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Los trabajos de Henrique Capriles Radonski, por Boris Muñoz

Por Boris Muñoz | 17 de diciembre, 2012

Exclusivo para Prodavinci.com/ La noche del 7 de octubre, Henrique Capriles Randonski se enfrentó a un resultado que no esperaba y para el cual no estaba preparado. Eso lo forzó a reconocer el triunfo de Chávez con apresuramiento en un discurso que no estuvo a la altura de su formidable campaña. Luego debió tomar una decisión que entrañaba un riesgo enorme: presentarse como candidato a las elecciones regionales descendiendo varios peldaños en su liderazgo para enfrentar a un candidato sin trayectoria electoral ni carisma propio como Elías Jaua, luego de medirse con un peso pesado como Chávez. Puede ser contrafactual y acaso ocioso preguntarse si lanzando a Carlos Ocariz –a quien las encuestas daban perdedor frente a Jaua-, Capriles se hubiese encontrado en una mejor situación para hacer valer el 45% de los votos que obtuvo y dedicarse a animar a los votantes en Miranda y otros estados. Puede ser contrafactual, digo, pero hay que preguntarse si con Capriles como líder nacional se hubiera logrado obtener un resultado menos pobre y nocivo para la oposición.

Es una pregunta inquietante que fatalmente hay que hacerse para calibrar con propiedad el peso y las consecuencias de su decisión.  En el contexto de un chavismo decidido a descabezarlo y dejar de nuevo a la oposición acéfala, optar por la gobernación fue una decisión muy razonable.  Y, de hecho, de no haber competido, el riesgo de perder Miranda hubiese sido aun mayor. Es un logro muy significativo que no haya sido así. Por otra parte, la pregunta entraña otras que deben ser formuladas a la oposición, de momento hecha añicos por intereses grupales y partidistas que han sido evidentemente aplastados el 16-D.

Por donde se vea el resultado del 16-D es una paliza. El gobierno dominó claramente el mapa al arrebatarle a la oposición gran parte de sus dominios más preciados: Zulia, Carabobo, Táchira y un bastión pequeño pero simbólicamente relevante como Nueva Esparta. Eso consolida una trayectoria marcada por Chávez y le da a su corporación política la delantera en la construcción de un control territorial basado en las gobernaciones y las maquinarias locales. Es un logro nada desdeñable y tienen razón para celebrarlo. Sin embargo, varios de sus gobernadores salvaron el pellejo de chiripa. Hay además una pésima noticia para el chavismo, una que empaña otra vez la cacareada victoria perfecta. El gobierno necesitaba un jaque mate para lograr la desmoralización absoluta de la oposición y allanar la ruta a las presidenciales de 2013 –si las hay. Henrique Capriles Radonski dio una lucha de Resistencia y sobrevivió al bombardeo incesante en su contra. Esto se traduce en que la sucesión de Chávez no será la carretera despejada y sin obstáculos que el chavismo deseaba y que, hoy más que nunca, necesita. Este es sin duda un motivo de celebración para los opositores.

Henrique Capriles tampoco ganó solo. Henri Falcón sobrevivió junto a él y ambos deben ahora llevar a la oposición a la lucha por la presidencia, en caso de que Chávez –como los signos lo sugieren- no siga al frente del gobierno.

Pero Capriles debe entender la primera lección que le enseña su victoria y atender siete tareas de las cuales dependerá su futuro político y el de la oposición:

1) Capriles debe tomarse un tiempo para una meditación reposada que lo lleve a entender cuál es su relación consigo mismo y qué puede ofrecerle como líder a la oposición y a Venezuela. Debe entender, por ejemplo, que para ser un líder nacional no es indispensable ostentar un cargo público, sino quizás todo lo contrario.

2) Recrear la unidad y rearmar la oposición: con Chávez fuera del día a día político, la oposición puede finalmente presentar un programa con profundidad política y social que no sea una mera reacción al chavismo. Pero esto solo logrará un resultado electoral inmediato en la medida en que la oposición –seriamente fragmentada–logre reconstituirse y mantenerse unida. La MUD, los liderazgos independientes, los regionales y tradicionales se necesitan mutuamente y no irán muy lejos dividiéndose aun más. La dialéctica de esta situación es muy clara: hay una crisis que es una oportunidad.

