Blog de Marcy A .Rangel

Cuando la salud de un país espera al teléfono: del 0800-SALUD-YA a #FarmaRumbaCCS; por Marcy Rangel

Por Marcy Alejandra Rangel | 30 de agosto, 2016
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Fotografía de Mauricio López Chollett

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En Caracas, en el Bulevar de Sabana Grande, existe una réplica del neoyorquino Radio City que fue inaugurada en 1953. Su diseño mezclaba las molduras y ribetes rococó que servían de referencia a los teatros de los años treinta con las formas geométricas del art decó. Este edificio fue expropiado en 2005 y desde entonces ha sido un centro de apuestas legales, la central telefónica del servicio de emergencias del 171 conocido como Centro de Respuesta al Soberano y la sede de uno de los operativos policiales del Ministerio de Interior y Justicia: el Dispositivo Bicentenario de Seguridad, que todavía funciona en la planta baja. Ahora también es la sede del 0800-SALUD-YA.

Afuera, en la fachada que da al bulevar, sigue la misma escultura de una figura femenina sobre un ave enorme y mítica. Adentro, en las paredes de esta oficinas que alguna vez fueron camerinos hay frases de la Madre Teresa de Calcuta junto a imágenes del Che Guevara, Simón Bolívar y Hugo Chávez. En el recorrido que conduce hacia lo que fueron las salas de cine hay vitrinas llenas de libros de biografías del presidente fallecido, una suerte de altar dedicado a su memoria con un retablo y una foto enmarcada en papel crepé, así como un busto de más de un metro que reposa sobre la recepción y un retrato aparentemente pintado al doble de su medida, pues ocupa toda la altura de la pared de entrada.

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Fotografía de Mauricio López Chollett

Hoy en lo que fueron las salas del Radio City hay escritorios en lugar de butacas y desde ahí los operadores atienden las líneas telefónicas. Donde pudo haber estado ocupado por una suerte de palco presidencial ahora se encuentran los monitores que dejan ver las tomas de cada cámara de seguridad que custodia las parroquias más peligrosas del Municipio Libertador, el núcleo de la capital venezolana. Apenas una cartulina las identifica: Cota 905, La Bandera, El Valle, Catia. Quienes trabajan frente a los monitores son los espectadores de la ciudad más violenta del mundo. Al final, en las salas del Radio City hay quienes siguen viendo hacia la pantalla, aunque busquen la manera de escaparse al WhatsApp que les tienen prohibido.

Fue encima de este escenario, durante una improvisada conmemoración del 27 de febrero que tuvo lugar el mismo día cuando la Asamblea Nacional declaró emergencia en el sector salud y propuso un decreto de crisis humanitaria, Jorge Arreaza (en calidad del recién inventado cargo de Vicepresidente del Área Social) escuchó al presidente Nicolás Maduro anunciar la creación de un plan llamado “100% Cobertura” para centralizar la búsqueda de medicamentos e insumos en hospitales y farmacias del Estado. Sin advertirlo, la Ministra de Salud tuvo que concebir un equipo de trabajo, una sede, una central telefónica y un almacén de medicinas, al mismo tiempo que negaba que en Venezuela hubiese desabastecimiento del 85% de los medicamentos. Así fue como el 0800-Salud-Ya llegó a este edificio: la improvisación los trajo hasta esta sede adscrita al Ministerio de Interior y Justicia, que alguna vez fue la moderna réplica de un centro cultural capaz de llevar turistas a Nueva York: el Radio City.

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Planeta FM es una emisora de radio que funciona en Colinas de los Caobos, justo entre la sede de Venevisión y la quinta Miss Venezuela. Forma parte de un circuito de alcance nacional llamado Rumba, cuyo contenido oscila entre el entretenimiento, lo lúdico y mucha música. Sin embargo, entre las seis y las nueve de la mañana sucede otra cosa: El Bandón, un programa con reportes del tráfico y saludos de los oyentes que compite en la franja horaria contra los más escuchados en Venezuela, pero con algo que los diferencia: la posibilidad real de encontrar una solución. En esta cabina de radio se consiguen medicinas. De verdad.

