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Holanda 0 (4) – Costa Rica 0 (3); por Quintín

Krul para el penalti decisivo a Umaña. / Fotografía de F. Coffrini (AFP)

Krul para el penalti decisivo a Umaña. / Fotografía de F. Coffrini (AFP)

La última jornada en la que se jugó más de un partido terminó de un modo muy divertido, que estuvo a punto de producir la noticia futbolística del siglo y al final se definió de un modo muy original

Mientras que en partidos anteriores Van Gaal había apelado a esquemas más bien defensivos, hoy salió con cinco jugadores de ataque: Sneijder, Van Persie, Robben y Depay, además de Kuyt como lateral-volante derecho. Depay tuvo por fin su oportunidad de salir de titular (y no la aprovechó demasiado) pero Van Gaal tenía claro que no se podía inventar demasiado. Contra el 5-4-1 de Costa Rica, ordenado y sistemático, no se podía hacer otra cosa que agrandar la cancha, desbordar por los costados y patear de media distancia.

Costa Rica hizo lo que se preveía: defenderse pero estar siempre atento a usar la pelota de un modo criterioso cuando la conseguía. La diferencia con otros partidos fue que Costa Rica no tenía las piernas ni la frescura de otras veces. Jugar siempre con el mismo equipo, además de venir de un alargue agotador con Grecia jugando con 10, mermó el rendimiento costarricense. No pudo aguantar la pelota en el medio y solo tuvo una chance clara de gol cuando terminaba el alargue. Sin embargo, Costa Rica no pegó patadas, demostró otra vez lo bien que juega al offside y hasta el final esperó la oportunidad de meter un contraataque que casi se produce.

Holanda, en cambio, creó mucho riesgo. Creo que hubo cuatro tiros en los palos, atajadas de Navas, salvadas de defensores en la línea. Holanda pudo quedar afuera esta noche, pero no por falta de oportunidades de gol. Sin embargo, casi todo lo que creó Holanda vino de la mano de Robben, que está en un momento sobresaliente. Sus compañeros no están en ese nivel. Los de atrás, incluso, son bastante torpes. Visto desde lo que rindió Holanda hoy, no parece un rival imposible para Argentina. Al contrario.

El partido tuvo casi todo el tiempo el mismo tenor y era cuestión de saber si Holanda convertía alguna de sus oportunidades o Costa Rica se salía con la suya. El primer resignado era Van Gaal, que siempre intenta cambios novedosos y esquemas diferentes durante el partido, pero que hoy se limitó a cambiar a Lens (un delantero que no pareció tener muchas luces) por Depay, es decir puesto por puesto y, al final a probar con el tanque Huntelaar por Martins Indi, un defensor que sobraba y que además se hacía un nudo con la pelota.

Pero Van Gaal se reservaba la sorpresa para una fase del juego en la que los técnicos no intervienen mucho. Como nunca vi antes, cambió el arquero para los penales, a los 119 minutos. Hay que recordar que Holanda venía de una estadística nefasta en la materia: nunca había pasado por penales en un mundial. Pero entró Krul por Cillessen con la misión de ganar el partido. No sé cuáles son los números en la materia de Krul ni de Cillessen, pero contra lo que se piensa, no creo que se tratara de poner a un gran especialista. De hecho, escuché que Krul, que juega en la Premiere League, venía de atajar dos penales de 20 (no parece un gran record). Lo que yo creo que hizo Van Gaal fue jugar con la sorpresa y la intimidación. Creo que asustó a los costarricenses con un arquero que no solo había practicado y estudiado los penales, sino que entró con una actitud canchera, un poco provocadora, pero además con la presunción (sin pruebas pero inevitable) de que su equipo había llamado al cirujano, o como en los equipos de béisbol, hecho entrar al closer, al pitcher cerrador de partidos. Y, a esa altura, los costarricenses no daban más y no pudieron absorber ese plus de presión psicológica. Y los mismos jugadores que habían pateado con tranquilidad y precisión frente a Grecia, hoy no tuvieron la misma fortaleza anímica. Los holandeses, en cambio, ejecutaron con autoridad. Y así pasó Holanda dejando una posible innovación. Creo que de aquí en más, de los tres arqueros que los equipos llevan al mundial, uno será el penalero. Claro que para hacer esa modificación hay que resignar un cambio de campo. Hoy Van Gaal se dio cuenta de que era un buen negocio poner otro arquero en vez de tirarse el lance con un atacante más.

Finalmente, Holanda volvió a torcer un partido que se presentaba complicado contra un equipo americano. Va a estar buena la semifinal con Argentina.

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