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Los autores de @Prodavinci regalan estos libros (y estas flores) en el #DíaDelLibro

Por Prodavinci | 23 de abril, 2015

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Cada 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. Este día fue escogido por la Organización de las Naciones Unidas en conmemoración a la fecha de la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, con la intención de fomentar la lectura. Cada año, además, es escogida una ciudad como Capital Mundial del Libro. En 2015 el homenaje recayó sobre Incheon en la República de Corea, por su programa encaminado a promover la lectura entre los jóvenes y los sectores desfavorecidos.

Las primeras noticias de la celebración de este día provienen de España, cuando en 1923 el escritor Vicente Clavel Andrés le propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona declarar el 23 de abril el Día del Libro, el mismo día que se celebra el Día de San Jorge, patrono de la ciudad. Oficializado en 1930, se formó una tradición de intercambiar flores y libros en la festividad de San Jorge.

Para celebrar el Día del Libro, en Prodavinci solicitamos a nuestros colaboradores que pensaran en un libro para regalárselo a otro colaborador y una flor por alguno de los textos publicados en Prodavinci. Acá podrá conocer sus respuestas (que fueron agregadas según el orden en el que fueron enviadas a la redacción), destacando lo difícil que es regalar un sólo libro a una sola persona. Usted podrá leer todos los artículos recomendados por los autores haciendo click en el enlace referido, pero también los invitamos a comentar a cuáles de nuestraos colaboradores les regalarían un libro o una flor.

Raffalli Collage

Cristina Raffalli. A mi amigo Roberto Mata, de quien creo conocer los gustos de lector, le regalaría Sula (1973), de Toni Morrison, y The dying animal (2001), de Philip Roth, porque son novelas que pueden ser leídas como retratos de sus personajes, así como algunos retratos de Roberto pueden ser leídos como novelas. Al maestro Alberto Salcedo Ramos no le regalaría una rosa sino un jardín sembrado de cayenas. Para leer los artículos de Cristina Raffalli haga click acá.

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anabella collage

Anabella Abadi. El libro a regalar es Momentos de inadvertida felicidad, de Fracesco Piccolo, una colección de recuerdos sobre algunas de las pequeñas cosas que vivió y experimentó en su quehacer diario y en las cuales encontró pedacitos de felicidad, sin querer queriendo. Creo que es una buena manera de ver la vida, sobre todo en medio de la complicada situación que vive el país. El libro se lo regalaría al colaborador más importante de todos: los lectores de Prodavinci. Y la flor se la doy al equipo de #MonitorProDaVinci, porque sé lo titánica que es la labor de monitorear el tsunami diario de información que se genera en Venezuela y el mundo, determinar (con pinzas) las piezas de información que pueden ser útiles y presentarlas de manera sencilla. Los escritos de #MonitorProDaVinci los valoro muchísimo y por eso les hago honor a sus escritores con esta flor. Para leer los artículos de Anabella Abadi haga click acá.

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Julio Simón Castro Mendez collage

Julio Castro Mendez. Para Roberto Mata, Principios y práctica de la medicina (1892) de Sir William Osler, probablemente el médico mas influyente del siglo XX. Fue el creador de los estudios modernos de medicina en el nuevo mundo y fundador de la cátedra de medicina de la Universidad de John Hopkins. Uno de sus grandes aportes fue la utilidad del examen clínico al lado del enfermo. Describió muchos síntomas y enfermedades por una capacidad impresionante de captar detalles al lado del enfermo. Era capaz de diagnosticar por pequeños matices o sombras de la piel una variedad importante de enfermedades. En la era digital, tener la capacidad de vislumbrar la enfermedad (incluso las del espíritu) con una fotografía requiere de una sensibilidad especial. Estoy seguro que Roberto Mata disfrutaría mucho esa lectura y sus famosos aforismos que hoy todavía citamos a diario: “El valor de la experiencia no está en ver mucho: está en ver sabiamente”. Y una rosa para Anabella Abadi, por mujer joven: la rosa de la leyenda de San Jorge nace de la sangre del dragón muerto por la espada del santo. También la capilla construida en su honor tenía un agua con capacidad para curar a los enfermos y, por si fuera poco, San Jorge es el patrono de los scouts y ella esta “siempre lista , siempre de primera” para el trabajo productivo. Para leer los artículos de Julio Castro Mendez haga click acá.

