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Entre la guerra de rumores y videos: ¿quién sabe (en realidad) cómo está Leopoldo López?; por Maye Primera

leopoldo

univision-150editadoEl estado de salud del opositor venezolano Leopoldo López solo le consta al gobierno de Nicolás Maduro. Y tratándose de un político preso desde hace tres años en una cárcel militar por supuestos delitos de rebelión, esto ya constituye una irregularidad y es motivo de sospecha.

La familia de López no tiene noticias de él desde hace casi un mes. La última vez que Lilian Tintori, su esposa, pudo verle en prisión fue el pasado 6 abril; el mismo día en que estalló en Venezuela una nueva ola de protestas contra Maduro en las que, hasta este 3 de mayo, han muerto una treintena de personas.

Desde entonces, tanto a Tintori como a la madre de López, Antonieta Mendoza, les ha sido negado el acceso a la cárcel, bajo el argumento de que el político se encuentra castigado por razones que hasta ahora se desconocen.

Este 3 de mayo, cuando un popular periodista venezolano que está fuera del país hizo cundir en las redes sociales el rumor de que López había sido trasladado a un centro de salud tras supuestamente haber sido víctima de “una intoxicación”, Tintori y Mendoza acudieron a las 9:40 de la noche al Hospital Militar de Caracas en busca de noticias.

Tan pronto llegaron, los vecinos de San Martín, el barrio popular donde está enclavado el hospital, sonaron sus cacerolas en señal de apoyo y cuatro soldados del Ejército, sin casco y vistiendo uniforme de campaña, se apostaron en la reja del hospital.

Tintori sacó del bolsillo una lista con los nombres de los oficiales que debían darle razón de su esposo, desde el ministro de Defensa hacia abajo, y al terminar de leerla pidió: “Que nos digan dónde está Leopoldo. ¿Dónde está?”. Y a falta de radios y televisoras locales de señal abierta que informaran del asunto, su mensaje fue transmitido por las mismas redes sociales por donde corrió el rumor inicial: Facebook, Twitter, Periscope. Solo en el Facebook Live de Univision Noticias llegaron a conectarse 25,000 usuarios a la vez, ansiosos por saber qué ocurría.

Media hora más tarde, un oficial informó al abogado de López, Juan Carlos Gutiérrez, que allí no se encontraba su defendido. La familia dio por buena su versión sin mayores cuestionamientos y acompañada de una caravana de políticos y periodistas, tomó rumbo hacia la cárcel militar de Ramo Verde ubicada en Los Teques, a unos 40 kilómetros de Caracas.

A esa hora, el segundo hombre más fuerte del partido de gobierno, Diosdado Cabello, presentó una “fe de vida” de Leopoldo López a través de la estatal Venezolana de Televisión. Como si tratara de un secuestrado, en el video se escucha a López decir: “Este es un mensaje de fe de vida para mi familia. Hoy es 3 de mayo. Son las 9:00 de la noche. Este es un mensaje para Lilian. No entiendo la razón por la que se quiere dar una fe de vida en este momento. Le mando el mensaje a mi familia, a mis hijos, les digo que estoy bien“.

De seguidas, el comentario de Cabello fue: “Al monstruo de Ramo Verde no se le ha hecho nada (…) Él está allá en su cueva metido”, en el tono habitual que usa en su programa llamado ‘Con el mazo dando’. Cada noche, el militar retirado, expresidente del Parlamento y expresidente transitorio de la República usa este espacio para acusar a líderes de la oposición de todo tipo de conspiraciones, difundiendo grabaciones privadas y memes que al día siguiente se convierten en evidencias para los tribunales.

En pruebas como esas —videos, grabaciones telefónicas, fotografías— se basó la condena pública y luego el juicio penal que hace tres años llevó a López a la cárcel militar donde ahora se encuentra, y a una condena de más de 13 años de prisión por su supuesta responsabilidad en los incendios y daños a la propiedad que ocasionó la ola de protestas contra Maduro de febrero de 2014.

También con pruebas así, Cabello y Maduro trataron de demostrar el 15 de febrero de 2013 cómo avanzaba la recuperación del convaleciente presidente Hugo Chávez que murió, finalmente, el 5 marzo de ese mismo año, en el mismo hospital militar adonde supuestamente habían trasladado a López anoche.

Tintori ya había visto el video difundido por Cabello cuando se plantó en los alrededores de la cárcel militar de Ramo Verde, poco después de las 11:00 de la noche.

“A Diosdado Cabello no le creo nada. Él es el primer torturador de Leopoldo. No voy a estar tranquila hasta que vea a Leopoldo”, repitió una y otra vez a las cámaras de los teléfonos móviles que seguían transmitiendo por Facebook Live y Periscope, parada frente a un piquete de 22 guardias nacionales mudos, resguardados con escudos y traje antimotines tras una barrera hecha de tubos y alambres de púas.

Al otro lado del muro de guardias, uno de ellos filmaba también con un teléfono móvil los rostros de la docena de dirigentes del partido Voluntad Popular —fundado por López— y periodistas que acompañaron a Tintori en la primera mitad de su vigilia.

A esa hora, la angustia inicial de las redes sociales por la salud de López había mutado a los memes. “Leopoldo no está vivo, está como quiere”, decía uno de ellos, aludiendo a la musculatura que se le ve al político en el video difundido por el gobierno.

Pasadas las 3:00 de la madrugada, la familia de López y la mitad de la comitiva que les acompañó en el trayecto inicial se acomodaron entre los asientos de los carros y el suelo para pasar el resto de la madrugada. Los guardias soltaron los escudos, se quitaron los cascos, al fin hablaron entre ellos del cansancio del día, bebieron agua.

A las 5:50 de la mañana, todos adoptaron de nuevo sus posiciones. Los guardias se apertrecharon y Lilian Tintori y Antonieta Mendoza siguieron preguntándoles, a ellos y a la audiencia que las seguían en Twitter, Facebook y Periscope dónde y cómo está el dirigente opositor.

Bastaba con que las autoridades de la cárcel militar y del gobierno de Maduro las dejaran pasar a ambas a hacer la visita familiar a la que tienen derecho todos los presos de Ramo Verde para ahorrale el insomnio, la sospecha y la incertidumbre a todos los bandos en disputa.

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Este texto fue publicado en el portal Univisión Noticias y cedido a Prodavinci. Puede ver aquí la edición original.