3) Leer al adversario y explicar momento político: una fallla tradicional del liderazgo opositor ha sido subestimar a Chávez y al chavismo y no saber presentar a la organización opositora una estrategia no solo electoral, sino también política para competir en el plano no solo de las realizaciones sino del proyecto de fondo. El liderazgo opositor debe dejar de abordar el proyecto político opositor como un asunto de cogollos y maquinarias para plantearlo y discutirlo como un gran debate nacional. Eso le dará sin duda un perfil mucho más amplio y democrático al discurso nacional que se ha desdibujado con sorprendente velocidad desde el 7-O. Pero también debe entender a cabalidad que el chavismo se encuentra en un laberinto y cuáles serán sus estrategias para, eventualmente, transitar hacia un chavismo sin Chávez.

4) Estos dos puntos convergen en la preparación para una campaña presidencial express que podría iniciarse en cualquier momento (si es que ya no inició) y para la cual el chavismo cuenta con los recursos y una maquinaria funcional y aceitada. Es por eso que Capriles y el liderazgo opositor deben comenzar a presentar en breve un mensaje bien diferenciado que los posicione como alternativa a un modelo chavista. Éste también, pese a sus victorias recientes, también está en crisis, y quizás no esté aun preparado para reinventarse sin su líder histórico.

5) No olvidarse de ser competitivos: parte de la explicación del triunfo claro, si bien no arrollador, de Chávez el 7-O fue que entendió que era necesario hacerse competitivo. El ejemplo más claro es la Gran Misión Vivienda que le dio obras tangibles para persuadir a quienes dudaban de su capacidad de gestión. Aunque hay muchas áreas en las que sin embargo la gestión chavista es un fiasco, la oposición tiene que hacer su mejor esfuerzo por garantizar gestiones exitosas no solo en Miranda, Lara y Amazonas, sino en el nivel municipal, que es la base de la estructura política.

6) Las condiciones electorales y el marco insititucional: la oposición se ha acostumbrado a jugar no solo en un terreno desnivelado, a causa  de la desproporción de los recursos, sino con un alto nivel de manipulación de las reglas de juego. Si la oposición es seria y quiere llegar a alguna parte debe entender que el cambio del CNE es una condición sine qua non de su supervivencia.

7) And last, but not least: todo esto implica vencer el reflujo y la inercia post 7-O y activar una movilización dirigida a producir cambios tangibles en las condiciones de la competencia política.

En su trayectoria al liderazgo nacional, Capriles Radonski se enfrenta a estos trabajos que, bien vistos, tienen algo de hercúleo, pero que son inevitables si quiere abanderar a la oposición y llegar a ser presidente de todos los venezolanos. La clave no está solo en abordarlos con maña política, sino escuchando a los venezolanos con sensibilidad, honestidad e inteligencia.

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La también: Venezuela: las duras maderas de la política; por Fernando Mires

Boris Muñoz 

Comentarios (13)

Pedro Mancera
17 de diciembre, 2012

Seguramente tratarán de adelantar las próximas elecciones lo máximo posible para aprovechar el impulso de ayer. Si es verdad nos dieron una paliza, no hay duda, pero el jaquemate no se dió y el juego sigue, a todos los que votamos por Henrique ayer no hay que dormirse , no nos conformemos con solo votar,participemos activamente en su campaña, esto tiene que ser un trabajo de todos no de una sola persona

Federico Paniagua
17 de diciembre, 2012

Ojalá, Boris, tus palabras tengan la repercusión que merecen. Saludos

Alfredo Padrón
18 de diciembre, 2012

No entiendo muy bien que puede hacer Capriles o la oposición, por cambiar al CNE, aparte de reclamar o protestar, Alguienque me explique.

@manuhel
18 de diciembre, 2012

Presagios Acepción de la palabra presagio: “Especie de adivinación o conocimiento de las cosas futuras por medio de señales que se han visto o de intuiciones y sensaciones”. El clima electoral que se vivía en la víspera a esta contienda nos hacía presumir que la abstención volvería a ser protagonista. Eran muchos los factores que conspiraban para que la gente común que no vive ─ni quiere vivir─ en una sociedad políticamente influenciada se decantara por no participar en estas elecciones. Una vez dadas las cifras sabemos que la abstención se ubicó entre 45-50%. Y como era de esperar, son muchos de los dirigentes opositores que la señalan como la principal causante del arrase chavista queriendo con ello expiar sus culpas o eximir las responsabilidades en este nuevo fracaso. Es entendible que ellos quieran excusarse en los apáticos electores en lugar de auto- revisar sus desempeños como políticos o gobernadores, en el caso de quienes perdieron en su intento de reelegirse. Lo que me cuesta a mi entender es como la Oposición teniendo gente tan preparada intelectualmente y lúcida a la hora de desnudar las falencias y abusos de los chavistas, se hacen de la vista gorda o al menos dejan de ser incisivos y perspicaces cuando se trata de ser críticos con nuestros líderes. Esto lo traigo a colación porque bastaba con ir a caminar por los estados Carabobo, Táchira y Zulia para darnos cuenta de que los actuales gobernantes no estaban haciendo notar la diferencia entre un gobierno rojo y uno multicolor causando mucho descontento entre quienes les eligieron. Caso contrario sucede en Lara y Miranda, donde se nota la mano del Gobierno Regional y el compromiso de la gente para con ellos, más allá de la grotesca y opulenta campaña política que hacían los candidatos del PSUV. Por eso hago un llamado a todos aquellos que están tan hastiados como yo de este gobierno a ser críticos con nuestros dirigentes en primer lugar, luego se podría ir con mejores herramientas e ideas a convencer a los demás.