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Naky Soto collage

Naky Soto. Para que no olvide los colores que conocimos, aunque de los creyones queden toconcitos y el papel esté tan escaso, y para que siga narrando y estimule a otros a leer, mientras pasa la sequía y llega la lluvia, voy a regalarle El color de la arena, de Elena O’Callaghan, a Héctor Torres. Es un arte noble dibujar con palabras. Y en este ir y venir de la cueva del dragón, la tarea de forjar nociones es una contribución invaluable, para no olvidar que las leyes son espadas que contienen la furia del poder, para que seamos muchos rescatando nuestra institucionalidad. Vaya mi rosa a José Ignacio Hernández, con sopotocientos pétalos de agradecimiento. Para leer los artículos de Naky Soto haga click acá.

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Luis Carlos Collage

Luis Carlos Díaz. Mi colaboradora favorita es Anabella Abadi. Sin duda. Le regalaría un libro como Seda (1996), de Alessandro Baricco, porque es un viaje y un estado de ánimo. La flor iría para Sumito Estévez y sus pasiones por la marca país gastronómica. Sería una flor de auyama, porque las rosas están caras y la flor de auyama se cocina muy bien. Para leer los artículos de Luis Carlos Díaz haga click acá.

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DAG 640 collage

Diego Arroyo Gil. Juan Goytisolo acaba de entregar los manuscritos inéditos de dos libros para que sean custodiados en una bóveda que no se abrirá hasta enero de 2031. Willy McKey, esta es mi promesa: el 23 de abril de 2031, te regalaré esos libros. Entonces habremos sobrevivido a la barbarie, ¡Dios mediante! Mi flor es para Milagros Socorro, por su columna #UnaFotoUnTexto. Para leer los artículos de Diego Arroyo Gil haga click acá.

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Gaby Arenas

Gaby Arenas. Regalaría El Hambre de Martín Caparros y El Principito de Antoine de Saint Exupéry. El primero porque me encanta la idea de ver a mis dos colaboradores favoritos enfrentados al otro, a la idea del otro, de aquel que no soy yo o no es quien amo. Enfrentarlos desde ese periodismo que muestra y no espera cambiar, pero que finalmente sí influye. El Hambre nos enfrenta a la pobreza, al fracaso y a la miseria, confrontándonos con la idea de cuánto hacemos o cuánto podemos hacer. Luego de esta lectura, no necesariamente ligera, les dejaría El Principito, porque sí: es cierto que fracasamos infinitamente en muchas cosas, pero también es cierto que creamos cosas, espacios e interacciones maravillosas. Siempre se puede influir, cambiar y crear, aunque sea desde las historias y las palabras. Para mi estos dos colaboradores influyen, cambian, crean y lo hacen con un estilo y una no certeza que aprecio: son Leo Felipe Campos y Willy McKey. La flor se la regalaría a Militza Zúpan, por ese texto maravilloso sobre “El diagnóstico de Pablo“. Creo que cualquier mamá en el mundo estaría de acuerdo conmigo al decir que la flor es para ella por su franqueza, por la valentía de narrarse desde una posición tan difícil y aún así hacerlo tan bien hecho. Para leer los artículos de Gaby Arenas haga click acá.

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Tomás Straka

Tomás Straka. El libro se lo regalo a Gisela Kozak: La nueva clase, de Milovan Djilas. La rosa, no por uno, sino por el conjunto de su escritura, a Federico Vegas. Para leer los artículos de Tomás Straka haga click acá.

