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¿Qué está pasando con las protestas por alimentos en Venezuela?; por Marinell Falcón y Daniel Raguá

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Fotografía de Carlos Guaimare, tomada en Cumaná la mañana del viernes 17 de junio de 2016 tras la jornada de saqueos. Haga click en la imagen para ver la galería completa.

En 2016 se han incrementado notablemente las protestas: mientras que en el primer semestre de 2015 hubo 2.836 protestas, en el primer semestre de 2016 hubo 3.507. Este incremento se debe   –principalmente– al mayor número de protestas relacionadas por problemas de escasez de alimentos. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) documentó que en 2015 hubo 1.064 protestas por alimentos y sólo en el primer semestre de 2016 hubo 954. Además, en 2015 se registraron 287 saqueos o intentos de saqueo y en el primer semestre de 2016 se registraron 416.

Y aunque la escasez de alimentos (y otros bienes básicos) no es un problema reciente, se ha intensificado notablemente desde hace varios años. Las cifras del Banco Central de Venezuela (BCV) revelan que el índice de escasez general promedio anual pasó de 5% en 2005 a 28% en el 2014. Aunque el BCV no ha actualizado el índice de escasez desde 2014, en 2016 cifras extraoficiales ubican la escasez de productos básicos alrededor de 80%.

En medio de esta situación, cada vez más empresas paralizan sus líneas de producción y en respuesta, el Gobierno re-empaqueta medidas económicas, todas basadas en el control de los medios de producción y distribución que no parecen dar resultado.

En la medida en que el desabastecimiento se agudiza crece la inestabilidad social que conlleva a que sucedan protestas y saqueos cada vez más y con mayor intensidad. En este sentido, haremos una revisión de cómo han evolucionado las protestas y los saqueos, así como qué ha sucedido con la producción y el abastecimiento de bienes básicos en lo que va de 2016.

Aumentan las protestas por escasez

El OVCS destacó en su informe anual de 2013 que las protestas por escasez de alimentos, medicinas y productos de higiene empezaban a ser un tema preocupante. Además, entre el 9 y 12 de noviembre de 2013 tuvo lugar el “Dakazo”, cuando se registraron saqueos e intentos de saqueos a establecimientos comerciales (39 en total). Desde entonces, las protestas relacionadas al desabastecimiento se han incrementado. A partir del segundo semestre de 2014, el OVCS comenzó a documentar protestas por escasez y a partir de 2015 los saqueos e intentos de saqueos (Ver Gráfico 1).

En el primer semestre de 2016, se registraron 3.507 protestas, 24% más que en el primer semestre de 2015. En lo que va de año, el 27% de los hechos registrados (954 protestas) se debieron a la escasez de alimentos, productos de higiene y medicinas, 90% superior que el número registrado en el primer semestre de 2015.

Es importante resaltar que no solamente ha aumentado la frecuencia de las protestas sino también su intensidad: desde marzo de 2016 los saqueos superan los intentos de saqueos. Durante el primer semestre de 2016 se registraron 243 saqueos y 173 intentos de saqueos, cifras que representan un aumento de 334% y 128% en comparación con el primer semestre de 2015.

En junio las protestas se tornaron más violentas en distintos lugares del país. Resalta particularmente los hechos ocurridos en Petare en los que murió una persona, el saqueo de 5 camiones de comida y una panadería. En Cumaná se reportaron saqueos en más de 20 establecimientos comerciales y fallecieron dos personas, hubo al menos 25 heridos y alrededor de 400 personas detenidas. En Cariaco donde los manifestantes fueron fuertemente reprimidos por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), falleció una persona y hubo alrededor de 10 personas heridas.

La producción de bienes sigue disminuyendo

Como comentamos al principio, en medio de una situación de fuerte deterioro económico, donde cada vez más empresas paralizan sus líneas de producción, el gobierno ha ofrecido soluciones enfrascadas en buscar el control de los medios de producción y distribución. Aunque estas políticas tienen como objetivo garantizar el acceso de bienes básicos a la población, fallan en su objetivo al desincentivar la producción y la inversión, ocasionando mayores problemas de escasez.Desde 2014 el país atraviesa la que podría ser la recesión más larga y profunda de su historia: en 2015 la economía venezolana tuvo el peor resultado de América Latina al decrecer 5,4% y entre 2014 y 2015 la economía ha decrecido 9,1%.

