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Cómo operar PDVSA con pérdidas y aun así reportar ganancias; por Armando Romero y Bárbara Lira

Por Armando Romero y Bárbara Lira | 23 de septiembre, 2016

Una mirada a las finanzas de PDVSA cómo operar con pérdidas y aun así reportar ganancias; por Armando Romero y Bárbara Lira

De acuerdo a cifras publicadas recientemente por la OPEP, al cierre de agosto de 2016 la producción de petróleo de Venezuela alcanzó 2,328 millones de barriles diarios (MMBD). La producción acumula 10 meses consecutivos de caída, dejando en evidencia un cúmulo de problemas operativos. Adicionalmente, los intentos por lograr un canje de bonos de su deuda para aliviar los pagos por venir en meses cercanos, hablan de la compleja situación de las finanzas de PDVSA a la fecha.

Los Estados Financieros Consolidados de PDVSA, publicados en su página web, muestran cómo la profundización en la caída del precio del petróleo durante 2015 causó un severo deterioro en los ingresos de la estatal. Durante 2015, la cotización promedio de la cesta venezolana cayó 50% con respecto al año previo (pasando de 88,42 dólares por barril a 44,65 dólares por barril), y los ingresos mostraron una disminución de 41% respecto a 2014, cerrando en 2015 en aproximadamente 72 mil millones de dólares.

Los costos de PDVSA también disminuyeron, aun cuando en menor proporción. En 2015, los costos alcanzaron cerca de 59 mil millones de dólares, 39% menos que el año previo. En tanto la ganancia integral neta declarada en 2015 estuvo muy cercana a 5 mil millones de dólares, 70% por debajo de las ganancias del año anterior.

Sin embargo, el origen de las ganancias que obtuvo PDVSA en 2015 es revelador de la situación operacional de la empresa. El análisis en detalle de los resultados revela que en el segmento de operaciones PDVSA arrojó pérdidas por un monto superior a 3,2 mil millones de dólares. Esto significa que los ingresos por ventas de petróleo, gas, productos refinados y otros —las actividades centrales de la empresa— fueron menores que los gastos con que opera más las regalías y otros impuestos que paga al Estado. Es la primera vez que esto ocurre en la historia de PDVSA.

Históricamente, el balance operativo de PDVSA había variado según los cambios en el precio del petróleo, la producción y el tipo de cambio, principalmente. La ganancia operativa ya había estado disminuyendo, pero nunca había sido inferior al 2% del PIB. Desde 2011, aún con elevados precios del petróleo, este superávit en operaciones se fue reduciendo dramáticamente, hasta terminar en la pérdida de 2015. Esto refleja una situación grave para la viabilidad de la estatal como empresa petrolera. Sin embargo, esto no es visible en la ganancia reportada.

La pérdida en operaciones logra revertirse en los estados financieros, en los que obtiene una ganancia integral positiva. De los 72 mil millones de dólares en ingresos reportados por PDVSA, 55 mil millones tienen origen en su actividad principal. El resto, aproximadamente 16,8 mil millones de dólares, corresponden a ingresos financieros, un concepto que la empresa comenzó a reportar desde 2006. El 90% de estos ingresos se generan como consecuencia de la ganancia en cambio de divisas que obtiene PDVSA cuando el gobierno decide devaluar el tipo de cambio.

La mayor parte de la ganancia cambiaria que obtiene PDVSA proviene de la reducción real de la deuda que la estatal mantiene con el BCV desde 2010 y que ha crecido casi exponencialmente desde 2013. Con una variación de casi 1000% en el tipo de cambio promedio autorizado al sector petrolero (que pasó de 6,30 bolívares por dólar en 2014 a 68,75 bolívares por dólar en 2015), estos ingresos aumentaron considerablemente. PDVSA habría reportado pérdidas superiores a los 11 mil millones de dólares en 2015 de no haberse generado esta ganancia cambiaria.

Otro elemento a considerar es que PDVSA declaró un impuesto sobre la renta efectivo negativo superior a 3,7 mil millones de dólares. Esto significa que aplazó el pago de este impuesto en un monto superior al que efectivamente pagó al fisco, lo que le permitió aumentar las ganancias reportadas en 2015.

La relación entre PDVSA, la República y el BCV se ha convertido en un arreglo en el que se extraen dólares a la estatal (a través de regalías y otras contribuciones), se le inyectan bolívares (a través de financiamiento monetario) y aun así pueden reportarse utilidades. De esta manera, el esquema fiscal y cambiario aplicado a PDVSA (regalías, ISLR negativo y aumento del tipo de cambio), así como sus resultados financieros, han tratado de ocultar la situación operativa de la empresa.

Las caídas de la producción son la más clara evidencia de esta situación. Mucho más que eso, son una señal de que al momento de decidir un uso para los reducidos recursos disponibles de PDVSA, la inversión en producción y la eficiencia no han estado en el tope de las prioridades. Para que la empresa pueda funcionar de mejor manera y crecer en el futuro, es necesario que se aclare la gravedad y alcance de su situación operacional y financiera, así como sus consecuencias en el corto, mediano y largo plazo.

Armando Romero y Bárbara Lira 

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