Académicos

David Scott Palmer y el impacto de la crisis económica en la situación política y social en América Latina

Por Prodavinci | 21 de mayo, 2009

palmerA continuación presentamos un resumen de una reciente conferencia del profesor de Boston University y especialista en relaciones internacionales y ciencias políticas David Scott Palmer.

Impacto de la crisis económica en la situación política y social de América Latina


Los países de América Latina, casi sin excepción, se encuentran bastante azotados por la crisis económica que en forma súbita y dramática se ha extendido al mundo entero desde su origen en octubre 2008 con el colapso de confianza en las instituciones financieras norteamericanas. Una vez más se puede apreciar el refrán, o una variación de éste, repetido con frecuencia a través de la historia moderna de la región: “Cuando los Estados Unidos estornuda, América Latina contrae la neumonía”. Cuando nos fijamos en los efectos de la crisis económica actual en los sistemas políticos latinoamericanos, no vemos, como en el pasado, ni el colapso de los gobiernos afectados ni salidas políticas que incluyan golpes militares para restablecer el orden. Hasta ahora, todos los gobiernos civiles establecidos han logrado mantenerse a pesar de los efectos adversos en sus presupuestos y en sus políticas; el pronóstico general es que va a continuar la estabilidad para casi la totalidad de ellos. ¿Cómo se explica este cambio tan histórico en el impacto político interno de una crisis económica externa?

La razón principal para la continuidad política democrática en vez de su colapso como resultado de los impactos negativos económicos tiene que ver más que nada con un acontecimiento político histórico sin precedentes en América Latina, que es el retorno a la democracia electoral con sufragio universal y que se inició a fines de los años 70 y que se ha generalizado en los años posteriores. Por primera vez desde su independencia, los procesos democráticos se han vuelto rutinarios en todos los países latinoamericanos salvo en Cuba, a través de elecciones regulares, abiertos y libres. Las democracias se han mantenido a pesar de “hipos políticos” en varias que han producido interrupciones imprevistas en el ramo ejecutivo, pero hasta en éstas generalmente se emplearon mecanismos constitucionales para lograr salidas rápidas. En sólo un caso, Haití en 1991, se utilizó un golpe militar exitoso como solución al impasse democrático, y esa excepción duró poco tiempo.

Tal viraje hacia una rutina democrática prolongada sin retorno al militarismo del pasado es el producto de varios elementos. Un factor ha sido la presión internacional desde los Estados Unidos, la Unión Europea, y/o la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones Unidas (ONU); otro factor para la instauración de las democracias fue el fracaso de los gobiernos autoritarios que llegaron a predominar en la región en los años 60 y 70; así como una crisis regional económica prolongada en los años 70 que se derivó en gran parte por las políticas de éstos gobiernos que siguieron un modelo político de expansión estatal que fue incapaz de generar los nuevos recursos necesarios para implementar a sus objetivos.

Ha sido el retorno a un modelo económico liberal impulsado por los políticos elegidos en las nuevas democracias, el que ha generado los recursos nuevos que han permitido no sólo el retorno a un crecimiento económico sino también la generación de nuevos ingresos estatales para las políticas sociales. Estas políticas han sido las respuestas a la movilización social y a las nuevas demandas producidas en gran medida por los procesos democráticos asentados en los países de la región en los últimos 30 años. Uno de los resultados ha sido la reducción en la pobreza extrema, un aumento notable en centros de atención primaria y escuelas, y varios programas de bienestar social para los menos privilegiados. A pesar de estos logros, sin embargo, se ha notado en la mayoría de los países una impaciencia con el ritmo del avance conseguido, lo cual ha conducido a la búsqueda de alternativas a través de protestas sociales locales en algunos casos, y, en otros, por propuestas electorales que pregonan la nueva expansión del Estado como solución.

A través de elecciones, sobre todo en la última década, partidos y grupos políticos de la izquierda han ganado el poder en un grupo importante de países latinoamericanos, incluyendo Chile, Uruguay, Brasil, Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador, Honduras y Nicaragua. En la mayoría de ellos, sin embargo, se ha mantenido el modelo económico del mercado y se busca la expansión del estado con el empleo de los recursos que este modelo produce. Sólo en Venezuela, Bolivia, y Ecuador están en el poder “outsiders” de corte netamente populista aunque con distintas formas de movilización de las bases. En estos casos, sus gobernantes buscan mantener su legitimidad popular en gran parte por la expansión estatal derivado mayormente de exportaciones de materias primas, así como de nacionalizaciones de empresas extranjeras y estatizaciones de empresas nacionales.

