo demuestran los casos de Venezuela, Indonesia y muchos otros. Todavía no tenemos totalmente claro cómo estructurar mercados financieros estables.

En tercer lugar, es necesario incrementar el ingreso de los más pobres, lo que implica rehacer el sistema educativo. En particular hay que centrar la atención en pre-escolar y primaria para proveer a la gente de las destrezas y conocimientos necesarios para incrementar su productividad, de modo que puedan elevar su ingreso. Hay que hacer el sistema educativo más eficiente a través de la competencia, no sólo entre instituciones públicas locales sino también con instituciones privadas. Un esquema de vouchers educativos sería una excelente opción. Para garantizar la calidad es necesario establecer estándares de modo que sólo las instituciones que cumplan con ellos sean certificadas. Por supuesto esos estándares tienen que elevar el nivel muy por encima del actual y esto obviamente va a crear conflictos con los gremios. Hay que reorientar recursos a educación básica para ayudar a los pobres y hacer que la educación superior sea paga para aquellos con suficientes recursos.

Estas son las estrategias básicas y para ello es necesario un plan de largo plazo, adaptado a las normas e idiosincrasia de Venezuela. Esto es lo que propuse al Presidente Caldera y sus ministros, y de hecho acordamos que se conformarían tres grupos para desarrollar planes específicos en cada una de las tres áreas y luego proceder a implementarlos. Realmente solo se ha dado seguimiento a la reforma judicial porque el Banco Mundial ha estado involucrado.

Me opongo decididamente a las reformas superficiales que solo incluyen liberalización de precios. Tales medidas tienen efecto temporal, y las distorsiones vuelven a aparecer si no se profundizan las reformas. Por ello es que no me entusiasma el programa de apoyo del FMI, que no ataca los fundamentos.

Este año nuevamente la caída de los precios del petróleo ha hecho necesario otro ajuste macroeconómico. ¿Estamos condenados a sufrir estos shocks externos y tener que empezar de nuevo cada vez?

Aunque como bien sabes macroeconomía no es mi área, creo que es muy importante establecer un fondo de estabilización macroeconómica para suavizar los efectos de la fluctuación de los precios del petróleo, de modo que el gobierno no se vea dominado por los shocks de precios. Claramente el mercado petrolero mantendrá su inestabilidad. Existen extraordinarias oportunidades de expansión de la producción en las ex-repúblicas soviéticas, si es que por fin logran poner su casa en orden. En el futuro la oferta y la demanda fluctuarán radicalmente y con ellas el ingreso de Venezuela, por lo que es fundamental contar con mecanismos de estabilización.

¿Qué cambios cree necesarios en el marco institucional del sector petrolero?

La reestructuración del marco institucional del sector petrolero debe tener dos objetivos básicos. El primero es incrementar el ingreso que obtienen del petróleo y áreas conexas. Para ello hay que reestructurar a PDVSA y la manera como maneja sus activos, tanto los que están en sus manos como los que entrega a contratistas, de modo que el ingreso petrolero de largo plazo se incremente, y ya se está avanzando en esa dirección. El segundo objetivo es lograr que el ingreso petrolero sirva para que la economía, la sociedad y los individuos en Venezuela incrementen su nivel de bienestar. Claramente eso no se ha hecho en el pasado de manera adecuada. Una porción importante del ingreso petrolero debe ir directamente a mejorar el nivel de vida de la gente, y en particular debe dirigirse a mejorar el nivel de capital humano y destrezas de los venezolanos para que mejore su situación de largo plazo. Esto complementa la propuesta sobre educación de que antes hablábamos. Hay que buscarle la vuelta a transformar el ingreso petrolero en mejor educación. Como hacerlo: diseñando algún mecanismo para que parte de los activos de PDVSA y parte del ingreso petrolero vayan más directamente a la gente y a mejorar su nivel de educación. Al mismo tiempo es fundamental garantizar que PDVSA como organización pueda mantener y mejorar su eficiencia, que es relativamente buena comparada con otros sectores en Venezuela. Probablemente esto implicará una mezcla de privatización parcial, control por parte del Estado y apertura al capital extranjero, enmarcadas en una estrategia para desarrollar plenamente el potencial del sector. Noruega ofrece un interesante ejemplo a estudiar, tanto en cuanto al desarrollo del sector, como en la diversificación de sus activos mediante un fondo de inversión no petrolera.

Como Ud. sabe, algunos proponen la privatización de PDVSA y otros sugieren que parte de las acciones sean distribuidas a los venezolanos. ¿Cuál es su visión?

Creo que sería bueno que los venezolanos pudieran percibir más directamente los beneficios del activo más grande que poseen: el petróleo. Yo estoy a favor de que se distribuyan acciones a los venezolanos, pero la forma como se haga es muy importante. Un monto limitado de acciones y activos debería ser entregado al público en general para ser invertido o transado del modo que le parezca. Pero definitivamente, creo que la mayoría de las acciones que se distribuyan al público deben ser dirigidas de forma que eleven su nivel de destrezas y conocimientos. Mi propuesta es que 70%-80% de lo que se distribuya sólo sea redimible en función del incremento del nivel de capital humano de los individuos que lo reciben. Debe estructurarse de modo que haya grandes incentivos para proveer más y mejor educación. Esta es la manera de elevar el nivel de ingreso de los pobres de forma duradera. Requiere una cuidadosa planificación, pero es perfectamente posible.

¿Cómo compararía esta propuesta con la privatización masiva en la República Checa, de la cual Ud. fue asesor?

En la República Checa lo básico se hizo bien. Cada individuo pagó algo simbólico -unos $30 dólares- por los vouchers que podían cambiar luego por acciones. Tanto la distribución de los vouchers como su incorporación a fondos de inversión privado, resultaron medidas positivas. En lo que fracasaron fue en el siguiente paso, al dejar que los fondos de inversión privados fueran absorbidos por una banca ineficiente que no obligó a las empresas a reestructurarse para ser productivas. Pero ese problema no es importante en Venezuela. En la República Checa partían de una base de empresas deficitarias (provenientes de la era comunista) que requerían de una total reestructuración. En Venezuela el reto es poner rápida y eficazmente acciones en manos de los ciudadanos y proveer grandes incentivos para que este activo se use de forma productiva y no vaya a ser gastado en bienes de consumo, disipándose improductivamente. Sería negativo que resultara simplemente en un incremento del consumo. Sin duda alguna, la mayor parte debe servir para elevar la productividad de largo plazo. Con una estrategia adecuada esto es posible.

¿No cree Ud. que al cobrar algo por las acciones se termine excluyendo a los más pobres?

Cobrar, aun un precio bajo, puede efectivamente terminar excluyendo a los más desfavorecidos. De modo que sería cauteloso con la idea de cobrar algo porque es precisamente a los marginados a quienes más hay que ayudar. Por ello quizá lo prudente es distribuirlas gratuitamente. En la República Checa la distribución del ingreso era mejor, por lo que el caso es diferente.

¿Qué opina de la posibilidad de colocar las acciones a ser distribuidas, en cuentas de fondos de pensiones para cada venezolano?

Ésa es una buena posibilidad. Claramente, incrementar el nivel de las pensiones y el ahorro productivo sería muy positivo. De modo que un porción podría ir a fondos de pensiones o de inversión. En algunos lugares (p.ej. Bolivia) se ha experimentado con esto y creo que es una buena idea.