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Observatorio Venezolano de la Violencia responde a ‘Cómo contar nuestros muertos’ de Dorothy Kronick

A continuación compartimos con los lectores de Prodavinci la réplica del Observatorio Venezolano de la Violencia al artículo “Cómo contar nuestros muertos” publicado en inglés en Caracas Chronicles y en castellano en Prodavinci.

Observatorio Venezolano de la Violencia responde a 'Como contar nuestros muertos' de Dorothy Kronick

Fotografía de Alejandro Cegarra, parte de la serie ‘Nuestra guerra invisible’. Haga click en la imagen para ver la fotogalería

¿Descontando Muertos? El OVV responde

1. El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) le da la bienvenida a la discusión sobre la situación de violencia e inseguridad en Venezuela; disponer de datos e incrementar la calidad de la información es fundamental para avanzar en la comprensión del problema y en la búsqueda e implementación de soluciones.

2. Lo primero que pone de relieve la polémica es la situación de censura que existe en el país y que arroja dudas sobre cualquier información por la no transparencia o incluso opacidad de los pocos datos oficiales disponibles. En este sentido, cabe recordar que a principios del 2005, cuando el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz (MPPRIJP) de Venezuela debía dar a conocer públicamente, a través de una conferencia de prensa —como tradicionalmente se hacía—, las cifras de homicidios del año previo (2004), decidió callar. Más aún, los datos de homicidios que estaban publicados en los sitios web del gobierno fueron retirados, de manera que nadie pudiera acceder a ellos.

3. Por una década los equipos de las universidades venezolanas que conforman el OVV —la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Católica del Táchira, la Universidad Católica Andrés Bello de Guayana, la Universidad de Oriente y la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado— han trabajado para combatir la censura y lo han hecho con métodos científicos y transparentes e innovando en la forma de tratar la información sobre inseguridad y violencia. Nuestra misión, desde el primer momento, ha sido ofrecer una respuesta y una voz a la sociedad civil para poner en evidencia el drama y el dolor de las familias venezolanas que las autoridades han intentado ocultar. El objetivo ha sido poder ofrecer, desde la academia y las comunidades, una versión de lo que acontece en el país que sea más fiel a la realidad y se contraponga a la censura oficial.

4. El OVV ha demostrado transparencia y rigurosidad en sus métodos de trabajo e investigación. Desde las universidades nacionales, públicas y privadas, que conforman el OVV, hemos realizado encuestas nacionales y regionales, hemos reconstruido la información dispersa en la prensa nacional, realizado grupos focales y entrevistas a profundidad con víctimas y victimarios, y todo ello lo hemos hecho del conocimiento de la sociedad a través de informes, artículos, libros y entrevistas.

5. De igual modo y siendo consecuente con nuestra política de transparencia, el OVV le entregó a Caracas Chronicles y a la investigadora Dorothy Kronick todos los archivos con la información disponible que hemos usado, así como la metodología que hemos construido y desarrollado para superar la censura.

6. Los datos sobre muertes violentas que el OVV ha manejado hasta el presente provienen del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC). Este organismo subdivide los casos de muertes violentas en casos de homicidios, casos de resistencia a la autoridad y casos de muertes en averiguación. El OVV dispone de series que comienzan en el año 1990 y terminan en el año 2012. Los datos de estas series que van hasta el año 2004, cuando el gobierno comenzó su política de censura, fueron obtenidos oficialmente del propio organismo y los datos de los años restantes, con excepción del año 2011[1], fueron obtenidos de manera extraoficial. Para el año 2013, tomamos la cifra divulgada por el periodista de El Universal Deivis Ramírez en varios artículos de prensa, uno de los cuales fue publicado el 09/03/2014. En este artículo se proporcionaban dos cantidades que posiblemente sean una sola, a saber, 19.762 “…venezolanos caídos…” atribuida a la Memoria y Cuenta del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz (MPPRIJP) y 17.962 “homicidios” atribuida a la ONG ODH Grupo Consultor[2]. En consecuencia, a partir del año 2013 comenzamos a realizar pronósticos de los casos de resistencia a la autoridad y de los casos de muertes en averiguación y desde el año 2014 continuamos con la realización de pronósticos de las tres series de muertes violentas.

