Perspectivas

Ética de la convicción y ética de la responsabilidad; por Gustavo Tarre Briceño

Por Gustavo Tarre Briceño | 11 de agosto, 2014

Ética de la convicción y ética de la responsabilidad por Gustavo Tarre Briceño 640

Puede parecer muy pedante el pretender analizar la realidad de la oposición venezolana a la luz de teorías políticas o filosóficas.  Estarían fuera de lugar planteamientos eruditos y citas enjundiosas.  Pero ocurre que la teoría es imprescindible para la comprensión de la praxis y que  mentes  esclarecidas han analizado problemas que son recurrentes desde que el hombre vive en sociedad.  Por eso recurrimos a Max Weber, quien en 1919 enunció su célebre distinción entre la “ética de la convicción” y la “ética de la responsabilidad” como las dos máximas de conducta bajo las cuales los hombres pueden actuar en política. Decía Weber que hay una diferencia abismal entre obrar según la máxima de una ética de la convicción, es decir con fundamento esencial en los principios y valores o según la ética de la responsabilidad, que ordena tomar en cuenta las consecuencias previsibles cada acción.

Se preguntará el lector qué tiene que ver este planteamiento con la división de las fuerzas opositoras en Venezuela.  A ver:

Quienes desde el mes de febrero propiciaron la tesis que se ha denominado “La Salida”, la fundamentaron en la profunda convicción de que el régimen imperante es una dictadura en lo político y un desastre en lo socio-económico y que, por lo tanto, no podía esperarse el vencimiento de los lapsos constitucionales y que debía exigirse en la calle, la puesta en marcha de los diferentes mecanismo que la propia Carta Magna establece:  La renuncia, la Asamblea Constituyente o el referéndum consultivo.  Esta posición ha sido calificada por quienes la adversan, como “voluntarista” y por algunos como “aventurera”.

Lo que podríamos llamar el “oficialismo” de la MUD, encabezado por su entonces Secretario Ejecutivo, Ramón  Guillermo Aveledo,  asumió la ética de la responsabilidad, considerando que el criterio último para determinar el rumbo de la oposición, había de fundamentarse en la consecuencia de la acción y especialmente en sus posibilidades de éxito. Sostuvieron la pertinencia del diálogo con el gobierno. Algunos sectores “radicales” tacharon de débil y hasta de “colaboracionista” esta posición.

Sin embargo, y a pesar  de la diatriba, aquí tenemos una primera observación positiva: Ambas partes partieron, tal vez sin darse cuenta, de una visión ética de la política que contrasta con el accionar del chavismo totalmente desligado de cualquier referencia principista. Descubrimos entonces un punto a favor de las dos tendencias opositoras y recordemos además que para Weber una y otra ética no se excluyen, o que conducirse según las propias convicciones sea equivalente a la falta de responsabilidad, o al revés, que actuar responsablemente signifique claudicar de los principios en los que uno cree, sino que dependiendo de la esfera de actuación de los individuos, debe prevalecer la una sobre la otra, en razón de las consecuencias que se provoquen con nuestros actos.

Continuando con Max Weber, no olvidemos que el gran pensador alemán  planteaba que la acción de los políticos, debe conducirse primero por la ética de la responsabilidad, es decir, analizando, ponderando y teniendo en cuenta siempre las consecuencias de sus decisiones.

El duro precio que se pagó en la calle, cuya responsabilidad es únicamente de un gobierno represivo y que niega los más elementales derechos humanos, no condujo a la salida de Maduro. Punto a favor de Aveledo y de Capriles, pensará el lector. Pero no es así.  Responsabilidad quiere decir que uno asume las consecuencias de sus acciones y la ética de la responsabilidad se vincula con la ética del éxito: las acciones políticas se valoran con base en el éxito que logran y nadie, en su sano juicio, puede pensar que la política del Diálogo fue exitosa.

La verdad es que ambas estrategias, una basada en las convicciones y la otra fundamentada en la responsabilidad, fracasaron, muy posiblemente porque fueron la expresión de una división totalmente ajena a los deseos del pueblo opositor.  Lo que corresponde entonces es dejar de denunciar los defectos de la tesis contraria o de justificar los errores y dedicarse a buscar una estrategia común que trate de sintetizar ambas posiciones, lo que significa discutir y que ambos lados deban ceder. La libertad de Leopoldo López, de Ceballos y Scarano y de todos los presos políticos, así como el fin de los juicios inconstitucionales que se le siguen a  miles de estudiantes, constituyen un primero y obligatorio terreno de entendimiento.

Algunos de los que sostuvieron “La Salida” plantean ahora la convocatoria a una Asamblea Constituyente.  Nos sumamos a quienes piensan que esa propuesta presenta grandes debilidades. María Corina Machado propone la realización de un Congreso  Ciudadano, iniciativa que parece excelente siempre y cuando se lleve a cabo con la mayor amplitud y transparencia. Se equivocan quienes descalifican a priori esta convocatoria y rehúsan la discusión.  Decir que este mecanismo “no conduce a ninguna parte” es una profecía autocumplida que niega el valor de la  discusión y de la confrontación de ideas. Pero más importantes que el Congreso mismo, son las estrategias y objetivos que puedan surgir en ese foro abierto.