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Aglaia Berlutti Collage

Aglaia Berlutti. Regalar un libro, sin duda, es el mayor acto de amor. No solamente obsequias un sueño sino una amistad eterna. Eso lo aprendí siendo muy joven, tanto como para aventurarme en ese laberinto impreciso de encontrar un hogar en las palabras. De manera que cuando escoges un libro para obsequiar no sólo se trata de la idea que contiene, sino de esa visión del otro que refleja, el mundo interior que intenta describir.  Por todo lo anterior me encantaría obsequiarle la saga Crónicas del Señor de la Guerra, de Bernard Cornwell, a nuestro editor Ángel Alayón, apasionado de los intricados juegos de poder ambientados en escenarios insólitos. La obra muestra una visión distinta sobre el ciclo histórico artúrico y, también, sobre la forma en la que el poder construye la historia a partir del triunfo y la derrota. Una reflexión sobre la política como ingrediente fundamental de la identidad universal.  Y mi rosa de palabras es para Piedad Bonnett, por su artículo Sexo duro, sexo rosa, por su análisis sobre las complicadas implicaciones de la sexualidad, el poder, el temor y el tabú en nuestra cultura. Un acercamiento lúcido sobre lo que asumimos imprescindible en esa sociedad de consumo tan determinante al momento de comprendernos como cultura. Para leer los artículos de Aglaia Berlutti haga click acá.

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Nolan Rada Collage

Nolan Rada Galindo. Le regalo a Marcy Rangel Todas las historias (2011), de Enric González, editado por RBA. Este libro es tres en uno: Historias de Londres (1999) Historias de Nueva York (2006) e Historias de Roma (2010). Es una manera de conocer esas ciudades, sus glorias y sus miserias, de escuchar los pasos de sus habitantes, oler sus calles y saborear sus comidas, a través de una excelente pluma que, además, va soltando lecciones sobre periodismo. Regalo una flor a Boris Muñoz por su entrevista a Leopoldo López. La valoro como un artefacto periodístico muy potente que debería estudiarse y discutirse en las Escuelas de Comunicación y en las redacciones periodísticas. Quienes empezamos en el periodismo estamos obligados a revisarlo [al igual que “La alergia del Gabo“] porque no sólo es un medio hacia el conocimiento, sino también un estímulo, un puente hacia riesgos periodísticos en beneficio del lector. Para leer los artículos de Nolan Rada Galindo haga click acá.

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Dias Asimov

Jonathan Dias. Crear un universo con sus propias estructuras sociales, formas culturales y complejidades de forma coherente que logre un pacto de verosimilitud con el lector es una de las cosas que todo fanático del sci-fi aprecia. Por el interés que le presumo por los universos fantásticos y bien elaborados, regalaría a Albinson Linares uno (o varios) de los títulos de la Saga de la Fundación de Isaac Asimov. Regalo una flor a Boris Muñoz, por su sentido texto sobre su padre, el poeta Rafael José Muñoz. Con esa confesión elegante y justa del amor y el dolor, convirtió sus memorias en una pieza magistral. Para leer los artículos de Jonathan Dias haga click acá

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Marcelino Bisbal

Marcelino Bisbal. Al colaborador y miembro del equipo del portal Prodavinci Willy McKey le regalaría un libro. No solamente por ser un buen y acucioso lector, sino porque el libro que le voy a regalar creo que lo disfrutaría en grande. Se trata de Dublinesca del escritor español (catalán para más señas) Enrique Vila-Matas (Editorial Seix Barral. En la colección Biblioteca Breve. España 2010). Además se lo regalo porque este texto de Vilas-Matas trata sobre la vida de un editor retirado que se ha quedado enclaustrado en las cuatro paredes de su apartamento y el único contacto que tiene con la realidad es a través de su computadora y una que otra conversación con su esposa. Apenas se asoma para ver el paisaje de su Barcelona, donde se encuentra su piso. Riba, el personaje, es un hikikomori: tiene la obsesión de viajar a Dublin, al corazón mismo de Ulises de Joyce, para llevar a cabo un réquiem por la era de la imprenta. Por el fin de la “galaxia Gutemberg”. Se trata de un estupendo libro para que Willy lo lea y recuerde así como pareciera que estamos llegando al fin de una época de la literatura. Además, el recorrido que hace Vilas-Matas sobre novelas, escritores… es todo un lujo para alguien como McKey, que es un enjambre de referencias literarias. ¡Seguro lo disfrutaría! Más allá del sentido apocalíptico del texto sobre la literatura y de la sociedad escrituraria. A la colaboradora Piedad Bonett, colombiana tengo entendido, le regalaría una flor por alguno de los textos que le he leído, pero especialmente por aquel dedicado al semanario Charlie Hebdo que llevó por título “Humor, Civilización o Barbarie”. Aunque también le regalaría la flor por otro texto reciente: “¿De qué hablamos cuando hablamos de cultura?“. Para leer los artículos de Marcelino Bisbal haga click acá.

