Ciencia y tecnología

La banca celular como instrumento de bancarización e inclusión social

Por Blanca Vera Azaf | 17 de marzo, 2009

La banca tradicional se ha ido adaptando a las necesidades de clientes no tradicionales; aquellos que nunca han pisado una agencia bancaria, ni han tenido en sus manos una tarjeta de débito, y mucho menos un crédito que les permita iniciar una actividad económica que les brinde la oportunidad de formar un pequeño capital y cubrir sus necesidades básicas. ¿Cómo se ha hecho? A través de los teléfono celulares.

Zain, un servicio de telefonía móvil está permitiendo la bancarización en tiempo rercord de individuos que nunca han tenido acceso a una cuenta bancaria, está moldeando el negocio financiero, e incluso la vida de millones de ciudadanos de los países más pobres en África.

¿Qué hace Zain? Muy sencillo; es un servicio que por medio de un equipo celular de bajo costo se pueden pagar cuentas, cancelar bienes y servicios, recibir dinero y enviarlo a familiares y amigos; así como hacer depósitos y retiros y recibir adelantos en efectivo de sus cuentas propias o de terceros.

Este nuevo servicio ya está presente en Tanzania, Uganda, y Kenya, y según cálculos de la compañía (Zain) que firmó una alianza con Citigroup y Standard y Catering (Un gigante tecnológico y dos bancarios) la meta es lograr la bancarización de 100 millones de personas. Como dato curioso en Tanzania durante los primeros 10 días después del lanzamiento de Zain, 1.400 clientes se inscribieron en el servicio.

El impacto que tiene este tipo de innovaciones sobre la población de escasos recursos, acostumbrados a guardar sus pocos ahorros en sus casas, es tan grande que genera cambios radicales, en la vida de habitantes de aldeas rurales que antes debían caminar decenas de kilómetros para hacer una transferencia a cualquier familiar en la agencia bancaria más cercana o -peor aún- en las agencias de transferencias de dinero que ni siquiera les permitían estar bancarizados y cobran altas comisiones.

Para registrarse en Zain los usuarios pueden hacerse clientes del banco de manera gratuita llenando una aplicación y entregándosela a los miles de asesores de clientes que actualmente visitan las aldeas y ciudades pequeñas de África para captar cliente y explicarles los beneficios del servicio.

Vodacom, otra compañía de telefonía celular, introdujo hace un año un servicio similar llamado M-Pesa´s, y ya cuenta con 5 millones de usuarios en Kenya.

En Latinoamérica la banca celular también ha hecho grandes avances, y un ejemplo de ello es Colombia en donde el crédito para las microfinanzas se ha ido expandiendo de manera vertiginosa, permitiéndoles a estos pequeños empresarios poder hacer transferencias, pagos, y mover sus cuentas, algo que no sólo les ha facilitado su actividad económica sino que representa para ellos una importante reivindicación e inclusión social. Estos préstamos, que ya suman los 55 millones de pesos en un mes (22.435) dólares, parecen haberse vuelto el tipo de créditos más resistente a los incrementos de tasas de interés realizados por el Banco de la República.

Enlaces:

Africa: Zain Introduces Mobile Banking

The Guardian

Portafolio.com.co

Blanca Vera Azaf 

Comentarios (4)

Albi Rodriguez Jaramillo
18 de marzo, 2009

Si bien uno de los grandes retos de la industria de las microfinanzas lo constituye la reducción de sus costos de transacción, con miras a maximizar los beneficios y disminuir el impacto que en las tasas de interés y comisiones, la implementación de sistemas tecnológicos sofisticados en esta industria no pueden dejar de entender el sustrato del problema de los sectores no bancarizados en los países en vías de desarrollo, como lo es el nivel educativo presente en sectores de pobreza; evidentemente si desean buscar un alto impacto socioeconómico en sus planes.

Con esto no quiero decir que darle una herramienta de pago o liquidación de crédito vía celular a un no bancarizado no este bien, lo que quiero transmitir es que hasta tanto esta persona no maneje los componentes mínimos de información sobre una adecuada decisión de ahorro o crédito, su transacción individual permitirá engrosar la estadística de una empresa operadora, pero difícilmente pueda incorporar los riesgos asociados al manejo de sus límites de endeudamiento o el adecuado manejo de la información sobre los costos del servicio, temas asociados a la decisión del crédito y que pueden revertirse letalmente contra el cliente en caso de una inadecuada intervención.

