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¿Qué está pasando con la inflación en Venezuela?; por Asdrúbal Oliveros y Carlos Miguel Álvarez

Fotografía de Miguel Gutiérrez para EFE. El años 2013 en Venezuela empezamos a ver retrasos importantes en cuanto a la fecha de publicación de las estadísticas oficiales de inflación. No obstante, fueron puntuales para el mes de marzo y noviembre. Otra historia comenzó en 2014: el retraso en la entrega de cifras por parte de las autoridades se volvió costumbre y los analistas empezamos a buscar alternativas para medir inflación y así informar sobre un factor tan importante en la vida de los venezolanos. En este artículo hacemos un balance de lo que ha sido la formación de precios durante el primer semestre del presente año y analizamos lo que son nuestras expectativas para el resto del año.

Entendiendo las cifras publicadas por el BCV

Según las cifras oficiales publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) —con un retraso superior al año—, el año 2015 cerró con una inflación de 180,9%, sin embargo, nuestras estimaciones reflejaron una inflación de 240,5%. La razón de dicha diferencia es por un ajuste en la metodología utilizada por el BCV, es decir, el banco asignó un peso mayor a rubros que no se vieron afectados por inflaciones tan altas y le quito peso a aquellos rubros con inflación muy superiores. En este punto es importante dejar claro que estos cambios son normales, y que se realizan debido a que los pesos utilizados para cada uno de los rubros son el resultado de la encuesta de hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) donde se recoge el patrón de consumo de un venezolano promedio. Ahora, lo que resulta indignante es que ya han pasado más de seis meses desde la publicación de la inflación y que todavía no se ha publicado una nota metodológica en la cual se explique el porqué de los cambios y los nuevos pesos utilizados. Por este motivo, nosotros seguimos utilizando nuestros indicadores y consideramos que son ellos los que mejor explican la variación de los precios en Venezuela.

Un primer semestre por encima del 100%

Al igual que el BCV, nosotros estudiamos el índice de precios que refleje el comportamiento a través del tiempo en los precios de una canasta representativa de la economía venezolana. Realizamos medición mes a mes a través de encuestas en las que logramos capturar el precio de mas de 700 productos en el área metropolitana de Caracas y utilizamos los pesos originales de BCV para obtener una estimación de la inflación. Bajo esta metodología, al cierre de junio de 2016 recogemos que la inflación acumulada alcanzó 128,6%, muy por encima de la acumulada para el mismo período en 2015 (65,7%), lo que representa una aceleración de la inflación sin precedentes en la historia económica venezolana. En términos de promedio mensual, el resultado es el mismo, el promedio para los primeros seis meses en 2016 fue de 14,9%, mientras que en el 2015 fue de 8,8%. Asimismo, en el detalle mensual se puede observar que en el 2016 en ningún mes la inflación fue menor a ese mismo mes en el 2015. Solo en enero y febrero de 2016 observamos una inflación inferior a las mas altas registradas durante los primeros seis meses del año 2015. De esta forma, resulta alarmante como solo en el mes de junio de 2016 la inflación fue similar a la acumulada en los primeros tres meses del 2015. En otras palabras, la evidencia refleja una aceleración notable en la inflación y bajo el supuesto de que históricamente el segundo semestre la inflación es mayor al primero, es de esperarse que este comportamiento continúe para el resto del año

Tabla 1 – Inflación BCV 1S2015 – 1S2016


  La inflación de la Venezuela sin subsidios Es importante señalar que las mediciones oficiales no toman en cuenta la incidencia del tipo de cambio del mercado paralelo sobre los precios; sobrestiman el peso de los programas estatales de distribución de alimentos (Mercal, Bicentenario, Pdval y los CLAP) en la categoría de bienes “controlados” y dejaban de lado problemas asociados con la escasez, el desabastecimiento y el desarrollo de mercados negros e informales —con precios más altos que los oficiales—. Con esta premisa en mente, hemos diseñado un índice que hemos llamado inflación subyacente, que no solo intenta suplir la prolongada ausencia del índice oficial, sino que trata de reducir las distorsiones que generan la estructura de controles, los subsidios y el surgimiento de mercados negros sobre las estimaciones de inflación. En otras palabras, una economía con “libertad” para formar precios. De acuerdo con nuestras estimaciones de este indicador, observamos que la inflación subyacente entre enero y junio del presente año fue de 378,1%, lo que ha significado una variación promedio mensual de los precios de 29,8% durante los últimos seis meses. De esta manera, la inflación entre junio 2015 y junio 2016 —inflación interanual— alcanza ya valores de 969,9%, por lo que es de esperarse que a cierre de 2016 estaremos muy por encima del 1.000%.

