Paso por allá

Actualidad y futuro de los museos en Venezuela… ¿la década del silencio?

Por Prodavinci | 20 de junio, 2009

Paso por allá

03-reticulareaPor Lorena González

En la actualidad, ir de museos en Caracas se ha convertido en una experiencia desoladora. En especial si recordamos que en décadas anteriores nuestro país fue de la punta de lanza del arte contemporáneo en Latinoamérica. La razón: excelentes espacios expositivos que, al tiempo que desarrollaban líneas de investigación bien definidas, mantenían una constante política de adquisiciones, lo cual colocó a las colecciones de arte nacionales, como uno de los mejores registros de la historiografía de nuestro país y de otras latitudes.

Hoy en día, entrar al Museo de Bellas Artes, el museo más antiguo de Venezuela, entraña el debatirse entre varias emociones y sorpresas. En primer lugar, y debido al traslado del personal de la Galería de Arte Nacional a la nueva sede, el MBA confronta actualmente graves problemas de personal, ya que se les hace imposible atender sus propios espacios y los de la antigua GAN, que ahora forman parte de toda la institución. Es por ello que sus salas abren aleatoriamente, pues no hay personal suficiente para vigilar las exposiciones. Esto quiere decir que si usted está interesado en ver la exposición de la colección Arte del siglo XV al XIX ubicada en el primer piso (sala 12), tendrá que trabajar con el azar y correr con la suerte de que sea ese el día en que, precisamente, la sala esté abierta. De igual modo, aunque lo logre, no podrá verlo todo, y tendrá que volver para ver las salas que ese día cerraron y que abrirán al día siguiente. En mi caso, me tocó la fortuna de encontrar abierta la sala 12 y la exhibición Estampas de Goya en la sala 17, no corriendo con la misma fortuna en el caso de la muestra Cubismo y Tendencias Afines en la sala 15 y Arte del siglo XX en las salas 13 y 14.

A esta suerte de decadencia aleatoria se le une la ausencia de una línea de investigación que sostenga un discurso coherente entre los proyectos expositivos. En todas las salas, se trabaja con la Colección en sus distintas variables, en una lectura tan fortuita como el sistema de apertura de las muestras. Finalmente, en lugar de encontrarnos con la obra más reciente de algún maestro venezolano o con alguna colectiva de arte emergente, las infinitas variables de la Colección son tan sólo sobresaltadas por extraños fenómenos como la exhibición titulada: Antiimperialismo y soberanía en tiempos de Cipriano Castro, una politizada instalación histórica que se encuentra justo en la sala que colinda con la instalación permanente de la Reticulárea de GEGO.

Los otros museos venezolanos no corren con mejor suerte. Desde el año 1999, las políticas de adquisiciones fueron suspendidas. En diez años, en lugar de asentar las fortalezas y reestructurar las debilidades que estas instituciones tenían, hemos acudido a un desmantelamiento sostenido de sus estructuras, desactivando completamente sus mecanismos. En la actualidad, el Museo Alejandro Otero parece estar a punto de perder su comodato con lo cual desaparecería como institución para volver a formar parte del Complejo Cultural La Rinconada. En el mutismo más absoluto se encuentran el Museo Jacobo Borges, el Arturo Michelena y el Museo de la Estampa y el Diseño Carlos Cruz Diez. El Museo de Arte Contemporáneo muestra a un extraordinario y solitario Niemeyer, en tanto que la maravillosa nueva sede de la Galería de Arte Nacional exhibe la colección que conformaron políticas de adquisiciones de décadas anteriores y que llega, por supuesto, hasta la producción artística de finales del siglo XX…

Ir de museos en Caracas: ¿diez años de silencio o de qué?

Imágenes que acompañan a este artículo:

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Prodavinci 

Comentarios (15)

Fernando Almarza Rísquez
20 de junio, 2009

Estimada Lorena:

Su escrito sobre la actualidad y (sombrío) futuro de los museos en Venezuela evidencia la sensibilidad y agudeza necesarias para cuando menos indignarse por el precarísimo estado de estas instituciones en nuestro país, tan depauperado en esta década menguada. Y eso es lo que sentimos quienes hemos dedicado dos décadas -o más, o menos- al servicio profesional museístico y su reflexión.

