Diario de Alejandro Oliveros

Diario: “Passionate intensity”

Por Alejandro Oliveros | 23 de mayo, 2009

Caracas, sábado 23 de mayo de 2009

0.30 am

Lo único que he leído en estos días, es una novela de Arthur Schnitzler que, hasta ahora, no me había llamado la atención, a pesar de estar publicada en Barcelona en castellano. “Il ritorno di Casanova” es como se llama en la versión italiana de Adelphi, que es la que estoy leyendo. “Casanovas Heimfart” es el título original; en inglés “Casanova’s Homecoming”, que alude a los incumplidos deseso del “Cavaliere” de morir en su Venecia natal. La narración de Schnitzler fue publicada en 1918, trece años antes de la muerte del autor y ocho antes de “Doble Sueño”, tal vez la más conocida de sus obras, gracias a la ambigua adaptación que hiciera Stanley Kubrick.

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6.15 am

Son cuatro los escritores de lengua alemana que he leído, en los últimos años, por que no menciono a Musil, que cantaron, y contaron, la penosa decadencia del imperio austro-húngaro.

En orden de grandeza, y todos fueron grandes: Joseph Roth, Sándor Márai, Stefan Zweig, Arthur Schnitzer. Tres de origen judío, lo cual puede leerse como una prefiguración de la tragedia que los esperaba, más adelante, en la tragedia totalitaria de Hitler&Co. Zweig fue, de los cuatro, la víctima más conspicua. La foto que lo presenta, al lado de su esposa, en su lecho de suicida, con su inapelable elegancia encorbatada, es la más elocuente. De Roth, y su alcholismo terminal, se puede decir cualquier cosa, menos que haya sido un subproducto nazi. La etiología de su perdición es más existencial que política. Era uno de esos ángeles, como Coleridge, que vinieron al mundo con las alas francamente deterioradas. No ser más súbdito del imperio, su única pertenencia, dejó a este ángel sin raíz y sin centro, sin vuelo ni esperanza.

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6.55am

Dejo de escribir para referir el mejor de los dones con los que los dioses dotaron a esta ciudad. Y que es esta luz que se extiende desde temprano en días como hoy. Una luz transparente y brillante, dulce y sensual. El Avila la refleja en su ondosa superficie y la retina agradece esta gracia que tiene no poco de metafísica. Si hubiese tenido que especializarme en algo, lo habría hecho en esta aparición maravillosa. Pero, aun más que en experto, me habría gustado ser sacerdote de la luz.

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Valencia

10.33am

La mitad del país indignada ante la desatinada violencia que recorre el país. Y que, en los últimos días, se ha manifestado en agresiones a las universidades nacionales cuya independencia se resiste a ser absorbida por la rapacidad totalitaria. Y esto es lo que el régimen no les perdona. Que no hayan entendido las virtudes de la absorción y la entrega de la autonomía a los designios torcidos de la nomenclatura y su líder inmortal. La actitud del mandatario es la del enamorado rechazado que opta por agredir al objeto de sus deseos ante el fracaso de sus empeños. Es el propio y despreciable “despecho agresivo”, el desengaño que degenera en violencia hacia el oscuro objeto del deseo. No tiene nada que ver con el noble despecho de las almas nobles, quienes son constantes en su amor aun en las peores condiciones. Es la del protagonista de “Mano a mano”, el cual, a pesar del rechazo, todavía se ofrece para echar una mano.

Otro cuarto de la población aplaude la violencia maníaca, lleno de esa “passionate intensity” que es el refugio del sistema. Mientras el otro cuarto, el más dañino, contempla lo que ocurre con indiferencia cómplice y cínica. No se atreve a manifestarse, ni en público ni en privado. Teme perder lo que ha adquirido ligeramente en estos años de confusión. Ignoran que serán los primeros en perderlo todo, aun siendo indiferentes, si siguen estimulando con su estulticia el avance de la barbarie. Y las universidades siguen resistiendo. Y volvemos a recordar los sucesos de Tiananmen, hace veinte años, cuando un estudiante, armado solo de su juventud, detuvo el avance de una columna de tanques. Cuando son más de uno los jóvenes, y son más de uno, los funcionarios al servicio del totalitarismo deberían comenzar a pensar, si tuvieran algo de sensatos, en una retirada ordenada.

11.35 am

He recuperado mi Montblanc Bohème, el más inteligente mecanismo que se haya inventado para escribir y soñar. Advierto que es innegablemente femenina. Tal vez sea esa la razón del placer que me produce tenerla en la mano, con toda su belleza y elegancia.

Alejandro Oliveros Alejandro Oliveros, poeta y ensayista, nació en Valencia el 1 de marzo de 1948. Fundó y dirigió la revista Poesía, editada por la Universidad de Carabobo. Ha publicado diez poemarios entre los que figuran El sonido de la casa (1983) y Poemas del cuerpo y otros (2005). Entre sus libros de ensayos destacan La mirada del desengaño (1992) y Poetas de la Tierra Baldía (2000).

Comentarios (1)

Ferdinand F.
24 de mayo, 2009

La indignación, aunque mejor que la indiferencia, es insuficiente. ¿Qué camino toma el indignado? O quizá mejor, ¿Qué camino debe tomar? La indignación sin acción se acerca demasiado a la indiferencia y además, con ayuda del silencio, cuesta distinguirlas.

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