Artes

Jamie Bell, de Billy Elliot a Tintín

Por Prodavinci | 29 de octubre, 2011

Entrevista realizada por Inés Martín Rodrigo, publicado en ABC.es. Un extracto a continuación:

Jamie Bell se ha hecho mayor. El niño enjuto, pizpireto y saltarín que se ganó los corazones de medio mundo danzando como un bendito en «Billy Elliot» ha dado paso a un joven fornido y encantador al que Steven Spielberg escogió para «dar vida» en la gran pantalla a su adorado Tintín. Todo un reto para este británico de infancia medio «dickensiana» (su padre desapareció antes de que pudiera ponerle cara) que a sus 25 añitos ya puede presumir de haber trabajado con tres de los grandes de Hollywood: Spielberg, Peter Jackson (por partida doble) y Clint Eastwood. Pero en la mirada de Jamie Bell, que recibe a ABC en medio de la vorágine de presentación de «Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio» en España, no se advierte prepotencia o desdén hacia la periodista, cuya caligrafía elogia sin miedo a las preguntas que esconde.

– Puedo imaginarme su cara pero, ¿qué sintió al recibir la llamada de Spielberg?

– Llevo preparándome para este papel desde los ocho años. Entonces me enamoré de Tintín, quería ser como él, me causó un gran impacto cuando era niño. Pasaron los años, me enteré de que Spielberg estaba preparando esta película y conseguí ir a Nueva Zelanda a hacer una prueba. Cuando me confirmaron que era el elegido fue como una sinergia de toda mi vida, como si ese niño de ocho años siguiera vivo. Respeto mucho a Steven, que es un gran contador de historias responsable de mis primeras experiencias en el cine. Sentí que era el destino, lloré y me sentí abrumado al saber que ese gran director había confiado en mí para entregarme este papel.

– ¿Se reconoce en la película?

– No, pero eso es algo bueno. Soy un gran tintinólogo y como fan no quería que Tintín se pareciera a ningún actor que pudiera reconocer. Tintín tiene que ser Tintín. Tomamos la imagen clásica creada por Hergé y le dimos vida hasta conseguir que fuera un chico real. Lo prefiero así y, a la vez, es mucho más extraño porque te ves y sabes que estás detrás de esa imagen. Puedes sentir la motivación y la energía del personaje, pero en este caso el actor es anónimo y no me importa.

Hay gente que puede pensar que no es el auténtico Tintín.

– Si te fijas en el cómic de Hergé, la imagen de Tintín es casi surrealista, es un personaje muy extraño y poco definido. Necesitábamos respetar eso, pero también tomar ciertas libertades. Steven Spielberg es un visionario y tenía que crear un universo, dar la impresión de que realmente el mundo creado por Hergé existe. Y para eso era necesario un personaje así. Al ver el perfil de Tintín, su cabeza, su flequillo, su jersey… es icónico, pero Spielberg ha logrado convertirle en alguien real en un universo real.

– ¿Es Billy Elliot una especie de fantasma para usted?

– No, es una identidad. Se me conoce por ese personaje y me ha permitido conectar con gente de todo el mundo. Está claro que he hecho más cosas, he protagonizado películas muy interesantes de directores muy potentes, pero no hay duda de que mucha gente sigue viendo en mí a Billy Elliot y eso es algo que no me importa.

– Ahora pasará a ser el nuevo Tintín antes conocido como Billy Elliot…

– Tintín y Billy Elliot se parecen bastante, son dos personajes universales. Son dos ganadores y puedes identificarte con ellos, proyectarte en su personalidad y querer que triunfen. Tintín ha sido traducido a 80 idiomas, las ventas de sus libros en todo el mundo son escandalosas y es un icono del siglo XX, así que uno tiene que ser muy cuidadoso al hablar de él y, por supuesto, al interpretarle. Es un honor, estoy muy feliz y, además, tiene sentido que yo sea Tintín. Es algo que encaja perfectamente en el desarrollo de mi carrera, hace que todo cobre sentido.

– ¿Da vértigo trabajar con dos genios como Spielberg y Peter Jackson?

– Es un privilegio. Son dos visionarios, grandes directores y contadores de historias. Entienden perfectamente las necesidades del público y crean mundos emocionantes a los que te trasladan. Es lo que han hecho en esta película. Son distintos, sus estilos son muy personales y es algo que se percibe. Steven ha marcado el filme con su sello, se nota que es de su factoría, desde la fotografía, los personajes, la composición o la música de John Williams. Son los mejores y han colaborado de forma fantástica, pese a ser dos pesos pesados de la industria, con sus egos y sus peculiaridades, pero lo han superado porque los dos idolatran a Tintín.

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Prodavinci 

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