Caitlyn Jenner retratada por Annie Leibovitz para la revista Vanity Fair
Determinar cuántas personas conforman la población transgénero no es tarea fácil: no todos comunican no sentirse conformes con su sexo ni atravesar una transición por miedo a ser discriminados. Sin embargo, dar con una cifra que se aproxime al total de transgéneros en un país permite al Estado tener un mayor conocimiento de su gente y de la necesidad de hacer posibles ajustes a diferentes políticas públicas a manera de lograr una mayor integración.
De acuerdo con una publicación del Williams Institute, un centro de investigación de la Universidad de Los Ángeles que conduce estudios en materia de políticas públicas referentes a la orientación sexual e identidad de género, para 2011 se estimó que 0.3 por ciento de la población americana era transgénero. Esta cifra corresponde aproximadamente a 700 mil adultos pero, a pesar de que esta aproximación pueda dar una idea sobre esta parte de la población, el sondeo sigue estando muy lejos de la realidad. Aunque otros organismos tengan un registro de cuántas personas cambiaron de sexo o de nombre durante un período de tiempo determinado, como es el caso del Seguro Social, el porcentaje de personas que no se sienten conformes con su sexo o que tengan inconvenientes con respecto a la identidad de género siguen siendo desconocidos.
Si bien la lucha de los transgénero por integrarse en la sociedad no es nueva, últimamente ha cobrado mayor visibilidad a raíz de que es más frecuente verlos cobrar protagonismo en diferentes ámbitos. A su vez, esto se ha convertido en una especie de invitación para aquellos que no se sienten conformes con su sexo para enfrentarse y aceptar su condición, no sin significar la apertura de un nuevo debate sobre dónde están los transgénero con respecto a sus derechos hoy en día.
A pesar de que cada vez parece haber una mayor aceptación y entendimiento de este sector de la población, continúa habiendo prácticas discriminatorias. Un ejemplo del esfuerzo por restarle fuerza al llamado binomio masculino-femenino es la iniciativa tomada por Facebook en Estados Unidos y Gran Bretaña, donde los usuarios tienen más de 50 opciones de género para escoger con el que se sientan más identificados, además de poder seleccionar el pronombre con el que desean que se refieran a ellos.
Pero la discriminación parece estar muy presente en el área laboral. Señala la revista The Atlantic que, según el reporte del National Center for Transgender Equility y el National Gay and Lesbian Task Force publicado en 2011, el 90% de los más de 6 mil encuestados indicaron haber sido acosados o haber recibido malos tratos en el trabajo. Además, la versión australiana de la revista Business Insider agrega que 47% de las personas consultadas confesaron haber tenido una experiencia adversa en el espacio laboral, como ser despedidos, no haber sido contratados o haberles negados un ascenso por ser transgénero o no estar conforme con su género.
Sin embargo, en la actualidad existen compañías que buscan velar por los derechos de sus empleados transgénero y promover la integración dentro del entorno laboral. Empresas como American Airlines, Nike, Apple y Aetna figuran entre las primeras en integrar políticas destinadas a la protección de este sector de la población. Incluso instituciones como la compañía financiera JP Morgan Chase ofrece desde 2009 un seguro que cubre la cirugía de reasignación de sexo.
Otro lugar donde los derechos de los transgénero no están claros es en los colegios. Recientemente se ha generado debate sobre algo tan básico como ir al baño, demostrando que el desarrollo dentro de una sociedad donde únicamente hay un binomio femenino y masculino no sólo afecta a los adultos.
Actualmente en Estados Unidos una batalla legal sobre cuál baño público puede utilizar una persona transgénero. Y la discusión parece ser más álgida en las escuelas que en los lugares de trabajo. Es el caso de Gavin Grimm, un adolescente de 16 años que nació como mujer pero se siente identificado con el género masculino. En un principio, Grimm solicitó a las autoridades de su colegio, Gloucester County School, utilizar el baño de la enfermería durante su transición, por no saber cómo reaccionarían sus compañeros ante los cambios del tratamiento. Luego de ver cómo recibía apoyo de otros estudiantes, pudo utilizar el baño de los varones después de solicitar el permiso. Grimm usó el baño durante siete semanas sin ningún tipo de problemas, hasta que la noticia llegó a los padres de otros estudiantes. Entonces, los representantes de la junta colegial empezaron a pronunciarse en contra de que el alumno utilizara el baño de hombres, alegando que su uso debería estar restringido al sexo con el que se nace y que a los estudiantes como Grimm se les debería facilitar otra alternativa.
La decisión de los representantes pasó y Grimm tuvo que volver a usar el baño de la enfermería. Sin embargo, el adolescente llevó la discusión a la corte. De acuerdo con el Washington Post, el Departamento de Justicia de Estados Unidos argumentó que la decisión tomada por la junta violaba los derechos de Grimm y emitió una declaración señalando que los cuerpos federales buscaban asegurarse de que “todos los estudiantes, incluyendo los transgénero, tengan la oportunidad de aprender en un ambiente libre de discriminación de sexo”.
El debate sobre la situación que afrontan los estudiantes transgénero con respecto a sus derechos en el colegio no termina en el uso de los baños: la integración de los alumnos también se ve afectada sobre si deberían formar parte de un equipo deportivo femenino o masculino, dependiendo del sexo con el que nacieron o el género con el que se identifican.
Queremos saber qué opina usted sobre este tema, así que lo invitamos a participar en el debate respondiendo las preguntas que le presentamos a continuación:
1. ¿Considera que los padres de la junta colegial promueven la discriminación de sexo en el caso de Gavin Grimm?
2. ¿Qué medidas pueden tomar las instituciones para facilitar y garantizar la inclusión de los transgénero en la sociedad?
3. ¿Cree que otras empresas deberían incluir políticas para la protección de los empleados transgénero?
4. Además del ámbito académico y laboral, ¿en qué otros ámbitos son discriminados los transgénero?