Perspectivas

El caso venezolano: dolarización y teoría macroeconómica; por Kamal Romero

Por Kamal Romero | 1 de julio, 2015

El caso venezolano dolarización y teoría macroeconómica; por Kamal Romero 640

En Venezuela estamos presenciando un debate surgido en torno a una propuesta de política económica: la plena dolarización de la economía venezolana.

El debate es motivado por la aceleración inflacionaria a la que se ha visto expuesta el país los últimos meses, así como el pesimismo al que invita el análisis del récord de crecimiento del nivel de precios de las últimas décadas.

En este sentido, la dolarización aparece como una medida que solucionaría de facto el problema de la inflación, al atar las manos a las autoridades económicas a la hora de financiar al fisco vía incremento de la oferta de dinero por parte del Banco Central de Venezuela o una depreciación del tipo de cambio.

Este debate se ha basado en su mayor parte en enumerar los pros y contras de la dolarización, así como en la revisión no-formal de experiencias de países dolarizados.

A continuación, se pretende aportar otra visión en este intercambio de ideas y evaluar esta política a través del análisis macroeconómico cuantitativo convencional. También se repasan brevemente una serie de trabajos que realizan lo anterior para economías abiertas en vías de desarrollo como la venezolana, haciendo énfasis en las lecciones de estos análisis.

Dolarización y bienestar. En un artículo de Schmitt-Grohé y Uribe (2001) evalúan un menú de políticas y cuantifican cuál es la mejor en términos de bienestar de la población [1].

Las opciones de política monetaria están compuestas por una dolarización plena, una regla de crecimiento monetario, una inflación objetivo y una regla de tipo de cambio contingente. La última política consiste en que los movimientos del tipo de cambio dependan de variaciones en los términos de intercambio, la inflación de los productos de importación y la tasa de interés internacional.

La evaluación se realiza empleando un marco teórico que recoge importantes características presentes en pequeñas economías abiertas como la venezolana: la alta exposición a choques en los términos de intercambio y condiciones de financiamiento internacional, así como rigideces de precios a la baja.

En función de los choques a los cuales se encuentra expuesta la economía y el grado de rigidez de precios, llegan a la conclusión de que la peor alternativa en términos de bienestar es la dolarización, mientras que la mejor es una regla activa de depreciación/apreciación del tipo de cambio en función de la magnitud y dirección de los choques en los términos de intercambio, tasas de interés y nivel de precios internacionales.

La variable clave detrás de este resultado es la rigidez de precios. Cuando los precios no varían en respuesta a los choques, si se mantiene el tipo de cambio o los agregados monetarios constantes (tal como lo plantea la dolarización), todo el ajuste se realiza vía producción y empleo, lo cual es inferior en términos de bienestar.

Los autores llegan a la misma conclusión en trabajos posteriores, asumiendo salarios nominales rígidos a la baja (ver Schmitt-Grohé y Uribe 2011 y 2012).

En este entorno, los regímenes cambiarios poco flexibles tienen como consecuencia que, ante un choque externo negativo, el desempleo aumente más que ante un régimen más flexible, así como un mayor endeudamiento durante épocas de bonanza.

No cabe duda de que Venezuela es una economía altamente expuesta a choques de naturaleza externa, debido a la gran dependencia a la exportación de una materia prima. Adicionalmente, los ingresos por la exportación de dicho commodity representan la principal fuente de ingresos fiscales, lo cual acompañado de unas instituciones fiscales procíclicas que amplifican los movimientos de precio del crudo, nos coloca en el peor escenario en el caso de adoptar una política cambiaria tan extremadamente rígida como la dolarización.

Ante una caída del precio del petróleo o una interrupción del financiamiento internacional, todo el ajuste se realizaría vía una caída de la producción, del nivel de empleo y la liquidez del sistema financiero.

Dolarización y Políticas Óptimas. Analizando la dolarización desde el punto de vista de una herramienta macroeconómica específica, la teoría de política óptima, se obtienen conclusiones similares[2].

Este enfoque busca determinar cuál sería la política fiscal o monetaria óptima tal que el bienestar de los hogares y empresas sea el mayor posible, y las políticas logren replicar aproximadamente la asignación de recursos que resultaría en una economía de libre mercado. En este sentido, lo que se desea es minimizar las distorsiones de precios que generan los impuestos necesarios para financiar una secuencia dada de gasto público.