FarmaRumba es una sección dentro de El Bandón que le permite a los oyentes solicitar medicamentos que no se encuentran en ninguna farmacia y han llegado hasta la emisora por medio de donaciones. Los productores de El Bandón van registrando en una pizarra acrílica las congestiones del tráfico en Caracas al tiempo que escuchan notas de voz que llegan a los teléfonos corporativos para filtrar aquellas que saldrán al aire. Marcan la cantidad de llamadas que atienden mientras la luz de unos bombillos rojos aumenta su intensidad a medida que avanza el tiempo y son las siete, las siete y media, las ocho de la mañana. Mientras más luces se enciendan, más personas están intentando comunicarse.

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Fotografía de Giovanna Mascetti

Suena la salsa de Ronald Borjas, luego una canción de Rihanna que está pegadísima y más tarde algo del reguetonero Gustavo Elís. Ninguna canción es cónsona con la emergencia de quienes ven en riesgo la vida de sus familiares por falta de medicinas y tienen la esperanza de conseguir parte de su tratamiento gratis, siempre que persistan en sus maneras de alimentar el raiting.

El locutor principal de El Bandón es Gonzalo Fernández de Córdoba, el mismo que tiene veintitrés años haciendo La Soda de la Noche. Su voz es la de un entusiasta que se quiebra y se sobrepone al aire, de acuerdo con las historias de quienes se pueden comunicar.

— Buen día, bandido, ¿en qué podemos ayudarle?

— Soy Hilda Celeste Barrios y estoy necesitando Carbamazepina de 200 miligramos y Fenobarbital de 100 miligramos.

— Puede venir a buscarlos hoy hasta el mediodía…

La instrucción se la da otro de los locutores, en un tono que mezcla la voz estándar de los programas de concursos y una auténtica compasión. Los anticonvulsivos son algunos de los medicamentos más difíciles de encontrar. Hoy en la radio tienen catorce cajas.

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Fotografía de Giovanna Mascetti

 

“¡Que Dios les dé salud!”, dice Hilda antes de trancar. Gonzalo se quita los audífonos, inhala fuerte y suelta un “Yo no estoy preparado para estas cosas”. Transcurren apenas unos segundos entre la petición al aire del medicamento y la respuesta. Se atienden unas cuarenta llamadas diarias durante hora y media. Apenas se escuchó que tenían esos medicamentos, los bombillos rojos se dispararon en intermitencia.

“Se hace un poco amena la tragedia”, dice Gonzalo. “Aunque hubo un momento en que tuve que llamar al director de la emisora y decirle que era un problema tener tres horas de puros medicamentos, porque somos un programa de radio… no la recepción de una farmacia”. Sucede que FarmaRumba no suena sólo en Caracas: es una sección creada para el programa La Tropa, que desde hace diez años se escucha en todas las emisoras regionales del circuito y sirve para el asunto de donar medicinas. No se oía en Caracas sino hasta hace apenas un año, sólo que en la capital el programa se llama El Bandón y no La Tropa, para evitar confusiones con los trending topic oficialistas.

Tanto los locutores como los productores pueden ver toda una base de datos elaborada por ellos mismos. Ahí pueden ver cuáles son los medicamentos que hay en stock, gracias a un monitor gigante. Funciona así: cuando el productor atiende la llamada, introduce el número de cédula del oyente y con ese dato pueden saber si está registrado como “bandido” para reportar el tránsito o si ha pedido alguna medicina antes (incluso cuántas cajas y con cuánta frecuencia). También dice si ha donado algún medicamento. En esa misma pantalla se puede ver cómo al introducir el nombre de la medicina de una vez aparece el resultado: si está o no en el depósito y cuántas cajas quedan.

El lugar donde guardan las medicinas en la radio es una oficina con tres estantes. Están en cajas de zapatos marcadas con la letra inicial del nombre de los medicamentos que contienen. A simple vista parece un depósito en desorden, pero los productores ya saben de memoria marcas, principios activos, y miligramos. Incluso saben cuáles cajas están a punto de vencerse y viven con el nervio de que no las soliciten a tiempo. “Ha sido un boom. Tenemos un enlace con las emisoras del interior para enviarles algunos medicamentos que necesiten más que nosotros”, dice Gonzalo mientras señala una nevera donde se separan el nivel para los almuerzos de los empleados y el de los medicamentos oncológicos.