Si bien es cierto que la crisis económica actual les va a afectar a todos, muchos de estos países están protegidos hasta cierto punto por los superávits fiscales generados durante los años de las vacas gordas, que les van a dar un colchón económico, a corto plazo por lo menos. Sin embargo, no se va a poder evitar una reducción significativa en los gastos sociales, lo que con toda probabilidad producirá aumentos en la pobreza después de casi una década de una progresiva reducción. Es de esperar, entonces, como resultado, un aumento tanto en las protestas populares de grupos organizados de la sociedad civil más afectados como en la actividad criminal común.

En la mayoría de los países, no obstante, los procesos democráticos están suficientemente bien asentados para asegurar que no se producirán trastornos políticos que amenacen su continuidad. En los casos de gobiernos de corte populista, sin embargo, es probable que la misma crisis económica les afecte más profundamente, debido a la progresiva frustración de su proyecto de estatización bajo el lema del “socialismo del siglo XXI” por falta de recursos y del mal manejo burocrático. En este caso, es bastante probable que el resultado sea la generación de una marcada polarización política y una progresiva deslegitimización gubernamental, y, debido a estas dinámicas internas, posiblemente la búsqueda, desde arriba o desde abajo, de una nueva alternativa política.

Prodavinci 

Comentarios (1)

jesùs gonzàlez briceño
22 de mayo, 2009

En gran parte el comentario de Scoott Palmer sobre Amèrica Latina me parece acertado en muchos aspectos,pero adolece de un grave desacierto al catalogar los gobiernos de Venezuela,Bolivia,Ecuador y Nicaragua como populistas,dentro de la etiqueta del Socialismo del Siglo XXI,por cuanto el gobierno del presidente Chàvez,si tiene este caràter populista,pero en sustancialmente es militar-comunista,suprimiendo en forma contìnua y permanente la disidencia polìtica que no està de acuerdo con la imposiciòn de una ideologìa marxista,con la creaciòn de las comunas y de la propiedad social-estatal y seudo popular, con la implantaciòn de una hegemonìa mediàtica con el control de el 90% del espectro radioelectrico,con la implantaciòn de las milicias gubernamentales, y la ideiologizaciòn de la educaciòn, y la exportaciòn de s esta ideiologìa a paìses vecinos.Perù, Colombia y El Salvador son sus pròximos objetivos polìtico-idiològicos y bien pronto veremos estos resultados si sus gobiernos actuales y los organìsmos regionales no actùan con rapidez para evitarlo.Estoy seguro,como conocedor profundo de la realidad latinoamericana,que la opiniòn mundial no està adecuadamente informado de lo que està sucudiendo,en especial EEUU y los organìsmos internacionales, porque el gobierno chavista ha sido muy hàbil en su polìtica comunicacional hacia el exterior,aunque està cometiendo errores, pero el tratamiento que se le da a nuestro gobierno en el exterior es muy light y hay una profunda crisis y cooperaciòn de la clase polìtica opositora,debido al auge aparente y la grandes ganancias econòmicas que estan obteniendo especialmente en Venezuela.La crisis econòmica mundial actual no afectarà significativamente a nuestro paìs porque el gobierno tiene licencia legal para obtener muchisimos recursos de los ahorros bancarios de la clase media nacional, y con la venta de sus activos,como reserva de oro y reservas internacionales a las cuales les està echando mano,ademàs de que los precios petroleros no se van a deprimir lo suficientemente como para que nuestro presidente no disponga degrandes cantidades de recursos para continuar con su populismo interno y sus dàdivas externas que ya pasan de ciento veinte mil millonesw de USA$.Esta polìtica y acciòn gubernamental chavista es la continuaciòn de la fracasada polìtica castrista de exportar la revoluciòn, y sin duda alguna, afectarà a todo el continente americano,si no se toman las medidas pertinentes del caso.Atentamente Jesùs Gonzàlez Briceño, Dr, en ciencias polìticaS y economista.

Envíenos su comentario

Política de comentarios

Usted es el único responsable del comentario que realice en esta página. No se permitirán comentarios que contengan ofensas, insultos, ataques a terceros, lenguaje inapropiado o con contenido discriminatorio. Tampoco se permitirán comentarios que no estén relacionados con el tema del artículo. La intención de Prodavinci es promover el diálogo constructivo.