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Todo lo que usted debe saber sobre las Semanas de la Moda; por Amira Saim

Las Semanas de la Moda Qué, cómo, cuándo, dónde y por qué; por Amira Saim 640

El mes de la moda terminó y con él se fueron algunas tendencias, varios nombres fijos que ya no estarán, así como también se le dio continuidad a ciertas siluetas e influencias de temporadas recientes (y algunas nuevas propuestas) que se perfilan como dominantes para los últimos meses de este 2015.

En las capitales de la moda –Nueva York, Londres, Milán y París– cada febrero se presentan las propuestas prêt-à-porter (“listas para llevar”) de la temporada Otoño/Invierno; así como cada septiembre toca mostrar (a la prensa y a los compradores) las colecciones para los próximos seis meses. Es decir: la temporada Primavera/Verano.

Sepa que así es cómo funciona el sistema de la Moda hoy en día. Nueva York, Londres, Milán y París: cada una de estas cuatro ciudades tiene una lista de diseñadores que desfilan en sus calendarios y las dotan de cierta personalidad. Por ejemplo: en Nueva York, el primer evento en llevarse a cabo cada mes de la moda, desfilan marcas importantes como Calvin Klein, Tommy Hilfiger, Diane Von Furstenberg o Marc Jacobs. Son marcas de altísima calidad, de amplio alcance y con un perfil muy comercial, tres características que sirven perfectamente para describir la oferta de la Semana de la Moda de Nueva York. Por su parte, París, la última en realizarse cada febrero y cada septiembre, es la que tiene el aura de lujo, tradición y máxima representación del savoir faire dentro de la Industria de la Moda. En pocas palabras: el que desfila en la capital francesa es porque ya tiene el reconocimiento de la Industria y el poder económico para satisfacer los estándares de calidad y vanguardia que allí se encuentran: Chanel, Christian Dior, Saint Laurent, Balenciaga…

Entendido esto, es necesario que hablemos de la parte central de cada Semana de la Moda: las pasarelas, los desfiles, esos diez o quince minutos en los que cada marca, cada diseñador y cada casa de moda dictarán ante la prensa y los compradores qué se llevará durante los próximos meses. Esos desfiles yua forman parte de nuestra manera de entender la Moda, pues son una costumbre que hoy damos por sentada, pero cuyo origen y buena parte de su historia no ha sido suficientemente compartida.

worth(1)Charles Frederick Worth, trendsetter.  Charles Frederick Worth (1825-1895) fue un diseñador inglés que consiguió el éxito en París durante la segunda mitad del siglo XIX. En aquella época los modistos seguían los requerimientos de su cliente o clienta, quien decidía cuáles telas usar, qué silueta llevar, cómo hacer las combinaciones: todo.

Pero Worth se diferenció del resto de sus colegas al quitarle la batuta al cliente y ser él quién decidiera qué vender, cuándo venderlo y a quién. Cuatro veces al año el diseñador presentaba una selección de sus creaciones y lo compradores escogían el modelo, se le adaptaba a sus tallas y podían seleccionar con qué tela confeccionarlos, pero el patrón era de Charles Frederick Worth.

Por supuesto, fue un plan de negocios exitoso. Sus diseños se popularizaron y se convirtieron en objetos de deseo entre la aristocracia francesa y celebridades de Europa y Norte América. Es por esto que es considerado el primer modisto de la historia y el padre de la Alta Costura.

Nueva York, cuna de la Semana de la Moda. París ha sido el centro de la Alta Costura y la Alta Moda desde hace siglos. Desde las muestras de Worth, los diseñadores franceses que siguieron el mismo camino también comenzaron a realizar muestras de sus creaciones para sus clientas y para la prensa. Así fue cómo la primera mitad del siglo XX tuvo a París como la cuna de lo mejor de la Moda. O, por lo menos, así lo apreciaba el resto del mundo, tanto consumidores como los editores especializados.

Pero las tiendas por departamento en Estados Unidos comenzaron a hacer sus shows de moda, para atraer a posibles clientas a sus instalaciones. Tal es el caso de la tienda especializada Ehrich Brothers, que en 1903 realizó lo que se considera el primer desfile de moda de la historia de ese país. Para 1910 este tipo de eventos se había expandido para otras ciudades, como Philadelphia y para 1920 ya era una costumbre popular entre las tiendas de departamentos. Sin embargo, la prensa seguía visitando París para enterarse de qué era lo nuevo en moda y lo mismo pasaba con los compradores de las propias tiendas, pues los diseños que se exhibían en estos shows provenían de Francia o eran una imitación de lo que allá se hacía.

La llegada de la Segunda Guerra Mundial, con París tomada por los nazis, cambió todo. Tanto a la prensa internacional como a los compradores se les hacía casi imposible viajar para ver las presentaciones. Entonces, la Industria de la Moda francesa vio sus años más oscuros. Pero no sólo había diseñadores franceses en el mundo. Norteamérica vio crecer en esta mitad de siglo a diseñadores dentro de sus fronteras, con propuestas que algunos críticos tildaron tan interesantes o más que las que salían de Francia.

Mientras París estaba sitiada y no podía cumplir su papel, una astuta relacionista pública neoyorquina llamada Eleanor Lambert aprovechó las circunstancias e ideó un evento para virar la atención de los medios de comunicación y los compradores hacia los diseñadores norteamericanos. El evento se llamó “Press Week” (Semana de la Prensa) y se llevó a cabo en 1943. Fue un éxito que se siguió llevando a cabo años después y sirvió de impulso para carreras como la de Bill Blass y Oscar de la Renta.

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Eleanor Lambert. Press Week. 1943.

Semanas de la Moda, su función hoy en día. La meta principal siempre va a ser vender y (luego) conseguir el visto bueno de la prensa que, de alguna manera, certifique que el producto es de calidad y relevante. Relevante. Este adjetivo es, probablemente, lo que impulsa más que nada a las casas y marcas de moda hoy, cuando la competencia es feroz.

Los desfiles y las Semanas de la Moda siguen llevándose a cabo para vender y promocionar, pero el sistema ha ido evolucionando para adaptarse al ritmo de nuestros tiempos, significativamente, más rápido que el de hace setenta años. Hoy la dinámica es que los compradores hacen sus pedidos aproximadamente un mes antes de que el desfile tenga lugar, en presentaciones privadas en los showrooms de las marcas. Esto se suma a la accesibilidad que han dado Internet y las redes sociales, pero que ha puesto en duda la función de los desfiles.

Sin embargo, estos cambios simplemente le han dado un rol a los desfiles más allá de vender o promocionar: los shows de moda ahora son eficaces estrategias de mercadeo que, a través de ciertos códigos, le dan relevancia a la marca o al producto. Relevancia: ese adjetivo.

Códigos como las modelos que desfilan, la locación que se escoja, el lugar donde se lleve a cabo, el tema elegido, el concepto del decorado de la presentación forman parte de esto. Bueno: esos factores y que Anna Wintour (Editora de Vogue USA) esté o no entre los asistentes.

Todas estas cosas hoy son importantes para la Industria y dicen mucho del estatus de una marca y de un diseñador. Valdría la pena volver a este tema dentro de unos cinco o diez años y ver cuál es el papel de los desfiles de moda… si es que seguimos teniendo la oportunidad de hablar de ellos sin tener que hurgar exclusivamente en nuestras hemerotecas.

Anna Wintoue en un desfile de Dries van Noten en la S de la moda de Paris

Anna Wintour, en un desfile de Dries van Noten en la Semana de la Moda de París.