7. Cabe mencionar, además, que no sabemos si existe información sobre definiciones, sistemas de clasificación de los eventos delictuales reportados y de los procedimientos que deben emplear los funcionarios para su uso. Es decir, que las autoridades y funcionarios que tienen el deber de generar información y registros  públicos, ni siquiera explican cómo documentan los hechos que registran, y es preciso advertir que si existe el metadato se tendría una condición necesaria, aunque no suficiente, para asegurar la rigurosidad de los datos levantados y su comparabilidad en el tiempo.[3]

8. El método de pronóstico de las muertes violentas empleado por el OVV se resume en las siguientes fórmulas:

Formula

En donde:

Formula 2

Este procedimiento supone que cada caso de homicidio genera una muerte, que un 60% de los casos de resistencia a la autoridad resultan con una persona muerta y que el 95% de los casos de muertes en averiguación se pueden catalogar como homicidios intencionales. Los pesos empleados en la fórmula son arbitrarios, pero se determinaron con un método Delphi simplificado empleando juicios de expertos conocedores del trabajo que lleva a cabo el CICPC.

Los pronósticos de cada tipo de casos de muertes violentas se llevaron a cabo por separado empleando los modelos de mejor ajuste para las series consideradas, es decir, aquellos modelos que proporcionaron el menor error de ajuste dentro de una clase particular de modelos de pronóstico. De esta forma, los casos de homicidios se predijeron empleando una caminata aleatoria con deriva, es decir, un modelo ARIMA(0,1,0). Los casos de resistencia a la autoridad se pronosticaron de manera simple, empleando el número de casos del año anterior y los casos de muertes en averiguación se estimaron siguiendo el modelo de suavizado exponencial de Brown.

9. Tanto el procedimiento que ha venido empleando el OVV como el que refiere D. Kronick en el artículo publicado en el blog Caracas Chronicles están basados en modelos estadísticos de predicción. El OVV utiliza una suma ponderada de predicciones, mientras que Kronick emplea un modelo de regresión lineal simple[4] en el que la variable dependiente o predicha es la serie de las tasas de muertes violentas por 100.000 personas calculadas con los datos que el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) publica en su Anuario de Mortalidad general (causas de muerte W32, W33, W34, X85–Y09, Y10–Y34, Y35–Y36, Y89 de la versión 10 de la Clasificación Internacional de las Enfermedades de la OMS) y la variable independiente o predictora está conformada por las tasas por 100.000 de los casos de muertes violentas totales del CICPC[5].

10. La discrepancia esencial en las predicciones del OVV y las que obtiene D. Kronick, se debe no sólo a los métodos, sino sobre todo a los datos empleados para la estimación de los modelos de predicción considerados. Las series de casos del CICPC que empleamos tanto el OVV como Kronick, aunque provienen de la misma institución, a saber, el CICPC reportan cifras distintas, siendo las de Kronick sistemáticamente inferiores. ¿Cuál es más veraz? Esta pregunta no tiene respuesta cierta, ni se puede contestar de otra forma que no sea atribuyendo más o menos confianza personal a la fuente que proporcionó los datos empleados como soporte de los dos métodos de estimación empleados.

11. Una consecuencia de lo anterior es que más allá del problema del dato para el año 2013 proporcionado por el periodista Deivis Ramírez y del que nos ocuparemos en el apartado 14 de este documento, las cifras estimadas por el OVV son tan válidas como las de D. Kronick. Ciertamente son distintas por las razones expuestas, pero no se puede concluir que unas sean mejores o más cercanas o más precisas o más creíbles que las otras. Y mucho menos afirmar que “The Venezuelan Violence Observatory (OVV) … figures are very wrong …”, como se afirma de manera sensacionalista en el subtítulo del artículo del blog Caracas Chronicles.

12. Todas las proyecciones que se intenten sobre las muertes violentas en el país, las nuestras o las de otros investigadores, por el sólo hecho de estar basadas en cifras obtenidas extraoficialmente, aunque se hayan originado en los organismos competentes del Estado (por ejemplo, el CICPC) están sometidas a la incertidumbre de cómo se generaron. Conviene nuevamente insistir en que aun cuando se pudiera contar con información oficial, la producción de datos sin definición sobre procedimientos, sistemas de clasificación estandarizados y funcionarios debidamente entrenados para su aplicación no garantiza datos que sean precisos, insesgados, interpretables y coherentes.

