Blog de Alonso Moleiro

El control de cambio: instrumento de la estafa nacional; por Alonso Moleiro

Por Alonso Moleiro | 13 de abril, 2015

maduro bronx

Si en otros parajes o situaciones pretéritas, el sujeto del crimen económico cometido en contra de algunas naciones pudo haberse denominado “sector financiero”, “Fondo Monetario Internacional” o “banca privada”, en Venezuela el autor de la masacre “sólo-mata-gente” que padecemos tiene prístino nombre y apellido: el control de cambio.

Es el instrumento económico a través del cual el PSUV no sólo quebró al aparato productivo nacional, provocando un desbalance monetario que se tradujo en una inflación endiablada, sino que gestó una estafa histórica de gigantescas proporciones, que ha comprometido el futuro de millones de venezolanos, organizando una especie de festín privado con toda la renta nacional en operaciones financieras fraudulentas y apropiaciones indebidas.

En el control cambiario del chavista se asienta el arquetipo, el símbolo por excelencia, de la de corrupción en la era bolivariana. Cadivi es el equivalente a lo que en el Pacto de Punto Fijo pudo haber significado la quiebra de Recadi o el caso Sierra Nevada, pero conjugado en un largo gerundio de diez años, con montos muy superiores y daños colaterales mucho más graves.

Esgrimiendo la excusa de que las divisas de la renta por venta del petróleo eran “del pueblo” y que era necesaria una draconiana intervención del Estado en la economía para proteger al país de los quirópteros del sector privado, el gobierno de Hugo Chávez se apropió por completo de la renta nacional y creó con sus excedentes unos fondos, concebidos para ahorrar divisas, con el objeto de paliar eventuales escenarios de vacas flacas y garantizar, sobre todo, la estabilidad de su proyecto.

Con el paso del tiempo, la ampliación de los controles, siempre aludiendo la importancia del máximo interés nacional, se extendió a todos los capítulos de la economía, a los precios y tasas de interés y, progresivamente, a las importaciones.

Jorge Giordani fue siempre  firme defensor de intervenir todas las variables de la actividad industrial, el comercio y la formación de los precios ahí mismo, donde tenía su génesis. El objetivo: salvarnos de los enloquecidos efectos de “la mano invisible” del mercado. Todo empresario, salvo prueba en contrario, es un truhán. Todo funcionario del gobierno, al ser revolucionario y decir que es de izquierda, está capacitado para impartir la justicia. El presupuesto se calcula, el dinero se reparte, los precios se vigilan y todo se estatiza. Creamos comunas y organizamos una sociedad perfecta.

En medio de un disparatado desorden del gasto, los objetivos que se trazó Giordani, por supuesto, no se cumplieron ni remotamente. En Venezuela hay control cambiario, pero se ha producido una masiva fuga de divisas; hay control de precios, pero tenemos la inflación más alta del mundo; hay control de las importaciones, pero éstas se ejecutan con criterios cada vez más desencaminados.

Los militares tienen tomado todos los automercados del país, exigiendo identificación y controlando la mercancía. Y vivimos una escasez de bienes y servicios que roza los niveles de una crisis humanitaria, entre otras cosas por la gravedad que observa en el sector de las medicinas.

Giordani nos salvó de “la mano invisible” del mercado y nos puso a todos a merced de otra mano, bastante visible ella por lo demás: la del funcionario corrupto y matraquero que fija los precios, obliga a los demás a  vender a pérdidas en provecho propio y desvía los productos de todos a la frontera.

Pero por supuesto que en lo asentado hasta aquí tenemos expuesta la mitad de la historia. La crisis de Venezuela no es únicamente la consecuencia de un modelo económico estructuralmente antieconómico, sin negar que eso solo ya sería suficientemente grave.

Al captar la renta nacional y depurar los mecanismos para tener maniatada a la sociedad venezolana, los chavistas fueron creando un complejo entramado de canales para organizar negocios millonarios, favorecer a jerarcas amigos, promover a familiares mediocres  a través del nepotismo y engordar la nómina del Estado con parásitos.

Los dólares que, decía Chávez, eran “del pueblo” le sirvieron a unos cuantos vivos para crear empresas fantasmas, hacer negocios con el diferencial cambiario, triangular bienes, sobrefacturar obras o autoadjudicárselas para hacer del peculado de uso una política de Estado. Estas prácticas, lo sabemos, toca a altos funcionarios del gobierno quienes, por mandato de la ley, han sido los administradores de la hacienda nacional de estos años, así como a miembros del Poder Judicial y las Fuerzas Armadas.

Los precios del petróleo bajaron sorpresivamente y han agarrado a Venezuela con los pantalones en las rodillas. Todo el país paga las consecuencias de estos excesos y vive una situación miserable. Las máculas del saqueo nacional, el millonario desangre de Cadivi, los descomunales montos en la Banca de Andorra: las verdaderas causas de la ruina quedan evidenciadas a la vista de todos.

