Blog de Alberto Barrea Tyszka

Volver a la calle; por Alberto Barrera Tyszka

Por Alberto Barrera Tyszka | 8 de octubre, 2017
Fotografía de Verónica Aponte / Para ver la galería completa haga click en la imagen

Fotografía de Verónica Aponte / Para ver la galería completa titulada “20 imágenes de la consulta popular del #16J” haga click en la imagen

Quizás hay que empezar reconociendo que las elecciones del próximo domingo provocan, en la mayoría de los ciudadanos, algo parecido a un cortocircuito interior, un breve mareo en la conciencia, un beriberi emocional por lo menos. Juntos llevamos casi 2 años haciendo todo lo correcto, todo lo posible, todo lo democráticamente correcto y posible, para ejercer nuestro voto y expresar de manera participativa y protagónica nuestra opinión. Y juntos fracasamos. El oficialismo, de forma tramposa, cobarde y violenta, hizo lo imposible por impedir que hubiera votaciones libres y universales. Peor aún: organizó su propio bingo de los animales para estafar electoralmente al pueblo venezolano. Sí. Así pasó. Y es una historia que genera una frustración enorme, una indignación infinita.

Hay que reconocer y aceptar que duele. Todavía, cada vez que veo y escucho a Tibisay Lucena, me crujen todas las vocales. Se me atasca una rabia en el origen de la lengua. Hasta mi cédula de identidad echa humo. No es fácil pensar en votar, ir a votar de nuevo, después de todo lo que ha pasado, con este mismo CNE, con este mismo gobierno fraudulento. No es nada fácil. Pero esto no es un gobierno democrático. Y las luchas contra los gobiernos no democráticos nunca han sido fáciles. Exigen superar la radicalidad instantánea, manejarse con mayor inteligencia ante el poder del adversario. La indignación es un sentimiento legítimo pero no es una estrategia política. La emoción no es una forma de pensamiento. No es una maniobra. A veces, por el contrario, es un lujo que no podemos darnos.

Después de todo este tiempo de batallas, desde el inicio de la nueva Asamblea Nacional hasta las marchas en la calle de este año, el oficialismo apura unas elecciones regionales. Sabe que es el momento, su mejor oportunidad, para intentar derrotar a la oposición y lograr recuperar un poco de legitimidad internacional. Su mejor aliado, curiosamente, está del otro lado. Para los comicios del próximo domingo, el gobierno depende más de las bases de la oposición que de las bases del chavismo. Por eso promueven la confusión, distribuyen el desánimo, alientan la abstención. Si todos los pensáramos con el miocardio, nadie iría a votar el 15 de octubre. Luchar contra una dictadura obliga pensar de otra manera.

No deja de ser sorprendente la cantidad de artículos, mensajes, tuits… que están circulando, tratando con ansia de convencer a los futuros abstencionistas del domingo. Es un gran desgaste realizar una campaña donde tú mismo eres tu adversario. Quienes sentencian que votar es claudicar, que votar es “negociar con el régimen”, suelen basar sus feroces críticas en el referendo organizado por la propia oposición. Dicen, repiten, agitan la idea de que “el mandato del pueblo el 16 de julio” fue otro. Que no hay que salir de la calle hasta que Maduro se vaya y se acabó. Que no se hable más. Que cada quien coja su esquina y así resolvemos esto rapidito. Los radicales creen que la magia mueve la historia.

El 16 de julio del año 2017 yo solo vi a un pueblo que quería votar. Más aun: un pueblo que se volcó a votar, incluso con la desautorización institucional. Con un CNE opuesto, con un gobierno amenazante, aun con todo esto, una mayoría abrumadora salió a votar. Ese día, el pueblo mismo se convirtió en institución. En una acción inédita le quitó el poder y la legitimidad al oficialismo. Gracias a eso, en gran parte, la Constituyente se convirtió en una parodia que desconocieron demasiados países en el planeta. El mandato del 16 de julio tiene que ver precisamente con eso. Con un pueblo que, a pesar de su frustración y con todas las sospechas sobre el proceso, insiste en el voto. Quiere pronunciarse. Necesita nombrarse y reconocerse como la mayoría.

Es muy fácil ser un súper héroe en Twitter. Pero la vida real es mucho más compleja. Los ciudadanos de Venezuela tenemos demasiados adversarios: la crisis económica, el proyecto totalitario del gobierno, las divisiones del liderazgo opositor, el cansancio, la impotencia, el desespero… No es fácil. No es nada fácil. Pero es lo que toca. Así son las guerras. Y el Estado nos está haciendo la guerra. El Estado nos quiere arrinconar. Callar. Invisibilizar. Paralizar.