Y es lo que sucede cuando se le da poder a quienes no saben manejarlo ni están preparados para ello, y menos aun que tengan una mínima idea del estado de evolución de la museística mundial. El resultado es esa precariedad a la que han sido reducidos nuestros museos “nacionales”, cuyo unicizante discursillo no se aparta de la banalización y “popularización”, que no expresa sino el pésimo y subestimante concepto que de lo poipular manejan sus revolucionarias autoridades.

El sesgo ideológico que asignan a sus exposiciones es señal del desconocimiento e indiferencia ante las finas argumentaciones que saben y pueden discernir los enfoques expositivos históricos de los políticos y de los artísticos, especialmente en sus singularidades y trascendencias de las problemáticas estéticas hoy.

Incluso, el caso que menciona de la exposición del remarcable y activo centenario arquitecto brasileño Oscar Niemeyer demuestra su sesgo, pues una básica lectura entre líneas alumbra la intención de las autoridades del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas al “sugerir” el basamento ideológico-político del arquitecto, tan identificado con las utopías marxistas-leninistas del siglo XX y sus necesarias analogías con la estructura maquinal, en las que las sociedades están conformadas por piezas mecánicas, convenientemente dirigidas por una sola autoridad caudillesca (o un grupillo olagarca), mientras que el resto del conglomerado solamente se subyuga, garantizando así un estado de total control social en nada diferente de las monarquías absolutistas.

Demás está decir que ambas visiones político-social-ideológicas devinieron al traste, y con ellas las analogías racional-funcionalistas lecorbuserianas ante las que Niemeyer ha permanecido esclerosado siempre. Y por cierto, el mal e inhumano “funcionamiento” de la máquina-ciudad que es Brasilia, obra insigne de este arquitecto, ha sido más que evidenciado y criticado. Ha sido obvia la ineficiencia de quienes ejercen control absolutista a partir de ciertos modelos “racionales” de lo social, en los que todo cuadra muy bien en el papel, pero nunca en la complejidad social real. Y el ámbito museístico venezolano así lo evidencia hoy, como bien lo has mostrado en su artículo.

Por cierto, personalmente toqué este asunto en mi artículo “Los museos iberoamericanos avanzan, los museos venezolanos retroceden” (I y II), que publiqué en la Revista Analítica (www.analitica.com), hace cercade un año.

Le agradezco, en nombre de muchos concernidos museístas de Venezuela e Iberoamérica, su contribución al develamiento de la terrible y zozobrada situación de los museos de Venezuela. No en balde uno ha terminado sembrando en los fértiles terrenos museísticos del resto de Iberoamerica, teniendo que apartarse de esta tierra yerma que hoy es Venezuela.

Reciba mi cordial saludo.

Fernando Almarza Rísquez

Francisco Padrón
20 de junio, 2009

Estoy lejos de ser un experto en el tema de los museos. Sólo puedo confirmar el deterioro del Museo de Bellas Artes y su utilización ideológica. Cada vez los espacios son menos, incluyendo los de la cultura, signo de una vuelta al oscurantismo que implica la existencia de una visión oficial(ista) de la cultura. Noten que no soy un nostálgico, más bien, un optimista que espera tiempos mejores para nuestros espacios culturales.

Angel Alayón
22 de junio, 2009

Hemos recibido un comentario a este artículo bajo el nombre de Paula. Con gusto publicaremos el comentario una vez la persona que lo envío se identifique plenamente (nombre y apellido) y registre en la sección de comentarios una cuenta de correo válida. Prodavinci sigue los estándares típicos de los medios digitales participativos en cuanto a la moderación de los comentarios. Cualquier comentario será publicado siempre y cuando el autor esté plenamente identificado, y el contenido no incluya lenguaje ofensivo ni ataques ad-hominem. Ver por ejemplo la política de moderación de comentarios de The Economist http://www.economist.com/comments/comments_policy.cfm

Lisa Blackmore |
22 de junio, 2009

[…] González escribe sobre la situación de los museos de Venezuela en Prodavinci Tags: Lorena González, museos, Prodavinci, […]

jose antonio blanco-angulo
22 de junio, 2009

yo soy artista de la era del silencio me proyecto hacia afuera de venezuela porque no hay mas remedio para poder mostrar tu trabajo y sobrevivir a duras penas porque los circulos expositivos en venezuela son peque-os y los del exterior impenetrables por ahora … yo sigo intentando !!!

