El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante un Consejo de Ministros televisado el lunes 11 de julio de 2016 denunció un “bloqueo financiero”, luego de que Citibank le informara que en 30 días cerraría las cuentas que el Banco Central de Venezuela (BCV) y el Banco de Venezuela mantienen en su entidad.
Citibank justificó su decisión mediante un comunicado reproducido por Finantial Times, donde alegan que la decisión resulta de la revisión de la gestión de riesgo en Venezuela:
“Siguiendo la revisión periódica de gestión de riesgo en Venezuela, Citi ha decidido descontinuar los servicios bancarios a ciertas cuentas en el país. Esta decisión no es un reflejo de nuestro compromiso con un país al que hemos servido por casi 100 años. Valoramos el diálogo con la administración del Presidente y esperamos poder abordar sus preocupaciones con el interés de continuar sirviendo a nuestros clientes”
De acuerdo con lo dicho por Nicolás Maduro, esas cuentas en divisas son utilizadas para realizar transferencias y pagos de “todas las cuentas que necesita pagar el país para las transacciones en Estados Unidos y en el mundo”.
La noticia se produjo dos días después de que la trasnacional Kimberly-Clark anunciara la suspensión de operaciones en Venezuela, argumentando la imposibilidad para comprar materia prima, junto a la carencia de divisas y la inflación. Esta empresa produce papel higiénico, toallas sanitarias, pañales desechables y otros productos de higiene personal. Dos días después, el Ministro del Trabajo, Oswaldo Vera, anunció la ocupación de las instalaciones por parte de los trabajadores.
“Con Citibank o sin Citibank, nosotros vamos. Con Kimberly o sin Kimberly, Venezuela va”, sentenció Nicolás Maduro con respecto a ambas situaciones.