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Despachos desde Libia: Los rebeldes retroceden, por Jon Lee Anderson

Los rebeldes pierden las posiciones alcanzadas en días recientes y se complica aún más la situación en Libia.

Por Jon Lee Anderson | 31 de marzo, 2011

La segunda avanzada libia no duró mucho. Alentados por la retirada de las tropas de Gadafi de la ciudad de Ajdabiya, bajo los devastadores ataques aéreos del fuego aliado el pasado fin de semana, los rebeldes creyeron que barrerían al enemigo en su camino al oeste, en la fortaleza de Gadafi en Sirt, y luego en Tripoli. El lunes persiguieron a sus adversarios, a 50 millas de Sirt, pero fueron contenidos y empezaron a retroceder, como lo han hecho muchas otras veces.

Para el martes en la mañana, los rebeldes se habían desplegado hacia el este, a las afueras de Bin Jawad. Era como el film “El día de la marmota”. Hace un mes yo había estado exactamente en el mismo lugar, viendo a los rebeldes hacer exactamente lo mismo. Después de un respiro de la artillería de Gadafi, gritaron eufóricos y se lanzaron a Bin Jawad.

Una vez apertrechados detrás de la puerta de la ciudad, se notaban inseguros. Apareció un autobús cargado de mujeres de Bin Jawad, evacuadas del pueblo por sus maridos e hijos, gritando desde el interior: “van a ser atacados, que Dios esté con ustedes”, antes de marcharse.

Una enorme explosión sacudió la tierra y apareció una nube rodeada de fuego. En el mismo instante, las balas golpearon cerca y todos los combatientes se apresuraron a abordar sus vehículos, mientras otros corrían. En medio de la confusión, los hombres saltaban evitando ser alcanzados por las balas. Había hombres contra el suelo, boca abajo, disparando desde un terreno próximo a la carretera. Recibían disparos desde las casas. Nosotros logramos salir sin chocar y sin ser alcanzados por ningún arma. Pocos minutos después, volvimos a ser atacados desde un costado de la ciudad y desde los campos que se extienden al lado del mar.

Manejamos viendo a Bin Jawad desaparecer bajo las nubes de humo causadas por las explosiones. A mi entender, justo en ese momento, los rebeldes habían perdido otra vez la ciudad.

Para el miércoles, Ras Lanuf había caído. Para la tarde del miércoles, Brega también. Los civiles que liberaron Ajdabiya ahora la habían evacuado en dirección a  Bengasi.

Esa tarde hablé con el asistente de un alto oficial del ejército rebelde. Dijo que la situación era crítica. El éxodo reiterado de las ciudades costeras imposibilitaba distinguir los aliados del enemigo. Es posible que Gadafi tenga infiltrados en las filas rebeldes. En este momento, el ejército oficial se mueve rápido, encubierto. Sus hombres se visten como civiles rebeldes y están mucho mejor armados, listos para engañar a los aviones de la OTAN.

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Traducción: Diego Marcano Arciniegas

Jon Lee Anderson 

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