La tendencia “dialogante”, para darle algún nombre, no plantea alternativa, salvo la renuncia de Ramón Guillermo Aveledo y Ramón José Medina, que es consecuencia del fracaso de su propuesta y que  les honra, aunque no lo verbalicen así,  al asumir su responsabilidad.

Quienes integran esta tendencia deben al país algo más que un deslinde estéril o la idea simplista de que la oposición tiene que dedicarse “a crecer” exponencialmente para superar el ventajismo, la trampa, la corrupción y el cerco comunicacional y poco hacen para que ello ocurra.

Para concluir, una última referencia a Max Weber, quien en La política como vocación,  parecía escribir en 1920 para la Venezuela de hoy, cuando dijo que la vanidad, la necesidad de sentirse el centro de todo, conduce al político a cometer dos pecados mortales: dejar de lado el compromiso con una causa y perder el sentido de la responsabilidad.  Requieren, quienes se dedican a este noble y denigrado oficio, alcanzar la síntesis entre una fuerte pasión y un frío sentido de las proporciones.

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Gustavo Tarre Briceño 

Comentarios (15)

Aurelio Useche K
11 de agosto, 2014

Gustavo, excelente reflexion. Coincido en todos los puntos que mencionaste. La etica de la conviccion esta relacionada sobre lo que se piensa sobre como debe ser Venezuela, en su estructura politica y economica. Y decrirlo, proponerlo y convencer al pais de la urgente necesidad de salir del modelo rentista populista. Alli fallo la MUD al no plantearlo de manera cruda y realista. Solo se dedicaron a plantear lo que la gente queria escuchar.

NELIDA MENDOZA
11 de agosto, 2014

BUENAS TARDES. APOYARÉ TODAS LAS ESTRATEGIAS APLICADAS POR USTEDES, PERO NUNCA EL DIVORCIO DE LA UNIDAD. NOS ENCONTRAMOS EN MOMENTOS CRÍTICOS ECONÓMICA, POLÍTICOS Y SOCIALMENTE. LA VENTA DE CITGO ES OTRO GOLPE A NUESTRO PAÍS. ES MOMENTO DE AVANCE. ADELANTE CON FUERZA. VENEZUELA NOS ESPERA.

Margarita Oviedo
11 de agosto, 2014

Excelente reflexión!

Freddy Siso
11 de agosto, 2014

Sí, estoy de acuerdo con el debate. De allí saldrán propuestas que horienten los conceptos y mensajes que debemos lanzar al pueblo desposeído y maltartado por todo el chavismo. Hoy la discución y reunidera es fundamental para el futuro opositor.

Manuel Reyna
12 de agosto, 2014

Extraordinario analisis. Siempre he pensado que Gustavo tarre es uno de los pensadores mas brillantes de la política venezolana. Muchas gracias por esta contribucion. La voy a difundir todo lo que pueda

jesus bustamante
12 de agosto, 2014

Buen analisis

José R Pirela
13 de agosto, 2014

La humana reacción política de los venezolanos opuestos a la dictadura socialista repitió la experiencia analizada y sintetizada por Weber.

La #Salida actuó bajo el marco de los valores republicanos y democráticos contemplados en la constitución, y obtuvo éxitos por la responsabilidad de actuar: Develó la naturaleza dictatorial socialista, tanto al interior como al exterior del país; demostró que al régimen no lo apoya la mayoría del pueblo; y reavivó el espíritu de libertad.

¡Pero no logró la renuncia de Maduro!

Por supuesto que no, dictadura militar no sale con voluntarismo, pero tampoco con votos. Los “responsables” condenaron a la convicción al pretender amarrar al nuevo liderazgo.

Carlos Gonzalez
13 de agosto, 2014

Buen analisis,ahora no es de por si una propuesta alternativa crecer, entrecomillado por ti como oposicion, eso si,acompañando las luchas sociales que seran masevidentes y frecuentes?

Sonia
14 de agosto, 2014

Excelente recurrir a la filosofía política para tratar de enmarcar las diferentes propuestas de la oposición. Creo que el pragmatismo y las encuestas han hecho que nuestros politicos no se preparen lo suficiente para justificar éticamente su accionar. Necesitamos conciliación y un árbitro o maestro de ceremonias que articule a estas fuerzas distintas. RGA no lo logró porque impuso su visión. Estamos en un momento muy delicado para el gobierno, con el agravante de que es de los peores para la oposición. Tristemente parece otra oportunidad perdida por descoordinación y falta de acuerdos sólidos, éticos y comprometidos.

