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La peligrosa labor de ser periodista

Secuestrados, torturados y asesinados: la violencia contra periodistas aumenta en todo el mundo. Pero solo uno de cada diez crímenes queda resuelto. A menudo, los Estados donde trabajan son sus principales enemigos

Por Deutsche Welle | 2 de noviembre, 2017
Fotografía de la Unesco

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Según el informe preliminar publicado por la UNESCO “Tendencias mundiales en la libertad de expresión y el desarrollo de los medios”, entre 2012 y 2016 un total de 530 periodistas han sido asesinados. Y según la red “Reporteros sin Fronteras”, a la cifra dada por la UNESCO se le debe añadir 47 periodistas más.

En comparación con las décadas anteriores, es un aumento significativo. “La vida como periodista se ha vuelto cada vez más peligrosa”, confirmó Christian Mihr, director general de Reporteros sin Fronteras. Y es que solo uno de cada diez crímenes queda resuelto. Para llamar la atención sobre esta situación, la ONU lanzó en 2013 el Día Internacional para poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, celebrado cada 2 de noviembre.

Particularmente en riesgo están los llamados “reporteros ciudadanos”, que difunden información en blogs de Internet y las redes sociales como Facebook y Twitter. Informan desde regiones y países en los que periodistas clásicos ya no existen. Fue en una resolución de 2014 de la ONU en la que por primera vez se ha reconocido el papel y la necesidad de protección de estos reporteros ciudadanos. Pero a pesar de muchas resoluciones que han de garantizar la protección de estos profesionales de los medios, el número de homicidios sigue al alza.

¿Derechos humanos? No tan importante

Según Mihr, la razón de esto es el colapso de muchos Estados. “En Afganistán, Siria o Somalia, las organizaciones de facto han tomado el poder y no se sienten obligadas a cumplir los tratados de derechos humanos establecidos”, aseguró Mihr. De hecho, la tasa de asesinatos es más alta en las regiones árabes.

Pero el colapso de los Estados no es el único problema, opina Mihr. En muchos casos, los propios Estados no tienen interés en investigar y resolver crímenes. “Los periodistas a menudo informan sobre cosas que a ciertos miembros del Gobierno desagrada. Para encontrar tales casos, no hay que ir muy lejos: basta con mirar a Malta”, aseguró Mihr, quien tiene dudas sobre el interés del Estado en investigar el reciente asesinato de la periodista maltesa Daphne Caruana Galizia.

Los secuestros, la detención y la tortura van en aumento

No solo aumenta la cantidad de periodistas asesinados, sino también la cantidad de actos de violencia contra ellos. Las detenciones arbitrarias, los secuestros y la tortura son solo algunos de los crímenes que enumera la UNESCO. A esto se agrega la violencia en el espacio digital a través de campañas difamatorias y ataques a los sitios web de periodistas no deseados.

Muchos son rastreados por la vigilancia digital en todo momento. Y lo que parece inofensivo a menudo termina en violencia real. “En la mitad de los casos en los que Reporteros Sin Fronteras proporciona ayuda de emergencia, las personas han estado en una situación de emergencia, detenidas o torturadas porque antes eran monitoreadas digitalmente”, afirmó Mihr.

Los perpetradores de la violencia son en su mayoría actores estatales. Si bien la mayoría de los asesinatos ocurren en países donde hay caos y las estructuras estatales están anuladas o son ineficaces, son los Gobiernos los que encarcelan a la mayoría de los periodistas. Con mayor frecuencia, los periodistas son arrestados en Turquía, Egipto y China.

Protección a través de un delegado especial de la ONU

Las Naciones Unidas ya han aprobado varias resoluciones que destacan la importancia del trabajo periodístico y exhortan a los Estados miembros a proteger a reporteros. No obstante, en muchos países esto muestra poco efecto. Por lo tanto, la asociación de Reporteros sin Fronteras exige la figura de un delegado especial de la ONU basado en el modelo del delegado especial para niños y conflictos armados designado por la ONU en 1997. Este representante especial podría investigar y documentar de forma independiente los casos de violencia a periodistas, para que puedan ser enjuiciados, dice Mihr. Esta idea ya tiene muchos seguidores: este año, el Bundestag (la Cámara Baja del Parlamento alemán) ha solicitado explícitamente a un delegado especial, convirtiéndose así en el primer Parlamento del mundo en hacer tal solicitud.

Mihr cree que el delegado especial para la protección de los periodistas podría dar más peso al tema, fortalecer las resoluciones de la ONU y prestar más atención al Día Internacional para poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas. “Espero que la figura del delegado especial llegue el próximo año”, concluyó Mihr.

Autora: Julia Vergin (few/jcg)

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