Desarrollo

John Roemer: “El mercado puede acercarnos más rápidamente al ideal socialista”

Por Prodavinci | 5 de diciembre, 2008

Aquí está la entrevista realizada por Boris Muñoz a John Roemer, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Yale publicada en la separata “Los Vientos que Soplan” auspiciada por el Grupo de Empresas Econoinvest.

Cualquier debate contemporáneo sobre el socialismo debería pasar por las ideas de Un futuro para el socialismo. John Roemer, su autor, ve al mercado una vía estratégica para solucionar el mayor quebradero de cabeza del socialismo: ¿cómo generar una igualdad de oportunidades económica y política que contribuya a la vez a la autorrealización de los individuos? En esta entrevista, Roemer desmitifica alguna leyendas de la derecha y de la izquierda y, por supuesto, discute los temas de la hora: las oportunidades que abre para América Latina el viraje latinoamericano, el desafío de las nacionalizaciones, sin dejar de lado cuál es la mejor forma de distribuir los ingresos de las empresas del Estado.

Boris Muñoz

Hay ideas y libros que solo con el paso del tiempo encuentran su justo lugar en el debate contemporáneo. Cuando John Roemer, el economista estadounidense y profesor de Yale University, publicó Un futuro para el socialismo habían transcurrido apenas 5 años de la caída del Muro de Berlín y menos de tres del desmoronamiento de la Unión Soviética. Las ruinas del socialismo real aun humeaban. Se suponía que el modelo capitalista había triunfado y con él se llegaba al Fin de la Historia. De modo que, desde todo punto de vista, hablar del futuro del socialismo resultaba prematuro, polémico y contrahistórico, para no decir simplemente provocador. Sin embargo, poco más de una década después de la publicación de Un futuro para el socialismo se ha iniciado una profunda revisión del rumbo y la viabilidad del modelo capitalista. Esto se debe a una razón sencilla: Marx había observado que la forma de avance y expansión del capitalismo era la crisis. Pero en un mundo cada vez más globalizado, la crisis no hecho otra cosa que profundizar las injusticias secularizadas y acarreado desastrosas consecuencias humanas y medioambientales que amenazan la supervivencia de la especie. La solución ortodoxa es acabar con el capitalismo como fuente de injusticia. ¿Pero qué hacer con el mercado que funciona cómo el sistema circulatorio de la economía mundial? Y algo más importante: ¿cómo acercarse más rápidamente a los fines del ideal socialista? En ese contexto, los planteamientos de Roemer parecen han adquirido una enorme vitalidad.

Entre otras cosas, Roemer propone pasar del esquema de propiedad estatal adoptado por Lenin para el socialismo soviético y favorecer la propiedad pública de las empresas según criterios de eficiencia e igualdad. El esquema regulatorio impediría la acumulación ilimitada del capital, pero dentro de una actitud ecléctica frente a las posibles formas de propiedad. Estas ideas desafían el marxismo-leninismo convencional, pero son sin duda una contribución trascendente a un debate económico e ideológico que, como diría Romer, está encendido como hierro caliente.

-Considerando el viraje a la izquierda en la política latinoamericana de este momento, ¿cree usted que ha llegado el momento de comenzar a hablar de socialismo de mercado?

-Si, muy posiblemente, puesto que lo que más se necesita es la voluntad de realizar el socialismo, y obviamente ha habido en América Latina una serie de elecciones que ha permitido la llegada al poder de gobiernos de izquierda. Eso muestra que la gente tiene interés en el socialismo, tiene interés en probar un sistema diferente. En esos términos, creo que ha llegado el momento del socialismo. Hoy el socialismo es algo factible.

-En ese sentido, ¿qué posibilidades tiene el socialismo de mercado de ser más exitoso o satisfactorio que el llamado socialismo real?

