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Segundo debate demócrata: Hillary imbatible; por Flaviana Sandoval y Diego Marcano Arciniegas

DES MOINES, IA - NOVEMBER 14: Democratic presidential candidates (L-R) Sen. Bernie Sanders (I-VT), Hillary Clinton and Martin O'Malley stand on the stage prior to a presidential debate sponsored by CBS at Drake University on November 14, 2015 in Des Moines, Iowa. The candidates participated in the party's second presidential debate. (Photo by Alex Wong/Getty Images)

Fotografía de Alex Wong/Getty Images

El evento televisado por CBS la noche del sábado 14 en la Universidad Drake, Iowa –uno de los principales bastiones en las elecciones presidenciales– inicialmente se centraría en las propuestas económicas de los candidatos. Sin embargo, debido a los recientes atentados del Estado Islámico en París la noche del viernes, la agenda cambió para dar mayor relevancia a la política exterior y la seguridad nacional, lo que prometía favorecer a Clinton por su experticia en el tema.

El debate tuvo solo a 3 candidatos, en virtud de que Jim Webb y Lincoln Chafee, que estuvieron presentes en el primer debate demócrata en Las Vegas, se retiraron de la carrera presidencial. En el centro del podio estuvo Hillary Clinton, que sigue siendo la favorita en las encuestas con un 54.7% de apoyo. En los flancos, el social demócrata Bernie Sanders, con 33% y Martin O’Malley, con 2.7%.

Los 4 temas esenciales del debate comprendieron: política exterior, seguridad nacional, racismo y control de armas. Se esperaban críticas de Sanders y O’Malley contra la favorita, pero no fue posible obstaculizar su acelerado camino hacia la Casa Blanca.

Hillary fue nuevamente la ganadora del debate. Se mantuvo firme. Supo convertir las críticas en fortalezas y demostró un constante dominio a lo largo de la contienda, aspecto en el cual no pudieron destacarse sus rivales.

En un segundo plano, Martin O’Malley tuvo su mejor actuación hasta el momento, destacándose por sus propuestas para solucionar la problemática de los indocumentados en Estados Unidos.

Bernie Sanders no logró encontrar un punto de quiebre en el debate. Se vio incómodo ante la petición de los moderadores –horas antes del evento– de cambiar sus declaraciones de apertura, para enfocarse en los ataques del Estados Islámico en París. Sanders sólo dedicó 20 segundos de su intervención al tema de los atentados, y compactó su respuesta en una oración: “Este país librará a nuestro planeta de la barbárica organización llamada ISIS”. Inmediatamente, y de forma un poco torpe, llevó el discurso directo a su zona de confort: la problemática económica y la desigualdad, mostrando poca habilidad para adaptarse al cambio.

¿El talón de Aquiles de Hillary Clinton?

Bernie Sanders intervenía sobre la invasión a Irak, criticando directamente a la Clinton por haber votado a favor de la guerra en 2002: “La guerra de Irak es uno de los errores más lerdos de política exterior en la historia moderna de Estados Unidos”, sentenció, y destacó que esta decisión desencadenó la enorme inestabilidad que sufre el mundo actualmente. Para el público demócrata, Sanders tiene un limpio historial en cuanto a la guerra de Irak, por haber votado en contra de la invasión.

En las elecciones de 2008, Barack Obama identificó el voto de Clinton a favor de la intervención en Irak como su talón de Aquiles, y supo sacarle provecho para hacerse con la nominación del Partido Demócrata. Ahora Sanders intenta reproducir la táctica, pero no es seguro que funcione con la misma efectividad, tomando en cuenta que Hillary fue Secretaria de Estado durante 4 años y ha reunido méritos notables. Para dar solo un ejemplo, durante su período en el cargo, se produjo la operación que terminó con la muerte de Osama bin Laden, suceso que utilizó con éxito durante el debate.

Clinton y Wall Street: ¿unidos por el terrorismo?

