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¿Cómo se usan los microcréditos?

Por Alex Bartik

Del blog de Innovations for Poverty Action

Algo que mis amigos y los miembros de mi familia me preguntan con frecuencia sobre los proyectos de microfinanzas que llevo a cabo para IPA es, “En realidad, ¿qué hace la gente con los préstamos?”

Quizás esta pregunta surge de cierta confusión sobre la gran diferencia que hay entre las economías del mundo desarrollado y las del mundo en desarrollo. En el mundo desarrollado, cerca del 13% de la fuerza laboral trabaja por cuenta propia, mientras que en el mundo desarrollado esa cifra está cerca del 49% (estimado en base a los datos de la OIT). Además, las empresas de quienes trabajan por cuenta propia en el mundo desarrollado difieren enormemente de las del mundo en desarrollo (en el mundo en desarrollo, cuando se habla de alguien que trabaja por cuenta propia, la gente piensa en escritores o contadores; no en las personas que impulsan pequeños carros de dos ruedas (rickshaws) o en dueños de ventas de fruta).

En Filipinas, mi país sede en este momento, los empresarios usan los microcréditos para financiar negocios de muchos tipos, incluyendo tiendas denominadas Sari-sari (que se traduciría como “Quincalla”), “Carenderias” (pequeños restaurantes con comida preparada), puestos y ventas de frutas y vegetales (donde venden productos como mangos o agua de coco), triciclos a motor y otros negocios del “sector de transporte”, al igual siembras o negocios relacionados con la agricultura, por mencionar algunos ejemplos.

Es posible que algunos se sorprendan al saber que estos microcréditos no son solamente para usos comerciales; los receptores los usan también para consumo o inversiones en su hogar (algunos productos micro-financieros en particular están diseñados para pequeños negocios y otros para préstamos al consumo). Por ejemplo, muchos usan los microcréditos para pagar la escuela de sus hijos, instalar un techo nuevo en su casa, o reparar la motocicleta que usan para ir al trabajo, e incluso para comprar comida en las épocas difíciles (lo que los economistas denominan “equilibrar el consumo”) y otras cosas. Los investigadores de IPA, Dean Karlan y Jonathan Zinman, estudiaron el impacto del crédito al consumo sobre los prestatarios de bajos ingresos en Sudáfrica. En base a un experimento aleatorio controlado, encontraron que la expansión del acceso al crédito tiene un efecto positivo en muchos indicadores de bienestar, incluyendo nivel de ingresos y empleo (aquí puede leer el artículo completo).