rolando carmona
23 de junio, 2009

Lorena excelente comentario! Comparto tu opinión, pero mi preocupación sobrepasa las políticas de adquisiciones y los lineamientos curatoriales. En el resto del país la situación es dramática, Salas vacías, empleados que tienen meses sin cobrar (caso museo Barq), Museos Cerrados (Caso Manaure) obras y documentos históricos deteriorándose (casas Bolívar Yare, manuscritos de Cecilio Acosta, Chorros de Gego).Museos sin investigadores y sin museografía (Caso MAZUL), solo por citar algunos ejemplos. Es muy importante romper el silencio; opinar, discutir, escribir y por lo menos articular un escenario critico serio que pueda hacerle frente a este panorama. Saludos. ROLANDO J CARMONA

Julieta González
23 de junio, 2009

Lorena,

Muy bueno el artículo. Hay que escribir más sobre esta situación porque la gente afuera no sabe y no se da cuenta de la magnitud de la destrucción que ha llevado a cabo el chavismo con nuestras instituciones. Luego ves a los artífices de estas “políticas” nefastas paseándose por bienales y ferias internacionales como si nada. Y no sé para qué, pues esas exposiciones internacionales representan todo lo que ellos han querido eliminar y destruir en Venezuela. De paso le han quitado las plataformas de difusión a los artistas venezolanos. Ahora todo recae en unos pocos espacios independientes que lo están haciendo muy bien pero difícilmente pueden asumir las responsabilidades de un museo, en cuanto a logística, colecciones, investigación, legitimación.

Sigue escribiendo y sigue denunciando. Es muy necesario.

julieta

Oscar Marcano
23 de junio, 2009

En efecto, los museos venezolanos cayeron en las peores manos. Es la estética de la desidia, de la indolencia y de la ignorancia más absoluta. Los remito al trabajo del gran fotógrafo venezolano Luis Brito, quien realizó una serie sobre el trato a nuesto patrimonio público cultural que intituló: “Misión vuelvan M”. Una denuncia justísima.

Rolando Peña
23 de junio, 2009

LORENA, EXCELENTE Y MUY NECESARIO ARTICULO,ESTOS PERSONEROS DEL DESGOBIERNO DEFINITIVAMENTE PERTENECEN A LA DINASTIA DE ATILA, DONDE EL PISABA NO CRECIA MAS LA HIERBA,EN ESTE CASO DONDE ELLOS APARECEN LA CULTURA SE MUERE O MEJOR DICHO INTENTAN EN VANO QUE MUERA….ELLOS SON COMO AQUEL GENERAL FRANQUISTA ” VIVA LA MUERTE,MUERA LA INTELIGENCIA “,SALUDOS Y FELICITACIONES……ROLANDO PEÑA

Jorge Pizzani.
26 de junio, 2009

..Estos momentos oscuros,de imposición de un pensamiento único,represivos de la libertad ,donde el panfleto constituye la única verdad,han sido una constante en todos los gobiernos militares de corte totalitario,el abandono a la cultura es inherente a la puerilidad de sus preceptos,la fragmentación y la incoherencia de sus politícas tienen que ver con la ruptura de un proceso evolutivo,natural,de aportes permanentes de un orden-desorden,que se retroalimenta de lo construído y lo que está por construírse,la suceción de eventos que en su mutación producen la creación,como un hecho determinante de la actividad humana no ha podido ser reprimida por ningún régimen en la historia. El arte como Río y pensamiento fluye, nada más.La adversidad es siempre creadora,no hay mejor momento para evaluación,y el balance que hoy,el terreno está preparado para la subversión,como premisa natural de los momentos de mayor clamor de la necesidad,el arte es irreprimible,recuerdo a los expresionistas alemanes como sufrieron en carne viva la llegada del fascismo,que lo catalogaba de arte enfermo.La experiencia me dice que esta pretendida contención producirá un mayor caudal de se llevara cualquier muro que lo pretenda detener..las crisis son el mejor caldo de cultivo,lo estamos viendo….Pizzani.