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Fotografía de Giovanna Mascetti

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En el 0800-Salud-Ya las cosas se hacen de una manera diferente. Hay 350 operadores repartidos en la sede de Cantv Movilnet de Ejido, en el estado Mérida, la sede de Los Cortijos y la del Sistema de Protección Popular para la Paz (SP3), en Caracas. Son 50 operadores por turno que cambian cada seis horas y, además de operar para el Servicio de Atención al Cliente de la compañía telefónica estatal, brindan información sobre la ubicación de las medicinas, principalmente en Farmapatria y el Sefar, el laboratorio de genéricos del Estado.

Estos operadores tienen acceso a una computadora donde mantienen abiertas las páginas web de las redes de farmacias privadas más conocidas y, mientras el paciente espera, buscan manualmente en cada una el nombre del medicamento en alguna sede cercana a su domicilio. Quienes llaman quizás no saben que los operadores del 0800-Salud-Ya están haciendo el mismo procedimiento que ellos ya superaron: el peregrinaje virtual con resultados fallidos.

Según cifras oficiales, en 48% de las veces los operadores no dan con la medicina en la primera llamada. Así que toman los datos del usuario y prometen llamarlo de vuelta. Consultan con los auxiliares de farmacia cuál medicamento alternativo o genérico sirve para sustituirlo y, en caso de que lo consigan, contactan al usuario para preguntarle si puede tomar esa otra opción, previa consulta a su médico y emisión de un nuevo récipe.

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Fotografía de Mauricio López Chollett

A pesar de haber cincuenta operadores por cada turno, todos dispuestos a atender los casi treinta millones de habitantes, los trabajadores del 0800-Salud-Ya tienen tiempo libre: no reciben una llamada tras otra y el teléfono no repica con mucha frecuencia, algo que les permite ir y volver a sus WhatsApp. Sin embargo, hay congestión en la línea y una voz grabada que dice que los operadores están ocupados. Según sus cálculos (cálculos estimados, no oficiales), dicen que cada operador contesta unas veinte llamadas al día. La página del servicio en Facebook tiene menos de doscientos seguidores y la cuenta en Twitter @saludya0800 alcanza apenas dos mil. Hay dos community managers que reciben las solicitudes, pero tienen prohibido responder por la red: el contacto debe hacerse por teléfono. También hay personal del Instituto Venezolano de Seguros Sociales para asistir las solicitudes de medicinas de alto costo. Cuando el usuario da el nombre comercial del medicamento, los auxiliares buscan en Google el nombre del principio activo para buscarlo en el inventario. Este proceso puede durar hasta 48 horas.

En caso de que consigan la medicina, le hacen una encuesta de satisfacción al usuario y la mayoría escoge la calificación “indiferente”. También piden que coloquen un mensaje en las redes sociales recomendando el servicio, pero en el 2.0 los usuarios que los mencionan se quejan de que no los atienden. Y cuando no consiguen la medicina, hacen un reporte al ministerio. Ese mismo ministerio que hace un mes negó la escasez de medicinas.

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Marielsi Lanza tiene 35 años y acaba de montarse en una moto desde El Valle hasta Colinas de Los Caobos para buscar unas medicinas. Ella es agente del CICPC, pero está de reposo porque acaba de dar a luz. Su mamá tiene 63 años y convulsiona desde hace treinta. Hay dos medicamentos que no puede dejar de tomar y, debido al desabastecimiento, han aumentado la frecuencia de las convulsiones. Marielsi explica:

“Te podrás imaginar que la situación de nosotros es cada vez peor. Tener que decirle: ‘No, mamá. No hay’ es desesperante, porque tú no quieres ver a tu familiar convulsionando a cada ratico. Se le deteriora el cerebro y vas viendo cómo se les rompen los dientes por la fuerza que hacen. Es algo bastante doloroso. Mi mamá ha decaído”

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Fotografía de Giovanna Mascetti

Tiene una semana sin seguir el tratamiento. Hoy lo consiguió gracias a #FarmaRumbaCCS.