Concretada la estafa, conculcados los derechos económicos de los venezolanos, que están consagrados en nuestra Constitución, a usted le queda un caramelo: 700 dólares en el cupo para irse de viaje a Estados Unidos. No deje de recordar, mientras tanto, que si hay algún problema la culpa es de la “guerra económica”.

El chavista se ríe. Estos burgueses no tienen remedio, de verdad. Gran cosa. Usted no puede ir a los Estados Unidos y ahora va a venir a quejarse. Ellos, por supuesto, tienen los dólares, tienen los viáticos, hacen los negocios, les encanta el dinero y aman la buena vida. La vida que ellos llevan, dirán ellos mismos, no tiene nada que ver con lo que estamos discutiendo.

Alonso Moleiro 

Comentarios (13)

Freddy Siso
13 de abril, 2015

Todo lo dicho por Moleiro, lo sabe perfectamente el gobierno y sus compinches de los demás poderes. El problema central es que ellos nunca van a reconocer que son corruptos y que la responsabilidad de las angustias del país es de otros y no del PSUV-milicos. ¿Qué hacer? como decía Vladimir Ilich, conocido en los bajos fondos con el remoquete de Lenin.

Margarita Oviedo
13 de abril, 2015

Un análisis sin desperdicio. Brillante!

Pepetex
13 de abril, 2015

El asunto no es que lo saben. Es que ignoran por completo el daño que le causaron a los venezolanos. Vamos a ponerlo de anteojitos. Si el ladrón es agarrado infraganti en pleno robo y sabe que le viene carcel pareja, no se va a entregar así por así. Opone toda la resistencia de la que es capaz y si de paso es guapo y apoyado como los responsables de la destrucción de Venezuela, mucho menos se entrega.

La analogía describe las dimensiones de la ignominia venezolana, capítulo de una trágica historia que siempre pareciera a punto de terminar. No obstante, los ladrones. Si los mismos que saquearon el erario público y se robaron las divisas, siguen en el poder, como si nada. A mayor escándalo y señalamientos, aumenta la raspadera de olla y con ella, la indignación de los venezolanos.

Belkys Hernàndez
13 de abril, 2015

Entiendo todo a la perfecciòn! Què debemos hacer?

Oswaldo Campos
13 de abril, 2015

Sr. Alonso Moleiro su escrito es una fotografía de cuerpo entero de la desgracia nacional que ha significado ese mecanismo perverso del control de cambio, yo concuerdo con usted en que el control de cambio ha sido el instrumento vil mediante el cual los Chavistas con Hugo Chavez a la cabeza, por supuesto, han creado la via para sojuzgar a todo un pais, Venezuela es un pais importador neto, son pocos los rubros en los cuales fuimos y aun somos auto-suficientes, y aquellos en los que fuimos auto-suficientes hoy en día después de 15 años de guerra económica, pero contra los productores nacionales, son pocas las cosas que todavía producimos y no necesitamos importar, por tanto, controlar el acceso a las divisas significa controlar el pais, y también es un mecanismo de controlar la oposición. Se ve claramente que detrás del control de cambio y del control de acceso a las divisas, hay una clara intencionalidad política.

Por ejemplo la providencia ultima de Cadivi, si la 011 que nos limita a $ 700 el cupo viajero para ir a EEUU por citar un ejemplo, que solo alcanza para dos días de estadía de hotel y comida y taxis, creo que es la ultima de las acciones de una larga lista de medidas que se podrían haber tomado antes de llegar a esta, si lo que se quería era recortar la salida de divisas. Por ejemplo seguimos financiando petroleo barato a los países asociados a Petrocaribe, aun con un barril a $ 48 en el mercado, aun cuando estos países no nos dan apoyo cuando les requerimos su ayuda, como sucedió con los países del Caricom recientemente con la disputa con Guyana, Seguimos subsidiando al pueblo con una gasolina barata, en la cual se dice se pierden mas de $ 15 mil millones al año, y ademas tenemos que importar gasolina y diésel para el mercado interno, importamos acero en barras y planchas para la misión vivienda porque la producción nacional de Sidor no alcanza esta en menos del 25% de su capacidad, idem Venalum que solo produce 104000 Ton-año con una capacidad instalada de 450000 Ton-año, importamos ahora cemento, azucar, leche, carne, papel toilette, mantequilla, cafe, y otros rubros porque hemos destruido la producción nacional, entonces en vez de atacar esos puntos que podrían significar un mayor ahorro de divisas no lo primero que hacemos es embromarle la vida a la clase media con una providencia claramente dirigida a quitarle uno de los últimos pocos privilegios que le quedaban como era echarse un viajecito al exterior para tener al menos unas 2 semanas de paz y alejarse de tanta angustia que significa la vida actual del venezolano.

