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La crisis del agua embotellada en Venezuela; por Angie Contreras C.

El control de precios seca a la industria embotelladora de agua; por Angie Contreras C. 640

1. El agua. Mientras la inflación avanza mes a mes, los precios de los productos que están sometidos al control se mantienen rezagados. Esa incapacidad para cubrir los costos, está pasando factura a la producción de rubros básicos y así se percibe en el mercado. El 30% de las empresas embotelladoras ha cesado su actividad y eso ha reducido la oferta de este producto en el mercado nacional. Las empresas que aún se mantienen sólo tienen capacidad para atender 50% de la demanda del sector, según reflejan las cifras de la Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (ANBER). En resumen, la situación de la industria embotelladora de agua es crítica y la regulación de precios se hace insostenible para estas empresas.

Con el objetivo de incentivar la producción, las empresas han solicitado a la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) que se revisen los precios del agua envasada, actualmente regulados en todas sus presentaciones, de modo que además de cubrir los costos permita que la actividad sea rentable y sostenible en el tiempo.

Los precios del agua envasada, al igual que los de otras 18 categorías de productos entre cuidado personal, de limpieza del hogar, jugos y compotas de frutas, fueron congelados en noviembre de 2011 por la extinta Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop), en el marco de la promulgación de la Ley de Costos y Precios Justos. Esos precios se mantuvieron congelados durante 30 meses, período en el que los costos de producción subieron de manera exponencial, influenciados fundamentalmente por las regulaciones en materia laboral, cambiaria y aumento en el flete del transporte, y, en general, por el entorno inflacionario.

2. Algunas cifras. Durante esos dos años, el salario mínimo subió 175% y entró en vigencia la nueva Ley Orgánica del Trabajo, que implicó un aumento significativo de los costos laborales de las empresas. Además, los costos de empaque aumentaron 175%, las resinas pláticas (que las provee el Estado) subieron 180%, el flete del transporte en 195% y las tapas plásticas registraron un salto de 490% en ese mismo período. Los costos de planta (sin incluir la materia prima) registran una variación de 174% y el tipo de cambio preferencial se devaluó de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar.

Desde que se reguló el precio, el aumento promedio en los costos fue de 140%, de acuerdo con información publicada por ANBER. Sin embargo, luego de 30 meses de precios congelados, el Ejecutivo Nacional aumentó los precios del agua embotellada en todas sus presentaciones en un 57%, un incremento que resultó a todas luces insuficiente para cubrir el 140% de incremento de costos.

El gremio ha argumentado que el agua embotellada no es un producto de primera necesidad, debido a que “atiende ocasiones de consumo muy específicas” y por lo tanto no debería estar regulado. Sólo el 13% del agua que se consume en el país proviene de agua embotellada en presentaciones de cinco litros o menos “y es el único segmento sujeto a regulación de precios”.

Las industrias embotelladoras de agua envasada han solicitado a la Sundde que revise nuevamente las estructuras de costos, con la finalidad de ajustar precios que reconozcan el incremento de costos que se ha registrado desde junio y compensar el rezago. El objetivo es garantizar la permanencias de las empresas que siguen operando y que se reincorporen las que se vieron obligados a cesar sus operaciones por falta de rentabilidad.

La escasez producto de la disminución en la oferta se refleja en los datos. De acuerdo con información de la encuestadora Nielsen, en octubre de este año, la escasez de agua embotellada era de 51%, mientras que en noviembre de 2011 el abastecimiento era normal.

3. De fondo. El Gobierno mantiene controlados los precios de una gran cantidad de productos en el sector de alimentos, artículos de higiene personal, productos de limpieza, medicinas, materiales de construcción, entre otros, cuya oferta se ha reducido considerablemente a lo largo de trece años de regulación.

Fuentes del sector industrial expresaron que en años anteriores, cuando la inflación era menor a la actual, las empresas podían mantener temporalmente la producción pese a que los precios estaban rezagados y no cubrían los costos de producción. Pero en la actualidad, con una inflación acumulada entre enero y agosto de 39% y anualizada (agosto 2013 e igual mes 2014) de 63,4%, se hace inviable para las empresas es “seguir produciendo a las pérdidas”.

Esta situación ha impedido que las empresas puedan invertir en mejoras y ampliaciones en las plantas, para aumentar la producción y atender la demanda que crece al mismo ritmo que lo hace la población.

En los últimos dos años, el rezago en los precios se ha mantenido pese a que la inflación se ha mantenido en constante ascenso. En 2013 y principio de 2014, hubo pocas autorizaciones de aumento, lo que derivó en aumento de la escasez, fundamentalmente en alimentos, medicinas y productos de cuidado personal y mantenimiento del hogar, que todavía son perceptibles en el mercado nacional. Cifras de Datanálisis señalan que la escasez de alimentos regulados en la ciudad de Caracas es de 70%.

El índice de escasez es uno de los indicadores que dejó de difundir el Banco Central de Venezuela. El último dato del ente emisor difundido en abril de este año, ubicaba la escasez general en 25,3%, mientras que en alimentos se situó en 22,5%.

Los sectores que son objetos del control de precios han exhortado al Ejecutivo nacional migrar a un sistema administrado de precios, en el que las revisiones de las estructuras de costos se realicen de forma periódica y ajustados a la realidad de cada uno.