Unas de las principales trabas que el sector privado ha identificado para incrementar la producción han sido el restringido acceso a las divisas, así como los controles de precio. Por un lado, la poca disponibilidad divisas, así como el complicado acceso dificulta que las empresas pueden comprar materia prima, repuestos y otros insumos necesarios para reactivar las líneas de producción. Según declaraciones del presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga, la deuda que sostiene el Gobierno con el sector privado por alrededor de 12.000 millones de dólares, impide que los proveedores internacionales despachen los insumos a Venezuela. Además, cifras de Conindustria revelan que las empresas trabajan a 36% de su capacidad instalada. Asimismo, Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras, indicó que el 90% de las compañías nacionales disminuyeron sus operaciones en casi 80% por falta de divisas.

Por otro lado, los controles de precio han desincentivado la producción y la inversión. El sector privado ha denunciado que los ajustes a los precios se hacen con mucho retraso y son insuficientes. Así lo comentó la Asociación de Productores de Leche (Asoprole) que en un comunicado manifestó que los nuevos precios de la leche pasteurizada y la leche a puerta de corral “no se ajustan a las estructuras de costo”.

Además de la paralización de las líneas de producción, el Gobierno es responsable de gran parte de la producción de alimentos del país. Tiene el control del 51% de la capacidad de almacenamiento de cereales, 63% de los centrales azucareros, 42% de la capacidad de producción de harina de maíz (18 plantas), 40% de la de arroz (14 instalaciones), 80% de la capacidad de producción de café y 26% de la capacidad de producción de aceites. Según la Memoria y Cuenta del Ministerio del P.P para la Alimentación, entre 2014 y 2015 la producción de Industrias Diana disminuyó 41%. En ese mismo periodo la distribución de alimentos a manos de Mercal, PDVAL y Abastos Bicentenario pasó de 1,8 millones de toneladas de alimentos distribuidos en 2014 a 1,4 millones de toneladas en 2015 (-25%).

Mercados informales y Colombia:
las vías alternas para comprar alimentos.

Debido a la gran cantidad de tiempo que se debe dedicar para poder comprar alimentos, muchas personas han recurrido a mercados informales cuyos precios –en algunos casos- se encuentran incluso por encima del mercado internacional.

Recurrir a los mercados colombianos es otra vía a la cual se ha recurrido para abastecer los estados fronterizos. El 9 de marzo de 2016, la Gobernación del Zulia extendió un decreto el cual le permitía importar alimentos desde Colombia durante 120 días y recientemente el secretario de Planificación de la Gobernación del Zulia, Billy Gasca, anunció que están estudiando “prorrogar la vigencia del decreto”. Por otro lado, el 10 de abril de 2016 fue abierta la frontera durante 12 horas para permitir que los venezolanos compraran alimentos y medicinas en Cúcuta. Víctor Bautista, director del Plan Fronteras para la Prosperidad del Gobierno colombiano; aseveró que más de 35 mil personas cruzaron la frontera. El 16 y 17 de julio el gobierno Colombiano abrió nuevamente la frontera, esta vez 120 mil venezolanos cruzaron para comprar alimentos de primera necesidad.

De acuerdo a los precios en Cúcuta, 8 de 10 productos básicos son más baratos en Colombia que en los mercados informales venezolanos. Por ejemplo, 250 gramos de Pasta en Colombia tienen un precio 75% inferior que en Venezuela. Los únicos productos que tienen un precio superior en Colombia son el aceite vegetal (21% más caro) y el jabón en polvo (58% más caro).

Comentarios finales

El alto número y la intensidad de las protestas y saqueos son una señal del descontento de la población, ocasionado por el limitado acceso a los alimentos, así como una señal de que la situación venezolana se ha hecho más inestable. Por ahora, las fronteras con Colombia parecen ser una válvula de escape para la inestabilidad en Venezuela. Sin embargo, en la medida en que el aparato productivo nacional se siga deteriorando, más inestable se volverá el entorno venezolano.