Carmen Beatriz Fernández
18 de diciembre, 2012

Interesante artículo, publiqué uno con idéntico título hace poco más de dos meses, relativo al 7-O. Fueron 12 y no 7 los trabajos de Hércules, por cierto, aunque se me ocurre que esta lista no es taxativa, y faltaría algún otro trabajo para Henrique… Ver el artículod e marras en http://e-lecciones.net/opinion/?numero=959&p=d&show=1

Andrés Rojas Jiménez
19 de diciembre, 2012

Me voy a detener sobre dos comentarios del autor de este artículo. En primer lugar cuando le señala a Capriles Radonski lo siguiente: “Debe entender, por ejemplo, que para ser un líder nacional no es indispensable ostentar un cargo público, sino quizás todo lo contrario”.

– Esto es ver a Venezuela como si estuviéramos antes de 1992 cuando quedarse sin ningún cargo público, y sólo metido en un partido político (por ejemplo secretario general) resultaba suficiente para tener el peso de lider nacional. El autor no toma en cuenta que pese a los obstáculos del Gobierno de Chávez le pone a las gobernaciones, hay un nuevo esquema del liderazgo que viene desde las regiones. ¿Pensaba el autor que Capriles con ser secretario general de Primero Justicia era suficiente para tener el liderazgo nacional? Por otro lado es temerario asumir que por el solo hecho de ser candidato de la oposición, ya se puede asumir que ostenta un liderazgo. A mi manera de ver, sin querer pontificar desde mi posición de periodista, su sobrevivencia política de corto plazo pasaba necesariamente por ganar la gobernación de Miranda con el resultado que fuera. Las tenía todas en contra porque fue el propio Gobierno y el propio presidente Chávez que hizo ver a Miranda como la joya de la corona. Un segundo comentario es el referido a esta afirmación: “presentarse como candidato a las elecciones regionales descendiendo varios peldaños en su liderazgo”. Pregunto: ¿ser candidato automáticamente lo convierte en lider? ¿optar por la reelección de un cargo que se ejerce es descender?.¡Que visión tan militar y tan centralista tiene el autor del artículo sobre la gestión pública! Finalmente me gustaría que el autor de este artículo no aproveche su excelente escritura para pontificar al mejor estilo de Díaz Rangel

Boris Muñoz
19 de diciembre, 2012

Gracias por sus comentarios. También gracias a Carmen Beatriz Fernández por el link a su artículo. Valoro las críticas que se plantean aquí si bien me parece que muchas derivan de una lectura sesgada del artículo. Cuando digo que HCR debe entender su rol como líder nacional, no pasa por mi mente la idea burocrática de que se convierta en Sec Gral de PJ, lo que, según el mismo autor del comentario, retrotraería la política a una fase puntofijista. Más bien lo que pienso es que HCR, por su estilo de gobierno y sus posturas político-ideológicas, está hoy más allá incluso de la propuesta partidista de PJ. Y aunque este partido le sirva de base, ya él debería encarnar una figura con suficiente consenso entre la oposición para superar las parcelas partidistas y sectarias. Es evidente que Elías Jaua, sin que esto signifique una descalificación, no es lo mismo que Chávez, a quien HCR estuvo más cerca de derrotar que ningún otro político venezolano. Con esa prueba, es ociosa cualquier discusión sobre este punto. Lo otro que plantea Andrés si vale la pena debatirlo: es necesaria la gobernación para la sobrevivencia política. Pienso que hoy lo es más que nunca, aunque esa no era necesariamente la situación el 8 de octubre, cuando HCR se enfrentó al dilema de ser o no ser candidato. Al optar por la gobernación, de alguna manera se vio limitado para aprovechar el impulso electoral y capitalizar el 45%. Como aclaré esta es una hipótesis contrafactual, pero es necesario planteársela porque de otra manera es difícil entender que le impide a la oposición -aparte del encono de Chávez- articularse y hacerse valer como fuerza política más allá de las coyunturas electorales. Por último, quiero hacer énfasis en el aspecto de las condiciones electorales: haber aceptado ir a elecciones el 16-D fue una jugada suicida inspirada en una ilusión cortoplacista y detrás de la cual había muy poca estrategia y comprensión de los riesgos que entrañaba. Las consecuencias son mucho más graves de lo que hoy parece. En cuanto a la visión militar que se me atribuye, la verdad es que me parece un chiste extravagante y muy malo, seguramente producto de la absoluta incomprensión de lo que planteo. Saludos.