Fernando Paris
27 de junio, 2009

Lorena: No se si llorar, o llorar desconsoladamente. Mi única experiencia con los museos, era la del visitante promedio. Ese que sabia que aunque estuviese lloviendo y desbordandose las quebradas, Miranda en la Carraca seguía ahí, en la Carraca, mirándonos a través de su ventana. Ahora me dices que no. Que una de las pocas constantes para nuestro regocijo espiritual, ya no es. Que si, por ejemplo, deseo ver al doctor del Niño Enfermo: solo previa cita y buena suerte por delante. Y que si quisiera pasar a saludar a don Francisco como desde siempre, La cárcel esta clausurada por las autoridades y las visitas suspendidas, en una sarcástica analogía a lo que sucede con frecuencia en las cárceles del país. Que paisaje tan desolado y triste nos retratas, Lorena. Me has dejado insomne. Tiempos Aciagos éstos. en los que cada día nos arrebatan algo. “Cuando quiero llorar no lloro… Y a veces lloro sin querer”. De pana…

sergio
23 de julio, 2009

No solo en los Museos de arte …El silencio se inició en el Museo de Ciencias en el 2003. Esa entidad perdió su alma y dinamismo y pasó a ser un espacio parta la propaganda y la banalización de los conceptos…al margen de la reflexión, de la dinámica y vitalidad de la mediación de la ciencia, de la integración ciencia y arte….de la generación de conocimientos y del rescate de saberes.

lucia alvarez
12 de agosto, 2009

hola, ya me han enviado algunos de mis exgraduandos del colegio el patetico mensaje de los museos pasando hambre. personalmente, he sido invitada a las modestas muestras de museo arturo michelena (artistas de la pastora, y en merida, al museo de “arte moderno” Juan Astorga Anta). y, cuando he recibido las invitaciones a tiempo, he aprovechado la oportunidad de mostrar. claro, soy lo que llamariamos, una artista “amateur”, de trayectoria sostenida por 25 años, pero indudablemente de modesto calibre. en cuanto a la administracion de los museos, yo lo que digo es: si ellos estan bajo la jerarquia del ministerio “para el poder popular”, por que no nosotros, que tambien somos pueblo y que hemos tenido la fortuna de cultivar nuestro intelecto y nuestro espiritu en el ambito de las artes, por que nosotros no tomamos los museos? ¿cual poder es el que hay que usar para ser incluid@s? por que no hacer mas arte de calle y hacer de estos, actos legitimos? creo que hay riegos en hacer arte de calle, pero no sera que no tenemos el valor? ¿es que ya no somos sino artistas de salon? ¿sera que podriamos dejar de lado por los momentos la tan necesaria meta de ganar dinero a resultas de intercambio comercial de nuestras creaciones? no es facil cuando se esta acostumbrado a vivir de lo que con tanta pasion y mucha experiencia producimos… pareciera que el vacio creado en los museos -esos espacios cerrados que acostumbraba la élite cultural y economica a visitar los dias libres- y de alguna manera en los eventos culturales de élite requieren, no de una reaccion por parte de nosotros los afectados, sino de una respuesta amante y solidaria con aquellos a quienes esta dirigido nuestro arte -sabes quienes son, leonardo?. ¿que cuales serian la estrategia, los procedimientos? no lo se, cuestion de coordinarnos. ahi dejo eso para quienes sean tocados en su sensibilidad artistica y humana, los jovenes de espiritu y libertad.

Kataliñ Alava
27 de agosto, 2009

Estupendo todo este feedBack con este texto de Lorena, tan pertinente. Me pregunto: No deberíamos hacer algo con un toque más de “escándalo”. Porqué el sector cultural no está presente (como grupo bien definido, como miembros que formamos parte de algo) en las manifestaciones que se están dando actualmente? Porqué no redactamos un documento contundente donde se recoja y se denuncien detalladamente todas o muchas de las atrocidades que se están cometiendo? No quiero que se me mal interprete, el texto de Lorena me parece buenísimo, le agradezco en el alma que lo haya escrito. Reconozco el esfuerzo de muchos que sí han denunciado muchas cosas… pero no les parece que la situación es tan grave, que deberíamos PARAR UN PEO!!!!!!!

Mónica Quintini
8 de septiembre, 2009

Excelente reflexión la de Lorena y todos los comentaristas. Es deplorable la situación actual de nuestros museos, puestos al servicio de un “ideal” político (si es que este existe), y muy alejados de la labor que deberían cumplir estos espacios dentro de la sociedad. En el caso de la nueva GAN, me pregunto cuál fue la intención real de abrir ese espacio, el cual se ve realizado a medias, y luce como una mega estructura que queda grande para lo que ahora alberga. Se abre ese museo, pero no hay presupuesto pra investigar, ni publicar, siendo el presupuesto anual del mismo para publicaciones de 12.000 BsF (doce millones de bolívares de los de antes), razón por la cual no pueden editar una publicación de la actual exposición: Arte venezolano de todos los tiempos, la cual, de paso, delata descaradamente el problema de las adquisiciones que señala Lorena en su artículo.

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