“La mamá de mi cuñado está registrada aquí. Ella dona medicamentos y la auxiliaron una vez con el Tegretol. Me dijo que iba a llamar a la emisora porque podía ser que lo tuvieran y yo le dije ‘Está bien, señora Hilda. Las esperanzas son lo último que se pierden’”

Quienes llegan a la emisora a buscar los medicamentos lucen cansados y tristes. Algunos incluso llegan escépticos ante la donación. Sandra Raudes es docente de Castellano y Latín en un colegio de Chacao. Cada día después de dictar clases en séptimo y octavo grado, más el Diversificado de Humanidades, la profesora camina hasta Plaza Venezuela (tres estaciones de metro al oeste) entrando en cada farmacia en busca de Euthyrox y Aprovel. Son para su mamá, quien sufre de la tiroides y es diabética. “Me queda poquito. La idea es que no se acabe y nos queda para menos de quince días. La ruta que hago hacia mi casa la hago en farmacias buscando lo que se consiga. Vivo en El Paraíso y uso metro”. En agradecimiento, llevó a la radio unas muestra médicas de amoxicilina pediátrica y un blíster de un antialérgico. Aquí aceptan hasta donaciones de blíster empezados: una pastilla puede hacer la diferencia.

“Nos llegan mucho los medicamentos que llamamos de ángeles: se te murió tu papá, tu mamá… y tenías un poco de medicamentos y los traes. Lo que decimos al aire es qué bueno que aunque ya no estés todavía puedas donar y salvar la vida de otros”, dice Gonzalo y recuerda un caso reciente: “Nos llamó un chamo, el nieto de una abuelita que le explotó el horno en la casa y tenía 90% del cuerpo quemado y necesitaban simplemente solución fisiológica para hidratarla y centros de cama. Al día siguiente nos empezaron a llegar cajas con soluciones fisiológicas, pero a las siete de la mañana había llamado el chamo para decir que la señora se había muerto. Cuando una de las muchachas vino con una caja para la señora, le dije que habían llamado para decir que se murió. Y la muchacha se puso a llorar sin conocerla. Nos involucramos demasiado en los casos”.

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Fotografía de Giovanna Mascetti

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Hoy es un miércoles en el que llegar a cualquier lugar de Caracas será complicado. La oposición ha convocado una concentración para reclamar la fecha de validación de las firmas para activar un referendo revocatorio que podría sacar de la presidencia a Nicolás Maduro a mitad de su periodo. El Tribunal Supremo de Justicia ha aprobado un amparo para considerar la zona donde queda el Consejo Nacional Electoral como zona de seguridad, impidiendo que se hagan concentraciones en ese sitio. La oposición debe reunirse en una avenida del este de Caraca para al menos poder entregar el documento al Tribunal Segundo de Juicio. Y mientras se anuncia el cambio de lugar por las redes sociales, el centro de Caracas se llena de policías, tanquetas y militares. El tráfico generado también atrapó a quienes trabajan en el 0800-Salud-Ya, como a María Eugenia Pineda, directora de todo el dispositivo de atención telefónica. Ella indica:

“La idea es que tengamos el control de todos los medicamentos e insumos. Si hay un accidente en la autopista, yo sé qué hospital tiene los insumos necesarios para atender esa contingencia. Eso es lo que quiere el presidente, eso es lo que vamos a lograr. La meta es que la gente no se ruletee por los hospitales. La meta es que quien tenga una contingencia nos llame y le digamos quién lo va a recibir. Entonces nosotros llamamos al hospital y les informamos. En otros países la gente va al médico y le dan su medicamento inmediatamente. Eso es lo que queremos. La gente cree que lo mejor es el privado, que si no pago no es bueno, aunque igual me vaya a morir. Entonces se les agota la póliza en la clínica, ¿y dónde terminan muriendo? En el hospital público”.

