¿Cómo incrementar el ahorro y la inversión en Venezuela?

Efraín Velásquez y el proceso ahorro-inversión en Venezuela

Por Conversaciones | 6 de julio, 2009

A continuación publicamos la contribución del economista Efraín Velásquez al debate sobre el ahorro y la inversión en Venezuela que sostenemos en Prodavinci:

El proceso ahorro-inversión en Venezuela

Por Efraín Velásquez

1. Generalidades

El crecimiento económico depende fundamentalmente del ahorro, además del progreso tecnológico y el crecimiento de la población. De hecho, los niveles de ahorro de una economía determinan el tamaño de la inversión y por ende, su nivel de crecimiento económico. De manera que, niveles de ahorro más elevados harán posible niveles más altos de capital y de producto interno.

El ahorro puede ser, por su parte, ahorro público y ahorro privado. El primero viene determinado por la situación financiera del gobierno y el segundo, el ahorro privado, es consecuencia de la política de incentivos. Cuando la gestión financiera del gobierno genera déficit, se requerirá, entre otras decisiones, la utilización del ahorro privado para financiarlo. De hecho, la emisión de deuda pública requerida para financiar el déficit afecta la posibilidad de financiar inversión privada. Este hecho reduce el acervo de capital y es parte de la carga de la deuda pública sobre las generaciones futuras. Si el gobierno genera superávit, éste podrá reducir su nivel de deuda pública y estimular la inversión.

Las decisiones de ahorro privado, por otra parte, pueden depender de diversos tipos de incentivos, como son: la tasa de interés, los incentivos tributarios privados, tanto individuales y empresariales, el sistema de seguridad social, entre otros (1). Sin embargo, si los incentivos son equivocados, se puede observar que los niveles de ahorro e inversión sean muy diferentes. De hecho, cuando los ciudadanos tienen altas tasas de descuentos hacen que sus niveles de ahorro sean bajos y afectan el proceso de inversión.

2. Antecedentes Históricos

Venezuela experimentó un importante crecimiento económico en la década de los 70 debido a elevados niveles de inversión bruta total. Este proceso de crecimiento perdió dinamismo a partir de la década de los 80 y 90 como consecuencia de la caída del proceso de inversión. En los años transcurridos en la primera década del nuevo milenio, el crecimiento económico se ha recuperado debido a los niveles de inversión, esencialmente pública.

Específicamente, el comportamiento de la inversión en los años 70 fue muy importante como consecuencia del impacto económico del ingreso petrolero. De hecho, la actividad petrolera hizo posible la generación de niveles de ahorro bruto total indispensable para financiar la inversión bruta total. La dinámica petrolera de los años 70 hizo posible que las autoridades instrumentaran un ambicioso programa de inversiones públicas. El sector privado, por su parte, respondió rápidamente aumentando los niveles de inversión lo que se tradujo en un importante crecimiento de la economía.

En la década de los años 80, la economía muestra síntomas contractivos como consecuencia de la caída de los ingresos petroleros. Este hecho genera una caída relevante en los niveles de ahorro bruto total, y por ende, de inversión bruta. La inversión pública, por otra parte, mantuvo su ritmo como consecuencia de la continuación de los proyectos de las empresas básicas. Sin embargo, la inversión privada retrocedió de manera relevante.

Los niveles de ahorro bruto total e inversión bruta total en la década de los años 90 y en la primera década del nuevo siglo fueron dispares. A pesar de observar un aumento importante en los niveles de ahorro bruto, ese comportamiento no se aplicó al financiamiento de la inversión bruta. Evidentemente, los diferenciales entre ahorro bruto e inversión bruta se han traducido en un aumento del ahorro externo. El deterioro observado en el proceso de inversión bruta (especialmente privada) ha afectado de manera determinante, la posibilidad de crecimiento económico sostenible de Venezuela.

En este contexto, el sector público mantiene su ritmo de inversión el cual es financiado por su propia capacidad de generación de ahorro. El proceso de ahorro bruto e inversión bruta pública cambia en la década de los años 90 y los primeros años de la presente década ya que el financiamiento de los gastos del gobierno (corrientes y de capital) ya no puede financiarse a través de su ahorro bruto. De manera que, la insuficiente generación de ahorro bruto público (o el desahorro bruto público) exige la búsqueda de mecanismos de financiamiento interno y/o externo. Las necesidades de financiamiento del sector público afectan el proceso de inversión ya que toma recursos indispensables para el financiamiento de proyectos privados de inversión, así como crea condiciones inciertas acerca del comportamiento futuro de los precios internos (i.e. tipo de cambio, inflación y tasa de interés). Con relación a la dinámica del ahorro bruto e inversión bruta privada, se debe mencionar que parece haber estado determinada por la percepción de riesgo económico como consecuencia de la situación financiera del sector público.

Durante los años 70 cuando la situación financiera pública era holgada, la actividad privada se mantuvo activa y su contribución al crecimiento económico fue relevante. Sin embargo, la dinámica privada se ve afectada a partir de la década de los años 80, a pesar de que el sector público mantuvo su estrategia de inversión. El proceso de ahorro bruto e inversión bruta privada se modifica en los años 90 y al principio de la presente década ya que la generación de ahorro bruto no se utilizó para financiar programas de inversión. Por tanto, el ahorro financiero observado se tradujo en ahorro privado externo.

3. Comentarios finales

El crecimiento económico de Venezuela ha sido consecuencia de sus niveles de inversión bruta, tanto pública como privada. La dinámica de la inversión y el ahorro fue muy importante en los años 70 como consecuencia del impacto económico del ingreso petrolero. En la década de los años 80, la economía muestra síntomas recesivos como consecuencia de la caída en el proceso de inversión, en un contexto incierto nacional e internacional. A pesar de observar un aumento importante en los niveles de ahorro bruto en los años 90 y la primera década del nuevo siglo, ese comportamiento no se aplicó al financiamiento de la inversión afectando profundamente las posibilidades de crecimiento económico. De hecho, los diferenciales entre ahorro bruto e inversión bruta se han traducido en aumentos de ahorro externo.

Nota al pie

(1) La evidencia empírica muestra que la elasticidad del ahorro a la tasa de interés es muy pequeña y estadísticamente irrelevante y muy pequeña también cuando se analizan los incentivos tributarios. Sin embargo, los sistemas de seguridad social (con programa obligatorio) aumentan el ahorro de largo plazo. Pero se debe tener presente que ello ocurre únicamente cuando no es financiado con emisiones de deuda pública ya que provoca los efectos macroeconómicos conocidos. De hecho, esta situación implica convertir una obligación tácita en explicita. Asimismo, si el financiamiento se realiza a través de una reducción del déficit fiscal (a través de una reducción de los beneficios a los retirados, elevación de los impuestos a las generaciones actuales o disminuyendo el gasto público interno), el ahorro de las generaciones actuales se reducirá y aumentará el de las generaciones futuras. Loayza (et.al.) (2000).

Conversaciones 

Comentarios (1)

Daniela
28 de febrero, 2011

Muy bueno! gracias!

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