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Decirle a una niña que es menos inteligente que los hombres puede marcarla de por vida

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Las niñas pueden perder interés en actividades más exigentes y en carreras ambiciosas si interiorizan el estereotipo de que los hombres son más inteligentes. Fotografía de Getty Images

univision-150editadoLas niñas pueden interiorizar desde muy temprana edad estereotipos basados en género como que los hombres son más inteligentes que las mujeres y esto hace que eviten actividades más exigentes o carreras más ambiciosas, según un nuevo estudio publicado en la revista Science.

El estudio agrega que interiorizar estos prejuicios tiene consecuencias a largo plazo en su futuro, por ejemplo, en la poca cantidad de mujeres que estudian y trabajan en campos asociados a altos niveles de “brillantez” como las ciencias, ingeniería, tecnología o matemáticas (STEM).

“Aunque el estereotipo que equipara a los hombres con la brillantez no coincide con la realidad, puede tener un efecto sobre las aspiraciones de las niñas en sus eventuales carreras”, dijo Andrei Cimpian, profesor de psicología de la Universidad de Nueva York (NYU ) y autor de la investigación.

Los datos lo avalan: a pesar de que las carreras en el campo de las STEM están entre las mejor pagadas del país solo el 28% de las mujeres (2% de hispanas) trabaja en ellas, en comparación con 72% de los hombres, según datos de la Fundación Nacional de Ciencias.

Entre los riesgos que la sociedad corre al mantener a las mujeres (más de la mitad de la población) en empleos con salarios bajos se encuentra el debilitamiento de la economía en general por disminuciones en la recaudación fiscal, un declive en ingresos de las trabajadoras y mayores gastos en servicios sociales para la población.

“Nuestra sociedad tiende a asociar la brillantez con los hombres más que con las mujeres y esta noción aleja a las mujeres de los trabajos en que se percibe que hay que ser brillante. Quisimos saber si las niñas pequeñas también respaldaban este estereotipo”, agregó otro de los investigadores, el estudiante de doctorado de la Universidad de Illinois, Lin Bian.

Para el estudio, los investigadores seleccionaron a 400 niños y niñas entre los cinco y siete años de edad e hicieron varios experimentos con ellos.

Uno de los experimentos consistió en narrarles a los niños y niñas una historia sobre una persona “muy, muy inteligente” a quien luego debían identificar entre dos hombres o dos mujeres desconocidas. También les pidieron identificar en otra actividad cuál de los adultos era “muy, muy inteligente”.

Los investigadores hallaron que tanto los niños como niñas de cinco años de edad seleccionaron a personas de su género como las más inteligentes, pero las niñas de seis y siete años de edad tenían menos tendencia a asociar con su género a las personas “muy inteligentes”.

En otro experimento las niñas de seis y siete años de edad mostraron menos interés en participar en juegos para niños “muy, muy inteligentes” que en jugar con otros para niños que trabajan “muy, muy duro”.

Los resultados fueron los mismos entre las niñas de seis años de edad sin importar su situación socioeconómica o étnica y racial.

El estudio concluye que los estereotipos que asocian a los hombres con la inteligencia más a menudo que a las mujeres “son aceptados por, e influencian a los intereses de niñas tan pequeñas como a los seis” años de edad.

Estos prejuicios “ desalientan a las mujeres en la búsqueda de muchas carreras prestigiosas, por esto las mujeres están poco representadas en campos en donde sus miembros aprecian la brillantez, como la física o la filosofía”, agrega la investigación.

A los cinco años de edad los niños y niñas estudiados aún no se habían formado prejuicios de este tipo.

El estudio confirma otras investigaciones previas que indican que las mujeres interiorizan este prejuicio de que los hombres son más inteligentes.

“En un trabajo anterior hallamos que las mujeres adultas tienen menos probabilidades de obtener títulos superiores en campos en donde se piensa que la ‘brillantez’ es un requisito y estos nuevos hallazgos demuestran que estos estereotipos comienzan a tener impacto sobre las opciones de las niñas a una edad dolorosamente joven”, explicó otra de las investigadoras, Sarah-Jane Leslie, profesora de filosofía de la Universidad de Princeton.

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Katalina Rojas tiene 15 años y es chilena. Quiere trabajar con Intel o con Google programando, creando aplicaciones para personas con discapacidad. Fotografía de Pablo Cozzaglio para Univisión.

 

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Este artículo fue publicado en el portal Univisión Noticias. Puede leer aquí la edición original