13. Las discrepancias en las cifras comunicadas por voceros oficiales y por periodistas que las atribuyen a organismos del Estado o documentos oficiales como Memorias y Cuentas e Informes de Gestión presentados en los periodos fiscales correspondientes son impactantes como lo demuestra el siguiente cuadro:


El periodista Deivis Ramírez reportó para el año 2013 dos cifras de homicidios, 19.762 y 17.962 citando la Memoria y Cuenta del MPPRIJP sin especificar de cuál año (Ver el párrafo 6 de este documento), pero después de un examen minucioso de la Memoria correspondiente al año 2013 no se encontró la cifra absoluta de los homicidios para ese año. Lo que sí hay son dos referencias al porcentaje de disminución de los homicidios con respecto al año 2012. Una del Ministro Rodríguez Torres, en la página 29/549 del documento PDF, en la que asegura una reducción del 17% y otra del CICPC, en la que se asegura una reducción del 12%. Es difícil entender por qué las cifras[6] de D. Kronick son menores que las dadas por los propios ministros para los años 2011 y 2012. O por qué su cifra para el año 2014 arroja una cifra inferior a una de las ofrecidas en la Memoria y Cuenta del Ministerio de Interior y Justicia.

14. Al parecer, y según lo que afirma D. Kronick, el dato que reseñó el periodista Deivis Ramírez para el año 2013 no sólo se refería a casos de homicidios, sino que también incluía casos de resistencia a la autoridad. De ser esto así, nuestras estimaciones de los casos de homicidios para los años subsiguientes al 2013 están “sobreestimadas” por la influencia del dato en cuestión. En conocimiento de esta situación, el OVV repitió los cálculos separando los 17.962 casos reportados por el periodista Ramírez, copiados y utilizados por el OVV en su ejercicio de predicción anterior, en casos de homicidios y casos de resistencia a la autoridad de acuerdo al promedio histórico (1990-2010) de la relación entre casos sumados de homicidios y casos de resistencia a la autoridad a casos de resistencia a la autoridad. El resultado de este análisis arrojó tasas pronosticadas para los años 2014 y 2015 que resultaron en 76 y 81 muertes violentas por cada 100.000 personas respectivamente. El informe del OVV liberado en el año 2014 presentó una tasa pronosticada de 82 muertes violentas por cada 100.000 y el informe del año 2015 dio una tasa de 90 por cada 100.000 personas.

15. El OVV aprecia que no hubo “error (mistake)” en la aplicación de su método de predicción, a no ser que se considere como tal el empleo de una cifra de “homicidios” atribuida por el periodista Deivis Ramírez a un organismo oficial, sin haber podido lograr por parte del OVV su verificación y significado, aun cuando intentamos contactarlo en repetidas ocasiones sin éxito.

16. En su artículo, D. Kronick afirma que confía en los datos del MPPS pues emplean definiciones claras. El hecho que las definiciones sean precisas, no quiere decir que sean aplicadas con precisión. Por otro lado, afirma que no es “infrecuente” que existan diferencias entre los datos proporcionados por la estadística de los Ministerios de Salud y del Interior. Eso es cierto, pero lo que no logra explicar ni nadie logra entender es porqué en Venezuela los datos de muertes que ofrece el MPPS son menores que los que ofrece el CICPC, pues en todo el mundo lo frecuente es lo contrario. Ese es el caso inclusive en el ejemplo que Kronick refiere en el link de su artículo, pues el Center for Disease Control and Prevention de los EE.UU. reporta 16.259 víctimas para el año 2010, mientras la Oficina de Justicia reporta 14.720 y la Policía y el FBI, reportan 13.780. Los datos de salud tienden a ser mayores pues allí se cuentan las víctimas de la acción legal policial, las cuales, por ser legales, no aparecen como homicidios en las estadísticas del Ministerio del Interior. Llama la atención que para un país como EE.UU., con más de 300 millones de habitantes, se identifican 387 víctimas de homicidios justificables, mientras que en Venezuela, con poco más de 30 millones, los casos se cuentan por miles.

