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Día 2. La noche de Luis García Montero; por Antonio López Ortega // #RafaelCadenasEnGranada

Día 2. La noche de Luis García Montero; por Antonio López Ortega #RafaelCadenasEnGranada 640

Remedios Sánchez, directora académica del Festival Internacional de Poesía de Granada; y los poetas Luis García Montero y Fernando Valverde. Fotografía de Nela Ochoa.

I

Todos esperan a Miguel Ríos, esa voz única del rock español, muy cercano a la poesía para quien conozca las letras de sus canciones. Compartirá mesa con el poeta Luis García Montero, uno de los homenajeados del Festival. Son amigos, diríase contertulios, desde hace muchos años. Así que la mesa promete en anécdotas y confidencias. Pasan algunos minutos y Remedios Sánchez, directora académica del Festival, debe anunciar que Miguel no podrá llegar. Una urgencia de última hora lo ha retenido en Madrid. En su ausencia, sube al escenario el joven poeta Fernando Valverde, codirector, quien comienza a conversar con García Montero.

Fernando Valverde

Luis Valverde, quien sustituyó a Miguel Ríos en el escenario del Festival Internacional de Poesía de Granada. Fotografía de Nela Ochoa.

La camaradería de muchos años les permite ir al grano, pues lo que fue en sus inicios una relación entre profesor y alumno se ha convertido hoy en una muy otra entre amigos. Valverde recuerda a aquel profesor que daba clases a las 3 de la tarde, una hora impublicable para los hábitos andaluces. Y sin embargo, recuerda, el salón se le llenaba y los discípulos terminaban sentados en el suelo: era una atracción desde entonces. Dice luego Valverde: “Ha sido un privilegio ser su alumno. Y aún más su lector. A mí me marcó mucho Habitaciones separadas”.

Una pregunta sobre la relación del homenajeado con el gran Rafael Alberti, le permite a García Montero ordenar sus ideas. Y más o menos dice:

“La poesía es un compromiso cívico. Y la poesía es también un género hospitalario. Granada, por lo demás, es una ciudad marcada por la poesía. Pensemos en los muros escritos con poemas de la Alhambra, en la poesía arábigo-andaluza, en Boscán, en la poética de Garcilaso, en Luis Rosales, y por supuesto en García Lorca”.

Y luego agrega:

“Granada queda en silencio con la muerte de García Lorca. Tuvimos que esperar mucho tiempo para volver a recuperar la poesía. Yo me inicié con las lecturas de Blas de Otero, Rubén Darío, Borges. Y siempre he intentado ser leal al lector que fui”.

Pasan varios minutos antes de que García Montero vuelva a la pregunta de los inicios:

“El Alberti que yo conocí es el que regresa a España en los 80, fecha que coincide con la publicación de mi primer libro. Lo seguí de cerca y nos hicimos muy amigos. Fue un gran maestro, una gran compañía, y de sus múltiples enseñanzas preservo al menos dos: la primera, respeta siempre a los jóvenes; la segunda, nunca seas sectario”.

Una segunda gran cercanía tiene que ver con el poeta Ángel González, representante de la Generación de los 50. Rememora García Montero:

“Fue un heredero de la poesía civil de Machado. Entendía la poesía como una tradición, y al poeta como un ciudadano. Su generación tenía una conciencia cívica del realismo. Para ellos, había que devolverle la poesía a la gente. O dicho de otra manera: la poesía debe ser habitada por el lector”.

Antes de despedirse, García Montero lee unos tres poemas. Lo voy escuchando atentamente y tengo tiempo de anotar unas pocas frases: “La poesía levanta la mano para parar el tiempo”. “El dogmatismo es la prisa de las ideas”. “Mover recuerdos en un cajón vacío”.

II

Me quedo pensado en ese concepto de la poesía cívica y se lo comento a Cadenas. Rafael medita unos segundos y me hace una reflexión que no olvido: “Nuestros poetas jóvenes son mejores de los que aquí vemos, más hondos y más conocedores, pero los de acá tienen a su favor algo que nosotros hemos perdido: la conexión con la gente”.

III

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Luis García Montero, en compañía del poeta Rafael Guillén. Fotografía de Nela Ochoa.

Para el inicio de la tarde se anuncia la presentación de una antología de poetas granadinos. Pero en verdad no es una antología, sino más bien un muestrario, una guía de nombres. Desfilan por el escenario jóvenes y no tan jóvenes; mujeres y hombres. Dentro del paisaje variopinto, con más de cuarenta poetas que suben al escenario uno tras otro, es difícil deslindar la buena poesía de la mala.

IV

La noche se reserva para el estreno del documental “Aunque tú no lo sepas”, que narra la vida y obra de Luis García Montero. Con un guión estupendamente escrito, una fotografía traslúcida y un montaje de un pulso narrativo inmejorable, el público asiste conmovido a una pieza que merecerían tantos buenos poetas. Granada celebra a su gran poeta de estos tiempos y, con él, a toda una tradición que se remonta hasta tiempos inmemoriales. Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Miguel Ríos, Benjamín Prado, Chus Visor y muchos otros dan cuenta de los años de amistad, cercanía, celebración y dolor. Vidas cruzadas o entrecruzadas, que dependen las unas de las otras, nos muestran que no hay tejido más poderoso que el del amor o el de la afinidad entre semejantes.

Con una pieza tan memorable como esta, ya García Montero podría morir tranquilo.

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Día 4. Decir la palabra gracias; por Antonio López Ortega #RafaelCadenasEnGranada 640X60