-Cualquier economía compleja debe usar los mercados. Los mercados ofrecen tremendas ventajas. El fracaso de la economía soviética se debió a dos cosas: la carencia de mercados y la carencia de democracia. Tener mercados es sumamente importante para la colocación de productos. El socialismo de mercado, en la manera en que yo lo concibo, aborda el tema particular de la distribución del ingreso de las grandes empresas de un país, algo que ha sido siempre un rompedero de cabezas para los economistas. Y la idea de socialismo de mercado es organizar instituciones que permitan que el ingreso pueda ser distribuido entre los hogares y la población de manera más o menos equitativa. Esto está en contraposición con la manera extremadamente desigual en la cual se distribuye el ingreso en el capitalismo. Hay muchas otras cosas que deben hacerse en una economía además de distribuir el ingreso. Entre otras está educar a la población. Quizás más importante que redistribuir la riqueza, es educar a los hijos de familias que tienen un ingreso desventajoso. Pero eso no es algo que resuelva el socialismo de mercado por sí mismo, sino que tiene que ser una política de Estado independiente. De modo que, para mí, el socialismo de mercado aborda un problema específico, el de la distribución de las ganancias de las corporaciones y empresas estatales. Sin embargo, veamos lo que sucede en un país como Estados Unidos. Aquí los beneficios de las empresas representan apenas entre el 25% y 30% del ingreso nacional. Esto, visto en otros términos, sugiere que la distribución equitativa de las ganancias no supone una diferencia sustancial. Probablemente eliminará la pobreza pero eso no es suficiente. Si se distribuyen los tres trillones de dólares, se obtiene que cada hogar en Estados Unidos debería recibir 45 mil dólares al año. Así que si sacas de allí el tercio correspondiente a las ganancias, los hogares recibirían 16.000 dólares. Si distribuyéramos esos ingresos entre los hogares pobres, algunos de los cuales no tienen ningún ingreso, el ingreso no llegaría a alcanzar los 50 mil dólares. Aunque su situación sería mejor, los pobres seguirían siendo de todos modos bastante pobres. Gente desempleada que no produce ningún ingreso tendría algún dinero pero no saldría de la pobreza.

-Para resolver la pobreza hay que atacar la pobreza con un conjunto de programas.

-En definitiva, hay una miríada de otras políticas que es necesario atender, como la educación. Éstas pueden ser abordadas en ya sea en una economía socialista o en economía capitalista. En Venezuela, no sé qué fracción del ingreso corresponde a las ganancias, el punto es que se sabe que un gran porcentaje de esa ganancia es generada por el sector petrolero que es propiedad del Estado. Y eso no va a cambiar. De modo que podríamos hablar de una fracción muy pequeña del Producto Interno Bruto que sería redistribuida a través del socialismo de mercado, pues estamos hablando de la ganancia producida por empresas públicas no las ganancias de los individuos.

-¿Cómo hacer que el sector privado participe en esta forma de redistribución de la riqueza?

-Bueno, una cosa es saber que cómo moverse del punto A al B y otra diferente es qué hacer una vez que haz alcanzado el punto B. La forma de producir esta redistribución es nacionalizando las compañías.

-¿Nacionalizar todas las compañías privadas?
-Bueno, de eso se trata el socialismo de mercado, ¿no?

-Así que el Estado es dueño de las compañías y los recursos.

-Si y su función es repartir las ganancias entre los hogares de la nación sobre una base igualitaria.
-¿Usted dice que todas las corporaciones deben ser nacionalizadas, todas?
-Es un asunto de política de Estado. No veo que las compañías pequeñas tengan que ser nacionalizadas. Se pueden nacionalizar solo las grandes empresas.

-Hace poco tiempo el gobierno venezolano nacionalizó las compañías de electricidad y teléfonos. ¿Es ese un paso hacia el socialismo de mercado?

-Puede que sí como puede que no. El asunto clave en el socialismo de mercado es cómo desarrollar una gerencia eficiente para las empresas estatales. El Estado no tiene un buen prontuario en el manejo eficiente de grandes empresas. Por eso, en mi libro Un futuro para el socialismo, propuse una especie de bolsa de valores con un mercado laboral competitivo para contratar gerentes corporativos y que las acciones de estas empresas fuesen negociadas entre individuos, lo que de algún modo simularía lo que sucede en una economía capitalista. De modo que no pienso que simplemente sea una buena idea nacionalizar grandes empresas para que las maneje el Estado. Puede haber mucha corrupción y favores políticos involucrados en esas situaciones. Eso quiere decir que una nacionalización no es algo bueno per se.