17. Buena parte del argumento de D. Kronick reposa en que sus estimados son mejores y los correctos porque sus cifras coinciden con los que se encuentran en un archivo del CICPC que recibió secretamente de una fuente en la que confía. Nosotros no tenemos acceso a las fuentes del gobierno y no tenemos manera de verificar dichas fuentes; no es posible tampoco saber de qué se trata cada categoría allí expresada. Kronick critica las otras fuentes del gobierno o la prensa por no ofrecer el metadato, pero ¿es que acaso la investigadora conoce cuál es el metadato de la información oficial que ella utiliza? La información que nosotros tenemos es que ese metadato no existe.

18. En los datos del CICPC que usa D. Kronick se refiere siempre a tasas, nunca hay una cifra absoluta, un número, y afirma que según esa data la tasa de homicidios que ofrece el CICPC sería de 73,5 por cada 100.000 habitantes. Luego, en su artículo se refiere a que su cálculo, que es el que considera verdadero y que lo utiliza para afirmar que los otros son erróneos, tiene dos cifras: una en el texto que afirma una tasa de 70 por cada 100.000 para 2015 y otra, en la nota 5, donde dice que su estimado es de una tasa de 68,7. Lo que no es fácil de comprender es por qué la tasa estimada por Caracas Chronicles y Kronick para el año 2015 es menor que la tasa del CICPC. ¿Tiene algún sentido pensar que la cifra estimada sea menor que la “real” dada por la fuente policial en que confía?

19. En el OVV hemos utilizamos una variedad de formas de aproximarnos a la realidad sin dogmatismos ni estridencias. Durante años hemos usado la prensa de sucesos como una fuente de información relevante que nos permite confrontar las cifras dadas por las autoridades y llevar un conteo de los casos conocidos por la sociedad, de igual modo como los organismos de seguridad llevan un conteo de los “casos conocidos por la Policía”. Las encuestas de victimización que hemos realizado en las universidades, así como las que ha aplicado el propio gobierno nacional a través del Instituto Nacional de Estadística (INE), muestran que hay una cifra negra de más del 60% y en esto coinciden todas las encuestas. Esto quiere decir que 6 de cada 10 delitos violentos que la sociedad ha sufrido, no los conoce la Policía. Ésta es la diferencia entre lo que dicen las cuentas de la sociedad y los datos que tiene la Policía. Pues bien, en el OVV hemos tomado como referencia las encuestas de victimización nuestras y del gobierno nacional y los resultados han sido que en el año 2006 nuestra tasa fue de 45  y la dada por la encuesta del INE fue de 49,6. Luego, en el año 2010, la encuesta del INE dio una tasa de 75 y la nuestra para ese año fue de 57, menor que la del gobierno. Y, finalmente, en el año 2012 el gobierno vuelve a realizar una encuesta de victimización, que como las otras veces realiza y nuevamente oculta, como las otras, pero, de nuevo, sus datos se filtran y la tasa que presenta fue de 77,5 para el año 2012. ¿Tenemos evidencias acaso para pensar o creer que después del año 2012 la violencia y los homicidios en el país han disminuido?

20. El artículo en el blog Caracas Chronicles se inicia afirmando que las cifras dadas por el OVV son “very wrong”, “muy equivocadas” o erróneas. ¿Qué se quiere decir con que están “muy equivocadas”? ¿Es que acaso la situación de violencia ha mejorado y el país es más seguro como para afirmar que son “muy equivocadas”? ¿Es que con una tasa de 70 cambia la posición de Venezuela como el segundo país con más homicidios del mundo? ¿Es que acaso con una tasa de 70, que es el doble de la tasa de Colombia y tres veces la de Brasil, Venezuela es un país seguro como para afirmar que en el OVV estamos “muy equivocados”?