El premio Nobel Christopher Sims (2001) emplea un entorno económico muy simple para demostrar que la dolarización no es una política monetaria óptima.

El razonamiento detrás de esta afirmación es el siguiente: la conclusión general es que lo óptimo es variar los impuestos lo menos posible, ya que variaciones en estos generan cambios en los patrones de consumo, inversión y decisiones de empleo que lo alejan del ideal de una economía de libre mercado.

En función de esto, choques que provoquen cambios en los niveles de gasto público deberían ajustarse con cambios en el valor del endeudamiento público, estos pueden realizarse a través de modificaciones en las emisiones de deuda y/o cambios en su rendimiento nominal. Lo anterior se puede realizar generando una inflación (o deflación), la cual modifique el rendimiento nominal de la deuda, transfiriendo recursos del sector privado al público, y facilitando así el ajuste. Una dolarización impide lo anterior.

En este caso habría que incorporar el costo social de la inflación. Varios estudios determinan que ese costo en términos de bienestar (para inflaciones bajas y no persistentes) es inferior al de colocar mayores impuestos distorsionantes a la inversión, consumo u oferta de trabajo (ver Algan y Ragot 2010 para más referencias) .

En este punto surge un problema, y en el cual radica precisamente el núcleo de la propuesta de la plena dolarización: ¿Quién garantiza que la autoridad económica no emplee de manera sistemática el impuesto inflación, generando de ese modo inflaciones altas cuyo costo sea elevado para la sociedad?

La teoría de política óptima citada arriba no tiene respuesta a esto, ya que asume que existen mecanismos de compromiso que impiden que la autoridad económica se desvíe de su política. Es en este punto que la plena dolarización podría incorporarse como una “tecnología” de compromiso que evitara un posible sesgo inflacionario de la política fiscal o monetaria.

A este respecto, el compañero de galardón de Sims, Thomas Sargent (2001), plantea lo siguiente:

“En sus artículos y discusiones verbales, los defensores de la dolarización a menudo han apelado a los problemas de compromiso e información, que de alguna manera hacen que la dolarización sea una opción más creíble y con mayor probabilidad de producir buenos resultados. Quienes afirman esto no presentan modelos de cómo la dolarización está conectada con la credibilidad. Necesitamos algunos modelos.”[3]

Lo anterior es lo que precisamente brilla por su ausencia en la actual discusión de dolarización en Venezuela. No existe una relación teórica directa entre dolarización y los problemas de compromiso de las autoridades económicas, los cuales suelen ser el reflejo de debilidades institucionales más profundas.

El ejemplo de Argentina con la caja de conversión, muestra que en economías con instituciones débiles (como la venezolana) y sin las precondiciones necesarias en materia fiscal, financiera y de competitividad (de nuevo como la venezolana), no existe un régimen de política lo suficientemente rígido que impida a un gobierno abandonar el mismo en presencia de un ajuste brutal sobre el empleo y la actividad económica, consecuencia de un choque externo.

*

1] Técnicamente, la evaluación de bienestar que se emplea en el análisis es muy abstracta. Se define como el costo en términos de consumo sacrificado por habitar en una economía expuesta a fluctuaciones, en lugar de una sin dichos movimientos.
[2] Se puede encontrar una versión de libro de texto de esta metodología aplicada a economías abiertas en el capítulo 10 de Vegh (2013).
[3] Traducción mía.
Referencias
Algan, Y. y Ragot, X.  (2010). “Monetary policy with Heterogeneous Agents and Borrowing Constraints” Review of Economic Dynamics, vol. 13(2), pp. 295-316.
Schmitt-Grohé, S. y Uribe, M. (2001) “Stabilization Policy and the Costs of Dollarization”. Journal of Money, Credit and Banking. Vol. 33, No. 2, Part 2: Global Monetary Integration, pp. 482-509.
Schmitt-Grohé, S. y Uribe, M. (2011) “Pegs and Pain” NBER Working Papers 16847, National Bureau of Economic Research.
Schmitt-Grohé, S. y Uribe, M. (2012) “Pegs, Downward Wage Rigidity, and Unemployment: The Role of Financial Structure” NBER Working Papers 18223, National Bureau of Economic Research.
Sargent, T. (2001) “Comment on Fiscal Consequences for Mexico of Adopting the Dollar”. Journal of Money, Credit and Banking. Vol. 33, No. 2, Part 2: Global Monetary Integration, pp. 617-625.
Sims, C. (2001) “Fiscal Consequences for Mexico of Adopting the Dollar”. Journal of Money, Credit and Banking. Vol. 33, No. 2, Part 2: Global Monetary Integration, pp. 597-616.
Vegh, C. (2013) Open Economy Macroeconomics in Developing Countries. The MIT Press.

