Perspectivas

“Algo huele mal en Dinamarca”: el caso DICOM; por Frank Muci y Douglas Barrios

Por Douglas Barrios y Frank Muci | 21 de febrero, 2017
Fotografía de Miguel Gutiérrez para EFE

Fotografía de Miguel Gutiérrez para EFE

En la larga y accidentada historia de los sistemas cambiarios chavistas, el DICOM es tan solo el invento más reciente. Pero es un invento curioso.

El Banco Central de Venezuela (BCV) no publica uno sino dos tipos de cambio DICOM diariamente bajo el “Convenio Cambiario Nro. 33”. Publica una tasa “ask” (para “compra” de dólares) y una tasa “bid” (para “venta” de dólares). Además publica estas dos tasas con cuatro dígitos decimales. A 675 bolívares por dólar, esto permite identificar variaciones en la tasa hasta un 0,000015% de precisión. ¡Vaya sofisticación!

Sin embargo, algo anda mal. Las cifras no concuerdan con lo que uno esperaría en un sistema en el que se encuentran oferentes y demandantes. En este sentido, la diferencia entre las tasas bidask, es decir el spread, es informativa:

Aunque el spread en bolívares ha aumentado en la medida que se ha depreciado la tasa, como debe suceder si no aumenta el volumen del mercado, el spread en términos porcentuales se ha mantenido en exactamente 0,2500% del ask desde el 12 de febrero 2015, la primera fecha para la cual existen datos DICOM (antes llamado SIMADI). Esto es totalmente irreal. En ningún mercado cambiario del mundo, y menos en uno tan volátil como el venezolano, el spread entre el bid y el ask puede ser un porcentaje fijo de una de las tasas. Al contrario, cuando hay mayor volatilidad cambiaria, el spread típicamente crece y viceversa. En todo caso nunca es un parámetro fijo.

Comparemos al DICOM con el cambio Euro-Dólar, uno de los mercados más transparentes y estables del mundo. En los últimos dos años, solo 10% de las cotizaciones del cierre Euro-Dólar han mantenido el mismo spread (%) del día anterior. Asumiendo que la probabilidad en dos días consecutivos tengan el mismo spread de 10%, la probabilidad de que esto ocurra en 688 días consecutivos —como en el DICOM— es un cero con 665 ceros más y después un uno y el signo “%”. Es más fácil ganar la lotería Powerball (0,0000006% chance de ganar) diez veces seguidas a que haya el mismo spread porcentual 668 días seguidos. Lo que publica el BCV es realismo mágico.

Solo podemos concluir que tras fijarse el tipo de cambio DICOM ask, el BCV le resta 0,25% a esa tasa y genera el DICOM bid de forma automatizada. Así mismo: con una fórmula de Excel. Ahora bien, si el DICOM bid es inventado, vale la pena preguntar, ¿qué validez tiene el DICOM ask?

Para empezar, si el DICOM ask fuera real —si uno de verdad pudiera comprar cualquier cantidad de dólares a 675 bolívares por dólar—, los compradores habrían inundado al BCV buscando divisas baratas para revender al paralelo y el DICOM y el paralelo habrían convergido en algún punto medio. El diferencial cambiario y el arbitraje habrían desaparecido. En este sentido, la tasa DICOM ask no es real. Pero veamos si el DICOM ask es un engaño en un sentido más literal. Probemos con exámenes estadísticos para detectar interferencia humana en las cifras.

Con ciertas series numéricas, uno espera que los dígitos decimales sigan una distribución uniforme. Las distribuciones uniformes son aquellas donde cada resultado es igual de probable (como cuando uno lanza una moneda, y las dos caras tienen 50% chance de salir). Como la data del DICOM supone ser el resultado de un promedio de varias cotizaciones, uno espera que los dígitos decimales sean aleatorios y que sigan una distribución uniforme. Es decir, en ausencia de manipulación, debería ser igual de probable observar cualquier número del 0 al 9 en cualquiera de los dígitos decimales[1]. Entonces, si observamos que algún número es sobrerrepresentado en algún dígito decimal, hay razón para sospechar que los valores de la cotización han sido manipulados, al menos parcialmente.

Típicamente, al evaluar si una serie numérica se ajusta a esta lógica, se realiza un análisis estadístico al último número entero o a los primeros dos dígitos decimales. Sin embargo, la inusual “precisión” de la tasa DICOM ask permite realizar este análisis al tercer y cuarto dígito decimal, además de los primeros dos.