EMPRESAS PÚBLICAS

-Usted visitó Venezuela a fines en 1999 y propuso que Pdvsa fuese vendida a los ciudadanos venezolanos.

-Mi propuesta era que el Estado distribuyera acciones de Pdvsa a los individuos, pero que los individuos no pudieran vender las acciones por efectivo. Ellos no podrían vender las acciones por dinero, pero si podrían cambiarlas por otras acciones. Cuando estos individuos murieran, las acciones pasarían de nuevo a manos del Estado.

-¿Cómo se distribuirían las ganancias en ese caso?

-Las ganancias serían para los individuos. Cada quien recibiría un flujo de dinero proveniente de sus acciones, aunque no podría transar las acciones en un mercado colectivo como el capitalista.

-¿Cree que el socialismo de mercado podría funcionar en un mundo de capitalismo global?
-¿Por qué no? El punto es que las empresas sean competitivas, así que no veo razón para que no puedan funcionar tan bien como las empresas capitalistas del mercado global.

-¿Pero cómo podrían hacer estas compañías para capitalizarse y desarrollar nuevos emprendimientos?

-A través del Estado. Sería el Estado el que realizaría las ampliaciones de capital para las inversiones y desarrollos importantes.

-¿Cuál es el rol del sector privado en el socialismo de mercado?

-Desde mi punto de vista, el rol del sector privado es el de manejar solo pequeñas compañías. Habría, por supuesto, libertad para formar empresas, pero cuando éstas superaran cierto tamaño tendrían que ser vendidas al público.

-¿Podría dar algunos ejemplos de socialismo de mercado?

-No hay, al menos del tipo de socialismo de mercado que expuesto hasta ahora. La economía de los países socialistas estaba centralmente planificada. El Estado tenía el control de todas las empresas y no había ningún tipo de distribución de los beneficios. No creo, por tanto, que haya habido ningún tipo de socialismo de mercado.

-En la Unión Soviética se confundió la propiedad estatal de las empresas con la propiedad pública de los medios de producción.

-En el socialismo centralista, el Estado pensó que podía manejar eficientemente las grandes empresas, pero estaba muy lejos de eso. Claro que hay empresas estatales que son manejadas de manera eficiente: la compañía eléctrica francesa, la compañía de seguros alemana, el sistema de salud estadounidense. Ciertamente, hay ejemplos exitosos, pero si pensamos en compañías públicas que produzcan bienes de consumo, como las siderúrgicas, tienden a no ser muy eficientes. Muchas veces caen en manos de políticos que utilizan estas compañías para contratar trabajadores a los que se les paga un salario más alto que el promedio del mercado y esto las vuelve ineficientes. Con frecuencia los políticos intercambian favores a través de las empresas estatales. Esa no es una buena idea. Creo que las empresas estatales deben ser manejadas de una competitiva.

-Hasta donde hemos visto, en Venezuela el movimiento nacionalizador abarca el petróleo, la electricidad y las telecomunicaciones.

-Como he dicho, no creo que la respuesta sea solo nacionalizar. Quizás no es mala idea nacionalizar la electricidad. Hay ejemplos de buena gestión estatal en el sector eléctrico, pues la electricidad es, en cierto modo, un monopolio natural. Pero el sector telefónico es mejor administrado por pequeñas compañías que compiten entre sí. Pienso que nacionalizar la telefónica es una mala idea.

-Bolivia nacionalizó el gas y Ecuador se dirige a nacionalizar algunos de sus recursos naturales. ¿Cuál sería su consejo para guiar a estos países hacia el socialismo de mercado?