Pilar
15 de agosto, 2014

Dice el autor: “La verdad es que ambas estrategias, una basada en las convicciones y la otra fundamentada en la responsabilidad, fracasaron, muy posiblemente porque fueron la expresión de una división totalmente ajena a los deseos del pueblo opositor. ”

Definitivamente. Pero La Salida dejó secuelas negativas imborrables. El Diálogo, no.

Pilar
15 de agosto, 2014

Dice el autor: “parecía escribir en 1920 para la Venezuela de hoy, cuando dijo que la vanidad, la necesidad de sentirse el centro de todo, conduce al político a cometer dos pecados mortales: dejar de lado el compromiso con una causa y perder el sentido de la responsabilidad. Requieren, quienes se dedican a este noble y denigrado oficio, alcanzar la síntesis entre una fuerte pasión y un frío sentido de las proporciones.”

No sé porqué , pero pareciera que se refiere a los tres líderes de la Salida. Especialmente A Ella.

Sonia
15 de agosto, 2014

Estimada Pilar, no hay un solo evento organizado por la oposición y en general por los politicos venezolanos que no haya dejado huellas imborrables a lo largo de estos larguisimos, interminables ya casi 16 años, porque los eventos historicos lo son y nadie tiene la verdad absoluta en las manos, la “salida” fue un error de claculo e intuyo que hubo algún pacto desconocido que falló, pero aceptar que Maduro ganó la elecciones también dejó huellas imborrables y produjó la reacción de la “salida” además del garrafal error de querer deslegitimar a Maduro con un “plesbicito” que no fue tal. “Ella” a la que te refieres con ese dejo de desprecio es una luchadora incansable y si muy firme en sus convicciones, que apela a a valores y principios antes de a arreglos y negociaciones, a mi juicio ingenua para la sucia política venezolana. Pero el “dialogo” de solo recordarlo se me heriza el cuerpo, ver a nuestros lideres sentados en la misma mesa con tanto satrapa malientencionado, sin condiciones previas de ningún tipo, mientras en nuestras calles los que si quieren una salida de este regimen oprovioso dejaban la libertad y la vida por conseguirlo, ilusionados y románticos con principios y razones de sobra para querer ponerle fin a esta pesadilla destructiva que vivimos y en la que la oposición se ha equicocado reiteradamente y lamentablemente. Ni la MUD, ni los que auspician la “salida” saben como llegar al poder, es todo ensayo y muchos errores.

Lucrecia Girondo
15 de agosto, 2014

Para Pilar y José Pirela creo que no captaron el sentido del análisi del artículo. No se logró el objetivo ni con La Salida ni con el Dìalogo, tenemos puntos en común como opositores y debemos zanjar las diferencias porque seamos realistas, tenemos lideres pero en este momento se necesita de LIDERAZGO, en mayùsculas y sin protagonismos. Debemos estar consientes que ahora debemos estar unidos o nos hundimos.

Dr. Tarre, Excelente artículo, sin desperdicio.

Pilar
16 de agosto, 2014

Pareciera que el problema es haber cuestionado a María Corina. Alguien la tacha de ingenua, y agrego que pìenso más allá: se trata de desconocimiento, de falta de kilometraje en política.

Demasiados actos de esta ex diputada nos han lesionado enormemente.

Por ejemplo: 1.- Nos metió, en sus tiempos de Súmate, en la ventolera del RR. De allí resultó: las misiones, reacción del gobierno para ganar el RR, que son aún ahora la base populista del gobierno, el nefasto abstencionismo y la Lista Tascón, el apartheid laboral. 2.- Gracias a Abstencionismo, perdimos la Asamblea Nacioanl y las elecciones regionales. Es bueno señalar que la AN que María Corina ayudó a crear, roja rojita, tenemos Este CNE, Este TSJ, y Este Poder Moral. De allí estos lodos. 3.- Luego, para las elecciones presidenciales 2006, se empeñó en una primarias organizadas por Súmete, que crearon nefastas rencillas oposición adentro. Y… Súmare NUNCA tuvo los voluntarios para llevarlas a cabo. 4.- Para las parlamentarias 2010, se empeñó en tener como suplente a Ricardo Sánchez, un muchacho de dudoso proceder político, e inexperto, en vez de Carlos Vecchio, que es todo lo contrario. 5.- Ahora se asimiló al movimiento de protesta estudiantil, y el resultado fue que hubo cientos de torturados y encarcelados, decenas de muertos, represión, censura y pérdida de su curul (que es Nuestro, no de Ella), además de líderes de oposición defenestrados.

Caramba!!, esta señora ha hecho tanto por el chavismo, que deberían darle cargo en la directiva del PSUV!!!

Maria Cristina Di Prisco
17 de agosto, 2014

Es el único artículo que he leido donde se trata de explicar la simultaneidad de las dos tendencias de la oposición, no se excluye una con la otra. La proposición de buscar aspectos que representen concenso en la oposición es adecuada.Apostamos que ese es el acuerdo que se logrará

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