Maria Plaza
20 de diciembre, 2012

Querido Boris, me parece que haces un buen analisis que aporta al debate, por ejemplo, tendriamos mucho de qué hablar si se toman en consideración los comentarios de Andrés (claro sin lo de la “visión militar” que nadie que te conozca puede sospechar). Mi única observación es que tengamos cuidado cuando repetimos las consignas del chavismo como eso del anti puntofijismo. Hay que saber antes, lo que eso significó en la historia de nuestra democracia y el rol que jugó la postura unitaria de los partidos para salvar al pais de los males que lo asechaban entonces: golpismo de derecha e izquierda, asi como la clara intención de Fidel de invadirnos literal e ideologicamente, el objetivo del barbudo ahora se ve mas claro: nuestro petroleo. Hay que darle a la historia de nuestras luchas democráticas el lugar que se merecen, a sabiendas de que la historia si bien no se repite (sino como caricatura) puede ser una extraordinaria aliada para ver claro lo que queremos hacer de nuestro futuro. Sin intención a veces reforzamos el discurso y la visión deformada de la historia que nos vende el oficialismo, quedándonos sin las banderas y estandartes tan necesarios en la lucha política, lucha que antes que nada se da en el terreno de los símbolos, y de ninguna manera podemos dejárselos todos al gobierno.

@manuhel
20 de diciembre, 2012

He sido fiel seguidor de todos los artículos de Boris. Incluso he ido más allá, y los he difundido con mis amigos de tertulias y batallas ideológicas.

Me queda claro que Boris conoce muy bien a Henrique y, que ha podido vivir codo a codo experiencias que le permiten tener una opinión más a lugar respecto a Capriles que muchos de nosotros.

Dicho esto, voy a otra arista.

En la recta final de la campaña presidencial tomé la iniciativa de ir a buscar opiniones en la gente de a píe. Y en ningún momento hice preguntas directas, más bien ponía en el tapete temas de conversación y luego de una u otra manera caiamos en la evaluación de Capriles como candidato.

Mucha de la gente de los barrios consideraba a Capriles un bate quebrao. En líneas generales, decían que Capriles no confrontaba a Chávez, no era polémico, no ofendía, no gritaba, no atacaba y peor aún: no se defendía de todos los ataques que le hacían. Y vale destacar que esa gente de los barrios es la que siempre va a votar, porque la principal agenda en sus vidas gira en torno a la política y siendo redundantes, en torno a Chávez.

Llegué a la conclusión de que hoy en día el pérfil de un Presidente para la gente de los barrios es el pérfil de Chávez. Un Presidente debe ser agresivo con su verbo, no importa que con los hechos haga todo lo contrario; debe ofender, no importa que después recule; debe emitir juicios de valor, nom importa que después se contradiga; debe ser populista, no importa que raye en lo ridículo; y debe mentir, sin escatimar en el tamaño de las mismas. Para ellos un Presidente debe derrochar sin rendir cuentas, debe legislar, debe juzgar, debe decir que hacer a todos los demás poderes, en resumen: debe ser autoritario y con ínfulas de deidad.

Es triste, pero es entendible porque Chávez ha estado tanto tiempo en el poder invadiendo con sus excesos y abusos esas conciencias a través de cadenas y actos proselitistas que la gente ya lo asume como normal. A la gente de los barrios -en su mayoría- no le importaba escuchar los planes de gobierno de los candidatos, a ellos les llamaba más la atención las descalificaciones. El adjetivo “majunche” calo hondo, y ellos terminaron concibiendo a Capriles como tal.

Y entonces se presenta el dilema para mí. ¿Qué Capriles quisiera ver yo en la campaña venidera?

Por supuesto, quisiera el Capriles conciliador, pausado, cuyo tema principal de campaña sea su plan de gobierno, de cómo piensa solucionar los tres principales problemas: Inseguridad, Inflación y desabastecimiento.

