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La historia detrás de esta fotografía de Adi Hudea que circula en las redes // #FotoLeyenda

1. ¿De qué foto estamos hablando? En las redes sociales ha circulado recientemente una fotografía conmovedora que muchos han interpretado como la imagen de una niña de rodillas y rindiéndose, tras haber confundido una cámara fotográfica con un arma. ¿Es una niña o un niño? ¿Es una fotografía reciente? ¿Cómo se hizo viral?

2. ¿De dónde proviene la imagen? Según una nota escrita por Gigi Silk para The New Daily de Australia, esta fotografía que data de 2012 fue tomada en un campo de refugiados en Turquía.   Luego se supo que el momento fue capturado por el fotoperiodista Osman Sağirli en 2012. Se publicó originalmente en un periódico turco. La traducción de la nota que ilustra el trabajo de Silk explica que se trata de un niño que se llama Adi Hudea y tenía cuatro años en aquel entonces. El padre de Adi había muerto en un bombardeo y el niño terminó viviendo en el Campo Atmen, ubicado en la frontera entre Siria y Turquía, junto a su madre y tres hermanos.

3. ¿Cómo se hizo viral? La fotografía se viralizó en las redes sociales después de que el pasado 24 de marzo Nadia Abu Shaban, una fotoperiodista palestina, subiera la imagen a las redes sociales desde su cuenta de Twitter @NadiaAbuShaban. Desde entonces la imagen de Adi Hudea ha sido compartida miles de veces, aunque no desde la fuente original, originando de este modo una variedad de interpretaciones.

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Haga click en la imagen para ir a la cuenta de Nadia Abu Shaban

4. Impacto en las redes. Para el momento de publicación de este post, la fotografía publicada por Nadia AbuShaban ha sido re-tuiteada 21 mil veces y ha sido marcada nueve mil setecientas veces como favorito y también ha generado impacto en Reddit y Facebook.

5. ¿Qué dice el fotógrafo? BBC localizó al fotógrafo Osman Sağirli, quien ahora trabaja en Tanzania.

El fotoperiodista le dijo al medio británico que había utilizado un lente teleobjetivo que la niña confundió con un arma. “Me di cuenta que estaba aterrorizada después de que vi la foto porque se mordió los labios y levantó las manos. Normalmente los niños salen corriendo, esconden sus caras o sonríen cuando ven una cámara”.

El fotógrafo quiso percibir la sensación de vivir en un campo de refugiados a través de la mirada infantil. “Uno sabe que las personas en los campamentos están desplazadas. Tiene más sentido ver el sufrimiento no a través de los adultos, sino de los niños. Son ellos los que reflejan lo que se siente con su inocencia”.