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3 notas sobre el aumento de la pobreza en Venezuela, por Ángel Alayón

Por Angel Alayón | 24 de mayo, 2014

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Ochenta noches seguidas con el Estadio Universitario de Caracas lleno a su máxima capacidad, como si se jugara una final Caracas-Magallanes. Ésa es la cantidad de pesonas que del 2012 al 2013 han descendido a la pobreza en Venezuela de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística: 1.795.884 venezolanos.

Ninguno de ellos ha llegado allí para ver un espectáculo, sino para vivir en una condición que implica no contar con los ingresos suficientes para comprar lo mínimo, lo necesario, lo básico.

La expansión de los ingresos petroleros y del gasto público apuntaló un proceso de reducción de la pobreza a partir de 2004. Y eso se tradujo en popularidad para el presidente Hugo Chávez. Precios petroleros crecientes permitieron un crecimiento del consumo de los venezolanos, sólo comparable con los tiempos del primer periodo presidencial de Carlos Andrés Pérez.

Pero la estabilización de los precios del petróleo, la caída de la producción petrolera nacional, los compromisos que generan un gasto público creciente, el financiamiento del Banco Central de Venezuela a PDVSA y otras empresas estatales, un modelo cambiario insostenible, la disminución de la producción de las empresas estatizadas y un sector privado ahogado en deudas y regulaciones, se combinan ahora para mostrarnos la fragilidad de la propuesta económica de la revolución.

En ausencia de un shock externo, en ausencia de una caída dramática de la actividad económica, la pobreza en Venezuela aumenta de forma considerable. La calidad de vida deteriorada por esos viejos dragones: la escasez y la inflación.

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El aumento de la pobreza en Venezuela es mayor al que indica el Instituto Nacional de Estadística. ¿La razón? La presencia del fenómeno de la escasez.

Cuando hay escasez, los datos de inflación pierden la capacidad de reflejar el verdadero costo de los bienes y servicios para los ciudadanos. No se trata de una manipulación política del indicador: se trata de que el indicador de inflación subestima los precios de los bienes y servicios debido a la escasez. Porque, ¿cuál es el precio de un producto que no existe? ¿Cuál es el precio de un producto en el que la escasez alcanza el 100%?

El precio de algo que no existe es infinito.

Nadie puede pagar lo que cuesta un producto que no está. Cada punto de escasez incrementa el costo de adquisición total de un producto. Y ese incremento del costo total de adquisición es la suma del precio del producto más todos los costos de transacción involucrados en esa competencia con obstáculos en la que se ha convertido comprar cualquier bien en Venezuela.

Ese costo lo percibimos en las colas, en el tiempo que dedicamos a conseguir lo que necesitamos, en el precio que imponen los buhoneros y hasta en los costos psicológicos de la escasez.

En una economía de escasez creciente, el verdadero poder adquisitivo de los ciudadanos se deteriora a una velocidad mayor de la que sugieren las cifras oficiales de inflación.

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Ante el abismo, nada se gana con calcular la velocidad de la caída. Estando allí, es mejor retroceder por el filo de los dogmas y asumir la posibilidad de rectificar, ir en una dirección que no tenga como principal característica de los logros su fragilidad.

Una dirección en la que salir de la pobreza equivalga a una mayor libertad y no al efímero triunfo de lo volátil.

Una dirección en la que la pobreza sea apenas un recuerdo de algo que fue pero no debe ser.

Angel Alayón es economista. Puedes leer más textos de Angel en Prodavinci aquí y seguirlo en twitter en @angelalayon

Comentarios (7)

angel lacret
24 de mayo, 2014

El enlace en el primer párrafo está roto

Iñaki Matanza
25 de mayo, 2014

“Ochenta noches seguidas con el Estadio Universitario de Caracas lleno a su máxima capacidad, como si se jugara una final Caracas-Magallanes. Ésa es la cantidad de pesonas que del 2012 al 2013 han descendido a la pobreza en Venezuela … ” Aprovechando la metáfora, y sentando en cada asiento un millón de dólares, ¿cuántos estadios harían falta para cobijar todo robado en los últimos 15 años?, ¿cuántos para sentar a todas las víctimas del hampa?, ¿cuantos para encerrar a todos los futuros “privados” de libertad y de futuro que costearan esta revolución bonita?