Veamos, cuando le aplicamos el examen estadístico al tercer y cuarto dígito decimal del DICOM ask, la a distribución observada es bastante similar a la esperada. Es decir, el tercer y el cuarto dígito pasan la prueba estadística[2] ya que no pareciera haber números del 0 al 9 sobrerrepresentados. El examen no descarta que los números del tercer y cuarto dígito decimal sean aleatorios y provengan de una distribución uniforme:

Sin embargo, cuando le aplicamos el mismo examen al primer y segundo dígito decimal, los dígitos usualmente sujetos a este tipo de evaluación, fallan la prueba[3]. Las diferencias entre la distribución de dígitos que reporta el BCV y la distribución esperada son demasiado grandes. Dicho de otra forma, es evidente que hay números que están sobrerrepresentados en cada uno de estos dígitos y es estadísticamente improbable que sea producto del azar. El examen descarta que los números del primer y segundo dígito sean aleatorios y provengan de una distribución uniforme:

En el primer dígito decimal, el número 9 está claramente sobrerrepresentado y los números 0 al 4 están subrepresentados. En el segundo dígito decimal también es evidente la subrepresentación de los números 1 y 2. Más aún, las diferencias entre las distribuciones esperadas y las distribuciones reales parecen ser más patentes en ciertos períodos. Al revisar la frecuencia de los dígitos en ventanas móviles de 50 días, observamos que el primer dígito decimal del DICOM ask sobrerrepresenta al número 9 entre agosto 2015 y mediados de abril 2016, cuando la tasa se mantuvo “estable” entre 198 y 205 bolívares por dólares.

Asombrosamente, el mismo gráfico para el cuarto dígito decimal no indica nada similar durante este período.

Esa es la evidencia estadística. Ahora, ¿qué interpretación le podemos dar?

Dada las severas anomalías con los dígitos, estimamos que es muy poco probable que el DICOM ask provenga de un promedio de distintas cotizaciones de supuestos oferentes en el mercado.

El análisis de la data permite sospechar que el BCV fijó la cotización diaria hasta el segundo dígito decimal y luego le añadió el tercer y cuarto dígito decimal aleatoriamente, para que parecieran reales las cifras si se llegasen a someter a este tipo de análisis. Se hace difícil identificar otra explicación lógica que sea consistente con la data observada. No queda claro por qué harían este maquillaje tan sutil, pero queda bastante claro que es razonable pensar que lo hicieron, al menos en entre agosto 2015 y abril 2016.

Lo que sucedió con los datos es consistente con una orden “de arriba” de dejar la tasa en torno a los 200 bolívares por dólar y al mismo tiempo mantener algún movimiento en la tasa para alimentar la ficción de que había un mercado funcionando. Para barajear esas dos instrucciones, los burócratas probablemente decidieron fijar la tasa DICOM ask, en ese entonces SIMADI ask, a dedo con dos dígitos decimales y luego agregarle dos dígitos más para completar la ilusión.

Todo esto es tan solo un pie de página en medio de la actual crisis, pero vale la pena resaltarlo. Es asombroso: el DICOM bid es literalmente un invento y el DICOM ask no solo es un embuste teórico gracias a la existencia del diferencial cambiario, sino que probablemente le fijaron (para no decir inventaron) los primeros dos dígitos decimales y le añadieron el tercer y cuarto dígito decimal aleatoriamente.

Estas manipulaciones estadísticas indican que tenemos que estar preparados para el día en que la información estadística vital vuelva a ser publicada. Si es posible que exista este tipo de manejo para algo tan irrelevante como el DICOM, ¿qué podemos esperar sobre la información relacionada con la pobreza, ejecución de recursos, eficiencia de programas sociales, crecimiento económico y pare usted de contar?

1. Para evaluar este patrón se utiliza un examen estadístico llamado Chi-Cuadrado, el cual permite examinar la probabilidad de que la frecuencia de los números del 0 al 9 observada en una determinada muestra sea producto de una población que siga la distribución esperada, una distribución uniforme.

2. Esto significa que el examen Chi-Cuadrado no puede rechazar la hipótesis que los dígitos decimales provengan aleatoriamente de la distribución esperada. En otras palabras, el examen Chi-Cuadrado no descarta que los datos sean kosher a 95% de confianza.

3. El Chi-Cuadrado indica que con 95% de probabilidad, la distribución de los dígitos observada no proviene de la distribución esperada.

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Douglas Barrios y Frank Muci 

Comentarios (12)

Cono Moñetario
21 de febrero, 2017

“Lo que publica el BCV es realismo trágico.”