Pineda explica que desde el 0800-Salud-Ya intentan centralizar el sector en una línea telefónica. El plan es que los pacientes se vean obligados a ir a una consulta en el CDI (los consultorios populares del Estado, atendidos en convenio por médicos cubanos) para obtener un récipe para cada dolencia y así conseguir una medicina, incluso para malestares pasajeros como un dolor de cabeza o una indigestión. Ella sabe que existe #FarmaRumbaCCS, oye el programa:

“Veníamos escuchando el programa y pedían Salbutamol, para el asma. Hay cualquier cantidad de Salbutamol y hay cualquier cantidad de gente que no lo consigue. Pero los artículos 83 y 84 de la Constitución nos dicen que el Estado es garante de la salud y eso es lo que estamos cumpliendo con esta medida”

Pineda incluso ofreció poner a una operadora del centro de llamadas cada día en el estudio y así ella pueda decir cuáles medicamentos están en la sede del Sefar y enviarlos a la radio para que más gente pueda beneficiarse. Esta operadora tendría que trabajar de memoria (o quizás vía WhatsApp con alguno de sus compañeros), porque el sistema que diseñaron no es competente con los tiempos de la radio. Pineda considera que:

“No podemos desvirtuar lo que dijo la ministra: el problema de la escasez es simplemente porque  los laboratorios no están trabajando, pero sí hay medicamentos. Dime, ¿qué no hay? Hace poco vi al presidente de una unidad de cardiología privada decir que no había medicamentos: que me diga un solo medicamento que no haya. ¿Losartán? Nosotros tenemos pa’ tirar pa’l techo. ¡Ah, que si me dicen Hyzaar Plus! Eso no lo tenemos, pero Losartán más Hidrocortisona hay tanto que si abro las gavetas van a rebotar. Hay medicamentos, pero por los convenios que tiene el Estado, por la producción nacional. Esos son los que tenemos”

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Fotografía de Mauricio López Chollett

Pineda asegura que en el Sefar se producen 367 medicamentos esenciales que garantizan la salud de los venezolanos. Así que la teoría de María Eugenia Pineda es que el problema de las medicinas tiene que ver con la cantidad que compran los pacientes en las farmacias y no con los retrasos y deudas que hay en torno a la liquidación de divisas por parte del gobierno a los laboratorios farmacéuticos, algo que ha disminuido en 41% la fuerza de venta del sector durante el último año. La directora señala:

“Tú misma puedes observar qué es lo que está pasando: ¡la gente tiene farmacias en su casa! ¿Cómo es que alguien puede llevar a la radio un medicamento como Lírica en donación? ¿Eso quiere decir que compré cuántas Lírica? Esa flexibilización en la norma para adquirir medicamentos que tiene el venezolano ha creado consumismo. La Ministra de Salud dijo que la gente compra muchos y la gente le cayó encima, ¿pero cómo pueden tener un cuarto de una emisora de radio lleno de medicamentos? ¿Por qué? Porque la gente consume y no hay controles. A nosotros nos sabotean, porque mandamos a la gente a Locatel o a Farmatodo, donde tenemos empleados, y cuando vemos que hay disponibilidad y llegan a comprar, les preguntan si son del 0800 y entonces les dicen que no hay. Hemos dejado traza de todo. ¿A qué están jugando? Con la salud no se juega”

Con ese argumento le reclama a las farmacias privadas que no tengan las medicinas que solicitan los pacientes. Sin embargo, en julio de 2016, el Presidente de la República denunció en cadena nacional que los bachaqueros habían utilizado récipes falsos para conseguir medicinas a través del 0800-Salud-Ya. Pineda dice que el 0800-Salud-Ya intenta enviar medicinas desde Caracas a usuarios que han llamado de otras ciudades. “Nos unimos con el Ministerio de Prisiones y cuando hay un medicamento que sólo está disponible en Caracas lo mandamos al lugar. Ellos tienen la permisología para hacer traslado de medicamentos hasta los CDI o los penales para que los busquen ahí”.

