Blog de Lau Solórzano

Rock & MAU en la UCV y Tío Simón encima de las nubes; por Lau Solórzano

Por Lau Solórzano | 15 de diciembre, 2014
Rock and MAU o el homenaje que Tío Simón vio; por Lau Solórzano 640

Rock & MAU. Fotografía de Luis Cantillo [PARA VER LA GALERÍA HAGA CLICK EN LA IMAGEN]

1. Bienvenidos. La Universidad Central de Venezuela fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad el 30 de Noviembre de 2000 por el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Dentro de ella está el Aula Magna, donde caben aproximadamente 2.700 personas. Esa sala es considerada, desde los años ochenta, como una de las cinco con mejor acústica del mundo, gracias a las Nubes Flotantes, obra de Alexander Calder, uno  de los cómplices de Carlos Raúl Villanueva en eso que en la Ciudad Universitaria se bautizó como “la síntesis de las artes”. A sus puertas, a las cinco de la tarde del sábado, cientos de personas esperaban entrar para oír la música de Rock and MAU. No importaban el polvo ni el descuido que se hacen notar en la UCV, producto de un presupuesto que da para poco. Aunque el Patrimonio ya no es lo que fue, la emoción rebosaba el rostro de quienes buscan un escape del caos y la crisis de la ciudad de afuera, quienes entienden que la música puede ser la mejor manera de reconciliarse con la calle.

Pasadas las seis de la tarde, subió al escenario Ramón Castro a darle la bienvenida a los espectadores. Los músicos salían uno por uno y los aplausos no necesitaban comprobar nada para escucharse a todo dar. Castro habló de la importancia de reconciliar al país, de la necesidad de pasar la música que tenemos de generación en generación, presentó a Sara, su hija, ante el público, le enseñó los aplausos de la gente y se retiró para que en el escenario quedaran sólo los genios sonoros. Y entonces Álvaro Paiva Bimbo dijo: “Bienvenidos”.

2. La tropa sonora. La primera canción fue energía pura: el cantante Alberto Arcas, de la banda Okills, cantó “Gritarte” y la formalidad de estas fechas de actos de grado en el Aula Magna quedó de lado. Gente de todas las edades bailaba con el arreglo de calipso  que daba comienzo a un espectáculo que duró tres horas y donde las voces eran una, todas camino a las raíces que nos hacen ser venezolanos.

Lo que comenzó como un proyecto de Diego “El Negro” Álvarez y Álvaro Paiva Bimbo en 2011, un 26 de diciembre en el Trasnocho Cultural, hoy cuenta con más de cincuenta músicos y nuevos ritmos. Han fusionado los sonidos urbanos con los de siempre: esa noche Cotur y Apache, voces raperas de Cuarto Poder, salieron al escenario a cantar “Nuestro derecho un sentimiento” y la mezcla con ritmos de tambores retumbó acertada. Seguían el rock, el pop y hasta la salsa: el proyecto es tan amplio como lo permite la música. Eran Horacio Blanco (Desorden Público), Alberto Arcas (Okills), Boston Rex y Cash Maestracci (Tomates Fritos), Servando Primera, Luis Jiménez (Los Mesoneros), Mattia Medina (Charliepapa), Gaêlica, Gabriel “Pepo” Lamberti (Andreazulado), Armando Añez y Alvaro Casas (Americania), Alfred Gómez Jr. – Si es amor (Tamborera Guaco), Vargas, Cuarto Poder, Beto Montenegro (Rawayana), OneChot, Laura Guevara y muchos más.

3. Sobrinos. Queriendo o no, todos le rindieron un homenaje a Simón Díaz. El 19 de febrero de 2014, el país se encontraba en medio de protestas cuando, a través de las redes sociales, se confirmó el rumor que ya antes se había repetido: Simón Díaz había fallecido. No se le despidió como era debido. No se le rindieron honores desde el gobierno. No hubo grandes conciertos en la calle. Sin embargo, en el Aula Magna y bajo Nubes Flotantes, sonaba una muestra de que no importa nombrarlo cuando todos saben que está presente. En silencio, con la complicidad conseguida en backstage, al Tío Simón se le rindió el mayor de los honores en las manos, en los instrumentos, en la garganta de quienes entonaban cada canción.

Esos muchachos, quienes hacen posible que el calipso, la gaita de tambora, el macizón, un vals, el tambor de Patanemo, el culo ‘e puya y el sangueo, un tamunangue, una parranda, los quitiplás, la contradanza, la mina y el tambor de Guatire se mezclen y hagan del pop algo increíble y nuestro, fueron capaces de armarse juntos y presentar este segundo disco dedicado a Tío Simón. A él le cantó Laura Guevera la “Tonada de Luna Llena”. Y entonces bajo las mismas nubes lloraron el resto de sobrinos en la sala.

Una música donde las diferencias de pensamientos, de edades, de regiones de un país dividido no son un problema. “Un país diferente es posible y muchos de nosotros nos quedamos porque seguimos creyendo en Venezuela”, dijo Horacio Blanco para culminar el bautizo del disco, el homenaje a Tío Simón y las tres horas de música con sabor a hogar. Gracias por tanto, muchachos.

Lau Solórzano 

Comentarios (1)

Petrusco
18 de diciembre, 2014

Muy buena reseña de lo que pasó el sábado Lau. Sólo una imprecisión y un agregado:

– Indicas que no se le rindieron “honores” a Simón Díaz desde el gobierno, pero recuerdo que se decretaron tres días de duelo por su fallecimiento.

– Yo considero la idea y ejecución de la Rock & MAU como algo histórico, por un montón de razones. Cada concierto de ellos ha sido distinto y enriquecedor. En particular este sábado nos permitieron disfrutar, además de todo el camión de música buena de todos los que participaron, de uno de los mejores ejecutantes de beat voice de este lado del mundo, venezolano, en vivo y en una de las mejores escenarios del planeta. Se llama Jhoangel Tovar, es de Puerto Cabello y su nombre artístico es JhoaBeat. Excelente!

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