La artista contemporánea japonesa Yayoi Kusama dio una entrevista a Bea Espejo, donde el tema principal fue su arte, Kusama afirmó que a través de él quiere “explorar mi propia humanidad y la visión del mundo. Establecer un camino para mi búsqueda de la verdad”. Kusama vive en un hospital psiquiátrico desde hace más de 20 años, desde allí hace sus obras:
-¿Por qué quiso ser artista?
-Empecé a pintar a los diez años, cuando aparecieron las primeras alucinaciones, aunque no queda nada de esos cientos de dibujos. Mi madre, que odiaba que pintara, destruía todo lo que hacía. Era muy violenta, una mujer de negocios muy astuta y siempre ocupada con su trabajo. Siempre me obligaba a trabajar en el negocio familiar pese a tener exámenes. Me hacía sentir tremendamente insegura.
-Kioto fue la primera parada, para estudiar arte. Aunque la gran decisión vino cuando se fue a Nueva York en 1958, sin apenas conocer a nadie.
-Fui a Kioto simplemente para huir de la violencia de mi madre, aunque la escuela era demasiado conservadora y raramente asistía a clase. Me quedaba pintando en el dormitorio. Debido a que mi madre era contraria a que me convirtiera en artista, emocionalmente empecé a ser muy inestable y sufrir crisis nerviosas. Fue desde entonces que empecé a recibir tratamiento psiquiátrico. Al traducir el miedo de las alucinaciones en las pinturas, estuve tratando de curar mi enfermedad. Mi arte mantiene una estrecha relación con mi salud mental.
–Donald Judd dijo de sus pinturas que vaticinaban los principios del minimalismo. ¿Se considera una artista minimal?
-Yo soy una artista obsesiva. En aquella sociedad caótica de Nueva York, llena de jóvenes beatniks y hippies, los artistas luchábamos para sobrevivir con el objetivo de construir un mundo nuevo. Mis obras estaban inmersas en esas tendencias artísticas como el minimal y el pop, entre otros. Tuvieron un apoyo entusiasta de la sociedad de aquellos días y fueron pioneras en la escena artística de Nueva York.
-Entonces, ¿se considera una pionera del arte contemporáneo?
-Sí. Mis obras, llenas de vitalidad y que incorporan el concepto de repetición estereotipada y acumulación, han inspirado a muchos artistas.
-Los performances donde aparecía en sitios públicos junto a hombres y mujeres desnudos cubiertos de lunares, son los más abiertamente políticas….
-He estado interesada en la política desde la infancia, probablemente porque mi abuelo era político. No hay nada más fascinante que la política.
-¿Cómo define sus obras más recientes?
-Una batalla de ideas derivadas de la evolución de circunstancias personales. Una acumulación infinita de obsesiones.
-¿Cómo ve la situación en Japón?
-Tras el reciente y devastador terremoto y tsunami que golpeó la parte noreste de Japón, los políticos han sido criticados por su forma inadecuada de manejar la situación, lo que ha provocado mucha desconfianza de la gente. Se dice que este tipo de desastre catastrófico sucede una vez cada 1.000 años.
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