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Según la leyenda cristiana, el Mesías nació en un pesebre porque a su madre le vinieron los dolores de parto mientras cumplía junto a su marido con unas obligaciones burocráticas en Belén. Atestado de gentes que venían a ser censadas, aquel pueblo solo pudo ofrecerle al salvador la alcoba de sus animales. Al imaginar aquel humilde refugio y el trámite que lo ocasionó, me resulta imposible no pensar en los muchos niños que nacen cada día en un campo de refugiados, en situaciones de extrema pobreza y riesgo, de padres ilegales en una Europa que los persigue o como en la República Dominicana, de padres a los que aunque dominicanos, por ser de ascendencia haitiana, se les ha negado la nacionalidad.
Tristísimas fechas las del padre sirio que pide asilo para él y sus hijas, a quienes en Siria les aguarda un futuro de horror. Patéticas fiestas las del adolescente hijo de haitianos que no puede representar a Dominicana jugando al béisbol porque no le dan un certificado de nacimiento. Terribles pascuas las de la madre mexicana que muere cruzando un desierto detrás de una fucking estrella.
La derecha cristiana se ensaña en todas partes contra los inmigrantes ilegales de manera jactanciosa y cruel, con un odioso discurso que los quiere dibujar a todos como violadores ponebombas cuando la mayoría de estas personas llegan huyendo de contextos de violencia y escasez y solo quieren ofrecerles a sus hijos la oportunidad de crecer, de progresar, de ser felices. El otro parapeto moral de estos hombres y mujeres de fe es el discurso antiaborto, que supuestamente defiende la vida en todas sus etapas, pero que cubre solo a unos cuantos fetos, los que tienen en un bolsillo de sus pequeños pantalones intrauterinos sus papeles.
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Texto publicado en El País Semanal
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16 de enero, 2016
Muy cruel lo que sucede hoy con grupos de ciudadanos desplazados de los diversos países que viven serios conflictos bélicos..pero los culpables son invisibles porque se ponen escudos de gran poder para que nadie los vea y me refiero a los gobiernos e instituciones de supuestos derechos humanos que no ven ni reconocen la gravedad de estos problemas de miles de familias en calidad de exiliados..El problema es global,social y político, no es de origen cristiano, por ello debe ser visto y sulucionado desde esa óptica. con la participación real de los grandes centros de control del planeta.Es sólo un punto de vista .
17 de enero, 2016
Los desplazados desde luego son producto de políticas globales y de deshumanizacion colectiva,Sin embargo tiene razón la autora cuando señala la hipocresía de mucha gente que aboga por la vida de un no nacido y le cierra la puerta a tantas criaturas necesitadas vivas.