Kamal Romero es economista (UCV) y profesor de teoría económica del Colegio Universitario Cardenal Cisneros, Madrid, España.

Comentarios (9)

Moises P Ramirez
2 de julio, 2015

El termómetro para medir la confiabilidad de las autoridades monetarias es la inflación. Si monedas fuertes como el dólar y el euro tienen inflaciones de un dígito bajo, las autoridades que respaldan estas monedas son serias y confiables. Gozan, por lo tanto, de credibilidad.

Llama la atención que el autor de este artículo no menciona el caso ecuatoriano. Ni tampoco menciona a Portugal, España, Francia, etc., siendo la zona euro una “dolarización” masiva. La conclusión que yo sacaría es que las autoridades monetarias confiables no son “commodities”. No abundan. Y en Venezuela existe actualmente una grave escasez de esas destrezas.

Los economistas son demasiado eufemistas para mi gusto. Cuando mencionan ajustes vía devaluación o inflación, deberían decir ajustes por empobrecimiento general de tenedores de una determinada moneda, o sea toda una población de un país. En el caso de Grecia, aparte de los eufemismos, existe un manejo torcido de la causalidad… Se dice que el problema de Grecia se debe a la imposibilidad que tiene con respecto a maniobrar a través de una política monetaria. No se menciona que llegaron a ese nivel de crisis por su irresponsabilidad en materia de política fiscal.

Creo que dolarizar plenamente la economía venezolana es un paso a favor de muchas y profundas rectificaciones que debemos realizar. Las autoridades monetarias actuales y venideras no son confiables. Tampoco muchos de los economistas. He escuchado a algunos decir que hacen falta ajustes “que nos retornen a niveles inflacionarios como los que tuvimos hace apenas dos años… de un 20 o 30%.” Eso es inaceptable. Ningún país debe tolerar niveles de inflación superiores a un dígito bajo.

Muchos de esos economistas, cuando actúan como asesores financieros y hasta para sí mismos, aconsejan “desprenderse” de los bolívares, comprar dólares, bonos, lo que sea… es decir recomiendan realmente participar de una fuga de capitales. Yo entonces pregunto: si tu mismo te “refugias” en dólares… ¿por qué no nos refugiamos todos? ¿por qué no enseriamos la economía como un todo?

La supuesta competitividad que argumentarían como razón para tener una moneda propia y devaluarla… yo les digo: que cada venezolano decida si quiere ser competitivo o no. Yo no quiero que decisiones de otros me hagan competitivo. Yo quiero que la tarifa que cobre o los precios que fije, sean producto de mis decisiones…

Ese es el ajuste que nos toca hacer a nosotros y que Grecia también deberá hacer. Hagan ofertas turísticas en euros y las islas griegas se “hundirán” con tanta gente que llegará y el desempleo se reducirá… No regresen a la guachafita de irresponsables como los que tenemos acá en el BCV.

Hernan Cortez Regalado
2 de julio, 2015

No soy economista y creo que no me quedo claro el tema. Lo que si tengo claro es que actualmente Gobierno y Opocision necesitan una camisa de fuerza para evitar el dispendio y la malverzacion. La manera mas rapida y eficaz de integrar a los paises de America es dolarizando sus economia primero y luego ir a una unidad monetaria comun como el propuesto Sucre.

Kamal Romero
6 de julio, 2015

Estimado Moises,

Antes que nada, muchas gracias por leer el post y hacer un comentario.

