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Del 19 de abril de 1811 al 16 de julio de 2017: el plebiscito en Venezuela; por Carlos García Soto

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Fotografía de Verónica Aponte

La jornada que ha vivido el país este 16 de julio seguramente entrará como un capítulo importante de nuestra historia política contemporánea. A pesar de las distinciones conceptuales que puedan hacerse sobre la naturaleza de la jornada cívica, para facilitar el análisis podemos considerarlo como un tipo de plebiscito. Al final del día, lo que los venezolanos hemos hecho es expresar nuestra opinión política sobre la crisis del país y sobre el papel del Gobierno en esa crisis, sobre todo a partir de la convocatoria que se ha hecho a una Asamblea Nacional Constituyente.

Legitimidad de origen, legitimidad de ejercicio

Ante determinadas circunstancias, se plantea el problema —conceptual y vital— de hasta qué punto un determinado Gobierno mantiene su legitimidad para ejercerlo.

La legitimidad política, en ese sentido, puede ser considerada como el conjunto de condiciones que debe cumplir un Gobierno para lograr el consenso mínimo entre los gobernados. Habitualmente se hace la distinción entre la legitimidad de origen y la legitimidad de ejercicio. Un Gobierno podrá ser legítimo en su origen, por haber vencido unas elecciones realizadas conforme a reglas democráticas. Pero, además, todo Gobierno debe alcanzar y mantener la legitimidad de ejercicio, según respete los principios y normas previstos en la Constitución, entendida ésta como un acuerdo político, en sus relaciones con los Poderes del Estado y con los ciudadanos.

El plebiscito como instrumento de participación
ciudadana en crisis de legitimidad política

El plebiscito viene a ser, precisamente, un instrumento de participación ciudadana para atender a la opinión de la sociedad en un momento de crisis política, en la que se cuestiona la legitimidad de un Gobierno. De hecho, bajo el término “consulta popular”, es reconocido por el artículo 70 de la Constitución como uno de los “medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía”. Conforme al numeral 4 del artículo 187 de la Constitución, es competencia de la Asamblea Nacional “organizar y promover la participación ciudadana en los asuntos de su competencia”.

El plebiscito en los inicios de la Independencia de Venezuela

El primer plebiscito de la historia de Venezuela sería de alguna manera pintoresco, pero fundamental como evento político, como pocos en nuestra historia: cuando el 19 de abril de 1810 el Cabildo de Caracas cuestiona la autoridad de Vicente Emparan y, en medio de la confusión, y luego de recibir diversas recriminaciones, éste pregunta, desde la ventana del Ayuntamiento, a las personas congregadas en la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar de Caracas) si querían que él siguiera mandando, las personas allí congregadas, alentadas por el sacerdote José Cortés de Madariaga, contestaron que no. Entonces vendrá la célebre frase de Emparan: “Pues yo tampoco quiero mando”. Emparan renuncia y viaja a España.

El plebiscito promovido por el General Marcos Pérez Jiménez

Pero pasarán muchos años hasta que en Venezuela se plantee un escenario plebiscitario.

Cuando faltaban algunos meses para la finalización del período de gobierno para el cual había sido electo en 1953 el General Marcos Pérez Jiménez se plantea la conveniencia de convocar un plebiscito. El objeto de esa iniciativa era convocar al electorado para que se pronunciara sobre su permanencia o no en el poder, como una forma de evitar el término de su presidencia, fijado para el 19 de abril de 1958, y sobre el cual no le estaba permitida una reelección.

El plebiscito celebrado el 15 de diciembre de 1957 arrojaría una votación supuestamente favorable a la permanencia en el poder del General, si bien en el ambiente se entendía que tal resultado era fraudulento. Lo cual no hizo sino colaborar en el colapso de su régimen en enero de 1958.

El referendo consultivo frustrado en 2003

Un supuesto similar de plebiscito, frustrado, se planteó en el país en 2003, si bien bajo la figura del referendo consultivo. Antes de que se formulara ante la opinión pública la posibilidad de realizar un referendo revocatorio en 2004, las fuerzas que se oponían al gobierno del presidente Chávez habían promovido la iniciativa de un “referéndum consultivo”, previsto en el artículo 71 de la Constitución, cuyo objeto era consultar a los ciudadanos si estaban o no “de acuerdo con solicitar al Presidente de la República Ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías la renuncia voluntaria a su cargo”, para el 2 de febrero de 2003.

Sin embargo, en la sentencia Nro 3 de 22 de enero de 2003, caso Darío Vivas y otros, la Sala Electoral decidió, entre otros aspectos, suspender los efectos de la Resolución Nro 021203-457 del CNE del 3 de diciembre de 2002, que había aprobado la solicitud del referendo consultivo, con lo cual el referendo consultivo quedó suspendido.

La consulta popular del 16 de julio de 2017

Hoy, en medio de una crisis política con pocos precedentes en la historia del país, la figura del plebiscito vuelve a ser fundamental en la dinámica nacional, bajo la figura de una iniciativa impulsada por Acuerdo de la Asamblea Nacional, y que se ha convertido en una iniciativa conocida como “consulta popular”, que buena parte del país ha hecho suya.

La celebración de esta consulta popular se realiza justo a dos semanas de la fecha de elección de los miembros de una Asamblea Nacional Constituyente cuya convocatoria debió ser realizada por el pueblo, y no por el presidente de la República, en violación de los artículos 5 y 347 de la Constitución.

Por ello, la consulta popular convocada por la Asamblea Nacional ha sido una respuesta política a la convocatoria fraudulenta de la ANC, cuya convocatoria correspondía al pueblo y cuya elección ha sido fijada para el 30 de julio.

En la medida en que la consulta popular del 16 de julio fue convocada por la propia Asamblea Nacional, corresponderá a esta, junto con la dirigencia política, señalar cuáles serán las consecuencias institucionales y políticas que se derivarán de la expresión popular que se ha mostrado el 16 de julio, para lo cual ya se ha señalado una hoja de ruta en esta misma semana.