El diario venezolano El Mundo publicó en su página web un extracto de una entrevista realizada por Correo del Orinoco al ex-presidente del ya extinto organismo de protección al consumidor Indepabis, Eduardo Samán. En esa entrevista se hace patente el rechazo de Samán a la aplicación de dispositivos captahuellas para racionar la compra de alimentos, teniendo como argumento principal que un sistema de racionamiento no puede ser la solución de lo que él llama “un problema social”. Incluso, señala que fallecido presidente Hugo Chávez “nunca estuvo de acuerdo con eso”.
Samán no se queda en la crítica y propone una medida que según él “se debería tomar inmediatamente”. Su idea consiste en “reducir a la mitad el horario de la administración pública y sacarlos a la agricultura. Suspender las clases, total o parcial, y sacar la gente a la producción. Cultivar las tierras que tengamos disponibles, sean de quien sean”.
El ex funcionario también manifestó que el hecho de tener una economía que dependa de la importación de productos terminados o por ensamblar es un problema que ocasiona que los empresarios pidan dólares al Estado para producir alimentos. Aunque la propuesta de Samán para enfrentar la escasez de alimentos todavía no ha sido desarrollada, asoma la idea de que la fuerza principal que sería desplazada a la labor de la tierra serían los empleados públicos y, junto a ellos, los estudiantes de los colegios públicos. Todos se integrarían a la producción en parte del tiempo que hoy ocupan en sus oficios o clases. Hay que recordar que medidas similares han sido aplicadas en modelos socialistas, pero tienden a ubicarse en un marco punitivo.
Con este contexto, le preguntamos a nuestros lectores: ¿está de acuerdo con que la jornada de los trabajadores públicos disminuya y ese tiempo se ocupe, según la propuesta de Samán, en el trabajo de la tierra?