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Gerardo Guarache

Gerardo Guarache. A Naky Soto, a quien de vaina conozco, le regalaría una flor por aquella nota “Alfredo Sadel: aquel cantor, estos públicos“, publicada en agosto del año pasado. Y a Aquiles Báez, por quien siento especial aprecio y a quien leo con atención cada vez que reflexiona sobre la música (y el ruido) que suena en nuestros días, le regalaría cualquier compilado de cuentos de Julio Cortázar que contenga “El perseguidor”, porque allí no sólo se asoma su fascinación por el jazz sino que le hace un guiño a Charlie Parker en los tiempos en los que a su saxo “se le ha roto el alma”. En gente como Aquiles el instrumento se convierte en una extensión de su existencia, en un músculo, en una especie de corazón de repuesto. Para leer los artículos de Gerardo Guarache haga click acá

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Marcy

Marcy Alejandra Rangel. Le regalaría El Bravo Tuky a Rita Indiana, porque me causaría una enorme curiosidad verla acercarse a la cultura del país no solo desde la sociología, sino desde la perspectiva lúdica del baile, la música estruendosa, el “nosotros venezolano”. De pronto, luego de leer esa metáfora del país, encontramos muchas más similitudes de las que pensamos con el suyo, con la América Latina rumbera, exótica y excitante, quizá bailando en vivo en un barrio caraqueño. ¿Por qué no? Le regalaría una flor a Albinson Linares por su crónica “La tarde en que murió el escritor más querido del mundo“, que siempre recuerdo por el gran ejemplo de emotividad y narrativa que mezcla ahí, en esa suerte que tuvo de haber estado ese día y haberlo enfocado como lo hizo. Y ya que estamos, le daría otra a Willy McKey por sus relatos sobre la cultura pop que nos define (llámese concierto, recuerdo de televisión, poesía o política) y por darme la oportunidad de aprender, escribir en este portal y convertirse en mi editor. Para leer los artículos de Marcy Alejandra Rangel haga click acá.

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Willy McKey

Willy McKey. Quisiera regalarle a Fernando Mires un tomo bonito de alguna compilación de los mapas de Venezuela que hizo Agustín Codazzi y a Federico Vegas la edición que dedicó la editorial Taschen a la obra de Walton Ford. Y a Gisela Kozak el epistolario de Marguerite Duras (ella sabe por qué). Y mando dos flores a México: la primera es para Amira Saim, por aquel texto que demostró que saber de moda y saber de fútbol no es algo incompatible; la segunda es para mi hermano Albinson Linares, con el fin de que se la acerque a la tumba de Gabo cuando recuerde la bonita y triste crónica que hizo del duelo vivido frente a su casa en México durante la última Semana Santa en Macondo. Pero hay algo más: a Ángel Alayón, Nolan Rada, Rodrigo Marcano y Jonathan Dias les prepararía una gran fideuá de mariscos, para celebrar con cava bien frío el hecho de poder escribir juntos y a diario. Para leer los artículos de Willy McKey haga click acá.

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Saim 640

Amira Saim. Yo le regalaría a Willy McKey El Principito de Antoine de Saint Exupéry, porque mi mamá una vez me contó que ése era un libro que había que regalarle a gente especial para que así cuando alguien lo viera en la biblioteca de esa persona supiera que tiene a otro en el mundo que lo quería muchísimo. Y le regalaría una rosa a Jordi Carrión por quitarme la culpabilidad de leer menos y ver más TV. Para leer los artículos de Amira Saim haga click acá.