Hay que reconocer y aceptar que cuesta. Pero no es una invitación a una rumba. No se trata de decir: vente a votar, qué gozadera. No. El 15 de octubre forma parte de una misma, larga y difícil, jornada ¿Quieres calle? Ahí está. Los métodos de lucha cambian. El próximo domingo hay una gran marcha. Votar también es volver a la calle.

Alberto Barrera Tyszka 

Comentarios (15)

Neidan
8 de octubre, 2017

Un excelente artículo sin duda alguna, pero la realidad es que el gobierno no ha sido el que nos anarquizó, quien nos hizo dejar de creer en la oposición fueron ellos cuando nos hablaron de desconocer al gobierno y el mundo entero con el 350 y el 333, cuando nos mandaron a las calles por “la ruptura del orden democrático” y ahora nos dicen que no hay mejor opción que ir a votar. La realidad es que mientras ellos están en campaña, hay niños como María en el Universitario muriendo por desnutrición y ancianos cada día más moribundos, personas preguntandose que hacer con su vida en un país que no les ofrece un futuro, un país que no les permite ni soñar.

Todos estos días han sido dias perdidos y eso no se puede negar. en el 2015 ganamos la AN ¿Que lograron? ¿Cuántas personas no han seguido muriendo y emigrando desde entonces? A las dictaduras se les aplica el “uso progresivo de la fuerza”… A una dictadura GENOCIDA no se le puede responder con democracia, sino preguntenle a Hitler.

Maximilian L G Grüber
8 de octubre, 2017

Tremenda catarata de aciertos! Tanto por lo reflexivo de los argumentos, como por la forma de expresarlos, toca las fibras más sensibles. Estamos en una suerte de carrousel de emociones que sube y baja y gira a gran velocidad. Tal vez no vale la pena hablar de argumentos, a la hora de votar es más bien un asunto pasional; si a razonar vamos, nada hay razonable en esta suma de absurdos que pronto cumplirá la mayoría de edad en un festival de disparates. Nada hay legítimo en un gobierno fuera de la Ley, tampoco vale la pena recurrir a la legalidad ante los que empezaron a violar la Constitución antes de secarse la tinta con que se escribió. Siendo que no hay Ley ni hay razón, habrá que seguir al corazón, y como éste no es mucho de fiar, habrá que fiarse del instinto mayoritario: votar! Hoy amenazó Maduro con que “quien vote está ratificando a la asamblea nacional constituyente”, o sea, la abstención favorece a Maduro por tanto me perjudica a mí. Ya no necesito más explicaciones, a votar!

Magaly Villegas
8 de octubre, 2017

Es el análisis más serio que he leído o escuchado, de por que el domingo debemos ir a depositar nuestro voto. Gracias por su tiempo. Quién lea este texto, si tenía dudas ya no las tendrá. El domingo saldremos a votar.

Diógenes Decambrí.
8 de octubre, 2017

Sería interesante (aunque imposible) cuantificar y organizar a los que promueven la ABSTENCIÓN, saber cuántos exactamente son y, el meollo de la cuestión, cuántos son realmente opositores (por supuesto que guerreros del teclado) y cuántos son mercenarios del régimen, en sus dos versiones: cubanos invasores, los que mandan en la Sala Situacional, esa donde diseñan los ardides y la propaganda, y PSUVistas criollos, de esos que el mismo Barrera Tyszka nos describió hace años en un artículo, en el que describía las peripecias de un conocido suyo al que emplearon en un Ministerio, ganando mucho más de lo que él esperaba, pero lejos de su campo de experticia profesional, escribiendo a favor del castrochavismo en las redes, posicionando hashtags, sugestionando incautos. A quienes deshojan la margarita con abstenerse o participar, les recuerdo la gigantesca torta del 2005, cuando la dirigencia opositora convocó a la abstención y beneficiamos al agente castrista en Miraflores. YO VOTÉ Y YO VOTO

Carlos Hernández
8 de octubre, 2017

Estas son palabras conciliadoras que necesitamos en estos momentos. Alberto siempre llega al corazón. Esto es lo que la MUD debió haber explicado al país acerca de las razones de por qué aceptaron ir a Regionales. Si lo hubieran hecho y discutido con la población decepcionada debido al fraude reciente del CNE y Smarmatic, quizás el número de abstencionistas sería menor. Y creo que eso es algo que la MUD debe corregir: no están en la cima para tomar decisiones sin considerar el resto opositor, sino ser humildes al momentos de tomar decisiones difíciles. No creer que se las saben todas. Gracias por tu opinión…

ane cristina saavedra
9 de octubre, 2017

en dictadura no vale voto, ni pensamiento distinto, ni que mueras de hambre, el voto en dictadura, el que no se beneficia es precisamente el pueblo, se lucha con vigor, contra una dictadura, como èsta que padecemos, cuando se respetan las ideas, las estrategias, la lògica y te indica que no importas si se te va la vidac en la lucha si la solidaridad de los compañeros es sincera, eso es convicciòn, eso se llama coherencia, la polìtica, no es religiòn ni matemàtica, pero si carece de èica, solo conduce al vacio.

