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En contra de la “paternidad pasiva”: los riesgos de la tecnología

Por Prodavinci | 27 de mayo, 2012

Artículo publicado en El Mundo (España), escrito por Carlos Fresneda. A continuación un extracto:

Sacar la televisión y las videoconsolas fuera de los dormitorios. No exponer a un niño a una pantalla hasta los tres años. Fijar un tiempo máximo de una hora y media al día. No usar el iPad o el Blackberry delante de los niños… Son algunas de las recomendaciones drásticas del psicólogo Alic Sigman, que ha aprovechado su paso por la Conferencia de Pediatría y Salud Infantil en Glasgow para lanzar una campaña contra la “paternidad pasiva”, ante la intrusión mediática que ha convertido los hogares en una sucesión interrumpida de pantallas.

“La tecnología debe ser una herramienta, no un peso para las familias ni un riesgo para la salud”, ha advertido Sigman, que asegura que existe un vínculo muy directo entre el sedentarismo tecnológico y el aumento de obesidad infantil, la diabetes, el deficit de atención, los problemas cognitivos y la alteración del sueño de los niños.

Según el estudio presentado en Glasgow, los niños británicos de 12 a 15 años pasan una media de seis horas al día ante una pantalla en sus casas (sin tener en cuenta la exposición a ordenadores en el colegio o el uso de teléfonos inteligentes durante la jornada escolar).

En los hogares con más recursos, los niños tienen acceso directo –y muchas veces incontrolado- a un total de cinco pantallas. Sigman carga las tintas, no tanto sobre los niños como sobre los padres, entre quienes se ha impuesto “la peligrosa tendencia de usar la tecnología como niñera desde edades muy tempranas”.

El psicólogo británico recomienda evitar a toda costa el uso de pantallas en la fase crítica de desarrollo del cerebro y, en especial, en los niños menores de tres años. Sigman apunta a los estudios que demuestran cómo el uso abusivo de la tecnología genera una conducta compulsiva en los niños.

“Lo de menos es si los niños o los adultos se pueden considerar como realmente ‘adictos’ a la tecnología”, asegura Sigman. “Lo importante es que hemos constatado que el abuso de la tecnología conduce a una dependencia que no es saludable”.

Tras la ‘abstinencia’ hasta los tres años, Sigman recomienda que se limiten los videojuegos y la televisión a un máximo de hora y media diaria hasta los siete años, con la posibilidad de aumentar la ‘dosis’ hasta dos horas como mucho a partir de los siete.

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