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¿Cuál es la probabilidad de que el Ébola llegue a Venezuela?, por Julio Castro M.

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Para el 31 de Octubre de 2014, la OMS certifica 13.567 casos de Ébola, de los que un 99% se han circunscrito a cuatro países del continente africano: Sierra Leona, Liberia, Guinea Conarky y Mali. Llama la atención la magnitud de la epidemia en curso: si sumamos todos los casos de las epidemias de Ébola conocidas desde 1976 hasta 2013, no llegan ni al 12% de los casos actuales. Las razones que explican la magnitud de la epidemia no están claras. Y para mayor complejidad, el subtipo de Ébola Zaire (que es el activo actualmente), tiene la mayor tasa de mortalidad.

Ante la evidencia inobjetable de casos fuera de África (EEUU, España), cabe preguntarse cuál es la probabilidad de que el Ébola se extienda a otros países, en particular a aquellos en vías de desarrollo cuya preparación e inversión puede resultar onerosa.

Esta pregunta ya se le han hecho algunos investigadores. La mayoría ha tratado de responderla a través de modelos matemáticos que, aun siendo una aproximación teórica, dan una idea en términos de magnitud del cuándo, cuánto y cómo puede llegar este flagelo a otros países. Estos modelos matemáticos están basados en premisas relativamente simples que incluyen variables como: número de vuelos hacia y desde los países con más casos, distancia de vuelo directo entre países, número de voluntarios o personal de salud movilizado hacia esas zonas y, sin duda, las variantes de avance de la enfermedad. Estos algoritmos dan señales claras de que los países africanos vecinos (Ghana, Senegal, Costa de Marfil) donde se ha concentrado la epidemia son los que tienen mayor riesgo, siguiéndoles EEUU, Reino Unido y Francia. Buena parte de este criterio ha sido utilizado para disminuir, o de alguna manera limitar los vuelos hacia o desde los países con enfermedad activa; sin embargo, algunas voces autorizadas piensan que la utilidad de estas restricciones es bastante baja.

Para contextualizar esto en el caso Venezuela, debemos incluir en el balance aspectos que pueden ser determinantes de la entrada de un posible caso. Vamos a dividirlos en aquellos que aumentarían la probabilidad de llegada del virus a Venezuela y aquellos que disminuirían la probabilidad de llegada.

Factores que aumentarían la probabilidad:

Personal diplomático: Venezuela es el país de América con mayor número de embajadas y oficinas de negocio con países africanos, lo cual supone un intercambio mayor de personas entre los dos continentes. Ya hay una experiencia de un caso sospechoso de Ébola que provenía de la zona afectada, aunque resultó siendo de malaria.

Ayuda humanitaria Venezolana: recientemente voceros del gobierno notificaron el envío de contingentes médicos venezolanos a la zona caliente en labores humanitarias. A pesar de ser un número relativamente pequeño, las condiciones propias de esta zona de África hacen probable que alguno de estos galenos tenga cuadro febril (relacionado o no con Ébola). En este caso, la simple asociación de fiebre y estar en zona de Ébola, lo hace un caso sospechoso y por lo tanto obliga a iniciar el protocolo de pesquisa epidemiológica y diagnóstico recomendado por la OMS. Una pregunta clave en este escenario es si uno de los médicos venezolanos, siendo sospechoso de Ébola, sería repatriado para el manejo de su condición.

Ayuda humanitaria Cubana: ya es público que uno de los mayores contingentes de ayuda desplegados hacia la zona occidental de Africa salió de la isla hace dos semanas. Los mismos riesgos que aplican para los venezolanos aplican para los médicos internacionales, por lo que la relación y cantidad de vuelos entre La Habana y Caracas ciertamente aumentan nuestras posibilidades teóricas de que ingrese un caso sospechoso de los grupos de actividad voluntaria.

Falta de control de la epidemia en África: a pesar de los recursos movilizados (Venezuela y Colombia son de los pocos países que han hecho efectiva la ayuda monetaria), la situación sigue siendo preocupante, especialmente en Liberia, ya que es donde hay mayor número de casos y la curva de progresión sigue siendo empinada, a diferencia de Nigeria y Senegal, países que han sido declarados libres de Ébola por la OMS (al menos momentáneamente). El control del foco más activo (Liberia y Sierra Leona) parece crítico para la capacidad de exportar casos fuera del continente en el futuro. Por eso los esfuerzos mundiales deben estar orientados preferentemente hacia ese objetivo. La conclusión es clara: mientras el foco en África no esté bajo control, la amenaza para el resto de los países sigue vigente.