lars
13 de abril, 2015

En todo esto no hay que olvidar que el ejemplo lo dió Chávez de forma abierta y transparente, al borrar la distinción entre dinero público, dinero privado, dinero para la causa política, dinero para el proyecto personalista regional e internacional, dinero para esto, dinero para aquello, para lo cual le exigió a Giordani y a Ramírez crear fondos y derogar los procedimientos administrativos tradicionales… Todo, sin nada ni nadie que controle y, lo que es peor, sin que a la mayoría de la población le parezca reprochable, dado que fue invitada al desfalco por medio de promesas y políticas clientelares, subsidios, etc. En tal sentido, se podría decir que Chávez fue el corrupto-corruptor perfecto. El discurso moralista (patriotero, populista, socialista, antimperialista, etc.) sirvió además muy bien como justificativo y mampara a la vez. Eso tiene sentido y es normal en toda autocracia que trabaja excusivamente para afianzar el poder y permanecer en él.

lars
14 de abril, 2015

El artículo olvida un punto importante, y es que desde el 2007, los ingresos regulares, con todo y boom petrolero, comenzaron a no ser suficientes, y el estado comenzó a endeudarse, deuda que se disparó en el 2008, cuando sobrevino la crisis mundial. Según leí, éste y los proximos 4 años debemos pagar (resalto la primera persona del plural) algo así como 65 millardos de dólares del vencimiento de toda esa deuda contraída desde entonces, con el fin de seguir financiando los controles, seguir corrompiendo a los “esenciales” y seguir ganando elecciones. Incluso, sin bajón de los precios del petróleo, tuviéramos enormes dificultades para honrar esa deuda. El gobierno, como se sabe, en lugar de optar por el refinanciamiento a cambio de un desmontaje progresivo de los controles orientado a estimular la productividad, prefiere sacrificar la economía real y pagarla, de modo de seguir usando dichos controles para administrar privilegios y hacer populismo con las necesidades de la población, sin tocar la estructura cívico-militar de saqueo sobre la cual basa su permanencia en el poder.

@manuhel
14 de abril, 2015

El control de cambio es el instrumento y el cupo viajero es la carnada que todos estamos tentados a morder…

Carlos Perez Delgado
14 de abril, 2015

Exactamente, @manuhel, es la migaja que le lanzan a los pobres e infelices súbditos del reino. Hasta que esos súbditos se dan cuenta de que son migajas y se sublevan. en ese momento se convierten es apátridas y lacayos del (otro) imperio. Una burda tragicomendia.

GastónEcheverría C.
14 de abril, 2015

Otra vez, el amigo Moleiro, con un enfoque bien claro, sobre la disparatada pero mal intencionada política económica del régimen comunista. Es lo económico, el aspecto más dañino que se le hace a Venezuela. Pero y la oposición a través del fantasma de la MUD? ¡ Bien gracias ! Gastón Echeverría C. Los Blogs de Gastón Echeverría C. ( conectar por Google ) .

Sarimar Jiménez
14 de abril, 2015

Excelente análisis de una triste realidad. Lamentablemente, como manifestó el Ex-Presidente Arias en la Cumbre de las Américas, el gobierno de Chávez prefirió seguir los pasos del régimen cubano que, a su vez “siguió los pasos de la extinta y fracasada Unión Soviética sacrificando el bienestar de su pueblo”. Es muy fácil culpar a Estados Unidos de una serie de pésimas políticas económicas, acompañadas de una corrupción sin límites.

lincoln martinez
14 de abril, 2015

Viene el petroleo Irani, actualmente tienen en supertanqueros 30.000.000 de barriles de petroleo liviano y dulce, están calculando una producción diaria de 800.000 b/d. El principal comprador es China. Mas golpes para los precios internacionales a la baja.

Eleazar López-Contreras
16 de abril, 2015

Se olvidó Alonso de otros factores, como fueron las confiscaciones (robos) de fincas, industrias y negocios (p.e.: AGROISLEÑA); el ataque sostenido contra comerciantes y sector civil en general, y un largo et cétera. Parte de esto conducente –adicionalmente– a la quiebra o cierre de DOCENAS DE MILES DE NEGOCIOS. A todo ello se suma el control absoluto de los poderes, las trampas de todo tipo (incluyendo las electorales y en la Asamblea). De modo que no es solo el control de cambio. EN RESUMEN: ES LA INSTAURACIÓN DE UN SISTEMA COMUNISTA, que por naturaleza es destructivo; encima de esto, las dávidas, el despilfarro y la ineficiencia planificada para destruir el país y llevarlo a la RUINA, que es la meta para someter a toda Venezuela y mantenerse en el poder.

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