Diógenes Decambrí.
21 de febrero, 2017

Gravísimo que el oficialismo produzca estadísticas manipuladas a tal extremo, que la probabilidad de que ocurran realmente es de es un cero con 665 ceros más y después un uno ! Descaro a la ene veces. “¿qué podemos esperar sobre la información relacionada con la pobreza, ejecución de recursos, eficiencia de programas sociales, crecimiento económico y pare usted de contar?”: ¿Y el millón de viviendas del que cacarearon, que en pocos meses se convirtieron en millón y medio, sin que hayan mostrado la documentación que respalde ese presunto logro, ni la AN lo haya requerido al régimen, que es parte de sus deberes y funciones? ¿Cómo podríamos descubrir los malos manejos con las reservas del BCV en divisas y en oro, si maquillan groseramente la data?

Andres
22 de febrero, 2017

Una caja negra mas del gobierno, una caja magica para crear una ilusión. El chavismo merece salir del poder y ser severamente castigados con todo el peso de la ley. El desastre es descomunal, desastre en PDVSA, en SIDOR; obras milmillonarias paralizadas (Odebrecht), industrias paralizadas por falta de divisas, deudas comerciales milmillonarias en dólares, corrupción, intervención, manipulación en los poderes y organismos públicos, secuestros policiales q no siguen el procedimiento. El gobierno ha logrado mantener un importante apoyo popular gracias a los programas sociales, como las misiones, q han tenido cierto impacto en la población humilde y q llega a pueblos recónditos del interior. Pero el desastre es tan descomunal que hace esos programas sean difíciles de mantener.. Y aun con todo eso hacen lo posible para seguir pagando las amortizaciones de deuda en dólares.. En la tribus cuando el Cacique no gobernaba bien, era sacrificado y cambiado por otro.

Eduardo Klein
22 de febrero, 2017

Hola, Interesante análisis que no deja dudas de como las tasas no están realmente sujetas a las fluctuaciones del mercado (¿Cuál mercado?). Sin embargo, no es adecuado el uso la distribución uniforme para ajustar la distribución de frecuencias de aparición de los dígitos. Para este caso se usa la ley de Benford (https://en.wikipedia.org/wiki/Benford's_law), famosa por su uso para detectar fraudes electorales. Recordarán como se evidenció la manipulación de los resultados del referendum revocatorio mediante esta ley. Saludos, EKS

Jhonny
22 de febrero, 2017

Siempre ha sido asi, desde los datos de la Cepal que supuestamente hace a Venezuela un territorio sin hambre, a los datos de la Onu cuyos datos son calcados del INE, que en Venezuela no hay analfabetismo, esa ficción siempre ha existido lo grave y triste es que instituciones de “alto” prestigio como la Onu, Oea, Unasur se han prestado para eso y el mundo no haga nada contundente, creo que Trump empezó hacer algo al fin

Monik
22 de febrero, 2017

Si aplicaran tal creatividad en el progreso sus falsas promesas serían una realidad… La hipocresia es enorme

Jesus Aular
22 de febrero, 2017

Pues esto confirma la existencia de los tecnocratas del mal

Jesús Diaz
22 de febrero, 2017

El dólar sicom, dipro, y el que quieran llamar simplemente no existe para la clase media ni baja… Pero lastimosamente el dólar paralelo que hoy flota en 4230 si existe para el consumidor que cada día compra en cada parte del país. Esto lo digo por la volátil inflación galopante que vivimos los venezolanos.

eduardo pellicer
23 de febrero, 2017

La página CENCOEX tiene dos meses caida, opción 2 y NADIE DICE NADA???

francisco el profesor
24 de febrero, 2017

de esto se verdad ? estariamos ante la presencia de uno de los delitos mas graves que se le puede propinar a una economia, que es el de manipular cifras aleatoriamente y mentirle al pais, su situación economica, mas grave aun, es el de maquillar cifras para que parezcan cuasi normales matematicamente, y esto no tiene otro fin, que es el de la corrupción y el fraude. por que tarde o temprano estas cifras reales saldran a flote y quedaran al descubierto todos y cada uno de esos manipuladores económicos del gobierno y su traición a la patria.

cejotave
25 de febrero, 2017

Las cifras que publican los organismos internacionales, (ONU, CEPAL, FAO, UNESCO)son tomados de las cifras oficiales, esa es la norma, porque se supone que son datos reales y se presume la buena fe. Es por eso que hay informacion “calcada” del INE. Cuando se conozcan todos los indicadores reales de lo que sucede en el pais,(la tasa DICOM es apenas una de ellas), se hara evidente la inmensidad de la crisis que nos agobia.

sergio meza
27 de febrero, 2017

Con base en lo publicado, es por ello que los organismos multilaterales antes de publicar datos provenientes de Estados, deben someter a un análisis lo datos y establecer una duda razonable en la publicación.

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