jose
9 de octubre, 2017

Se puede votar pero al final el que elige el es gobierno, gracias a una oposición sumisa y complaciente.

kaki
9 de octubre, 2017

Totalmente de acuerdo con Ud.

JOSE CONFALOHIERE
9 de octubre, 2017

“Y juntos fracasamos”, ¡Ja, ja, ja!. Sí, el gobierno lanzó el juego de los animalitos y como adictos loteros, la patología les viene de la cultura adeo-copeyana, terminaron apostando a la lotería electoral.

juan langas
9 de octubre, 2017

Muy acertado Barrera como siempre, esto no es una fiesta, es mas bien el largo camino del ocaso de este desmadre

Leander
9 de octubre, 2017

Una falsificación llena de idealismo para ocultar el verdadero motivo de la participación de la MUD en las regionales: El situado constitucional. Y es que los partidos venezolanos no se sostienen de las cotizaciones de sus militantes sino del dinero público, de los situados. Lo que ha movido a la oposición a esta elección no son aquellas cosas que se cansan de repetir un sus discursos demócratas beatos sino el hecho de su necesidad de fondos, de lo contrario por qué pelear con una conserjería regional si pudieron pelear una constituyente? Una constituyente organizada por el mismo CNE que organiza estas elecciones y que la MUD señala que se puede auditar si hay testigos en las mesas. Mi mensaje para los adeptos de la MUD es que son felices comiendo mentiras vayan y voten tranquilos, o a conciencia de que están es pagando unos partido (donde AD es mayoría) con dinero público, pero que dejen la vaina con quiénes a conciencia deciden abstenerse o votar por otras alternativas (Que las hay)

nelson lanz
10 de octubre, 2017

Todas las razones esgrimidas por Alberto Barrera son validas para ir a votar. Sin embargo le pregunto a él, ¿Si la oposición junto al pueblo en total coherencia con lo prometido hubieran continuado en las calles Maduro aun estaría en el poder? Pienso que si amigo Barrera. Pero su situación sería tan precaria que no hubiera tenido mas salida que negociar su salida. Si hubiéramos continuado en las calles,la presión internacional contra el dictador sería tan feroz que la cabra mocha que es Maduro ya estaría exiliado en la Habana. Pero la MUD volvió a darle un chance mas para que siga imponiendo su feroz totalitarismo. Y la incoherencia y la falta de palabra en la política tiene sus consecuencias amigo Barrera. Sin embargo pese a los gravisimos errores de los dirigentes de la oposición, iré a votar. Ultimo chance que le daremos a la oposición. Veremos que hacen después que se den cuenta del gran fraude que cometerán las bandidas del CNE.

Germán López Mendoza
10 de octubre, 2017

Gracias señor Alberto, creo que su articulo es el más diáfano que leído relacionado a este tema, es importante participar, todas las batallas son importantes, no dejemos el país a la deriva en manos de ineficaces. Su articulo me motiva aún más a participar por manifestar mi descontento por lo que pasa en el país.

Freddy Dávila
11 de octubre, 2017

Brillante artículo, tal como suelen ser los de Alberto Barrera. De lo mejor que he leído.

Julio
11 de octubre, 2017

1.- la dictadura chilena salió negociando, con votos e incluso reconociendo el poder de Pinochet, que quedó por 8 años como comandante del ejército. 2.- eso no impidió el enjuiciamiento (algo) posterior del dictador 3.- es absurdo plantear una salida de fuerza, cuando no hay fuerza. las últimas guarimbas en chacao no duraron ni una hora y produjeron varios presos 4.- según Venebarómetro, Maduro subió de poco más del 20% al 25% en su aceptación, tal vez a causa del enojo que en la propia oposición causaron las guarimbas autosaboteantes. 5.- aun si los líderes la mud fuesen incoherentes, carentes de ética, populistas-batequebrados (se podría pensar que la mayoría de los candidatos promete cosas que es imposible que hagan y tratan asuntos que no son competencia regional, y otros anticipan que no podrán hacer nada, por lo que tal vez resulte preferible el candidato chavista que si puede hacer algo), la abstención de más del 30%, favorecerá al gobierno en lo interno y en lo externo.

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