Pero, dado que para ganar se necesita convencer a parte de la gente de los estratos D y E, cuando Capriles se esté dirigiendo a ellos tendrá que poner algo de Chávez en su discurso. No hay otra manera de llegarles por ahora. Luego, después que gane podra extirpar paulatinamente todos estos vicios que muchos dan por válidos y normales.

Boris Muñoz
20 de diciembre, 2012

Una breve apostilla para María Plaza: uso la figura del Pacto de Punto Fijo porque está basada en un acuerdo político real que entrañó una serie de consecuencias políticas e históricas documentadas. No uso la idea de 4ta o 5ta república porque es una categoría sin demasiado rigor creada por Chávez y que puede ser llenada con lo que a cualquiera le venga en gana.

Saludos

Armando Figueroa
20 de diciembre, 2012

Amigos, más interesante no puede estar este artículo, a mi parecer no se debe considerar, ni 4ta. Ni 5ta. Ni punto fijismo que bien se ha demostrado que fue la táctica más insensata y descomunalmente dañina en la Política de Venezuela. Es hora de evolucionar borrando toda esas malas prácticas claro. Creo que el enfoque debe ser más preciso en la lucha que se debe establecer. El chavismo ha retorcido todos los poderes públicos con la Excusa del buen funcionamiento para adaptarlos a su conveniencia, cedulación, CNE. Todo adaptado a su gran objetivo hasta ahora bien cumplido como es Mantenerse en el poder, hagamos un sondeo de los restantes poderes públicos y veamos que fuera del clan chavista son totalmente impenetrables o soñar siquiera en cambiar algo que nos pueda ayudar a lograr un mínimo cambio favorable. Y si, debemos apoyar y reconocer que en la jungla política que poseemos no habrá otro líder que pueda asomar el logro de Capriles, con todas la fallas y malas intenciones que pueden venir incluso del lado opositor. Saludos

Hernando HERRERA
21 de diciembre, 2012

El artículo de Boris MUñoz, invita a reflexionar seriamente sobre el futuro politico de la nación. Se pueden hacer formulaciones, conjeturas y hasta juicio de la actitud de Capriles y el destino de la oposición sin definir el término LIDER que creo es el principal problema de la oposición. Pienso que el problema de como salir electoralmente de un gobierno tan nefasto y arbitrario que bordea la pseudo democracia venezolana es cómo crear un gran movimiento de oposición con un LIDER a la cabeza capaz de unificar a toda la sociedad tan amorfa económica y educacionalmente como la sociedad venezolana. Ademas, la profundización de la pobreza mental y económica del venezolano en todos sus estratos hace que la formación de un líder político pase obligatoriamente por su efectividad en una alcaldía o en una gobernación por estar mas cerca de las realidades de su ciudadanía toda sin distingo social. Pero, cómo construirla con el ahogo presupuestario que ejerce el gobierno central contra las alcaldías y gobernaciones en manos de la oposición? Sin hablar de la falta de imparcialidad del actual CNE y la dependencia del Poder Judicial y el Poder Legislativo secuestrados hoy por el gobierno? Creo que por la via electoral en las condiciones actuales es imposible desplazar y enterrar el tipo de gobierno clientelista que impera desde 1999, con Chavez o cualquiera de sus conmilitones a la cabeza. Solo una crisis nacional creada por un movimiento global integrado por las fuerzas vivas del país como lo son los gremios sindicales, profesionales, económicos, universitarios y partidos políticos con un líder a la cabeza pudiera dar al traste con las intenciones de perpetuación en el poder conducida por la casta militar hoy en el poder.

Luis Angarita
23 de diciembre, 2012

Estimado Boris: A tu detallado análisis quisiera agregar y complementar a la necesidad de llenar de contenido el debate nacional de las políticas públicas, en materia de salud, educación economía, entre otros; la necesidad de observar la gran diferencia que existe entre lo rural y lo urbano en nuestro país. Parece que el resultado de las elecciones marca dos países totalmente distintos, en donde las zonas urbanas acumulan la mayor población de la clase media del país, quienes a su vez son las más afectadas (y menos compensadas) por las políticas públicas del gobierno. Las zonas rurales parecen sentir con mayor fuerza los beneficios de los programas asistenciales del gobierno central y responden a éstos de una manera política. La brecha entre lo rural y lo urbano debe analizarse con mayor cuidado, tanto para planificar propuestas de políticas públicas “eficientes” como dice el artículo, como para lograr unos mejores resultados electorales para la oposición.

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