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Roberto Mata

Roberto Mata. Mi regalo es para Laura Solórzano y el libro es Image Makers, Image Takers: The Essential Guide to Photography by Those in the Know. Está muy interesada en hacer fotografía y creo que es fundamental leer a los fotógrafos, tratar de entenderlos. Le regalo una flor a Federico Vegas que con frases cortas ha sido un gran estímulo en mis nuevas aventuras de hacer fotos y escribir leyendas largas, a veces muy largas. Para leer los artículos de Roberto Mata haga click acá.

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Los autores de @Prodavinci regalan estos libros (y estas flores) en el #DíaDelLibro 640J

Laura Solórzano. Mi libro es para Anabella Abadi: Dejen todo en mis manos, de Mario Levrero, un uruguayo con un sentido del humor bastante particular. No se parece a los uruguayos depresivos. Se lo regalaría a Anabella porque, aunque en Prodavinci sólo conocen su lado serio economista, yo conozco muy bien su lado del humor y sé que es un libro que disfrutaría muchísimo. La flor se la regalaría a Roberto Mata, no sólo por ser uno de los mejores fotógrafos venezolanos de esta época, sino también por ser un tipo con un alma increíble, un humor que hace cualquier situación caótica una situación vivible. También le regalaría el libro Vida de escritor, de Gay Talese, para que siga desarrollando su vena de escritor. Para leer los artículos de Laura Solórzano haga click acá.

Prodavinci 

Comentarios (3)

Estelio Mario Pedreáñez
23 de abril, 2015

Le regalaría a la brillante y bella Anabella Abadi, una mente analítica y rigurosa, capaz de explicar las cosas con precisión y claridad, la rosa y también dos (2) libros: El primero, lleno de imaginación, es “Palabras de Opoton el Viejo” (1968, en catalán “Paraules d’Opoton el Vell”), una de las mejores novelas que he leído, del genial escritor español (catalán para ser más exactos) Avel-lí Artís-Gener, más conocido como “Tísner” y esta obra, que el consideró la mayor de su narrativa, no solo expone su extraodinaria condición humana, su mente abierta y su pensamiento libertario, sino que nos muestra las contradicciones, dogmas y relativismos de nuestra cultura con el pretexto de la mirada de un azteca ante el mundo europeo. “Tísner” cuenta la odisea de un guerrero mexica que viaja a Europa antes del Descubrimiento de América, capitaneando una expedición por orden real en barcos de remos, cruzando el Atlántico en busca del Dios Quetzalcoatl (“La Serpiente Emplumada”) para servirle de escolta en su regreso al Imperio Azteca, y allí, en Europa, los confunden con peregrinos devotos de Santiago y viven extraordinarias aventuras y sólo Opoton logra regresar a México, así como sólo Odiseo regresó a Ítaca en la inmortal obra de Homero, “La Odisea”. “Tísner” vivió 25 años en México y conoció mucho de su historia, leyendas y cultura, lo que le permitió escribir tan genial novela, que tiene ecos del milenario poema épico “La Odisea”. Y el segundo libro es “Fuegos Bajo el Agua” (1983), pura erudición, del insigne Isaac Pardo, una aventura del intelecto por la aspiración humana de buscar, a través de la Historia, la inposible Utopía, el “Paraíso en la Tierra”. Y al lúcido Alonso Moleiro, hombre de extraordinaria capacidad intelectual, capaz de ofrecer sus luces en la oscuridad, Las Obras Completas de Jorge Luís Borges, uno de mis libros favoritos, que seguramente ya leyó, pero siempre es bueno leer con calma. Pensándolo bien, también le regalaría a Anabella Abadi las Obras Completas de Borges. Porque es uno de los mejores regalos que puedan darse.

Elisabeth Roosen
23 de abril, 2015

Yo le regaló una flor, la más bonita, a Anabella Abadi que me hizo sentir bien con su regalo!!! Gracias.

Elisabeth Roosen
23 de abril, 2015

Como asidua lectora de la mayor parte de los artículos de este maravilloso blog, le regaló una hermosa flor a Anabela Abadi que pensó en nosotros como parte del equipo.

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