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Lecciones de la mafia

Artículo escrito pot María G. Picatoste, publicado en ABC.es. A continuación un extracto:

Louis Ferrante se transformó en los 8 años que pasó en prisión. Entró como miembro de la familia Gambino, una de las más poderosas de la mafia de Nueva York. Y salió convertido en un ávido lector, autor una autobiografía y del borrador de una novela, detractor de la pena de muerte y crítico con el sistema penitenciario de Estados Unidos. «Hice cosas bastante peores que robar un pedazo de pan», confiesa. Ahora presenta Aprenda de la mafia, un libro de reglas sencillas para triunfar en el mundo de los negocios inspiradas en su pasado criminal.

-¿Cuál es la mejor lección que una «persona legítima» puede aprender de la mafia?

-Hacer lo correcto te llevará lejos. A pesar de todas las ilegalidades y las traiciones en las que está involucrada la mafia, cuando hacen negocios diariamente suelen hacer lo correcto. Así te labrarás una buena reputación en el mundo de los negocios. Al fin y al cabo, en la mafia tu reputación es como tu currículum: la gente te conoce por lo que otros comentan sobre ti.

-En el libro mencionas que cuando te reincorporaste al «mundo legítimo» te diste cuenta de que ese mundo era una fantasía poblada por lobos con piel de cordero. ¿Es la violencia la única diferencia entre la mafia y el «mundo legítimo»?

-Eso creo. Desde que salí de prisión he lidiado con personas mucho más escalofriantes que las que conocí durante mi etapa en la mafia. La mafia recurre a la violencia porque saben que mantiene a la gente a raya. En el mundo «legítimo» la gente hace cosas horribles porque saben que se pueden salir con la suya. A mi modo de ver, la violencia juega un papel interesante, porque donde no se utiliza para amedrentar al criminal, la gente se vuelve aún más pérfida. Como ciudadano legítimo, muchas veces no tienes más opción que curarte tus propias heridas. A veces creo que la mafia era más honorable que la gente legítima.

Historia de la mafia

-Recientemente se han publicado varios libros relacionados con la mafia. ¿Has leído alguno de ellos?

-Para escribir Aprenda de la mafia leí por primera vez literatura sobre la mafia. Principalmente sobre Historia de la mafia en Estados Unidos y sobre los mafiosos y gángsters como Al Capone o Lucky Luciano. Para serte sincero, los mafiosos saben muy poco sobre el pasado de la mafia.

-Mientras estaba encarcelado se dio cuenta de que necesitaba un cambio respecto a su vida anterior. ¿Cómo sucedió ese cambio?

-Mentalmente fue un proceso gradual. El momento decisivo fue un enfrentamiento con un guardia que me dijo que era un animal y que como tal, estaba en una jaula. Su comentario me hizo pensar. Me di cuenta de que tenía razón. El recuerdo de mi madre, quien no me había criado para que me convirtiera en un animal, me hizo prometerme que si alguna vez salía de ahí, cambiaría.

-¿Y por qué comenzó a leer?

-Fue una consecuencia. Tras esa revelación pedí mi primer libro. Cada libro abría mi mundo a nuevas ideas y pensamientos más profundos. Te das cuenta de tu propia estrechez de miras y eso fue rompedor. En ese momento llevaba cadenas, pero había estado encadenado toda la vida. Leer libros me liberó de esas ataduras. Y ahora soy un ávido lector. Nunca hubiera descubierto mi pasión por la lectura si no hubiera estado en la cárcel.

-Los libros fueron la herramienta para alcanzar la libertad. ¿Cómo podemos transmitir la pasión por la lectura?

-Creo que es una tarea complicada. Yo leí mi primer libro a los 25 años. Si me hubieras dado un libro antes, probablemente no hubiera querido leerlo. Es algo que tenemos que inculcar desde la infancia. Pero es una labor de los padres el poner un libro en las manos de sus hijos.

-¿Y a los presos?

-Creo que podría crearse un sistema de incentivos. Por cada libro que leas y sobre el que escribas un informe crítico, tu pena se reduce en un día. Habría que buscar una forma de animarlos a leer una vez que el sistema controla su tiempo.

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