“Yo entiendo que puedan decir que hay un problema de distribución, porque no podemos entubar todas las solicitudes en un solo espacio. Pero yo siento que el problema de Venezuela es la falta de valores. No hay una creencia de ‘Si estoy enfermo voy al médico’. Por ejemplo: si yo voy a usar una pastilla anticonceptiva, yo no puedo usar la pastilla anticonceptiva que usa mi amiga. No puedo vender un medicamento como si fuera Harina Pan. Si tú vas a Manuelita (el Farmapatria que queda en Chacaíto) hay pastillas anticonceptivas, pero no te la van a dar si no vas con un récipe. Su distribución debe tener un responsable: el Ministerio de Salud y todos los médicos que hacen vida”

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En la emisión del día de hoy de El Bandón hubo 42 llamadas atendidas, 62 notas de voz que se transmitieron desde WhatsApp y la celebración del bandido número 2000, una especie de registro que cuenta cuántas personas están inscritas para reportar el tránsito.

María Isabel Domínguez llegó después de dos horas en el tráfico desde el Centro hasta Maripérez, el mismo trayecto que hace a diario para dejar a los niños en el colegio. Durante la tranca se le ocurrió llamar a #FarmaRumbaCCS para preguntar si había Aprovel, la medicina para la hipertensión que toma su mamá. “Empezamos a marcar porque en esa cola, sin hacer nada… bueno, marcamos, marcamos y nos cayó la llamada. Yo tenía el celular, pero mis chamos no sabían que mi voz se iba a escuchar en el programa y venían súper contentos”. Cuenta cómo la complicación cardiológica de su mamá la obligó a ponerse un marcapasos. “Yo llamé a la cardiólogo ayer y me dijo que ya no hay Aprovel en el país, que tomara otro complemento que es Losartán Potásico, porque ya tengo año y medio lidiando con las medicinas”.

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Fotografía de Giovanna Mascetti

Domínguez es psicopedagoga y un desnivel entre la silla y el escritorio de su trabajo le lesionaron el brazo. “Trabajo en una escuela del Distrito Capital y la mala ubicación en el escritorio me produjo esto” dice mientras muestra la venda. Su hijo, a quien dejó en el colegio antes de pasar por las medicinas, sufre de epilepsia y en la radio escuchó que habían donado Oxicodal:

“Mi mamá está en la casa porque se robaron la tarjeta lógica nueva del ascensor que colocaron en el edificio y te podrás imaginar que con el problema del medicamento ella no puede estar subiendo y bajando cinco pisos. De hecho le acabamos de hacer una muestra de sangre en el laboratorio, porque no podemos estar arriesgándonos a que se altere. Todos los días buscamos medicamentos. Estamos de emergencia. Yo cargo siempre en la cartera el informe del récipe pero hoy no tenía el de mi hijo”

Siguen llegando más personas a buscar medicamentos. Yaddith y Argénida recuerdan cómo hicieron una cola de ocho horas el lunes para comprar leche y llegaron a su casa con las manos vacías porque su cédula no terminaba en 4 o en 5. La anécdota la interrumpe Carmen Gravito, una señora de 63 años que viajó desde San Cristóbal a Caracas en autobús para buscar medicinas para la osteoporosis.

“He ido a Los Teques, La Candelaria, Chacao y no he encontrado nada. Me voy porque me duele la columna y tengo los ojos secos, pero no encuentro tampoco las gotas para echarme”

Las cámaras de los medios continúan enfocando el rostro de Capriles. Al mediodía la concentración de la oposición es escueta. En la avenida Tamanaco de El Rosal, esta vez desde la tarima, se puede divisar apenas media cuadra de ciudadanos. Henrique Capriles Radonski habla de los chavistas que pueden almorzar a esa hora en un restaurante, mientras el pueblo prefiere hacer cola para comprar comida en vez de protestar. “Ni empanadas comemos”, grita uno de los asistentes, mientras otras dos señoras se esconden de una cámara de televisión:

“Los miércoles nos toca hacer la cola y en nuestro trabajo nos dan permiso en la mañana o en la tarde, pero hoy estábamos tan molestas por no tener nada en la cocina que preferimos venir a marchar”

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Durante la primera emisión de El Bandón no había medicinas. Gonzalo Fernández de Córdoba recuerda que llamaron pidiendo Glucofage, un medicamento para tratar el hiperinsulinismo, y no tenían. Pero llegó gente a donarlo. Una vez llegó al depósito de la radio una prótesis talla 32 para un pie derecho y se la donaron a un perrocalentero que usaba una vencida.