En un evento que transcurrió sin mayores enfrentamientos o ataques personales entre los candidatos, destacó como punto álgido el momento en que Bernie Sanders increpó a la ex Secretaria de Estado acerca de su relación con Wall Street. “¿Por qué a lo largo de su carrera política, Wall Street ha sido el mayor contribuyente a la campaña de Hillary Clinton?”, cuestionó, dejando en entredicho la independencia de la aspirante demócrata.

La ex Primera Dama se defendió hábilmente, argumentando en primera instancia que su campaña recibe contribuciones de miles de donantes, muchos de ellos pequeños; y no perdió la oportunidad para utilizar el feminismo a su favor, al acotar que el 60% de sus contribuyentes son mujeres, lo que le ganó los aplausos de la audiencia.

Seguidamente, la candidata hizo lo que para algunos fue su peor error durante la noche: ligar su relación personal con Wall Street a los atentados del 11 de septiembre de 2001. “Yo representé a Nueva York el 11 de septiembre cuando fuimos atacados en el corazón de Manhattan donde se encuentra Wall Street. Invertí mucho tiempo y esfuerzo ayudándolos a reconstruir.  Fue bueno para Nueva York. Fue bueno para la economía y fue una manera de responder a los terroristas que habían atacado nuestro país”, dijo.

A pesar de lo controversial de su respuesta, Clinton logró verse plenamente presidencial y sólida en su intervención, mostrando una enorme capacidad de guiar la discusión según sus intereses. La candidata retomó el tema financiero y devolvió rápidamente el golpe a Sanders, al calificar su política contra Wall Street como “insuficiente”. “Mi propuesta es más dura, más efectiva y más integral porque voy contra todo Wall Street, no solo los grandes bancos”, sentenció refiriéndose a la política de controles que impondrá al mercado de capitales.

Sanders insistió en señalar (por encima de los aplausos a Hillary), la enorme corrupción dentro del sistema de financiamiento de las campañas políticas en Estados Unidos, pero no logró desplazar el foco de atención del veredicto de Clinton, que prácticamente puso punto final a la discusión.

Martin O’Malley encontró su voz

El ex gobernador de Maryland encontró un punto medio entre el convencionalismo demócrata de Hillary Clinton y las propuestas sociales de Bernie Sanders. O’Malley criticó con sagacidad el record de votación en el senado de Sanders por haber abogado en favor de la libertad de posesión de armas, y a Clinton por sus nexos con Wall Street. Tuvo quizás su mejor momento cuando se refirió a los indocumentados en Estados Unidos, y aprovechó la ocasión para atacar a Donald Trump, el favorito en las encuestas por el Partido Republicano.

“Nuestro símbolo es la Estatua de la Libertad”, dijo O’Malley. “No es una reja alambrada”. El ex gobernador de Maryland llamó a Donald Trump un “charlatán de circo, agresor de inmigrantes” que es incapaz de fundamentar con cifras sus escandalosos alaridos. “La verdad es que la migración neta de México, el año pasado, fue de cero. Revisen el dato, compruébenlo y verán que es cierto”, aseguró.

La organización Politic Fact, ganadora de un premio Pulitzer en 2009 por su iniciativa de comprobar la veracidad en discursos políticos, aceptó el reto y reportó que O’Malley estaba en gran medida en lo correcto. Los inmigrantes procedentes de México que entraron al país en 2014 fueron casi la misma cantidad que los que abandonaron el país durante el mismo lapso de tiempo.

O’Malley es uno de los ganadores del debate. Fue capaz de diferenciarse de sus contendores, criticó con firmeza y logró eludir la mayoría de las embestidas. No obstante, la diferencia en las encuestas es abrumadora: cuenta con apenas 2.7% de aceptación y podría no ser suficiente. Por el momento van 2 de 6 debates demócratas, y aunque Hillary Clinton luce escapada en el primer lugar, aún falta camino por recorrer.