Migración no controlada: Es bastante probable que en una situación de impacto creciente en los países africanos, algunos ciudadanos intenten movilizarse hacia otras fronteras tratando de huir de la zona de epidemia. Esto tiene un impacto importante en los países contiguos a Liberia y Sierra Leona, pero no es exclusivo de ellos; ha habido notificaciones de viajeros a zonas distantes, sin los controles migratorios pertinentes. Por razones obvias esta es una variable de difícil cuantificación. En este grupo también entran vuelos privados que puedan producirse sin el debido registro. Sin embargo, aún en el caso de migración controlada, se pensaba que era muy difícil que una persona enferma realizara vuelos de grandes distancias; ya hoy sabemos que esto puede pasar y la capacidad de detección de tales casos ha sido muy cuestionada. Hasta ahora se estima que solo un 40% de los viajeros de esta modalidad pueden ser identificados usando escáner de fiebre, una estrategia que parece ser útil solo cuando se realiza en el puerto de salida.

Factores que disminuyen la probabilidad :

Restricción de viajes desde y hacia Venezuela: desde hace meses y en virtud de una situación coyuntural con las líneas aéreas, la cantidad de vuelos ha disminuido drásticamente. Este es uno de los pocos aspectos positivos (no intencional) de la coyuntura, ya que disminuye la probabilidad de que el Ébola llegue a Venezuela.

Inexistencia de vuelos directos con África: a pesar de nuestra situación geográfica estratégica para América, no hay itinerarios comerciales directos desde Venezuela a África. Esto supone que aún en el caso de que un viajero quiera venir a Venezuela debe al menos pasar por otro aeropuerto, lo que significa un mayor tiempo de viaje, disminuyendo la probabilidad de ingreso. Las otras vías de ingreso (marítimas, fluviales) requieren de un mayor tiempo de viaje, lo cual dificulta la posibilidad de traslado de un caso con pocos síntomas.

Aspectos controversiales:

Cuarentena: En virtud de los casos en EEUU y España, se ha producido un gran debate sobre la forma idónea de controlar el ingreso de potenciales casos. La mayoría de la normativa norteamericana supone 21 días de cuarentena para aquellos que regresen de la zona caliente. Esta medida ha recibido críticas de parte de los defensores de derechos humanos y las  asociaciones gremiales. No hay una conclusión clara al respecto, pero expertos en el área han dado su opinión sobre esta norma en EEUU, como analiza el Dr. Carlos Torres, infectólogo Venezolano que trabaja en USA. En su análisis, Torres cuestiona la utilidad de este método en sociedades con sistemas de salud altamente tecnificados. Quizá la realidad pueda ser diferente cuando hablamos de países con menor desarrollo y grado de institucionalidad. La secuencia de la epidemia en los países del mundo desarrollado pareciera que tiene un impacto de muy pocos casos que son identificados y se aíslan rápidamente, por lo que es probable que la dinámica en estas zonas se mantenga de esta manera. No hay ninguna experiencia en países con desarrollo tecnológico y científico medio como América Latina o Asia, por lo que esto supone una interrogante crítica para la evolución de la epidemia en el mediano plazo.

Restricción absoluta de entrada: Colombia ha emitido una resolución donde se prohíbe explícitamente la entrada a personas provenientes de países con casos activos. Es probable que ante una situación de debilidad en la capacidad de detección y manejo de primera línea de un posible caso sospechoso, el gobierno colombiano haya cortado por lo sano y tomado esta medida drástica. Sin duda disminuye significativamente la posibilidad de entrada de casos, al menos en el contexto actual donde la restricción apunta a pocos países, pero este tipo de medidas se complica si aumenta el número de países con actividad viral.

Pocos agentes infecciosos han generado tanta angustia en los últimos años como la pandemia de H1N1 y ahora el Ébola. Atrás quedaron las pretensiones humanas de controlar las enfermedades infecciosas de una manera definitiva. Estos agentes tienen una capacidad ya descrita por Charles Darwin de evolucionar hacia formas más eficientes y probablemente de mayor peligro. Sin duda estamos mejor preparados para afrontar estos retos, pero aún debemos seguir aprendiendo. Estos agentes no afectan a todos los países de la misma manera. Las diferencias extremas en condiciones sociales son determinantes fuertes de la magnitud del impacto social. La educación y preparación son las formas más eficaces para enfrentar estos retos.