“Cuando se la probó dijo: ‘¡Oye, ésta es de las arrechas!’. Era de un tipo que tenía diabetes. Le habían amputado la pierna y luego se murió. Era una pierna sin usar, prácticamente. También han venido en muletas a buscar otras y se han entregado. Hemos tenido camas de hospitales y camas clínicas que no han podido dejar aquí, pero con el récipe médico los hemos puesto en contacto con quienes nos las han ofrecido”

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Fotografía de Giovanna Mascetti

Todo esto lo cuenta Gonzalo mientras Manuel Martínez va a la recepción de la radio a buscar el Euthyrox que le prometieron por teléfono para tratar la tiroides de su sobrina. Tiene quince años y vive en Margarita, pero allá tampoco se consiguen las medicinas.

“Le han mandado hasta pastillas anticonceptivas para regular todo el sistema, pero no las conseguimos. Buscaré la manera de enviarle una ropa y por ahí se lo meto para que le llegue, porque llevo dos meses buscando el medicamento. Hemos viajado a Puerto La Cruz y Maturín, a las farmacias de Valencia y Maracay a ver si lo conseguimos pero qué va… es muy difícil”

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No sólo se espera por teléfono. En la recepción del Caracas Radio City aguardan dos muchachas vestidas con short y vestido. “Ninguna puede pasar”, les informa la persona que atiende en la recepción mientras acomoda una bolsa con harina de maíz artesanal en su escritorio. “Ni que vengan en leggins pueden entrar. Esto es un organismo de seguridad”, replica el portero. Ambas muchachas son damnificadas y quieren una respuesta. En las mismas salas del cine de otrora también atienden a quienes esperan por una de las casas que Hugo Chávez dejó prometidas antes de morir. Llega un bachiller y pregunta cómo puede apostillar su título, a pesar de que el trámite se realiza en otro ministerio. La mamá de uno de los trabajadores del 0800-Salud-Ya espera una constancia de trabajo que lo saque de la cárcel, donde cayó por una redada. “Hay que ayudarlo”, susurra la recepcionista, manipulando la harina artesanal que compra porque la precocida no se consigue.

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Mientras los productores se quedan entregando medicamentos hasta el mediodía, Gonzalo Fernández de Córdova se va de la radio al terminar el programa.

“Yo no me siento muy bien porque no soy farmaceuta. Estuve muy deprimido. Me llegan señoras llorando diciéndome: ‘Yo no sé qué es esto, a mí me dijeron que ustedes me iban a ayudar a resolverme el problema de mi hijo que está convulsionando’. Nosotros no necesitamos ese tipo de medicamentos y no sabemos lo que sufre una persona que no tiene carro, que no tiene un celular para andar llamando a farmacias o que no puede buscar en Internet”

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Fotografía de Giovanna Mascetti

Pineda llega a su trabajo con 18 récipes en la mano. Todos son de #FarmaRumbaCCS, porque en la reunión acordaron una alianza que permitirá ayudar a más oyentes, sobre todo con medicamentos del Sefar. Su hermana también estuvo buscando medicamentos. Consiguió unas medicinas en el Farmapatria de Chacaíto, pero huyó de un robo antes de poder comprarlas y no quiso volver a intentarlo.

“No volvió porque el venezolano no está acostumbrado, no es gente de crisis. ¿No ves que de todo saca un chiste? Evade. El venezolano no afronta, no es serio. No es un defecto, pero creamos el caos y tenemos la solución: que nos den lo regalado para después atendernos en la clínica privada”

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Es miércoles de colas para las cédulas que terminan en 4 y 5. Sigue la concentración de la oposición todavía con menos de una cuadra de gente. Hay tanquetas en el centro de Caracas. Una noticia se filtra en las redes sociales: un niño acaba de morir de cáncer y hace poco estuvo protestando contra las complicaciones para conseguir sus medicinas. En las noticias advierten que en Venezuela han muerto mil pacientes de VIH durante el último año por falta de medicamentos. Luisana Melo, Ministra de Salud, declara ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos que la salud en el país está garantizada, que ha aumentado la calidad de vida del venezolano y que se redujo el hambre, el desempleo e incluso la tasa de mortalidad infantil. Mientras tanto, un circuito de radio intenta ayudar a los pacientes que escuchan sus programas a través de donaciones anónimas y sin pretensiones políticas. Pineda, en una oficina que antes era un cine y hoy es tantas cosas a la vez, se pregunta: “Si el Estado está trabajando para que tú tengas, para que seamos realmente independientes, ¿por qué decir que no hay?”.