PEDRO PEREIRA ALTUNA
25 de mayo, 2014

ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO CON ANGEL ALAYON EN ESTE ARTICULO. SOY PROFESOR DE LA USB Y HABLO BASTANTE CON MIS ALUMNOS DE ESTAS COSAS, PARA TENER LA VISION DE JOVENES QUE ESTAN ALREDEDOR DE LOS 20 AÑOS O UN POCO MAS Y COMPARARLA CON MI VISION QUE SOY DE UNA GENERACION ANTERIOR Y LA VERDAD ES QUE COINCIDIMOS EN MUCHAS COSAS. LO UNICO A AGREGAR AL ARTICULO QUE OBVIAMENTE NO SE PUEDE MEDIR TAMPOCO ES EL TERRIBLE DETERIORO EN LA CALIDAD DE VIDA DE TODOS LOS VENEZOLANOS, QUE POR UNO U OTRO MOTIVO, DECIDIMOS SEGUIR VIVIENDO AQUI, SOPORTANDO LAS SITUACIONES MAS HUMILLANTES Y ABSURDAS A LA HORA DE COMPRAR LOS ALIMENTOS.

Andres
25 de mayo, 2014

Pues los logros sociales del invento de chavez, socialismo siglo XXI, se han disminuido. Esos inventos sociales tienen su costo, y son muy costosos. Ahí esta la UCV, una gran universidad con muchos problemas de presupuesto; es insegura, profesores mal pagados, ect. La educación superior debiera ser paga o por lo menos subsidiada por el estado, no gratis. En la UCV muchos estudiantes q se graduan se van del país, (medicina), q están haciendo? Hay muchos estudiantes dispuestos a pagar, se puede ver en los institutos y universidades privadas llenas de estudiantes, muchos trabajan y estudian. Es lo q están aplicando en Chile, la educación superior tiene su costo. Lo cierto es q tenemos el socialismo mas costoso del mundo. y todos lo estamos pagado caro. El aumento de la delincuencia es inevitable, de los problemas sociales; violencia familiar, secuestros, prostitución.

Jose Luis
26 de mayo, 2014

El verdadero indicador de pobreza es la escasez y está en las enormes colas que se ven, especialmente los sabados (que la gente tiene un poco más de tiempo libre), a las puertas de los supermercados del gobierno. ¿Si de verdad a la gente le alcanzara la plata se calaría esa humillación? ¿Si de verdad a la gente le alcanzara la plata no pagaría un par de bolívares más por un producto en otro canal de distribución para no tener que someterse a esa vejación?

Cuando suceden catástrofes naturales las personas deben hacer enormes colas por alimentos, no importa si tienen dinero o no, porque en ese preciso instante, donde los insumos fallan por la tragedia, EL DINERO NO TIENE MAYOR VALOR. Igual pasa aquí pero sin catástrofe natural.

Es obvio que la gente soporta 3 o 4 horas de cola porque de otra manera tendría que pasar hambre.

Más de 100 mil millones de dólares por año en los últimos 10 años por ingresos petroleros para tener al pueblo pasando semejante trabajo! Eso es una vergüenza!

alfredo bozo
26 de mayo, 2014

La experiecia de destrucción revolucionaria , fue más al principio potencial que empírica, ya no se trata del arcaico de en un “simple y llanamente” si no del como a razón de verdad intrínseca, pues si bien la pobreza disminuyó parcialmente, su antítesis hacia de las suyas, la inseguridad se desbordaba con mórbida fruición y utilizando como musa a la discursiva de malandro envalentonado, desgastada de un Chavez, ahora bien echándole un somero vistazo a la mezcolanza inflación y escasez , quien conciba socio-económicamente la escasez pasando por Gary becker o por qué no? El mismísimo Joseph stiglitz estaría más que aterrorizado, consternado pues se debe reevaluar cuáles son las fuentes del crecimiento económico. Si las bases del crecimiento económico radican en la ciencia y la tecnología y no en la especulación de bienes raíces o de los mercados financieros, entonces es necesario realinear los sistemas tributarios , sin tartajeo ideológico alguno que impida que se resuelva mediante el encuentro político de gran aspiración histórica para sentar bases , cueste el dogma que cueste y así detener la potencial distopia radioactiva que se nos viene , por exponer al dogma cual absoluto genuino de destrucción que sin duda alguna lo es.

José Carlos
26 de mayo, 2014

En Venezuela, el petroleo ha dado lugar a una política de subvenciones, y a un sostenimiento imparable de un sector social cada vez más numeroso y dependiente. La revolución comienza a desvanecerse y hundirse por haber terminado con una gran parte de sus cimientos culturales, su inflexibilidad y la rigidez de un proyecto de igualdad pretendido sin libertad, una utopía sólo soñada, que no deja de ser evidente por la cada vez más alarmante pobreza. La única rectificación posible, es la que ha de llegar a través del diálogo con todos los grupos políticos. Venezuela tiene entre sus hijos excepcionales personas de este nuestro mundo, hablemos con ellos, entre todos podemos salir de la grave situación que nos afecta. Necesitamos urgentemente nuevos órganos de escucha.

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