Intentare aclarar tus observaciones:

1- Tiene razón que vale la pena mencionar el caso de la zona euro, pero para aclarar que no ha sido simplemente una ““dolarización” masiva”, sino una serie de acuerdos económicos y políticos vinculantes. Coloco como ejemplo el caso Español que conozco de primera mano. Dicho caso ejemplifica otro aspecto de las condiciones de adoptar una moneda estable como propia. España posee una moneda que emite un banco central en el cual tiene participación, este banco central implementó una política que permitió disminuir la prima de riesgo española y solventar los problemas de liquidez de su sistema financiero, asimismo pudo acceder a un préstamo de una institución comunitaria asociada a quienes emplean esa moneda común, para poder capitalizar su sistema financiero. En el caso de dolarizar, Venezuela no tendría acceso a nada de esto de parte de organizaciones estadounidenses en caso de adoptar el Dolar.

2- En lo que se refiere al eufemismo de “ajustes vía devaluación o inflación”, debe tomar en cuenta que en el post me refiero a como responde una economía en el caso de un choque externo como podría ser una caída del precio del petróleo o un empeoramiento de las condiciones de crédito. En este caso la economía debe ajustarse al nuevo escenario incrementando su generación de divisas por otras vías o disminuyendo la necesidad de las mismas, esto último se puede lograr a través de una disminución de la producción y nivel de empleo, disminución de activos en divisas, una reasignación de recursos del sector no transable al transable o una modificación de los precios relativos que mejore las cuentas externas. Las dos últimas se logran solo a través de una depreciación real del tipo de cambio, la cual no necesariamente implica una depreciación nominal. El tema es que si este ajuste se realiza en parte a través de una depreciación nominal el ajuste real será más rápido, en caso contrario y en ausencia de incrementos inmediatos de productividad (poco factible a corto plazo), todo el ajuste se realizaría vía caídas de la producción e incrementos del desempleo, los cuales considero otro mecanismo de “empobrecimiento general”.

3- Con respecto al caso de Ecuador, creo que la experiencia reciente no es precisamente alentadora http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/15/actualidad/1434398011_626014.html En el caso ecuatoriano hay que echar el cuento completo, los lleva a dolarizar en parte la necesidad de restablecer la confianza de los mercados internacionales luego de un default, al dolarizar eliminan de facto el riesgo de tipo de cambio y eliminan esa prima del pricing de su deuda. Como todo esto es un trade off, renuncias a tu política monetaria para acceder a mayor crédito internacional, un desarrollo formal de esa idea se puede ver en este trabajo https://78462f86-a-1555c7db-s-sites.googlegroups.com/a/cristinaarellano.com/www/arellano_heathcote.pdf?attachauth=ANoY7crIllAvZWeSBgwGhzpKjWZS1TeLPLIczoQjFj4BlxHw-9DtpVpspAYhdL641YrftBzX0TiYFG5WeEBw-XdWK0GKs2fc07Q9ACzgYc83oA4vC0TqVBIGqxG2eIISRay-cnoC8frLY82B2tiEcnADnMQi0IRJDirqkMUO_Mbz3cFzbB3IlrxGZO14gRBRmE_2ZdyFJ8iYbIJH-t89FZZcbnPbtrEjVw%3D%3D&attredirects=0

4- Con respecto a lo que menciona de Grecia “No se menciona que llegaron a ese nivel de crisis por su irresponsabilidad en materia de política fiscal.”, este es exactamente mi punto, el importar una moneda fuerte aún con arreglos institucionales vinculantes, no es garantía de resolver los problemas fiscales que llevamos años atravesando en Venezuela.

5- Para concluir, mi mensaje en este y otros post siempre ha derivado en la siguiente idea: El problema en Venezuela es institucional, y este no se ataja con simples reglas monetarias o fiscales. Un régimen monetario (tipo de cambio fijo, flexible, etc.) y por ende fiscal (después de lo ocurrido en la zona euro creo que no cabe duda que son básicamente lo mismo, como teóricamente ya se planteó en los años 80) nunca son sustitutos de un conjunto de instituciones, estas últimas condicionan el éxito de un tipo de cambio fijo o no, una regla fiscal, un inflation targeting, un QE, etc etc. Una política similar en dos países con instituciones distintas, dan resultados distintos. En el espíritu de este trabajo http://www.nber.org/papers/w9808.pdf considero que el éxito de un determinado régimen monetario viene condicionado por sus instituciones. Coloco el caso argentino como ejemplo porque al igual que la venezolana es una economía vulnerable a choques externos que además no poseía un arreglo institucional que garantizará la flexibilidad necesaria en otras áreas y la disciplina fiscal que necesita que un arreglo de ese tipo funcionara. En Venezuela, con una dolarización, puede que ocurra algo similar, porque las instituciones construidas alrededor de un arreglo político de apropiación y reparto clientelar de la renta petrolera son las que generan el sesgo inflacionario, y hace falta mucho más que un tipo de cambio fijo o adopción de una moneda estable para “atar las manos a gobiernos irresponsables”

Saludos cordiales,

Kamal Romero.