Tabla 2 – Inflación subyacente 1S2015 – 1S2016

 

En vista de que aproximadamente dos tercios de la canasta usada por el BCV para medir la inflación está sujeta a controles de precios, es lógico que la inflación subyacente supere a la inflación bajo la metodología del BCV. No obstante, esta brecha se ha venido ampliando en los últimos años. Mientras el año pasado la diferencia promedio para el primer semestre fue de solo 4,9 puntos porcentuales (pp), en lo que va de 2016 la diferencia alcanzó 15,0 pp. Nuevamente, la evidencia muestra como la aceleración de la inflación ha sido brutal en lo que va de año.

Gráfico 1 – Inflación comparativa

 

 ¿Cuál es la inflación de Venezuela?

 Ante tanta opacidad, no es sorpresa que cuando hablamos de inflación se presenten comentarios como “ese número es muy bajo”, “mi mercado ha aumentado mucho mas” o incluso “esa inflación es mentira, los precios están bajando” y que “la inflación se está desacelerando”. Más allá de los comentarios, lo importante es resaltar que nuestros indicadores son una aproximación de cómo se está moviendo la inflación para un venezolano promedio representativo de la actual distorsionada economía venezolana. Evidentemente, si usted es una persona que solo compra productos regulados bien sea porque no le alcanza el dinero para más nada o porque decidió dedicarse a la actividad informal, es probable que, como resultado de ser un individuo que vive de los subsidios presentes en nuestra economía, su inflación sea menor a la que acá presentamos. Igualmente, en el caso de que usted sea una persona que solo adquiere productos en los mercados negros o informales y que sea por la razón que sea no puede adquirir productos subsidiados, entonces usted puede tener una inflación cercana a lo que nosotros hemos denominado inflación subyacente. Lo que si es cierto es que las expectativas de que la inflación va a bajar en el corto plazo son prácticamente inexistentes. Si las distorsiones que hemos mencionado se mantienen, muy probablemente Venezuela termine en una espiral hiperinflacionario que si bien no nos encontramos en ella todavía —en parte debido a que la indexación salarial ha sido mucho mas lenta a la ocurrida en las economía hiperinflacionarias como en Argentina, Brasil, Bolivia y Perú— cada día nos acercamos mas a entrar en este fenómeno económico.

El futuro entre la incertidumbre y el cambio

 Los economistas no predecimos el futuro, solo estudiamos la actualidad y en base a ella pronosticamos los caminos hacia donde se puede estar moviendo la economía, siempre bajo el concepto de los supuestos que establecemos. Nosotros consideramos que Venezuela se encuentra en un proceso de transición y el nombramiento del General Padrino López como súper ministro es uno de los últimos detonantes de este proceso de cambio que vive Venezuela. Asimismo, consideramos que el actual Gobierno no tiene las herramientas, ni las bases de credibilidad y de confianza para dar un vuelco total en el rumbo de nuestra economía. El proceso de cambio comenzó, se está acelerando y no hay que o quien lo detenga. Teniendo esto en consideración, nosotros estimamos que el segundo semestre del año sea un poco menos malo que el recién terminado y que probablemente empecemos a ver una pequeña mejora en el abastecimiento, sin embargo, en materia de precios hay otro cuento. Los precios presentan un rezago importante y prueba de ello es la brecha entre la inflación BCV y la inflación subyacente, por lo que esperamos que la inflación BCV cierre este año cercano al 450,0% en un escenario optimista y que para el año entrante baje notablemente hasta niveles cercanos a 200%. Es así como estamos viendo la economía en este momento y es importante aclarar que en Venezuela el entorno es muy cambiante y cualquier detonante puede hacer que estas proyecciones se queden cortas o largas. La recomendación es hacer seguimiento continuo a la evolución política económica del país y siempre estar protegidos y asesorados para lograr sobrevivir a esta crisis y salir adelante en los próximos años que si vemos con optimismo de estabilización.