21. En el encabezado del mismo artículo en su versión original en inglés pide a los lectores que los “citen” a ellos en lugar de al OVV (“you should cite our estimated instead”). Nosotros en el OVV nunca le hemos pedido a nadie que nos cite en sus textos o investigaciones; si alguien lo ha hecho es porque ha considerado útil y confiable nuestro trabajo. En el OVV lo que hemos hecho es cumplir con nuestra labor académica y universitaria frente a la sociedad, lo que hemos hecho por más de una década es enfrentar la censura y el silencio que quiere producir una historia oficial que dice que la violencia es una circunstancia del pasado, que es culpa de la “Cuarta República” o del “capitalismo”, o que la violencia en Venezuela es menor que en otros países de América y el mundo, como puede leerse en los múltiples discursos oficiales. Ésa es la labor de la universidad, es servir al país con la búsqueda de la verdad. Por eso no hemos pedido ni pediremos jamás que nos citen, no es un asunto de mercadeo ni de narcisismo, es una lucha por la libertad y la seguridad de los venezolanos. Pero, además, ¿puede alguien querer citar como válidos unos estimados que son menores que los que ofrece la data de la propia Policía?

22. Nosotros desde el OVV estamos abiertos al análisis y la discusión, así lo hemos demostrado, y fe de ello da el propio artículo de D. Kronick donde muestra la transparencia con la cual ofrecimos nuestra información y que cita en detalle; como los lectores habrán notado, incluso, con los textos de nuestros correos personales. Pero hay que insistir que para el OVV, nuestro trabajo no es un mero ejercicio académico, ni una atracción periodística, se trata de nuestra responsabilidad con el país, ofreciendo datos y análisis que revelen cómo a miles de venezolanos se les niegan sus derechos a la vida, a la integridad y a la libertad. Y en eso, hay que reconocer, que las cosas se ven y se padecen de una manera desde una universidad venezolana y las calles de Barquisimeto, San Cristóbal, Cumaná, Ciudad Guayana o Caracas, y de otra desde una universidad americana y en las calles de Filadelfia.

23. Creemos que la publicación de Kronick, en lugar de ayudar en la comprensión de la creciente violencia mortal que agobia al país, centra la atención en el número por el número, y aleja el acento sobre lo esencialmente importante, pues que sean 20.000 o 25.000 las muertes violentas, son siempre demasiadas muertes, sobre todo después de los más de 20 planes de seguridad con que el gobierno ha tratado de resolver el problema de la inseguridad en los últimos 17 años.

24. El OVV espera que el interés que ha causado la publicación del artículo de Kronick sirva para que, una vez más, los ciudadanos exijamos al Gobierno Nacional que cumpla con el mandato de la Constitución (CRBV) y haga públicas las cifras que den cuenta de la realidad que vivimos. Sin este conocimiento, los diagnósticos de los problemas que nos aquejan como sociedad serán imprecisos, cuando no errados, y otro tanto resultarán las políticas públicas que se conciban para su solución.

[1] Datos generados por el Centro para la Paz de la UCV y el Centro de Estudios Sociales en base a datos del CICPC.
[2] En su momento, personal del OVV intentó comunicarse con el periodista Deivis Ramírez para conocer más sobre el origen de sus cifras, pero nunca respondió a las llamadas ni mensajes trasmitidos por el OVV.
[3] El metadato debe estar codificado en manuales de operación, no puede estar constituido por el conocimiento y la experiencia que puedan tener uno o varios funcionarios, porque en ausencia de ellos, las cifras recolectadas sufrirían del desconocimiento del metadato por parte del nuevo o nuevos funcionarios designados para su recolección o clasificación.
[4] Reproducimos textualmente la cita de D. Kronick: “The Caracas Chronicles estimate was created simply by regressing the Ministry of Health violent death rate on the CICPC cases rate (i.e., number of cases per 100,000 population) and then taking the predicted value. We included all homicide cases, violent deaths of unknown intent cases, and police violence cases…To calculate the 95% ‘confidence interval,’ we used the forecast standard error rather than the prediction standard error… we used what this text calls a ‘prediction interval.”
[5] Aun cuando D. Kronick no lo menciona en su artículo, suponemos que para justificar su ejercicio de predicción se habrá verificado entre otros supuestos que las dos series están cointegradas, porque en caso contrario el uso de su procedimiento no sería válido. Su ejercicio ha debido emplear un modelo de regresión dinámica y no un modelo de regresión “simple,” porque éste es aplicable sólo si los “errores o innovaciones” que incluye todo modelo de regresión se comportan como un “ruido blanco.”
[6] No sabemos por el secreto que rodea esta información, si las cifras que nos proporcionó D. Kronick corresponden a muertes registradas por el CICPC o son sus estimados.