Moises P Ramirez
6 de julio, 2015

Kamal, Gracias por tan detallada y amplia respuesta. Aunque no estemos en todo de acuerdo, valoro mucho el diálogo y agradezco que mis guiños polémicos (sobre eufemismos, etc.) no causaran tanto ruido.

Ciertamente, si tuviésemos desarrollo institucional otro gallo cantaría; al igual que si fuésemos más productivos y tuviésemos una economía más diversificada. Creo que estamos entrampados en una situación huevo/gallina. Tu planteas que busquemos un avance institucional que haga factible un manejo racional de la economía. Yo, quizás, me refiero a que busquemos una corrección económica drástica para que podamos hacer más factible el desarrollo institucional.

Creo que Argentina y su CAJA DE CONVERSION no son realmente un buen ejemplo de dolarización. Lo que hicieron fue imponer un patrón dólar, como antes era el patrón oro… Un esquema rígido y que no elimina la tentación de imprimir, porque la moneda sigue allí.

La participación de España y los demas países de la EU en el ECB es algo más simbólico que otra cosa. Si fuese determinante, los griegos no tendrían por qué estar queriendo salirse.

Me leeré lo que colocaste en referencia a Ecuador, aunque debo decirte que recientemente asistí a una conferencia en la que participaron dos ecuatorianos que jugaron roles muy importantes en el momento en que dolarizaron la economía. Ellos no sólo lo consideraron acertado, sino que piensan que debe mantenerse y que además sería también un acierto que Venezuela lo hiciese.

Realmente el problema de fondo gira alrededor del tema de la igualdad o de la desigualdad. La izquierda busca vía inflación y controles el desarrollar demasiada igualdad, haciendo a casi todo el mundo pobre. La derecha busca vía una macroeconomía estable y la ausencia de controles a que se produzca toda la desigualdad que sea posible… Como dice Robert Reich en su video, el secreto de la prosperidad está en el tamaño de la clase media y ninguno de esos extremos parece apuntar a hacia ese objetivo (te recomiendo que lo veas si hasta ahora no lo has hecho… https://www.youtube.com/watch?v=0NdDupITDv8).

Gracias otra vez por tu artículo. Me sirve para entender mejor las consecuencias de implementar la dolarización.

Saludos afectuosos!

Moises.

Kamal Romero
7 de julio, 2015

Moises,

Gracias a ti por incitar al dialogo, ojalá que hubiera más participantes como tu que aprovechen este espacio para realizar debates e intercambios de ideas.

Lo que te he colocado de Ecuador, puede que muy técnico, en efecto habla bien del proceso de dolarización y avala su uso para situaciones similares.

Tal como has interpretado, es cierto que considero que si Venezuela no abandona su esquema político-económico basado en el clientelismo alimentado por el petróleo, casi cualquier opción de política económica está destinada al fracaso. Pero considero que en la mayoría de los procesos sociales, los cambios políticos y económicos deben ir de la mano y guardar cierto grado de simultaneidad. Es decir, no rechazo tu idea de que un cambio drástico de régimen de política económica genere los incentivos o contribuye a un cambio institucional.

Gracias por el vídeo!

Bienvenidos tus comentarios!

Saludos, Kamal.

ALLAN
23 de agosto, 2015

Excelente dialogo entre Kamal y Moisés, creo que la dolarización, tomando todas las medidas previas, con otro gobierno, no este(no sirve para nada), podremos recuperar lo que queda del país, no han tocado el tema de Panamá, que tambien a dolarizado su economía, yo aquí haría 1Peso venezolano=1$, y nos olvidamos del pobre Bolivar, tan manoseado y devaluado, total el bolivar no vale nada, seguiremos devaluando hasta el infinito, al dolarizar terminamos con todo eso, crece la confianza, hay inversión,terminamos con el saca-saca(fuga de capitales), ya está bueno de comprar $, diversificamos la economía, turismo, servicios,baja la inflación, interes bancarios, reales y positivos,menos pobreza,etc.