Y es que la diatriba que se presenta muchas veces en la industria de las microfinanzas es si es simplemente un problema de acceso a la transaccionalidad bancaria o están implícitos otros conceptos, como el educativo, que difícilmente pueden ser dejados en manos de la mano ciega de la oferta y la demanda.

Modelos masivos como el de la Banca Comunal (Village Banking) han permitido demostrar que es posible generar un proceso de educación sobre la importancia del capital, el valor del dinero y los manejos de información, a los fines de efectuar una adecuada asignación de los pequeños excedentes de ahorro que se generen en comunidades de bajos ingresos, acompañados o no por financiamientos complementarios de instituciones microfinancieras o bancarias.

Estas intervenciones, donde el proceso educativo sobre el CAPITAL interviene, aún en comunidades con altos niveles de analfabetismo funcional, han permitido mostrar un camino, tal vez no tan explosivo como la colocación de transacciones vía celular, pero mucho mas consolidado, cuyos resultados pueden observarse en los volúmenes de negocio, número de transacciones y mejoramiento del ingreso de comunidades atendidas por operadores de Banca Comunal, tales como en Muhammad Yunus y su Banco Grameen, COMPARTAMOS en México, FINCA Internacional en África y Centro América, PROMUJER en centro y Sur América, o el Banco Mundial de la Mujer (WWB), entre muchas otras instituciones.

Indudablemente que estos modelos de Banca Comunal día a día están buscando y desarrollando herramientas y alternativas que permitan minimizar sus costos y ser más eficientes, para lo cual la tecnología juega un papel crucial, pero sin olvidar en qué lugar se posicionan las herramientas dentro de un determinado modelo de atención.

Angel Alayón
18 de marzo, 2009

Creo Albi que tu punto es válido. El tema no es sólo bancarizar, sino también educar. Lo interesante para mi es que la tecnología ahora puede colocarnos en una posición en la que indentifiquemos la necesidad de educar, aparte de bancarizar, a personas que nunca antes hubieran tenido la posibilidad de participar en el sistema financiero.

Albi Rodriguez Jaramillo
18 de marzo, 2009

Si vinculamos el caso de las microfinanzas con las consideraciones de tu articulo sobre la ¨Ley de las Consecuencias No Intencionales¨, lo que realmente quiero significar es que las intervenciones en microfinanzas, bien de particulares en el marco de sus negocios o bien de agentes públicos en el marco de competencias públicas, deben considerar ciertos aspectos éticos asociados a las condicones necesarias para que se desarrolle una sana cultura del ahorro y el crédito en el microempresario y esto pasa por el hecho de que los modelos a implementar consideren de forma explícita o implícita la importancia del proceso educativo de este consumidor.

Para este consumidor, a diferencia de cualquier otro del mercado, una mala experiencia crediticia puede acarrear consecuencias letales a su negocio, familia y record que le pueden hacer desaparecer. La oferta indiscriminada de créditos, sin evaluación real de capacidades de pago e historial reciente, solo conduce en nuestros paises al sobreendeudamiento, y este a su vez a la mora y ésta a la perdida financiera en los agentes del sistema y con esto a una restricción de la oferta de créditos.

Sin duda alguna cuando pongamos el 100% de las tecnologías al servicio de los procesos educativos en los paieses pobres será que podremos percibir los mejores resultados.

Angel Alayón
18 de marzo, 2009

Entiendo que hay dos temas diferentes pero relacionados para el caso de las microfinanzas: 1) Hay un importante grupo de los benficiarios de los créditos cuyo desempeño positivo depende fundamentalmente de que el microcrédito venga acompañado de un proceso educativo, y 2) Hay gente personas que estan recibiendo microcréditos que no tienen capacidad de pago de los créditos y que además, pueden estarse aprovechando de la oferta “indiscriminada” de créditos. Este sería el caso de personas que se endeduadarían varias veces para pagar sus deudas anteriores. Pareciera que para el grupo uno la solución desde la perspectiva de políticas públicas es el componete educativo del crédito financiero. En el caso del grupo 2, el problema parece estar en las políticas públicas generales de microcrédito. Pregunto desde mi desconocimiento: ¿Es posible que haya un “exceso” de oferta de microcréditos en Venezuela? Ciertamente, como bien dices, pudieramos ya estar en el reino de la ley de las consecuencias no intencionales.

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