Marcy Alejandra Rangel 

Comentarios (6)

Isabel Machado
30 de agosto, 2016

Que rayos es lo que estoy leyendo en este articulo ???? Me quieren decir que el tema del “Que No Hay” es político y de paso que son las empresas privadas la que lo han GENERADO … Muy Bien, eso esta entendido … que el gobierno a través de esta emisora demuestra que si Hay medicamentos, Bien, esta entendido … Ahora quiero Preguntar, Como es posible que un gobierno tan poderoso, con todo a su control Hoy no Haya podido lograr controlar las manipulaciones de este tipo en su contra permitiendo ASI la DIFICULTAD A LA VIDA DEL VENEZOLANO ??

maría alvarez
30 de agosto, 2016

impresionada con este escrito… parece un libreto con preámbulo de alfred hitchcok y del film inolvidable (para mi) “la historia de nunca jamás” (1.980).. usted es valiente, admirable sra. o srta. Rangel… saludable aporte!!!

Marilyn Cova
30 de agosto, 2016

Sra Pineda, dejeme decirle que la semana pasada llamé a 0800Salud solicitando 3 medicamentos, para ello tuve que suministrar todos mis datos desde número de cédula hasta número de teléfono para que al final me dijeran que de 3 solo 1 estaba disponible en una farmacia cercana a mi casa, el mas importante de todos que es el Tapazol ( para hipertiroidismo) a esta fecha no le he conseguido y me queda tratamiento para 2 semanas, en esa misma llamada le pasé a mi esposo púes según la chica que atendió solo podía recibir información de 3 medicamentos por persona y el medicamento que solicitó mi esposo tampoco lo había que es el Janumet o Galbusmet…Entonces no me venga a decir que es mentira lo de la escasez de medicamentos.

Soledad
30 de agosto, 2016

Pineda afirma … La idea es que tengamos el control de TODOS los medicamentos e insumos… Control, control y mas control, controlar es lo único que les interesa Quisiera verla a ella en un CDI a ver si lo prefiere a una clínica privada, por favor, a quien engañan? Como es que ellos tienen losartan “pa tirar pal techo”? en cual farmacia lo tienen para ir a comprarlo? o es que tenemos que ir a buscar el recipe a un CDI y luego llamarlos a ellos para que nos lo regalen? es ese el esquema? y después se queja de que lo que quiere la gente es que le regalen todo? El que no afronta es el gobierno, que ni siquiera reconoce su culpa y responsabilidad, que piensa que controlando la Distribución final arregla un problema de PRODUCCIÓN. Que pena de país, gobernado por comunistas trasnochados anclados en el pasado.

Mary
31 de agosto, 2016

Con el permiso de Prodavinci, voy a solicitar por este medio , me informen del paradero, (farmacia o centro de salud), de una medicina que es URGENTE para la estabilidad psíquica de UNA TIA ..se llama Zipreza, ( principio activo Olanzapina), y no llega a ningún Centro Psiquiátrico de Caracas desde el mes de enero 2016. El tratamiento es continuo y No se puede suspender por ninguna razón. Agradezco se comuniquen con sus familiares en Caracas por este correo: venezuela0607@yahoo.com .. estaremos altamente agradecidos. Saludos.

maria elena pabon
8 de diciembre, 2016

NECESITO para mi hija vastin inyeccion y trileptal u oxicodal..vivo en el vigia merida,,04161352337.Aquí se hace dificil conseguir el avastin le estuvo llegando por el seguro social merida requiere de 18 dosis y apenas lleva 5. el tratamiento se ve interrumpido. que hacer? 5 operaciones cerebrales, por 2 tumores chawwanoma tipo 2 arraigados en el tallo del cerebelo.04161352337.

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