Moises P Ramirez
24 de agosto, 2015

Gracias Allan! Es una medida que enseriará la economía. Mientras antes se tome, mejor! Pero me inclino por usar directamente los dólares. No crearía ninguna moneda nacional, tipo Argentina cuando la caja de conversión. Esa opción tiene la desventaja de mantener la posibilidad de imprimir y podría volver a aparecer el mismo problema…

Kamal Romero
25 de agosto, 2015

Allan,

El tema es que ya teniendo las precondiciones necesarias para dolarizar, cabría preguntarse ¿para que necesito dolarizar?. Creo que en el debate de este tema se parte de la falsa premisa de que dolarizar es la única manera de controlar la inflación en países con deficiencias institucionales, cuando la evidencia empírica no apoya esta afirmación. Sin irnos muy lejos, en América Latina, de las pocas experiencias de hiperinflaciones no consecuencia de guerras, independencias o creación de nuevos paises, la mayoría de las economías han logrado controlar la inflación y solo tenemos tres casos de dolarización.

Y el otro tema, y el cual considero es la idea principal del artículo, es que la dolarización es la opción más costosa a la hora de enfrentarse a choques externos, de los cuales Venezuela esta muy expuesta.

Como cualquier política económica, considero que la dolarización hay que colocarla en el contexto de un menú de políticas y evaluarlo según un criterio objetivo y cuantificable, ya sea en abstracto como el caso de uno de los artículos que menciono.

La selección de buenos resultados que mencionas “crece la confianza, hay inversión,terminamos con el saca-saca(fuga de capitales), ya está bueno de comprar $, diversificamos la economía, turismo, servicios,baja la inflación, interes bancarios, reales y positivos,menos pobreza,etc.” de puede lograr perfectamente sin dolarizar, tal y como lo indica la experiencia de la mayoría de los países que lo han logrado. El tema es si dolarizando es la manera de lograrlo con memos costos o no.

Mosies, el tema es que dolarices plenamente como planteas o no, siempre puedes imprimir moneda mediante la emisión de deuda pública. Con esta el sector público puede perfectamente pagar sus compromisos en caso de una crisis fiscal. Y en el momento que emitas una deuda a descuento, es decir, la cual puedas vender a menos de su valor nominal en Dólares, ya estas emitiendo “moneda local” (p.e te pago tu sueldo en títulos de deuda que valen 100 dólares pero en el mercado solo te la cambian a menos de 100). Acá tienes un ejemplo de una hipotética situación de ese tipo para Grecia http://johnhcochrane.blogspot.co.uk/2015/07/can-greece-leave.html Donde dice “Dracmas” se refiere a un IOU que emite el sector público para pagar sus compromisos, una práctica no tan fuera de lo común y legal en casi todos los países.

Saludos a ambos y gracias por los comentarios!

Moises P Ramirez
25 de agosto, 2015

Kamal, Excelente tu comentario. El tema monetario es mágico y fascinante. El papel moneda se basa hoy más en confianza que en reservas. También el endeudamiento.

Países que tienen un endeudamiento muy alto en relación a su PIB, pero que gozan de reputación como economías dignamente manejadas, mantienen la confianza ante sus acreedores. No tengo argumentos en contra de lo que planteas. Pero creo que al plantear la dolarización lo que estoy diciendo es que perdí la confianza en los venezolanos para manejar la política monetaria.

Equivale a quitarle la licencia de conducir a un chofer irresponsable, el porte de armas a un gatillo alegre o las sustancias psicotrópicas a un adicto.

El BCV ha demostrado que no le importa el valor de la moneda. Puedes crear pesos que sustituyan a los bolívares y la conducta irresponsable de esas mismas personas continuará. Si no pueden imprimir y optan por pagar con papeles de deuda, tendrán un límite lógico al no poderse usar esoss papeles en ningún supermercado, concesionario de vehículos o comercios en general…

Saludos!

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