-Mi consejo a los países que nacionalizan sus industrias y recursos sería que los manejen sin la interferencia del Estado. Así podrían ser competitivos e innovadores. Tener un Estado muy controlador es una receta para el desastre. Lo contrario es un manejo eficiente que haga que las ganancias vayan a las arcas del tesoro nacional para desde allí ser distribuidas a la población. Pero es absolutamente equivocado usar estas empresas para contratar personal con altos salarios. Brasil se encuentra ahora en problemas porque el sector estatal debe pagar unas pensiones astronómicas a los empleados públicos y, por supuesto, el gobierno no puede pagarlas. Eso fue un gran error, pero seguramente sirvió para que políticos intercambiaran favores y consiguieran algunos votos. Eso es corrupción. Las empresas no deben ser instrumentos de este tipo de prácticas.

DEMOCRACIA Y CAPITAL

-¿Qué papel cumple la democratización del capital en el socialismo de mercado?

-La democratización del capital significa la redistribución de los beneficios y de la propiedad.

-También implica tener mejor acceso al crédito y al capital, lo que permite darle forma a la innovación y los emprendimientos.

-Ciertamente. Aunque yo no llamaría a la democratización del capital un paso al socialismo, diría que es necesaria de todas formas, pues ésta permite hacer los mercados más eficientes. Esto sugiere que hay muchas políticas de Estado como la educación, la salud o la ampliación del mercado crediticio que pueden desarrollarse en el sistema capitalista o en el socialista. El secreto del éxito de las economías del este asiático es que en su planificación incorporaron altos niveles de educación. Latinoamérica todavía no ha hecho eso. Los niveles educativos en la región son muy bajos.

-En el socialismo de mercado las empresas tienen que ser conducidas de modo eficiente y generar rendimientos.

-Para eso deben pagar salarios competitivos. La manera de mejorar la situación de los trabajadores no es pagándoles salarios muy altos, sino pagando salarios competitivos y educándolos, porque así sus salarios se elevarán en razón de su educación y capacidad. No creo que se deba usar las corporaciones para transferirle ingresos a los individuos.

-¿Hay para usted conexión entre la democratización del capital y el desarrollo social?

-Primero que todo, si democratizas la propiedad tendrás una mejor distribución del ingreso. En segundo lugar, la democratización del capital implica que las ganancias que obtenga la renta del país no estará controlada por un grupito de gente que decide que hacer con el dinero.

-Usted argumenta que no hay ningún país que haya desarrollado el socialismo de mercado. ¿Hay alguno que se le acerque?

-Los países nórdicos. Pero ellos no tienen un socialismo de mercado sino una socialdemocracia, que es otro sistema. La socialdemocracia mantiene la propiedad privada de las grandes empresas pero con un riguroso sistema de altos impuestos que ha funcionado muy bien. Esos son, en términos económicos y de la distribución del ingreso es más igualitaria que en cualquier parte del mundo y el nivel de vida es muy bueno para casi todo el mundo. Prácticamente no hay pobreza. Es decir que han desarrollado un sistema bastante exitoso que demuestra que la distribución del ingreso no destruye la economía.

Prodavinci 

Comentarios (1)

Alexander Guerrero
11 de febrero, 2009

Una pelusa, al amigo Roemer se le paso por alto, un rolling entre las pernas, que entre mercado y derechos de propiedad -individual- hay una relacion biunivca institucional que es obvia, y la distribucion realizada en el o por el mercado esta sujeta a la manera como se definen los derechos de propiedad, y si estos son privados, la distribucion es entre ganacia y salarios (ambos son susceptibles de impuestos); es decir, la propiedad “publica” sera privada si los derechos de propiedad lo definen como tal y estos son unicamente realizados si se transan minimizando costos de transaccion. Ese concepto de propiedad difuso en eso que Roemer llama “propiedad publia” no es otra cosa que la propiedad estatal sobre las activos, en este caso,no hace falta mercado porque no hay derechos de propiedad individual que transar -titulos- ni que proteger ni que realizar. Quizas a Roemer le pueda interesar el oximoron de socialismo de mercado que se desarrollo en Yugoslavia entre 1960 y 1990)donde la carencia de derechos de propeidad que transar en un mercado acabo con esa ilusion de socialismo de mercado, de esa experiencia le peudo contar historias, la vivi persnalmente y ademas la estudie; socialismo con derechos de propiedad privada no es posible, a eso se le llama desde hace siglos capitalismo, y hasta Marx lo aprendio asi.

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